Tras reducir la bolsa de Falaise en Normandía el 19 de
agosto de 1944, los ejércitos aliados avanzaron rápidamente hacia Rouen y Mantes,
donde se estableció una cabeza de puente en el Sena. Mientras tanto, el 18 de
agosto, París había tomado las armas. El general De Gaulle había planeado que
la 2ª División Acorazada francesa del General Leclerc liberara la capital.
París no era un objetivo militar.
De acuerdo con los planes
aliados, París no era un objetivo militar y la ciudad debería ser evitada en el
avance de las tropas. Pero el general de Gaulle, jefe del gobierno provisional
de la República Francesa, vio la liberación de la capital como un acto
simbólico y, por lo tanto, la consideró un objetivo político; y además París debería
ser liberada por soldados franceses. De Gaulle quería pasar a la historia como
el líder de un país que se liberó a sí mismo con sus propios esfuerzos. Además,
debido al bombardeo de cruces ferroviarios estratégicos en el norte y oeste de
Francia, París seguía siendo uno de los pocos nudos de comunicación que permanecía
intacto, y por lo tanto era crucial para la retirada de las fuerzas alemanas
hacia el este, y por la misma razón fundamental para el progreso del avance
aliado persiguiendo al enemigo.
Las barricadas parisienses.
El 10 de agosto, el comité militar nacional de Francs-Tireurs
et Partisans (FTP), francotiradores y partisanos, emitió una orden de alzamiento.
El 11 de agosto, los trabajadores ferroviarios en el área de París organizaron
una huelga, que se extendió rápidamente, mientras que el alto mando de las
Fuerzas Francesas del Interior (FFI) en París, bajo el mando del coronel
Rol-Tanguy, se trasladó a las salas subterráneas bajo la Plaza Denfert
Rochereau. El 15 de agosto, el sindicato de la CGT convocó una huelga general.
La policía se sumó a la acción subversiva, contribuyendo con un gran
contingente de hombres armados, y sobre todo muy disciplinados. A su vez, los
trabajadores de correos se declararon tambien en huelga, seguidos de los
trabajadores de la prensa y los empleados del metro. Mientras París comenzaba a
levantarse por la fiebre de la liberación, un último tren nocturno salió de la
estación de Pantin, llevando a unos 2 400 deportados.
Por toda la ciudad, los partisanos de la Resistencia
construyeron barricadas. La policía convirtió la sede de la policía de París en
una fortaleza. Hubo violentos enfrentamientos entre los alemanes y la
Resistencia, integrados en la FFI. El 20 de agosto se entablaron conversaciones
para emitir un alto el fuego, gracias al cónsul sueco, Raoul Nordling. Pero al
día siguiente, por decisión del comité parisino de liberación, se rompió la
tregua y se reanudaron los combates callejeros. Los guerrilleros de la
Resistencia, mal armados, se enfrentaron a 20 000 soldados alemanes equipados
con tanques y apoyados por aviones, bajo el mando del general von Choltitz,
nombrado jefe de Groß-París. Para Hitler, "París no debe caer en manos del
enemigo, excepto si es como un campo de ruinas".
La 2ª División Blindada.
Ante el temor de que los alemanes
superaran la resistencia parisina, el general De Gaulle insistió ante los
estadounidenses que permitieran el avance de la 2ª División Blindada sobre
París. El 21 de agosto, un enviado de Rol-Tanguy logró cruzar las líneas
alemanas y advertir a Leclerc sobre la necesidad inmediata de la intervención
de los aliados, de lo contrario, la revuelta parisina terminaría en un baño de
sangre. Mientras los hombres del general von Choltitz intentaron recuperar el
control de la ciudad, el 22 de agosto, el general Eisenhower estuvo de acuerdo
en que la 2ª División Blindada, junto con la 4ª División de Infantería norteamericana
avanzara rápidamente hacia París. A última hora de la tarde, un avión ligero
Piper, pilotado por el Capitán Callet de la 2ª División Blindada, sobrevoló la
ciudad y su observador, el Teniente Mantoux, lanzó octavillas en el patio de
la sede central de la policía con un mensaje de Leclerc que decia;
"Permaneced firmes, vamos en camino".
Por la mañana del 23 de agosto, la
2ª Division Blindada, apoyada en su flanco derecho por la 4ª División de los
Estados Unidos, se puso en movimiento. Los alemanes habían formado una sólida
línea de defensa desde Trappes hasta Fresnes, al sur de París. Se produjeron violentos combates en Palaiseau,
Champlan, Toussus-le-Noble, Jouy-en-Josas, Clamart, Longjumeau, Wissous,
Fresnes y Antony. El 24 de agosto, toda la división fue detenida a las
afueras de París por la presencia de "erizos", posiciones
fortificadas interrelacionadas.
