Torpedo Junction
Torpedo Junction o Torpedo Alley, es la denominacion que se dio durante la Segunda Guerra Mundial a una zona
marítima situada enfrente de las costas del estado norteamericano de Carolina
del norte. La razón del nombre se debe al alto número de ataques que allí se
produjeron por parte de submarinos alemanes, circunstancia por lo que dicha
zona se ha convertido en un verdadero cementerio de barcos dentro del océano
Atlántico. Casi 400 naves fueron hundidas, sobre todo en 1942 durante el denominado "segundo
tiempo feliz" y más de 5.000 marineros perecieron, muchos de los cuales
eran civiles y marinos mercantes. El período de ataques comenzó en enero de
1942 y enseguida el área fue conocida por los tripulantes de los U-Boote como
el "tiro al pavo de Norteamérica" o "Great American Turkey
Shoot" por la facilidad de hundir barcos enemigos. Torpedo Alley abarcaba
la zona que rodea Outer Banks, incluyendo el cabo Lookout y el cabo Hatteras.
El 7 de diciembre de 1941, el
ataque sorpresa japonés a Pearl Harbor empujó a los Estados Unidos
inesperadamente a entrar en la guerra. De forma similar, obligó al dictador de
Alemania, Adolf Hitler, declarar la
guerra a los Estados Unidos. Esta circunstancia dio lugar a la puesta en práctica
de un plan secreto, cuyo nombre en código era operación Paukenschlag - o
"redoble". Una campaña de ataques submarinos rápida y decisiva en la
costa este americana. La estrategia, concebida por el almirante Karl Dönitz, el
brillante comandante de los U-boote alemanes, era conseguir tomar ventaja ante
los todavía débiles preparativos de guerra estadounidense y atacar sus
vulnerables y valiosas rutas marítimas, justo enfrente de la costa atlántica.
Inicialmente, sólo cinco submarinos fueron asignados a dicha operación, y como
comenzaron su furtivo viaje de aproximación al área de operación través del
Atlántico a finales de diciembre, ni siquiera el almirante Dönitz podría prever
el éxito que estos pocos U-Boote.
Zona de "Torpedo Junction", entre el cabo Hatteras y cabo Lookout.
Decir que Estados Unidos estaba
mal preparado para la guerra a la que se dirigía a era no faltar a la verdad,
incluso esta consideración podía quedarse corta. Los barcos de patrulla naval
asignados al Atlántico eran lastimosamente pocos en número, y los que estaban
disponibles eran obsoletos, lentos, no aptos para navegar o totalmente inadecuados
para el uso antisubmarino. Sólo una nave, el cutter1 de 165 pies Dione, patrullaba el crucial Distrito
Naval nº 5 - una sección enorme del océano que incluía las aguas de cabo
Hatteras. Diseñado durante la prohibición para perseguir a los contrabandistas
de ron, el Dione era un buen buque guardacostas. Sin embargo, sólo y contra
experimentados U-Boote alemanes, estaba simplemente superado.
Mientras tanto, los buques
mercantes iban y venían a lo largo de la costa sin precaución alguna, uno tras
otro, con sus luces encendidas y a menudo sin un rumbo zigzagueante, una
maniobra defensiva que hacía más difícil los ataques de torpedo. En tierra la
situación estaba igual de mal. No existía restricción alguna sobre el apagón de
las luces de las ciudades, de tal forma que la silueta de los barcos se
distinguía claramente facilitando enormemente la precisión de los ataques
submarinos, los faros y boyas de navegación permanecían encendidas, no existían
aviones de patrulla marítima adecuados para tal misión y, a pesar de las
advertencias de los subordinados afectados ante esta situación así como de sus
inflexibles aliados británicos que incluso habían violado el código naval
alemán y conocían los planes enemigos, el mando naval americano parecía ajeno a
las posibilidades de un inminente desastre.
