El ejercito surgido tras la
revolución bolchevique, llamado Ejército Rojo de los Trabajadores y Campesinos,
en ruso Raboche Krest'ianskaia Krasnaia
Armiia, RKKA, sorprendentemente, empezó casi como Lenin había previsto.
Basado en destacamentos de guardias rojos, la primera fuerza militar de los
bolcheviques estaba compuesta en su totalidad por voluntarios pertenecientes a
la clase obrera decididos a defender la revolución. Enseguida se hizo evidente
que para incluso el más idealista de los revolucionarios, grupos armados de
guardias rojos no constituían un ejército propiamente dicho, por muy
voluntarios y voluntariosos que fueran. Las autoridades civiles también se
dieron cuenta rápidamente de que las tareas a realizar por dicha fuerza, como
preservar un estado amenazado por movimientos de independencia y la defensa del incipiente Gobierno
bolchevique de una contrarrevolucionaria guerra civil y de una intervención
extranjera, requerían un ejército real y todo aquello que se exigía de él. Ante
esta necesidad, en marzo de 1918 Lenin asignó a León Trotsky la tarea de crear
un verdadero ejército.
De forma inteligente Trotsky abandonó la mayor parte de sus preconcebidos y utópicos conceptos marxistas de lo que un ejército debía ser y comenzó inmediatamente a formar una fuerza armada según los cánones tradicionales. Se incluyó la creación de una jerarquía entre los oficiales y la tropa así como disposiciones para la organización y disciplina militar. Inicialmente el reclutamiento estaba limitado a la clase obrera, pero esta circunstancia enseguida se vio insuficiente y las puertas se abrieron a todos los interesados salvo campesinos ricos, clero, burguesía y con excepciones, a la nobleza. La creación propiamente dicha del ejército de forma voluntaria también se produjo rápidamente; el régimen instituyó el reclutamiento a principios de 1918. El aspecto más controvertido del nuevo ejército de Trotsky fue la confianza mostrada hacia los antiguos oficiales zaristas para instruir e incluso liderar las unidades del recién formado Ejército Rojo. Tal dependencia del denostado enemigo de clase constituyó gran reprobación por una amplia parte del conjunto bolchevique causando gran agitación en el partido. Este ejército, que llegó a tener casi 5 millones de hombres en su pico máximo, luchó con éxito en la guerra civil consiguiendo preservar el estado bajo el dominio bolchevique, aunque sin restaurar las fronteras rusas anteriores a 1941.
Primeros años del ejercito soviético
La desmovilización del Ejército
Rojo comenzó a finales de 1920 y reanudó el debate sobre la forma que tomaría
las fuerzas armadas durante los periodos de paz. Una vez más, los idealistas
marxistas resucitaron el concepto de Ejército de Ciudadanos pero fueron
desafiados por aquellos bolcheviques deseosos de un ejército profesional permanente.
Al final se llegó a una solución de compromiso. En 1921, el partido aceptó la
necesidad de un ejército permanente, pero insistió en que la mayor parte de la
fuerza militar del país residiera en la reserva, es decir, el ejército de
ciudadanos. De esta forma, esta contingencia fue vista de forma diferente por
los dos bandos opuestos: los idealistas socialistas aceptaron el ejército
permanente como mal necesario, pero temporal, esperando que una vez que se
lograran las condiciones para instaurar el verdadero socialismo, el ejército permanente desaparecería. Los
partidarios de un gran y estable ejército admitieron un pequeño ejército activo
y una milicia territorial de gran magnitud como un parche transitorio hasta que
finalmente la situación diese lugar a un ejército permanente de gran tamaño y
una pequeña reserva, hecho que se produciría una vez que la economía fuese lo
suficientemente fuerte para mantener dicha fuerza.
El partido comunista todavía
insistió en que el ejército permanente reflejara los ideales revolucionarios
que guiaron la transformación de la sociedad civil por el partido. No debía ser
una réplica del antiguo ejército zarista. Honestamente, los lideres políticos y
militares, a pesar del abandono de un principio fundamental de la filosofía
socialista, intentaron crear un ejército con nuevos tipos de relaciones entre
oficiales y tropa, medidas disciplinarias, doctrinas de guerra y una calidad
de vida muy mejorada de los soldados en claro contraste con el imperial
ejército ruso. El régimen bolchevique creía que su ejército podría ser una
herramienta de transformación social para las masas. Algunos teóricos militares
incluso creyeron que el socialismo sería la base de un nuevo método de guerra.
Sin embargo, con el paso de los años fue disminuyendo el idealismo ortodoxo y
ya en 1941 el Ejército Rojo en muchos sentidos, intencionalmente o sin querer, se
asemejaba al tan denigrado y calumniado ejército imperial zarista.
La historia de los inicios del
Ejército Rojo es la historia de los intentos del régimen soviético de crear un
ejército que no sólo tratara correctamente a sus soldados, sino también tratara
de elevar su conciencia socio-política. Es la historia de tal vez el primer ejército político
del mundo, en el sentido de que la cúpula del Ejército Rojo tomaba decisiones militares transcendentales compartiendo
la responsabilidad con un partido político. Los valores del partido comunista
así se entrelazaron con las directrices militares, volviéndose ambos
prácticamente indistinguibles. Esta unión entre partido y ejército parecía
lógico y necesaria para el partido y nunca fue seriamente desafiada por el
ejército, sin embargo, resultó ser el origen de algunas de la debilidades de las
fuerzas armadas soviéticas mostradas durante la Segunda Guerra Mundial.
La Segunda Guerra Mundial mostró
al Ejército Rojo en su punto más bajo y también en su nivel más alto de
eficacia. La guerra comenzó con la invasión alemana y las derrotas sufridas por
el Ejército rojo y terminó con la conquista soviética de Europa Oriental
demostrando la valía de las fuerzas soviéticas. Entre un extremo y el otro, el
Ejército Rojo comenzó utilizando muchas de las prácticas llevadas a cabo
durante la Guerra Civil pagando un alto precio en vidas y material, pero
también se fueron desarrollando nuevas formas de actuar que promovían la cohesión y la
moral. El liderazgo del ejército fue madurando bajo condiciones de combate en
cada ocasión. La sociedad soviética temporalmente estuvo en comunión total con
el ejército tal y como previó Lenin en 1917, y así el ejército eventualmente se
convirtió en una institución confiable y respetada por la mayoría de la población,
sin embargo, ese sentimiento no se sabe con exactitud si se debe a la propia concepción
de un ejército politizado o a la
necesidad de combatir a un enemigo despiadado e invasor del país que provocó
que volvieran a rescatarse valores más propios de tiempos de antaño, como el
patriotismo. Solo hace falta indicar que la Segunda Guerra Mundial, en la URSS se denominó Gran Guerra Patriótica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario