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jueves, 20 de junio de 2019

Friedrich August Freiherr von der Heydte







La Segunda Guerra Mundial vio por primera vez  a los paracaidistas convertirse en una parte importante de la guerra. Entre los comandantes de paracaidistas más notables se encontraba Friedrich August Freiherr von der Heydte. Católico alemán, fue conocido por algunos colegas como el Paracaidista del Rosario.

Nacido en 1907 en Múnich, Heydte ingresó en el ejército alemán durante el período inmediatamente posterior a la Primera Guerra Mundial. Un jinete apasionado, se alistó y, tras un breve período en la infantería, pasó a ser oficial cadete en un regimiento de caballería. Fue una vida severa llena de trabajo duro y disciplina.



El Tratado de Versalles limitó el tamaño del ejército alemán. Para superar la restricción, los oficiales alemanes recibieron entrenamiento pero no se movilizaron permanentemente sino que abandonaban el Reischwehr para crear una gran reserva de hombres listos para ser llamados a filas cuando fuera necesario. Como parte de este proceso, Heydte dejó el ejército en el otoño de 1926. Después de dejar el ejército, Heydte fue a la universidad para cursar la carrera de derecho. En su tiempo libre, se comprometió a estudiar religión. Su familia no era rica, por lo que se financió a sí mismo trabajando como profesor particular.

En 1927, Heydte se trasladó a Viena a estudiar a la Academia Consular de Austria. La Oficina de Relaciones Exteriores de Alemania otorgaba becas a los estudiantes que estudiaban en esa entidad, lo que supuso conseguir un respiro económico. Estuvo en Viena hasta 1934. Regresó a Alemania y se metió en problemas con las autoridades después de que él y un amigo golpearan a un nazi por insultar a la iglesia católica. Para evitar ser arrestado por la Gestapo, Heydte se reincorporó a su regimiento de caballería.

El regreso de Heydte al ejército se produjo en un mal momento. Su regimiento de caballería se convirtió en un regimiento antitanque al año siguiente, privándole de las alegrías de la equitación, su gran pasión. Después de un curso en el estado mayor general, Heydte regresó a su unidad al estallar la Segunda Guerra Mundial. Sirvió en la campaña occidental de 1940, ganando una Clase de Cruz de Hierro de 1ª Clase. En agosto, se aceptó su solicitud para pasar desde un aburrido puesto de suministros a un regimiento de paracaídas.

Después de completar su entrenamiento, Heydte tomó el mando del 1º Batallón del 3º Regimiento de Paracaidistas. En mayo de 1941, dirigió a sus hombres en la primera invasión aerotransportada importante y en exclusividad de la historia: la invasión de Creta. El batallón de Heydte se dispersó durante el salto inicial, al igual que muchas unidades alemanas. Su comandante los reagrupó y los dirigió en una lucha feroz por el control del pueblo de Galatas. A continuación dirigió el flanco derecho del asalto a La Canea. Al liderar las primeras tropas alemanas en la ciudad, aceptó su rendición un día antes de que el resto de tropas britanicas abandonaran la isla.



Fallschirmjäger en Creta

Después de Creta, el batallón fue enviado al este, al frente ruso. Allí, los paracaidistas fueron una de las muchas unidades que llenaban las brechas en las líneas alemanas tras los feroces combates con las tropas soviéticas. Al darse cuenta de lo perjudicial que serian los efectos del clima para sus hombres, Heydte "organizó" una entrega de abrigos invernales para sus hombres.

Al luchar cerca del río Neva, los paracaidistas de Heydte tomaron parte en la brutal lucha mano a mano contra los desesperados soviéticos. Su clarividencia fue fundamental al detener un masivo ataque nocturno de los soviéticos utilizando bengalas y pesado fuego de ametralladoras. Herido por una esquirla de metralla, Heydte recibió una llamada de atención sobre el peligro de estar en el frente cuando otro pedazo de metralla mató al oficial médico que le estaba tratando.

Después del periodo de recuperación de las heridas, Heydte con su unidad fueron destinados a África del Norte. Tomó parte de la fallida finta en Alam Halfa, luego cayó enfermo con disentería. Su convalecencia fue interrumpida, cuando Montgomery atacó en El Alamein. Heydte se apresuró a reunirse con su unidad y de nuevo los problemas con la disentería golpearon, pero más severamente por lo que fue trasladado a Alemania para recuperarse completamente. Por este hecho Heydte no pudo ver la derrota de las fuerzas del Eje en Túnez, acabando así la guerra del desierto.

La siguiente parada en el torbellino de la guerra para Heydte fue Italia. Los aliados habían invadido el sur del país y estaban haciendo retroceder a las fuerzas alemanas e italianas. Al darse cuenta de que los italianos estaban a punto de rendirse, los alemanes desarrollaron la Operación Alarico, con finalidad de tomar el control de Italia y de sus fuerzas armadas. Cuando llegó la orden de Alarico, la unidad de von Heydte arrestó a los oficiales italianos locales, según lo ordenado para a continuación avanzar hacia Roma y conseguir que las autoridades militares italianas también se  rindieran.

Sabiendo que su próximo objetivo era la isla de Elba, von der Heydte salió en misión de reconocimiento aéreo a la isla. Su avión se estrelló, y fue nuevamente hospitalizado. Después de la recuperación, Heydte se encargó de entrenar en el norte de Francia, un regimiento de paracaídas recién formado. El 5 de junio, no asistió al juego de guerra al que asistieron muchos otros comandantes de alto rango, gracias a esta circunstancia, estaba con su regimiento cuando los Aliados desembarcaron en el Día D. Después de observar personalmente lo que estaba sucediendo, Heydte decidió intentar detener a los Aliados en Carentan, en el camino de Cherburgo a Caen. Su unidad sufrió numerosas bajas antes de ser obligada a retirarse por los estadounidenses.



 Normandía, junio 1944

El 23 de junio, Heydte participó en el último contraataque del 7º Ejército alemán  llevado a cabo con exito. Semanas más tarde, Heydte lideró a sus hombres en su huida de la bolsa de Falaise. Para entonces, su unidad estaba hecha jirones. Sólo 40 hombres quedaban 40 hombres ilesos. Todos fueron enviados a Alemania para recuperarse y reorganizarse. Heydte recibió un puesto de instrucción y entrenamiento.

En diciembre, Heydte volvió al servicio activo por última vez en la denominada Operacion Stosser. Su misión era reunir un grupo de batalla, aproximadamente 1.200 fallschirmjägers, que sería lanzado por detrás de las líneas aliadas para asegurar carreteras y puntos clave como parte del último gran contraataque alemán en el frente occidental; la denominada Batalla de las Ardenas. Los alemanes fueron contenidos en un primer momento y luego rechazados. El lanzamiento que fue mal ejecutado había dispersado su unidad y Heydte tuvo que combatir sobre todo para contactar con las otras fuerzas alemanas. Cortados a decenas de kilómetros detrás de las líneas aliadas y sin apoyo alguno, dividió su unidad en pequeños grupos, enviándolos en solitario en un intento de regresar a sus filas. Finalmente, la víspera de Navidad de 1944, se rindió a los aliados.



Friedrich August Freiherr von der Heydte en las Ardenas

Después de la guerra, Heydte se convirtió en profesor de universidad especializado en derecho constitucional e internacional y paralelamente siguió dentro de Ejercito Federal de Alemania, el Bundeswehr. Incluso llegó a militar en política dentro del CSU. Murió en 1994 en Aham, Landshut tras una larga enfermedad.

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