La historia de Antoine de Saint-Exupéry
Antoine de Saint-Exupéry, autor
de renombre mundial de El Principito y otras obras importantes de la
literatura, también fue un pionero de la aviación que perdió la vida en
circunstancias misteriosas durante la Segunda Guerra Mundial.
Nacido el 29 de junio de 1900 en Lyon, