martes, 31 de mayo de 2016

Desembarcos aerotransportados en Sicilia.

Desembarcos aerotransportados en Sicilia.

La invasión de Sicilia comenzó con dos asaltos aerotransportados llevados a cabo respectivamente en cada sector de invasión por tropas britanicas y por paracaidistas norteamericanos. La Operación Husky incluía por primera vez el uso a gran escala de tropas aerotransportadas en apoyo del asalto anfibio aliado. Las operaciones aerotransportadas aliadas estaban en sus comienzos, y los lanzamientos nocturnos previstos en Husky aumentaron el riesgo de fracaso o no de forma considerable. El problema más significativo fue la falta de un adecuado sistema de navegación para los pilotos de los aviones de transporte, ya que estaban obligados a guiarse tan solo por identificaciones visuales nocturnas.



Asalto aerotransportado Husky 1

La misión norteamericana, de nombre clave Husky 1, fue llevada a cabo por el Combat Team 505 bajo el mando del coronel James Gavin. Esta fuerza consistía en el 505º Regimiento de Infantería Paracaidista (PIR) reforzado por el 3º / 504º PIR totalizando 3.405 paracaidistas. Su misión era la captura de los cruces de carretera y puentes estratégicos y necesarios para proteger los desembarcos de al 1ª División de infantería cerca de Gela. Husky 1 fue precedida por bombardeos aéreos de la USAAF contra aeródromos sicilianos en el área de desembarco, el lanzamiento de paracaidistas de pega en localizaciones dispersas y el uso de medidas antirradar por parte de B-17 cuya misión era inutilizar los radares enemigos. Los 226 transportes C-47 tuvieron que tomar necesariamente una complicada ruta de aproximación hacia las zonas de lanzamiento para evitar el vuelo sobre la propia flota de desembarco aliada por miedo a provocar fuego amigo. La riada de aviones voló a una altura de 500 pies sobre el nivel del mar para así evitar la detección por parte del radar. Además de la dificultad de la navegación a baja altitud, los remanentes de la tormenta de verano del día anterior dificultaron la aproximación. Los lanzamientos de paracaidistas comenzaron a la medianoche del 9 al 10 de julio. Aunque los escuadrones de transporte de tropas creyeron haber lanzado el 80% de los paracaidistas cerca de sus zonas de lanzamiento, de hecho tan solo alrededor de un 15% de los paracaidistas cayeron cerca de las zonas de aterrizaje propuestas.

El batallón en cabeza, el 3º/504ª PIR, fue lanzado cerca de sus objetivos pero de forma muy dispersa. Algunos grupos  se reunieron cerca de Castel Nocera y fueron capaces de derrotar los contraataques italianos. El principal objetivo del 3º/505º PIR, el cruce de carreteras en Niscemi, fue capturado por la Cía. I pero la mayoría de la Cía. G saltó 3 millas más lejos, cerca del rio Acate y el resto del batallón cayó dispersado a 10-15 millas de la zona prevista de aterrizaje, cerca de Vittoria. La mayoría del 1º/505º PIR fue lanzado en el sector británico cerca de 50 millas al este de la carretera de Niscemi, su objetivo. Tan solo, la compañía A fue lanzada a dos millas del objetivo en Niscemi y atacó las posiciones italianos a lo largo de la carretera. La 45ª División fue la beneficiaria inesperada de los desembarcos aéreos tras el salto no intencionado de la mayoría del 2º/505º PIR frente a su playa de desembarco. El último grupo de transporte que llevaba el cuartel general regimental y las tropas especialistas tuvo grandes problemas de navegación y dispersó sus desafortunados paracaidistas desde Siracusa a todo el sureste de Sicilia.


El cuartel general del 505º Regimiento de Infantería Paracaidista en el risco de Biazza durante la lucha del 11 de julio de 1943.           

En resumen, Husky 1 oficialmente fue considerada como “éxito cualificado”, a pesar de la abismal descoordinación de los lanzamientos. Los paracaidistas fueron capaces de asegurar muchos objetivos debido a la débil resistencia de las unidades costeras italianas. Es más, las unidades lanzadas mas allá de sus objetivos usaron su propia iniciativa y comenzaron a atacar objetivos de oportunidad a lo largo de la costa siciliana. Estos esporádicos y dispersos conatos de lucha convencieron a los italianos que se estaban enfrentando a una fuerza mucho más poderosa y este aspecto contribuyó negativamente a la reacción del Eje a los desembarcos en el sector americano durante la mañana del 10 de julio de 1943.

Asalto aerotransportado británico; Ladbroke.

La misión Ladbroke fue de lejos la más controvertida de los desembarcos aliados, ya que dependía de tropas transportadas en planeadores en lugar de paracaidistas. Desde que se supo que no existían suficientes planeadores británicos Horsa disponibles en el teatro de operaciones, el asalto dependía lógicamente del uso de los planeadores americanos  Waco CG-4A Hadrian. Los pilotos británicos no estaban familiarizados con el aparato, los planeadores llegaron demasiado tarde para un entrenamiento suficiente y el ala americana de C-47 asignada para remolcar los planeadores tampoco tenía mucha experiencia en la tarea. Si esto no fuese suficiente, el comandante de los pilotos británicos de planeadores se opuso al uso de planeadores en un lanzamiento nocturno, debido a la falta de cualquier tipo de ayuda en la navegación y las dificultades de las zonas de lanzamiento. Estas críticas fueron rápidamente descartadas por el líder de la brigada. A diferencia de la misión americana, que tenía un difuminado objetivo de asegurar el área detrás de la cabeza de playa, Ladbroke estaba específicamente enfocada hacia la captura del puente llamado Ponte Grande y cuatro objetivos adicionales.


Remolcador Waco CG-4A Hadrian que transportó parte del la 14ª sección de la compañía B de los South Staffordshires entro en contacto con un potente linea defensiva antes  de estrellarse en un campo de tomates durante la Operación Ladbroke. El resto de la sección que iba en otro remolcador se perdió en el mar.    
          
Un total de 109 C-47 y 27 Albemarles tenían previsto remolcar los 136 Hadrians, mientras bombarderos Halifax y Albemarles remolcaron los 8 grandes planeadores Horsa. Debido a contratiempos en los aeródromos de Túnez, solo 137 planeadores de los 144 iniciales tomaron parte de la misión. Alrededor 109 de 119 aviones alcanzaron satisfactoriamente Siracusa a pesar de enfrentarse a fuertes vientos de cara por lo que los pilotos elevaron la altitud de lanzamiento hasta los 300 pies. Las estimaciones de los pilotos a su regreso llegaron hasta el 95% de planeadores en sus zonas de aterrizaje, pero de hecho los lanzamientos nocturnos sobre el mar y con viento fuerte de frente llevaron la operación casi al desastre. No solo los pilotos de los bombarderos de remolque tuvieron dificultades para juzgar la distancia de la orilla sino que los pilotos de los planeadores encontraron problemas para orientarse en la oscuridad. Un total de 76 Hadrians y tres Horsa cayeron al mar. Sólo 49 Hadrians y 5 Horsa alcanzaron tierra firme y de ellos solo alrededor de una docena cayeron cerca de su objetivo. Las bajas en el primer desembarco con planeadores sumaron un total de 605 hombres de los cuales 326 perecieron ahogados.

El planeador Horsa nº 133 con la 15ª Sección del 2º de South Staffordshires bajo el mando del teniente Lennard Withers fue el único planeador que aterrizó cerca de Ponte Grande de forma intacta. La sección se dividió en dos asaltando, un fortín y capturando el puente sin bajas. Los zapadores quitaron las cargas de demolición y crearon una posición defensiva con alambradas. Conforme amanecía, tropas de diferentes planeadores que habían aterrizado más o menos cerca iban llegando al puente, totalizando al amanecer cerca de 7 oficiales y 80 hombres de tropa. El ataque con planeadores consiguió tomar el objetivo más importante pero fue incapaz de asegurar los otros cuatro objetivos.

Las pocas tropas aerotransportadas británicas al igual que sus colegas norteamericanos debían una vez en tierra esperar la llegada de las tropas desembarcadas en las playas. Si bien es cierto que la inexperiencia en en este tipo de operaciones quedó claramente visible, por suerte, la sorpresa conseguida unida a la escasa calidad de las tropas enemigas, mayoritariamente italianas ocasionó que los primeros asaltos aerotransportados con cierta entidad de la guerra, solo acabasen en un relativo fracaso y no en una completa tragedia.


lunes, 30 de mayo de 2016

Guerra anfibia durante la Segunda Guerra Mundial. I

Guerra anfibia durante la Segunda Guerra Mundial.




La Segunda Guerra Mundial fue la mayor contienda bélica de la historia. En casi todos los campos militares se dieron o bien novedades o bien grandes avances sobre doctrinas ya existentes, es decir, tanto en el armamento, como la logística, la información, el mando, las comunicaciones y por supuesto la propia manera de combatir. La guerra anfibia en sí, no podía verse alejada de esta circunstancia. Si bien desembarcar en la orilla tropas dispuestas a la lucha es una práctica militar muy antigua, fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando alcanzó su máxima expresión.

Fueron los Aliados quienes demostraron finalmente el verdadero dominio de la guerra anfibia. Llegaron a desembarcar más de cuatro millones de soldados a lo largo de la costa europea defendida por alemanes mediante cinco grandes desembarcos anfibios y decenas de incursiones, de estas últimas no todas con éxito. Realmente para estadounidenses y británicos, las operaciones anfibias eran la única forma de entrar en combate con las tropas del Eje por motivos geográficos obvios. Situación similar se dio en el Pacífico, donde salvo el teatro de China-India-Birmania, no hubo victoria alguna aliada sin la presencia de desembarcos.

Los desembarcos anfibios al igual que el resto de operaciones militares se desarrollaron en tres niveles; estratégico, operacional y táctico, dependiendo de los objetivos deseados. Por ejemplo, los desembarcos aliados en Francia, Filipinas e Italia e incluso la invasión prevista de Japón serian operaciones a nivel estratégico pues se diseñaron para proporcionar un impacto decisivo en la guerra. El desembarco realizado a finales de 1942 en África del norte, operación Torch o los asaltos alemanes en las islas del Dodecaneso y la mayoría de los ataques aliados en el Pacífico fueron operaciones anfibias de nivel operativo que apoyaban una campaña específica, cada una como parte de un esfuerzo estratégico global. Los desembarcos soviéticos y los ataques de comandos aliados fueron operaciones tácticas contra objetivos limitados, aunque algunos de forma tangencial si podían tener cierto impacto estratégico como por ejemplo, capturar códigos alemanes, instalaciones de radar etc. Las evacuaciones de Dunkerque y Creta son difíciles de categorizar, pero la mayoría de los observadores las describiría como esfuerzos a nivel operativo.




La operaciones anfibias también pueden catalogarse según el tipo en cuatro categorías; incursiones, asaltos, evacuaciones y desembarco no combatiente. La primera de ellas es la más peligrosa ya que generalmente se produce en una zona con superioridad del enemigo y consiste en un asalto y su posterior retirada. Llevada a cabo por un grupo reducido de tropas, se realiza en un espacio geográfico muy limitado y en un corto periodo de tiempo; una incursión de comando seria el patrón típico de este tipo de operación anfibia. Un desembarco no combatiente es la operación más segura, ya que se produce sin presencia enemiga, los desembarcos nocturnos de agentes de inteligencia sería un buen ejemplo o el desembarco de los marines en Guadalcanal. Asaltos y evacuaciones se enfrentan a diferentes niveles de riesgo, dependiendo de la fuerza defensiva y sus posteriores apoyos. La invasión alemana de Noruega es un ejemplo de asalto, aunque la mayoría de sus tropas desembarcaron bajo circunstancias cercanas a las de un desembarco no combativo. La retirada de las tropas britanicas en Dunkerque fue la primera y tal vez la más notoria evacuación de combate de la guerra, mientras que la evacuación naval de las fuerzas alemanas cercadas en el Báltico al final de la guerra fue la operación de este tipo de mayor magnitud de la guerra.

Las fases de las operaciones anfibias evolucionaron mientras iba progresando la guerra. En 1939 el Heer alemán era el único ejército en reconocer la necesidad de ensayar desembarcos y procedimientos de asalto anfibio pero tal vez por falta de elementos materiales y también por estrechez de miras estratégicas apenas utilizaron posteriormente este tipo de operaciones. A mediados de  la guerra, todos y cada uno de los Estados Mayores ya se habian dado cuenta de la necesidad práctica de desarrollar programas de asalto anfibio específicos. Entonces, como sucede actualmente, las operaciones anfibias se dividieron en cinco fases: (1) planificación, (2) embarque, ensayo (3), (4) movimiento a la zona objetivo y (5) el asalto. La doctrina soviética añadió una sexta fase, el desembarco de las fuerzas armadas de seguimiento.