En el cruce de Croix-de-Berny,
congestionado por los vehículos de la división, Leclerc apremió el avance de
sus unidades y, a las 7.30 pm, decidió enviar un destacamento a París bajo el
mando del Capitán Dronne, con tres tanques, semiorugas y 150 hombres.
Así, al caer la noche del 24 de
agosto de 1944, los primeros soldados de la 2ª Division Blindada entraron en
París, concretamente por la Porte d'Italie. Eran componentes de la 9ª Compañía
del Regimiento de Infantería del Chad, más conocida como la “Nueve”, al estar compuesta
por 146 republicanos españoles u hombres de origen hispano, de un total de 160.
Tras ellos les seguían tres tanques Sherman del 501º Regimiento de Tanques de
Combate. Dronne llegó al ayuntamiento a las 8.45 hs. Allí se reunió con Bidault,
Luizet y Chaban-Delmas y la radio francesa anunció la llegada de la 2ª Division
Blindada además de la gran campana de Notre-Dame.
Semioruga de La Nueve durante la liberación de París
¿Arde París o no?
Al amanecer del día 25, el resto
de la 2ª División entró en París por la Porte de Saint-Cloud, Porte d'Orléans,
Porte de Gentilly y Porte d'Italie. Leclerc cruzó la Porte d'Orléans, reuniéndose
con Chaban-Delmas en Place Denfert-Rochereau, luego se dirigió por la Avenue du
Maine hasta la estación de Montparnasse, donde estableció su puesto de mando.
Mientras tanto, la 4ª División de Infantería de los Estados Unidos entró en
París por la Porte d'Italie.
Los parisinos se sorprendieron al
ver soldados franceses antes de proporcionarles una entusiasta bienvenida. Los soldados
alemanes comenzaron a refugiarse en algunos edificios donde se fortificaron y
comenzaron a disparar. Los combates fueron difíciles y sangrientos en la Place
de la Concorde, la Place de l'Étoile, la Place de la République, en la Bastilla
y en el Boulevard Saint-Germain. El edificio de mayor tamaño ocupado por los
alemanes en la orilla izquierda del Sena fue el Palais du Luxembourg, donde residía
el Senado, rodeado por pequeños blocaos y custodiado por tanques. Los feroces
combates enfrentaron a los alemanes contra integrantes de la Resistencia en el
Jardin du Luxembourg y el Palais.
Resistentes franceses en París
El hotel Meurice fue atacado y
Von Choltitz y sus comandantes superiores capturados. Alrededor de las 4 de la
tarde, en el despacho del jefe de policía Luizet, el general alemán firmó el
acta de rendición. Posteriormente se trasladó a la estación de Montparnasse,
donde firmó la orden de alto el fuego, que se distribuyó a los 20 puntos de la
ciudad donde los alemanes aún seguían
combatiendo. El coronel Rol-Tanguy firmó conjuntamente el acto de capitulación.
Poco después, Leclerc explicó la
situación al general De Gaulle, que acababa de llegar hacia un instante.
Mientras los miembros del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR) y el Comité
de Liberación de París (CPL) le esperaban en el ayuntamiento, De Gaulle se
dirigió al ministerio de guerra, en la Rue Saint-Dominique, para asumir el
control y dar a conocer el establecimiento de la autoridad del Estado. No fue
hasta las 7 pm cuando tras dirigirse al ayuntamiento, pronuncio el famoso discurso
de la liberación de París.
París liberada
París fue liberada con un coste
de mas de mil víctimas de FFI, 582 civiles muertos y 2 000 heridos, así como
156 soldados de la 2ª Division Blindada muertos y 225 heridos. El enemigo
sufrió 3.200 muertos, cifra a la que hay que añadir 12.800 prisioneros.
El 26 de agosto, el General de
Gaulle visitó el Arco de Triunfo, donde depositó una ofrenda floral sobre la
Tumba del Soldado Desconocido. A continuación desfiló por los Campos Elíseos
con miembros del gobierno, CNR y altos líderes militares franceses. Multitudes
de parisinos exaltados se reunieron a lo largo de la ruta tomada por De Gaulle hasta
la catedral de Notre-Dame, animándolo y legitimándolo como líder.
De Gaulle desfilando por los Campos Elíseos tras la liberación de París
La presencia de reporteros de
radio y prensa anglosajona significó una cobertura considerable del evento en
todo el mundo. Escenas de euforia tuvieron lugar en Nueva York, Canadá, en las
calles de Montevideo y Buenos Aires. La liberación de la "Ciudad de la
Luz" simbolizó la inminente derrota de Alemania y el nazismo.