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miércoles, 27 de diciembre de 2023

Doctrina submarina japonesa al principio de la guerra.


Doctrina submarina japonesa al principio de la guerra.


I-53

En el periodo de entreguerras, la estrategia naval japonesa para el futuro inmediato se hallaba mediatizada completamente por la convicción de que la guerra con los Estados Unidos era inevitable. Cuando finalmente la guerra estallara, se esperaba una ofensiva por parte de la flota de combate de la Marina estadounidense que culminaría en un decisivo enfrentamiento con la flota nipona en el Pacífico occidental, o al menos ese era el planteamiento por parte de los estrategas navales japoneses. Como la marina de guerra de los Estados Unidos era de mayor tamaño y consecuentemente mayor potencia que la del Japón, de conformidad con lo dispuesto por los tratados navales de Washington y Londres, la Armada Imperial necesitaba el desarrollo de una doctrina y de unos planes operativos específicos para enfrentarse a un enemigo superior.



Un aspecto importante de la planificación japonesa con vistas a destruir la flota de Estados Unidos era el concepto de reducción paulatina de la fuerza de la flota de batalla estadounidense, en transitó por el Pacífico antes del enfrentamiento final. El papel a desarrollar por parte de la fuerza de submarinos de la Armada Imperial se convirtió en una parte importante de esta estrategia. En consecuencia, Japón se convirtió en la principal potencia naval en desarrollar y producir los submarinos oceánicos mas grandes, Con el fin de contribuir al concepto de batalla decisiva de la Armada Imperial, los submarinos serian los encargados de realizar un extendido reconocimiento de la flota de batalla enemiga (incluyendo sus puertos), ser la sombra del enemigo, perseguirlo y, lo más importante, atacar y desgastar la flota adversaria antes del esperado encuentro. En los años 30, esta estrategia se había convertido en dogma.

A principios de 1938, la Armada Imperial finalmente decidió probar cómo su fuerza de submarinos era capaz de ejecutar los diversos aspectos tácticos de esta misión. Los resultados de diversos ejercicios prácticos revelaron como de impracticable era en realidad la doctrina submarina japonesa. Se mostraron dos lecciones clave casi imposibles de realizar con eficacia; la dificultad en la realización de la vigilancia de unidades de una flota bien defendida por la vulnerabilidad de los submarinos grandes en tareas de detección y la dificultad de realización y control de submarinos actuando en conjunción con la flota de batalla fue también ampliamente puesta en valor. Otro aspecto negativo descubierto en las maniobras fue la  más extrema limitación en la ejecución de la fase de ataque dentro de los parámetros doctrinales. Los estrategas navales japoneses pensaban que la mejor posición para un ataque con torpedo estaba a una distancia de unos 1.500 yardas (1, 372m) sobre la proa del objetivo. Para lograr esta posición, el submarino tendría que contactar con el enemigo y a continuación  usar su alta velocidad superficial para colocarse en la trayectoria del navío. A menos que la línea de avance del enemigo se conociera a priori era necesario desplegar un piquete de submarinos a través de las posibles trayectorias de la flota enemiga. Durante los ejercicios llevados a cabo en 1939 y 1940 se vio que la fuerza enemiga generalmente transitaba por el área de operaciones de los submarinos saliendo más o menos ilesa ya que si era bastante difícil mantener tan sólo el contacto con dicha fuerza enemiga, mucho mas era adelantarla y esperar sumergidos a la espera del ataque. Los ataques de torpedo en la superficie fueron considerados impracticables debido a la escasa probabilidad de detección.

Submarinos japoneses fondeados en el puerto de Kure, agosto 1945

Todas las lecciones reveladas de estos ejercicios de preguerra tuvieron gran impacto en las operaciones futuras; por ejemplo, el énfasis en la ocultación se tradujo durante la guerra en extrema precaución. En general, los ejercicios de antes de la guerra demostraron la inadecuación fundamental de la doctrina submarina japonesa; sin embargo, los japoneses eligieron aprender esta lección durante la guerra bajo la pena de sufrir fuertes pérdidas. La doctrina submarina japonesa estaba claramente centrada en atacar expresamente la flota de superficie enemiga a expensas del desarrollo de la estrategia y la táctica necesaria para atacar el comercio del adversario y sus líneas de comunicación marítimas. Curiosamente, cuando los submarinos japoneses fueron ejercitados contra objetivos mercantes, demostraron ser muy eficaces. Sin embargo, no sólo fue esta lección no tenida en cuenta en relación con el empleo de submarinos japoneses, sino que tampoco se pensó en la posibilidad de que la acción de los submarinos enemigos pudiera paralizar el vital comercio marítimo de Japón, indispensable por el déficit de materias primas, como realmente así sucedió. El japonés consideraron los ataques al comercio de los Estados Unidos como una parte importante de la guerra del Pacífico, pero sólo si estas operaciones no interfirieran con la misión principal de atacar a la flota de combate del enemigo.

Fuentes:
Stille, M. (2007) Imperial Japanese Navy Submarines 1941-1945. Osprey

https://www.silverhawkauthor.com/post/japan-submarines-of-the-second-world-war 

https://madmonarchist.blogspot.com/2016/12/japanese-submarine-campaign-of-world.html

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