Necesariamente, el ejército japonés estuvo desde un principio muy interesado en la guerra anfibia. Los japoneses fueron pioneros en el desarrollo de la rampa abatible en las lanchas de desembarco,  posteriormente  copiada por los ejércitos de los restantes países incluyendo los Estados Unidos. El Ejército Imperial Japonés utilizó desembarcos anfibios para flanquear las fuerzas británicas en Malasia y para invadir las Filipinas y otras islas del Pacífico. En Malasia y las Filipinas, el ejército utilizó sus propios barcos y aviones basados en tierra para apoyar dichas operaciones, recibiendo poca o ninguna ayuda por parte de la Marina de Guerra ya que los buques de guerra japoneses sólo tenían la misión de atacar las fuerzas navales enemigas. Es un ejemplo que escenifica la poca o nula colaboración entre las distintas ramas de las fuerzas armadas niponas. La marina de guerra japonesa tenía sus propias tropas especializadas de desembarco naval en ejecutar sus asaltos anfibios como los realizados en Wake y otras islas del Pacífico. El asalto en las Indias Orientales de Holanda fue la única vez en que las dos fuerzas armadas de Japón cooperaron en la ejecución de una invasión anfibia, y allí, como en Malasia, las playas del desembarco no encontraron resistencia. En los casos donde se vieron enfrentados a tropas defensivas, como en Wake, los japoneses sufrieron pérdidas considerables.



Es justo también señalar que entre los aliados apenas se produjeron intercambios de información en referencia a las lecciones aprendidas sobre desembarcos anfibios, particularmente entre las operaciones llevadas a cabo en los teatros europeo y del Pacífico. Esta deficiencia tal vez fue debida a la antipatía y la estrechez de miras entre los líderes militares, pero el factor principal de esta falta de comunicación se debió a la propia idiosincrasia de cada teatro de operaciones. En el Pacifico, los marines se enfrentaron a un ejército japonés muy poco mecanizado, sin tanques pesados y con una artillería débil, sin embargo si se hallaron ante un enemigo mucho mejor camuflado y en posiciones defensivas muy difíciles de salvar, como bunkers y sobre todo cuevas, a diferencia de alemanes e italianos. Los alemanes, por el contrario, rápidamente reforzaron sus defensas en las playas de desembarco con la presencia de tropas muy mecanizadas así como de artillería pesada. Además emplearon extensos campos de minas y obstáculos en la propia playa, tácticas que apenas hicieron los japoneses. Estas diferencias modificaron la doctrina y el modo de actuar de los aliados según sus respectivos teatros, sin embargo, esta circunstancia no es suficiente para justificar el casi inexistente flujo de información "anfibia" entre Europa y el Pacifico.

Continúa en Guerra anfibia durante la Segunda Guerra Mundial. II

jueves, 26 de mayo de 2016

Operación Weserübung, Situacion estrategica y planificacion. 2ª parte.

 Proviene de Operación Weserübung, Situacion estrategica y planificacion. 1ª parte.




Por lo tanto, el 27 de enero de 1940, Hitler rechazó un intento inicial de plan bastante deficiente por parte del OKW, llamado Studie Nord y ordenó uno nuevo estudio, desarrollado en mayor profundidad, dándole el nombre clave de  Weserubung. Un mes más tarde, se establecieron los objetivos de la operación y se fijó el inicio de la operación antes del comienzo de la invasión de Francia y los Países Bajos (nombre clave Fall Gelb o 'Caso amarillo').

Una vez que se tomó la decisión de ocupar Noruega, Dinamarca desafortunadamente también entró en el plan de invasión debido a la necesidad de utilizar los aeródromos de Alborg, en el norte de Jutlandia. El alto mando de Luftwaffe también favoreció la ocupación del país para ampliar más hacia el norte, la magnitud de su cinturón de defensa aérea. En ese momento, el sistema de defensa aérea alemana terminaba en Helgoland, Sylt y algunos aeródromos en Schleswig. Era fácil para los bombarderos de la RAF eludir este sistema defensivo y rodeando  la red de alerta aérea al volar hacia el norte, y de esta forma amenazar las importantes ciudades de Hamburgo y Kiel y quizás incluso Berlín, dando muy poco tiempo de reacción para los interceptores de Luftwaffe.

De esta forma, los tres servicios de las fuerzas armadas alemanas tenían  interés en ver Noruega y Dinamarca dentro la órbita del Reich. Es lógico, que con estas motivaciones de las tres armas, la campaña fuese llevada a cabo por los alemanes y acabase por ser la única campaña planeada casi exclusivamente por el Cuartel General de la Wehrmacht.

 Cinco días después del incidente del Altmark, Hitler ordenó la planificación detallada para que Weserubung fuese ejecutado con urgencia.

La Directiva del 1º de marzo Hitler cambiaba el plan alemán dando una importancia aun mayor. Dicha Directiva formalmente establecía el estado mayor de planificación operacional, conocido como Gruppe XXI, y comenzaba a ir cumplimentado los detalles de la operación.



Nikolaus von Falkenhorst, general al mando de la operación.

El plan final se basaba en "acciones audaces y sorpresa de ejecución" a la hora de atacar simultáneamente con los elementos más ligeros de las tres divisiones del ejército alemán, transportados mediante casi todos los buques de guerra disponibles, y la ocupación de los cinco principales puertos de Noruega - Oslo, Kristiansand, Bergen, Trondheim y Narvik - mientras otras dos divisiones de infanteria cruzarían la indefensa frontera y los pequeños canales de Dinamarca.

La mayor amenaza para los movimientos iniciales se hallaba en la actuación de la Royal Navy y la RAF, especialmente en contra de los dos grupos de asalto que se dirigían a Narvik y Trondheim. Cubriendo estos grupos solo se hallaría un único escuadrón de batalla de la Kriegsmarine, con los cruceros acorazados Gneisenau y Scharnhorst. A la hora señalada, los dos grupos de asalto se separarían hacia sus respectivos objetivos y desembarcarían tropas de montaña especialmente entrenadas en ambos puntos estratégicos del norte de Noruega. Las ligeramente armadas unidades Gebirgsjäger podrían reforzarse con armamento pesado y suministros que seis cargueros transportarían poco después de la llegada de estos elementos de asalto.

En el mar, toda la operación estaría vigilada por 28 submarinos, cerca de dos tercios de las unidades disponibles, situadas en el Mar del Norte y las costas noruegas.

Oslo debía ser ocupada gracias a un asalto aerotransportado en el campo de aviación de Fornebu y también por la infantería de marina del más potente Marine Gruppe. Tras el desembarco, las naves de carga alemán restantes debían seguir transportando vitales refuerzos a través del Kattegat. Los soldados desembarcados avanzarían desde Oslo hacia la parte sur del país.

Además de los asaltos aéreos, la Luftwaffe debía proporcionar cobertura aérea defensiva, ataques contra buques enemigos y apoyo aéreo a las fuerzas de tierra. Una vez quelas  bases aéreas estuviesen aseguradas, la Luftwaffe establecería un puente aéreo que proporcionaría los elementos más críticos para la expansión de las fuerzas de tierra. Los cazas debían llegar a Noruega para establecer la superioridad aérea local y los bombarderos en picado seguir a la flota británica y atacarla.

Dinamarca seria invadida por simultáneos ataques terrestres a través de Jutlandia y por un asalto aerotransportado que aseguraría los vitales aeródromos de Alborg así como un ataque sorpresa en el puerto de Copenhague por fuerzas de infantería desembarcadas desde navíos auxiliares que llegarían durante la noche.

