Proviene de Uso operacional de la bomba Fritz-X.1º parte.
La siguiente "victima"
del la bomba guiada Fritz-X fue el crucero británico HMS Uganda que recibió un
impacto, cerca de Salerno el 13 de septiembre de 1943. El proyectil impactó a
toda velocidad y penetró a través de siete cubiertas antes de estallar, volando
una sección de la quilla. Más tarde el acorazado HMS Warspite fue también
bombardeado, penetrando la Fritz-X seis cubiertas antes de detonar en una sala
de calderas.
Crucero ligero HMS Uganda
Al principio, los ataques fueron
considerados como realizados por armas convencionales pero la trayectoria
angular así como la estela de humo dejada tras el proyectil pronto revelaron el
hecho de que las bombas eran controladas por radio. El sistema implicaba a un
transmisor Kehl, operado desde el avión y un receptor instalado en la bomba.
Este sistema que había sido diseñado para su uso en el Hs-293, otra bomba
guiada, proporcionaba hasta 18 frecuencias de Kehl/Strassburg a elegir para la
conexión de control. Tan pronto como los aliados se dieron cuenta de este
sistema, comenzaron a utilizarse aparatos de interferencia de frecuencia para
desestabilizar la trayectoria del proyectil guiado. No fue un éxito rotundo. La
frecuencia de interferencia rara vez fue seleccionada correctamente; además
otros aviones alemanes atacando al mismo tiempo elegirían frecuencias distintas
mientras las interferencias aliadas solamente serian en una única frecuencia.
La Fritz-X necesitaba una altura
adecuada para ser eficaz como arma capaz de perforar las cubiertas de acero de
los buques de guerra. Su altitud de liberación mínima era 4.000 m. y la
distancia mínima de vuelo era aproximadamente de 5 Km. del objetivo. En la
práctica, la altitud normal fue de 5.500m. Esta circunstancia planteaba un
problema para el piloto del bombardero que lanzaba el proyectil pues el avión
fácilmente podía volar más allá de la trayectoria de vuelo del misil o por
debajo de esta, perdiendo el contacto visual. Los pilotos tendían a ir en un
ascenso lento, reduciendo velocidad sobre el terreno, para así poder seguir con
la vista la trayectoria de la bomba. Los aliados descubrieron esta obligada manera
de actuar, y por supuesto significaba
que el bombardero era ahora un objetivo mas fácil de alcanzar para los
artilleros antiaéreos y más aún si se hallaban cazas aliados protegiendo a las
flotas ancladas. Cuando se supo esta táctica y se perfeccionó, los pilotos de
caza obtuvieron una muy alta tasa de éxito y los ataques sobre los bombarderos
que habían lanzado una bomba Fritz-X se convirtieron en más fáciles con el
tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario