Kindertransport
Pasaporte de Gertrud Gerda Levy,
que partió de Alemania en agosto de 1939 en un transporte de niños
(Kindertransport) a Gran Bretaña. Berlín, Alemania, el 23 de agosto de 1939.
Antes incluso del comienzo de la
Segunda guerra Mundial, la situación del pueblo judío en Alemania era
desoladora, y siempre que existe ese ambiente discriminatorio hacia un
colectivo en general, son los niños, al ser los seres más indefensos quienes
con mayor virulencia les afecta esa realidad. Si bien los países occidentales
tuvieron una actitud tibia por no decir fría ante las peticiones de asilo por
parte del pueblo judío que pretendía salir de una Alemania hostil, se
produjeron acciones remarcables de solidaridad. Una de ellas fue la denominada
Kindertransport. Fue en un programa de evacuación autorizado por el gobierno
británico llevado a cabo antes del inicio de las hostilidades por colectivos
seculares y religiosos por el cual se salvaron aproximadamente 10.000 niños y
jóvenes de edades por debajo de los 17 años, la mayoría de ellos judíos
procedentes de Alemania, Austria Checoslovaquia, Polonia y la ciudad libre de
Danzig. La evacuación comenzó después de los pogromos contra los judíos
promulgados tras la Kristallnacht, la Noche de los Cristales Rotos del 9 al 10
de noviembre de 1938 cuando los nazis atacaron las propiedades y a las personas
judías, con posteriores detenciones en masa. En teoría el Kindertransport
finalizó el 1 de septiembre de 1939 con el estallido del conflicto mundial pero
se siguieron rescatando niños hasta 1940.
Orígenes y operativa del
Kindertransport.
En los meses siguientes a la subida al poder
de Adolf Hitler y su partido nazi en Alemania, a principios de 1933, decenas de
miles de judíos salieron del país. Sin embargo, ese ritmo de emigración
rápidamente comenzó a enlentecerse al ser cada vez más difícil conseguir el
visado correspondiente. El presidente de los Estados Unidos, Franklin D.
Roosevelt respondió a este "problema
de los refugiados", es decir, la incapacidad de los judíos de la
Alemania nazi para encontrar países dispuestos a ofrecerles refugio,
proponiendo una conferencia. Desde el 6 de julio de 1938, representantes de 32
países se reunieron durante 10 días en la estación francesa de Évian-les-Bains.
A pesar de acabar la reunión con grandes proclamaciones, cierto es que la denominada
Conferencia de Évian apenas aclaró la situación de los judíos en Alemania y aún
menos dio soluciones. Hubo discusiones sobre potenciales lugares de
asentamiento, pero la mayoría de los países seguía estando con poca o nula
disposición a admitir inmigrantes. Los participantes tan solo acordaron fijar
nuevas reuniones en el futuro para seguir planteando alguna posible solución.
Familias despidiendo a sus hijos
Mientras tanto, la persecución de
los judíos en Alemania y Austria se intensificaba espectacularmente, alcanzando
el punto álgido durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, con el
pogromo conocido como Kristallnacht o "Noche de los Cristales Rotos".
Se produjeron disturbios contra los judíos por todo el país, más de 1.000
sinagogas fueron incendiadas o destruidas mientras los bomberos permanecían
inmóviles, actuando sólo si los incendios amenazaban con extenderse a los
edificios vecinos; más de 7.500 negocios regentados por judíos fueron
saqueados. Cementerios, hogares, escuelas y hospitales judíos sufrieron
dañados; y al menos 91 judíos fueron muertos; posteriormente miles de judíos
fueron arrestados e internados en campos de concentración.
Incluso tras los graves
acontecimientos ocurridos durante la Kristallnacht, muy pocos países abrieron
sus puertas a los refugiados judíos, que hasta el cierre de las fronteras con el
inicio de la Segunda Guerra Mundial aún se les permitió salir de Alemania, eso
sí, siempre lo hacían sin dinero ni posesiones. Durante el Tercer Reich, los
judíos lucharon inútilmente por encontrar un país que les ofreciese refugio.
Después de la Kristallnacht, el
Parlamento británico respondió a las llamadas de atención llevadas a cabo por
el Comité de Refugiados Judíos Británicos con un debate en la Cámara de los
Comunes el 21 de noviembre de 1938. Aunque el Gobierno británico ya había concretado un cupo de inmigración judía
destinado a su mandato de Palestina, varios factores contribuyeron a la
decisión de permitir que un número no determinado de niños menores de 17 años
pudiesen ser acogidos en el Reino Unido como la diligencia por parte de los
abogados de los refugiados, la creciente conciencia de las atrocidades contra
los judíos en Alemania y Austria y las simpatías projudias de políticos de alto
rango. Para "asegurar su
restablecimiento final" se emitió un bono de 50 libras para cada niño
y que especificaba que una vez la crisis pasara, los niños volverían a
reencontrarse con sus padres. Para ratificar esta percepción los niños viajaron
con documentos de transito temporales.
Grupo de muchachas judias del programa de evacuación Kindertransport
Continúa en Kindertransport II
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