El plan alemán era extremadamente complejo, ya que requería la estrecha coordinación y sincronización exacta por casi todos los elementos de las distintas unidades para asegurar los objetivos iniciales. También era estrechamente interdependiente, porque cada fuerza - por tierra, mar o aire – debía conseguir su objetivo de manera oportuna o correr el riesgo del fracaso de toda la empresa.


 Tropas germanas desembarcando desde el crucero pesado Admiral Hipper


La invasión de Dinamarca y sobretodo Noruega puede considerarse sin duda alguna como la operación de mayor magnitud llevada a cabo por la Wehrmacht en la que intervinieron de forma conjunta las tres armas de las fuerzas armadas alemanas de forma significativa, es decir, tanto el Heer, la Kriegsmarine como la Luftwaffe, tuvieron un papel primordial y ninguna estuvo subordinada a otra.  Es cierto que por peso numérico, la anterior invasión de Polonia y el inminentemente posterior ataque sobre Francia fueron operaciones nada comparables a Weserübung pero el trabajo del OKW encajando y planificando todos los movimientos es encomiable. Desembarcos marítimos de tropas de infantería, desembarcos aéreos de Fallschirmjäger, presencia de coberturas aéreas sobre tropas terrestres y buques, intervención de tropas de elite de montaña o Gebirgsjäger hacen de la invasión de Noruega un episodio  de estudio más que interesante.  


miércoles, 25 de mayo de 2016

Leopoldo III de Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial. 2º parte.

Leopoldo III de Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial.

Provienen de Leopoldo III de Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial.1º parte.

Como se ha comentado la decisión de rendir el ejército fue criticado tanto por los aliados como por compatriotas pero no todos los belgas estuvieron en contra de tal acción. Existen fuentes que elogiaron la decisión al permitir la salvación de más de 2 millones de belgas encerrados dentro de la bolsa creada por el avance alemán además la gran mayoría de los belgas flamencos apoyaron al rey.

Hay que reconocer que el rey Leopoldo vio la situación muy desesperada. Así, decidió que no se diese más derramamiento de sangre ante una causa perdida. Hubo algún apoyo para este punto de vista. El propio almirante Sir Roger Keyes que se encontraba en el cuartel general del ejército belga durante los intensos combates insistió que el rey Leopoldo no tenía ninguna opción militar salvo la rendición. Seguramente sea cierto, pero unos días más de resistencia habría hecho más fácil la evacuación británica y francesa en Dunkerque. Por supuesto los aliados fueron especialmente críticos con las acciones del rey. Reynaud difundió una diatriba mordaz considerando  a su majestad como un traidor. También es posible que ante la desintegración de su ejército, los franceses buscasen un chivo expiatorio. Hay una razonable pregunta sobre ¿Quién abandonó a quién? Los belgas nunca fueron informados de que la fuerza expedicionaria británica (BEF) fuese a evacuarse dejando a su suerte a las tropas belgas. Sin duda el análisis final es muy complicado ya que la BEF pudo ser evacuada más o menos correctamente. Si los alemanes hubiesen destruido la BEF en Dunkerque, sería muy difícil aceptar la liberación de Bélgica en 1944. Por supuesto todo aparece de forma muy distinta con el paso del tiempo.

Los representantes gubernamentales de Bélgica después de la rendición del ejército por parte del rey Leopoldo se reunieron en Limoges, Francia. Condenaron más la acción del rey que ayudar a la formación de un gobierno en el exilio.  Algunos belgas también son críticos sobre la manera en que se formó dicho gobierno en el exilio. Un lector informa, "el gobierno en el exilio dio tres  bandazos tres veces durante la ocupación. Fue el mismo gobierno que para salvar la cara se deshizo del rey Leopoldo. Se halló ante un problema constitucional". De todas formas el 18 de junio estableció un gobierno belga en el exilio, temporalmente en Burdeos, Francia. Declaró la destitución del rey y cuando Francia también se vio obligada a buscar un armisticio, sus líderes políticos, Spaak y Pierlot, huyeron a Londres. Allí se creó la Legión Belga. El gobierno en el exilio mantuvo el control del Congo belga y Ruanda y reclutó una pequeña fuerza.


Tropas de caballería  alemanas desfilando enfrente del Parlamento belga.

El rey Leopoldo pidió un armisticio a los alemanes el 27 de mayo, ordenó a su ejército la entrega de las armas al día siguiente y se negó a huir con los ministros para formar un gobierno en el exilio en Inglaterra. El rey compartió con valentía el destino de sus tropas y sus súbditos y realizó una promesa solemne a sus tropas "pase lo que pase compartiré su destino". Leopoldo se reunió con Adolf Hitler en noviembre de 1940 en Berchtesgaden. Fuentes contemporáneas  indicaron que se las arregló para conseguir la liberación de 50.000 prisioneros de guerra belgas y la promesa de mejores condiciones de vida para la población belga, sobre todo referentes a la alimentación, siempre desde una posición igualatoria, nunca subordinada y con la intención de influir para conseguir mejores términos de  negociación para Bélgica en comparación con situaciones similares de otros países ocupados". Sin embargo, los aliados occidentales y muchos belgas no dejaron de considerar como un colaborador. No obstante, debe decirse que Leopoldo demostró gran valentía negándose posteriormente a administrar su país bajo control alemán y dar una apariencia de legitimidad al Gobierno de ocupación nazi.

Tras la ocupación y de forma nada sorprendente, algunos grupos fascistas  y políticos como Hendrik de Man, decidieron colaborar con los nazis. Muchos pensaron que las sorprendentes victorias alemanas en 1939-40 no dejaban otra opción y así De Man lideró el régimen colaboracionista belga. La Wehrmacht, bajo el mando del general Alexander von Falkenhausen y su jefe administrativo Eggert Reeder, controló y administraron el régimen de ocupación. De hecho, el gobierno militar alemán administró los asuntos civiles incluso la mayoría de los asuntos de índole personal.

La figura del rey pasó a un segundo plano, sin embargo retomó notoriedad cuando volvió a casarse. El rey Leopoldo despertó más críticas con su matrimonio en 1941 con una dama flamenca de origen no nobiliario, es decir, plebeya. Leopoldo se casó con Marie Lilianne Baels (1916-2002), más adelante princesa de Rethy, en una ceremonia religiosa el 11 de septiembre de 1941. La ceremonia civil tuvo lugar el 6 de diciembre de 1941 en el castillo de Laeken. Su padre era Henri Baels y su madre Anne Marie De Visscher. Esta unión no  fue bajo ningún aspecto popular entre la población belga. No sólo su esposa era de origen plebeyo, y en cierto modo reemplazaba la figura de la muy querida primera esposa del rey, sino que ciertas facciones vieron un carácter pronazi en la figura de la segunda esposa del rey aunque realmente no existen evidencias de tal comportamiento.

Leopoldo III y su segunda esposa, Lilian Baels.

Conforme los aliados iban avanzando hacia la victoria, el rey Leopoldo fue hecho prisionero por los alemanes hasta el final de la guerra. Estuvo confinado en un principio en su propio castillo de Laeken, Bruselas. Sin embargo, tal y como los aliados se acercaron a Bélgica, los alemanes detuvieron al rey y su familia y fueron trasladados en primer lugar a Alemania, concretamente en Hirschein, Sajonia y después a Strobl Austria de donde finalmente fueron liberados por soldados estadounidenses.


Tras la guerra, la situación respecto a la figura de Leopoldo III no había cambiado existiendo controversia sobre su papel durante la ocupación alemana, y por ello los aliados se abstuvieron de apoyar su retorno a Bélgica para así evitar desórdenes internos. Fue nombrado regente el hermano del rey, el príncipe Carlos, y se acusó a Leopoldo III de incapacidad para reinar por ordenar en 1940 la capitulación del ejército belga ante los alemanes, por incluirse él mismo como Jefe de Estado en semejante rendición y por negarse a seguir al gobierno legítimo hacia el exilio estando en condiciones de hacerlo. Al faltar una decisión rápida sobre la denominada cuestión real, Leopoldo III se instala en Suiza pero sin abdicar. Sin embargo, en 1946 el Parlamento inicia una investigación sobre las determinaciones de Leopoldo en 1940 sin que al final pueda asegurarse la existencia de una deslealtad que impida al monarca ejercer sus derechos.

martes, 24 de mayo de 2016

Oberst Walter Oesau

Oberst Walter Oesau



Nacido el 28 de junio de 1913 en Farnewinkel, Walter "Gulle" Oesau comenzó su carrera militar en el ejército (Heer), alistándose en el cuerpo de artillería en 1933. El prometedor joven soldado fue  transferido a la Luftwaffe tras aceptarse su traslado a una unidad de transporte antes de asistir a la Academia militar de Hannover, Deutschen Verkehrsfliegerschule. En 1934, como oficial cadete (Fahnenjunker) completó su formación básica de vuelo antes de ser destinado a la Jagdgeschwader Richthofen como alferez recién comisionado. Con el estallido de la Guerra Civil en España, Oesau fue uno de los primeros pilotos en unirse al Jagdstaffel 88  dentro de la Legión Cóndor. Fue en los cielos hispanos donde Oesau se ganó el status de as, derribando ocho aviones republicanos, más o menos de la misma forma que compatriotas suyos como Werner Moelders y Adolf Galland. También fue herido en acción por primera vez. Al final del conflicto, Oesau se convirtió en uno de 28 soldados alemanes poseedores de la rara Spanienkreuz  de Oro y Diamantes.

En julio de 1939, Oesau, ascendido al empleo de teniente, se convirtió en Staffelkapitan del 1/Jagdgeschwader 20. Su primer derribo de la Segunda Guerra Mundial se produjo el 13 de mayo de 1940 durante la campaña en el oeste, cuando abatió de un caza francés "Curtiss". Al final de la campaña, su registro aumento hasta los cinco derribos que sumados a los 8 "españoles" llegaba a la nada desdeñable cifra de 13 victorias. Con el inicio de la Batalla de Inglaterra, el número de victorias comenzó a incrementarse constantemente y así, entre septiembre de 1939 y el 18 de agosto de 1940 derribó 20 aviones enemigos, un logro por el que le fue concedida la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. Oesau continuó aumentando su cuenta en los siguientes meses y el 5 de febrero de 1941 ya había acumulado 40 derribos. Al día siguiente, recibió las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero.

Después de la invasión de la Unión Soviética en 1941, Oesau y su escuadrón fueron trasladados al este. Allí se encontraron con gran cantidad de aviones y pilotos soviéticos, de peor calidad los primeros e inexpertos los segundos, por lo que lógicamente la cuenta de victorias aumento considerablemente, y así  a mediados de julio de 1941 ya sumaba 80 derribos, por lo que fueron añadidas las codiciadas espadas a la Cruz de caballeros, siendo en esos momentos uno de los tres destinatarios de tal honor. Poco tiempo después de nuevo regresó al frente occidental para tomar el mando del Jagdgeschwader 2. Aquí siguió aumentando su registro dia a dia hasta que el de 26 de octubre acumuló 100 victorias siendo en esas fechas el tercer piloto en alcanzar dicha marca. Fue en esta etapa cuando tuvo que dejar el servicio activo pro miedo a ser derribado y perder sus capacidades de liderazgo por lo que fue destinado a ocupar destinos en el estado mayor entre los que se incluyeron el de Jagdfliegerführer 4 Brittany.


Stabschwarm y Kommodore JG 2: Oblt. Erich Leie (118 v.), Maj. Walter Oesau, Oblt. Rudi Pflanz (52 v.) and Ofw. Günther Seeger (56 v.)

Mientras la guerra iba avanzando, la desazón entre los pilotos de combate también iba aumentando por lo que la figura mediática y elevadora de moral de Oesau cobraba cada día mas importancia y por esta razón fue de nuevo llamado a funciones de combate. Ahora, como Kommodore del Jagdgeschwader 1, iba a añadir a sus habilidades en la lucha de perros contra cazas enemigos su maestría al convertirse en un "experten"' asesino de bombarderos cuatrimotores, ya que en esta segunda etapa derribó de 14 bombarderos pesados norteamericanos, entre fortalezas volantes B-17 y B-24 Liberators. 

El 11 de mayo de 1944, Oesau al mando de una formación de cazas Bf 109 G  atacaron una formación de bombarderos norteamericanos: su unidad fue contraatacada por la fuerza de escolta de los bombarderos compuesta por cazas P-38 Lightning, en el subsiguiente combate Oesau fue alcanzado, derribado y se estrelló, perdiendo la vida cerca de la ciudad de St. Vith. De forma póstuma Oesau fue ascendió al rango de Oberst. Había volado en más de 300 misiones de combate y logró un total de 127 victorias, 38 de los cuales contra Spitfires y 14 sobre bombarderos cuatrimotores o "Viermots" tal y como los denominaban los pilotos de combate alemanes llamados, objetivos muy difíciles de derribar.




lunes, 23 de mayo de 2016

Operación Weserübung, Situacion estrategica y planificacion. 1ª parte.

Operación Weserübung, Situacion estrategica y planificacion.