Como era de esperar, la tragedia
llegó puntualmente. Los U-boote, con sus tripulaciones aderezadas por dos años
de guerra y sin oposición defensiva norteamericana, navegaron a voluntad y
atacaron sus presas con precisión depredadora. Como resultado, la cifra de
buques mercantes aliados hundidos alcanzó niveles sorprendentes: de enero a
junio de 1942, un total de 397 buques fueron hundidos en las aguas
territoriales de América. Frente a la costa de Carolina del Norte, más concretamente
donde el cabo Hatteras sirvió como punto focal de navegación, tal y como los
comandantes de U-Boote pronto se dieron cuenta, fueron hundidos muchos buques mercantes llegando el área a
ser referida como "Torpedo Junction". Los petroleros en llamas
resplandecían tan brillantemente en Outer Banks que desde tierra, se dijo, que
por la noche se podía leer un periódico gracias el resplandor, mientras los
desalentadores restos de los naufragios de guerra, - aceite, desperdicios y
cadáveres - llegaban a las playas.
Los mismos alemanes estaban
sorprendidos por la facilidad del dominio de la batalla. Sin embargo,
continuaron operando con poco temor a
represalias, porque a pesar del rastro de destrucción masiva que iban
dejando a lo largo de la costa, la respuesta por parte de la armada de los
Estados Unidos fue tardía El almirante Ernest J. King, comandante en jefe de la
flota de los Estados Unidos, no pareció reconocer la gravedad de lo que estaba
sucediendo e ignoró las protestas de sus comandantes de primera línea. Los
destructores, buques esenciales para la lucha antisubmarina, fueron desplegados
en otros lugares o anclados en puerto. Cuando se pudo disponer de aviones de
patrulla, fueron enviados a otras áreas. Los británicos, que eran muy conscientes
de la grave situación, ofrecieron recomendaciones y naves y en ambos casos
fueron rechazados. Indiscutiblemente, los alemanes intensificaron sua ataques,
y el número de hundimientos seguía creciendo.
Victima del ataque submarino frente a las costas americanas.
La continua debacle marítima no
pasó desapercibida para el alto mando estadounidense. De este " Pearl
Harbor Atlántico " el jefe de Estado Mayor del Ejercito George Marshall
escribió el 19 de junio de 1942, al Almirante King:
"Las pérdidas por submarinos
en nuestra costa atlántica y en el Caribe amenazan ahora nuestro global
esfuerzo de guerra ... Tengo miedo que otro mes o dos como este pueda
perjudicar tanto nuestros medios de transporte que nos será imposible llevar
suficientes hombres y aviones contra el enemigo en críticos teatros donde poder
ejercer una determinante influencia en la guerra".
Por último, la urgencia de la
amenaza de los U-Boote comenzó a dar sus frutos. Las masivas pérdidas de
buques, la oportuna ayuda británica que finalmente fue aceptada y las duras
lecciones aprendidas provocaron una reacción eficaz de la marina de Estados
Unidos. Se implementaron patrullas marítimas de aviones de largo alcance, se
instauró un sistema de convoy costero y se desplegaron más barcos de guerra
antisubmarina. Incluso unos pocos submarinos enemigos fueron hundidos. Ya en el
verano de 1942, los días de espectacular éxito alemán habían pasado y el
almirante Dönitz sabiamente retiró sus submarinos hacia otros teatros
operativos. Aunque durante el resto de la guerra se seguían perdiendo esporádicamente
buques mercantes frente a la costa, la situación en nada se parecía a la
masacre de principio de1942. Terminó el terror de "Torpedo Junction",
pero su atroz peaje final incluyó demasiados barcos hundidos y cientos de vidas
perdidas en las aguas de Carolina del Norte.
1.- Cutter, denominacion de un tipo de barco de guerra de pequeña o
mediana envergadura, utilizado por servicios como la Guardia Costera de los
Estados Unidos.
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