“El desarrollo de la situación en Escandinavia requiere… la ocupación de Dinamarca y Noruega por parte de la Fuerzas Armadas de Alemania. Esta operación debería evitar el bloqueo británico de Escandinavia y el mar Báltico. Además, garantizaría nuestra base de minerales en Suecia y daría, a nuestra Armada y Fuerza Aérea una amplia línea de partida contra Gran Bretaña.”
Adolf Hitler. Directiva del Alto Mando de Wehrmacht. 1 de marzo de 1940

La subyugación de Dinamarca y Noruega no estaba originalmente en el diseño de Hitler para la conquista y la dominación de Europa. Sin embargo, la Kriegsmarine, aun escocida por el bloqueo naval sufrido durante la I Guerra Mundial que obligó a la flota su permanencia estatica en Kiel y Wilhelmshaven, comenzó a presionar al Alto Mando para que se lanzase una operación que  asegurase los puertos noruegos - especialmente Narvik y Trondheim – nada más acabar la conquista de Polonia.


El principal artífice y director de la Operación Weserübung fue el Grossadmiral Erich Raeder, comandante en jefe de la Kriegsmarine

Con la plena convicción que una vez más su servicio estaba dirigido hacia la guerra con Gran Bretaña, el Almirante Rolf Carls, promovió esta idea en una carta al Grossadmiral Erich Raeder, comandante en jefe de la Kriegsmarine. Impresionado, Raeder ordenó la propuesta fuese estudiada por el Seekriegsleitung (Estado mayor de guerra naval o SKL) y pensó que era un plan con suficiente fundamento para mencionárselo a Hitler

El 10 de octubre de 1939, en el transcurso de un informe general rutinario al Führer, Raeder introdujo la posibilidad de asegurar los puertos noruegos seleccionados, especialmente Trondheim y Narvik, ampliando de esta manera la base operativa de la Kriegsmarine contra su principal adversario, la Royal Navy  británica. Hitler, que había leído el Tratado del Vizeadmiral Wolfgang Wegener de 1929, Die Strategic des Weltkrieges (la estrategia de la guerra mundial), consideró la situación al comprender la importancia estratégica desde el punto de vista de la Kriegsmarine.


La operación podía contar con el apoyo adicional de Vidkun Quisling, antiguo Ministro de Asuntos Exteriores de Noruega (1931-33). Él y su partido fascista noruego (el Nasjonal Samling o 'Unión Nacional') estaban planeando un golpe de estado y solicitaron el ejército alemán ayuda para este levantamiento por medio de una ocupación pacífica y así protegerse contra interferencias británica, pero éste apoyo llegó a ser escaso por no decir nulo. Cuando Quisling visitó Berlín el 11 de diciembre se reunió con Raeder buscando apoyo alemán y ratificacion para el esfuerzo propuesto, Raeder no se dejo impresionar ni con el plan de Quisling ni con su falta de apoyo interior, pero el traidor mencionó una inquietante estratagema de inteligencia política: el gobierno noruego había decidido no resistir ante cualquier desembarco aliado si se presentase una situación semejante. Al día siguiente, el almirante alemán analizó con el Führer la visita y la revelación del colaboracionista. Si bien Raeder no respaldaba a Quisling y su plan, Hitler fácilmente acordó que la ocupación británica de los puertos noruegos sería desastrosa - según sus palabras “inaceptable' - y tres días más tarde, tras reunirse con Quisling, pidió que "un estudio sobre cómo ocupar Noruega... debía ser realizado por un grupo muy restringido de personal” del OKW.

La ansiedad de Hitler sobre una posible acción del enemigo era grande debido al fuerte apoyo político de los aliados mostrado hacia los finlandeses en su guerra de invierno contra la Unión Soviética (30 noviembre 1939-12 de marzo de 1940). Para ayudar a Finlandia, una fuerza expedicionaria aliada tendría que ocupar Narvik, en el norte de Noruega para de esta forma asegurar el ferrocarril que atraviesa Suecia hasta Finlandia. De esta manera se cortaría los envíos de mineral de hierro sueco de Gallivare hasta Narvik para ser embarcados en buques con destino a Alemania. Era evidente la presión ejercida en París y Londres respecto a la consideracion de realizar este movimiento, ya sea con la autorización de las naciones implicadas, Noruega y Suecia, o incluso sin ella.

La posibilidad de una acción unilateral aliada fue considerada como muy real por Hitler y su personal militar, manifestándose de forma evidente por las acciones del capitán Philip L. Vian y su destructor, HMS Cossack, a mediados de febrero.  En una acción audaz y atrevida ordenada por el Primer Lord del Almirantazgo, Winston Churchill, el Cossack entró en Jossingfjord, cerca de Stavanger y abordó el buque de guerra auxiliar alemán Altmark que se hallaba allí escondido. Se liberaron a 299 marinos mercantes británicos capturados por el "acorazado de bolsillo" Graf Spee y tras ello, rápidamente el destructor británico regresó a Gran Bretaña en medio de un clamor de protestas del gobierno noruego.



 El destructor de la clase Tribal HMS Cossack, protagonista preeminente de la campaña noruega. Fue utilizado para rescatar a los prisioneros británicos del Altmark y, dos meses más tarde, participo en la segunda batalla de Narvik donde sufrió graves daños.

Pero para Hitler y a su Estado Mayor, el hecho de que los noruegos hicieron poco más que protestar, demostró la impotencia para rechazar cualquier acción real aliada o, por ejemplo, defenderse de un ataque preventivo por parte de Alemania para garantizar este flanco abierto. Para Raeder  la posibilidad que la Royal Navy y la Royal Air Force pudiese sellar el Mar del Norte desde Scapa Flow, Escocia, hasta Stavanger, Noruega, llevaría un bloqueo irrefutable que la débil flota alemana no tendría esperanza alguna de contrarrestar.


La otra ansiedad persistente era la amenaza sobre los envíos de mineral de hierro sueco desde Narvik, transporte que era esencial para la maquinaria pesada nazi, suministros necesarios para mantener las fuerzas acorazadas y mecanizadas. Estos envíos provenían de las minas en Kiruna, en el norte de Suecia y durante los meses cálidos del año se transportaba desde el puerto de Lulea en barcos de vapor a través del Golfo de Botnia y el Mar Báltico, físicamente inmune a cualquier interrupción. Sin embargo, durante el invierno, el puerto de Lulea se helaba y se enviaba el mineral de hierro por ferrocarril a través del estrecho cuello del norte de Noruega hasta el puerto Narvik, libre de hielo. Los barcos alemanes cargados de hierro, circulaban por un trayecto casi totalmente dentro de las aguas territoriales de la neutral Noruega, pasando a través de un estrecho denominado Inner Leads fuera de Stadhavet cerca de Alesund – virtualmente inmune por el derecho internacional de interceptación e interdicción por buques de guerra británicos. Si los aliados ocupasen Narvik, los envíos de mineral podrían interrumpirse hasta que se descongelase el hielo en Lulea, dejando las grandes fábricas de acero y fábricas de armamentos de Krupp, así como otras industrias de Ruhr incapaces de cumplir con los requisitos para el ejército alemán y otros servicios.


Ruta "amenazada" del mineral de hierro sueco, vita para Alemania.

Continúa en Operación Weserübung, Situacion estrategica y planificacion. 2ª parte.

jueves, 19 de mayo de 2016

Fuerza Aérea Finlandesa

Fuerza Aérea Finlandesa.

Insignia de la Fuerza Aérea Finlandesa

La Fuerza Aérea Finlandesa fue una de las ramas de las fuerzas de defensa finlandesas. Sus tareas de tiempos de paz eran la vigilancia del espacio aéreo, vuelos de identificación y el entrenamiento de las formaciones aéreas con fines de preparación ante una posible contienda. Como arma separada del ejército, la fuerza aérea finlandesa fue fundada el 4 de mayo de 1928, si bien venia existiendo oficialmente desde el 6 de marzo de 1918 como el Cuerpo de Aviación del Ejército, a semejanza por ejemplo de los Estados Unidos.

En la década de 1930, se produjeron dos grandes controversias en la instauración del arma aérea finesa. La primera cuestión se hallaba en priorizar o bien los aviones de caza o bien los bombarderos, al final ganó la opción de la aviación de caza. Y el otro punto conflictivo estribaba en qué país sería el destinatario de la compra de aviones. El jefe del Consejo de Defensa, Carl Mannerheim, abogaba por Alemania mientras el comandante de la Fuerza Aérea, el entonces coronel y posterior teniente general Jarl Lundquist, se inclinaba hacia Gran Bretaña. Mannerheim subrayó el peligro de posibles ataques aéreos sobre las ciudades finlandesas cuando reclamó más fondos para la fuerza aérea, pero sin embargo dio prioridad a la adquisición de aviones de apoyo aéreo a las tropas terrestres.

En septiembre de 1939, la Fuerza Aérea Finlandesa (FAF) solamente disponía de 36 interceptores modernos, concretamente Fokker D-XXI holandeses, y 21 bombarderos, 14 Bristol Blenheims y 7 Junkers K430. Lundquist desplegó sus limitados aviones de combate disponibles al frente para proteger el ejército y defender como fuese posible el espacio aéreo finlandés. Tras la invasión soviética de Finlandia en noviembre de 1939, los bombarderos fineses atacaron los campos de aviación enemigos y apoyaron las fuerzas de tierra. A finales de diciembre de 1939, la FAF pudo adquirir más cazas Fokker, pero sus mejores aviones llegaron en la forma de Morane-Saulnier MS-406 comprados a Francia. Los finlandeses también adquirieron mas Blenheims, cazas Brewster F2A Búfalos americanos  con quien los finlandeses disfrutaron de un éxito considerable a pesar de ser un avión muy denostado, cazas italianos Fiat G-50 y mas MS 406icional. Sin embargo la mayoría d estas unidades llegaron demasiado tarde.


Fokker D-XXI, principal caza fines al inicio de la guerra.

Durante la guerra de invierno (30 noviembre 1939-12 de marzo de 1940) contra la Unión Soviética, se fueron concretando las tácticas utilizadas por la Suomen Ilmailuvoimat, Fuerza Aérea Finesa en finlandés, que se perfeccionaron durante la Guerra de Continuación. El primer combate real para la Ilmailuvoimat se produjo durante la invasión soviética de Finlandia. En esta guerra, los finlandeses anotaron 190 derribos confirmados  y más de 100 probables, así como otros más de 300 que fueron destruidos por el fuego antiaéreos o en el suelo. Alcanzaron una proporción 16:1 en combate aéreo, es decir los finlandeses derribaron 16 aviones soviéticos por cada uno que los soviéticos derribaron.

La Ilmailuvoimat, pequeña y mal equipada siguió ciertos principios para asegurar el éxito. En primer lugar, concentrar su poder de combate y utilizar el factor sorpresa, alcanzado puntual superioridad aérea. En segundo lugar, volando en formaciones pequeñas y  flexibles. Posteriormente, exigió a sus pilotos ser expertos en acrobacias y maniobras de combate. Finalmente, los pilotos finlandeses fueron entrenados continuamente hasta que fueron maestros en tiro de precisión.


Teniente General Jarl Lundquist, comandante de la Fuerza Aérea Finesa

En 1941, cuando Finlandia volvió a entrar en guerra  otra vez  con la Unión Soviética, contienda denomina da como Guerra de Continuación, su fuerza aérea había aumentado substancialmente. A grandes números, disponía de  144 cazas modernos, con una mezcolanza de aviones británicos, franceses, holandeses e italianos, 44 bombarderos británicos y ex  soviéticos; y 63 aviones de reconocimiento sobre todo británicos y alemanes. Una vez que comenzó la guerra de continuación, Finlandia el acceso a aviones de otros países fue cortado excepto Alemania, circunstancia bastante lógica. Los finlandeses tenían su propia industria aeronáutica, que produjo un número limitado de aviones, incluyendo el caza VL Myrsky II.

La estrategia de la fuerza aérea finlandesa estuvo marcada por la agresividad; cazas solitarios tacaron aviones soviéticos generalmente sin importar el número de aviones enemigos. La FAF empleó como marca de identificación una esvástica azul, al parecer sin ninguna relación con la cruz nazi. La Luftwaffe y FAF cooperaron en este conflicto, si bien no pudieron impedir todos los bombardeos enemigos en territorio finlandés ni salvaguardar completamente el ejército finlandés de ataques aéreos.

Inicialmente, los finlandeses tuvieron bastante éxito contra los soviéticos, logrando una relación de  derribos de 32: 1. Conforme la guerra avanzaba, la eficacia de las fuerzas finlandesas fue siendo cada vez menor a pesar de la adquisición de un número limitado de excelentes aviones alemanes como el caza Messerschmidt Bf 109G y bombardero multiuso Junkers Ju 88.


Messerschmidt Bf 109G de la Suomen Ilmailuvoimat

La batalla del Golfo de Finlandia es el mejor ejemplo de las operaciones aéreas durante la guerra. Los pilotos de caza finlandeses consiguieron grandes victorias, logrando una relación de intercambio promedio de 25: 1. Su estrategia de concentrarse en el combate aéreo marcó la diferencia; atacar las bases aéreas soviéticas mediante raids no valía la pena ni arriesgarse. Los soviéticos no tenían escasez de aviones pero carecían de pilotos experimentados. Al centrarse en la eliminación de estos pilotos soviéticos capacitados, los finlandeses alcanzaron la superioridad aérea.


Los soviéticos no quisieron o no creyeron oportuno implicar las fuerzas necesarias para derrotar a los finlandeses militarmente, y así el 4 de septiembre de 1944 se firmó un acuerdo de paz. El Ilmailuvoimat terminó otra vez una guerra con más cazas que al comienzo. Finlandia finalizó con la mayor proporción de ases en el mundo en relación con la población. La mayoría de los ases fineses sobrevivieron a la guerra.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Leopoldo III de Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial.1º parte

Leopoldo III de Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial.



Leopoldo III de Bélgica fue durante el periodo de tiempo inicial de la Segunda Guerra Mundial el abogado defensor mas a ultranza de la política exterior más independiente posible de su país, al mediar dos veces entre los gobiernos de la Alemania nazi y los países occidentales en los meses inmediatamente anteriores y posteriores al estallido de la guerra en septiembre de 1939. Bélgica seguía estrictamente siendo un país neutral, pero esta condición no fue obstáculo para ser invadida por los alemanes por segunda vez en la primavera de 1940, la primera fue en 1914. Antes de la guerra, el rey Leopoldo antes promovió la construcción de importantes fortificaciones defensivas desde Amberes hasta Namur frente a la frontera alemana. Sin embargo, sus acciones como comandante en jefe del ejército durante la invasión alemana de 1940 fueron criticadas por británicos y franceses e incluso por algunos belgas. Tras la invasión el grueso del ejército belga, fue rodeado por los alemanes y sin capacidad de reacción ni escapatoria, Leopoldo ordenó a sus tropas la rendición. No obstante, el rey se negó a huir con los funcionarios estatales para formar en Reino Unido, un gobierno en el exilio. Sus acciones, sobretodo esta última no fueron bien vistas por algunos de sus súbditos. La entrega de las armas en un punto crucial en la batalla de Francia de 1940 ocasionó un hueco importante en el anillo defensivo aliado en Dunkerque y, si los alemanes hubiesen presionado por esa zona de forma contundente es posible que la evacuación de las tropas aliadas en Dunkerque hubiese sido mucho más complicada. El rey Leopoldo siguió despertando críticas cuando en 1941 se casó en segundas nupcias con una mujer plebeya considerada en algunas facciones como pronazi. Por todo ello, muchos belgas vieron el comportamiento de Leopoldo ante los alemanes en marcado contraste con la valiente resistencia de su padre al ejército del káiser durante la Primera Guerra Mundial. Otros compatriotas sin embargo creyeron que el rey fue injustamente criticado, ya que según ellos, Leopoldo demostró gran valentía negándose posteriormente a administrar su país bajo control alemán y dar una apariencia de legitimidad al Gobierno de ocupación nazi, es decir, convertirse en un títere. Leopoldo fue hecho prisionero por los alemanes hasta el final de la guerra, primero en su castillo de Laeken, Bruselas y más adelante en la profunda Alemania.

La política exterior belga dio un giro rotundo cuando Bélgica decidió su retirada del Pacto de Locarno. Cuando los el gobierno nazi remilitarizó Renania en 1936 y no hubo respuesta internacional alguna, Bélgica decidió seguir su propio camino con una política de "neutralidad armada". En esos momentos esta era una opción muy prevalente, ya que si los Países Bajos habian podido evitarla entrada en la guerra en 1914, tal vez Bélgica podría hacer lo mismo. Para lograr esta deseada opción, Bélgica dedicó una cantidad increíble de su producto nacional bruto para la defensa nacional. Se ha estimado que llegó hasta el 23%. Con una población de 8 millones de personas, Bélgica llegó a tener 650.000 hombres en el ejército. Era un ratio enorme y la máxima que podría reunir un país pequeño como Bélgica. Ni Francia ni Reino Unido se acercaban lo mas mínimo a esa proporción. Los fondos fueron utilizados mayoritariamente en construir fortificaciones de frontera potentes y en  aumentar los efectivos del Ejército más que en modernizar su aviación y fuerza acorazada.


Leopoldo III pasa revista a la exigua fuerza acorazada belga

En octubre de 1939, tras el estallido de la guerra, el rey pronunció un discurso de radio en inglés dirigido a los Estados Unidos. Señalo que la actitud de la población belga provenía del sentimiento aislacionista de América, que durante generaciones, diferentes naciones habian llevado sus guerras al suelo belga y que Bélgica quería permanecer al margen viviendo solos y viviendo en paz. No importaba la opción de los Aliados o del Eje, Bélgica quería quedarse fuera de toda controversia.

Bélgica seguía siendo estrictamente neutral, pero fue invadida por los alemanes por segunda vez el 10 de mayo de 1940, justo en  el inicio de la largamente esperada ofensiva alemana en el oeste. Como se ha comentado, el rey Leopoldo había promovido la construcción de importantes fortificaciones defensivas desde Amberes a Namur frente a la frontera alemana. Bélgica declaró su neutralidad y se negó a permitir el paso de  fuerza expedicionaria británica por el territorio. LA BEF y el ejército francés  no hicieron caso de la orden belga, pero al final no sirvió para nada. El ejército belga fue sorprendido desde el inicio de las hostilidades con la caída de las defensas de la frontera. El fuerte de Eban-Emael, una gran fortaleza subterránea que dominaba  tres puentes sobre el Canal de Albert y construido a semejanza de las fortificaciones de la  francesa línea de Maginot francesa, estaba  considerado como inexpugnable.  La fortaleza cuya dotación se elevaba a más de 1.200 soldados belgas fue asaltada, la madrugada del 10 de mayo, por 400 paracaidistas alemanes que llegaron silenciosamente por medio de planeadores que aterrizaron directamente encima de la fortaleza. Tras inutilizar los cañones por medio de cargas de demolición el "inexpugnable" fuerte de Eban-Emael se rindió. Con la defensa artillera fuera de combate, el resto de la fuerza alemana tomó rápidamente dos de los tres vitales puentes sobre el canal. Las fuerzas armadas alemanas  pudieron entrar en territorio belga casi sin lucha y desplegar sus fuerzas acorazadas en cuestión de horas.


Bélgica a punto de rendirse.


Tras 18 días de derrotas y retiradas, Leopoldo sin consultar con el gabinete de gobierno ni con los aliados y como comandante en ejefe del Ejército belga firmo la rendición de Bélgica ante los alemanes, concretamente el 28 de mayo de1940. Ese mismo día, los británicos comenzaron la evacuación en Dunkerque. Esta acción de Leopoldo trajo consecuencias importantes. La rendición de las tropas en tiempo y lugar produjo un hueco en la línea defensiva aliada en torno a la Dunkerque. Brecha que hubiese sido aprovechada por al fuerzas alemanas sin embargo inexplicablemente, Hitler ordenó la detenciones de su fuerza acorazada.  Hay considerable diferencia de opinión en cuanto a las circunstancias que rodearon el caos existente en los acontecimientos de finales de mayo. Pero existe casi un consenso global en que las decisiones del rey Leopoldo como comandante en jefe del ejército durante la invasión alemana de 1940 sean como mínimo susceptibles de crítica. Muchos ciudadanos belgas, vieron la rendición ante los alemanes como un acto de cobardía, mas aun si es comparado con la fuerte defensa de los intereses belgas del su padre ante las tropas del Kaiser durante le conflicto mundial anterior.

Continúa en Leopoldo III de Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial.2º parte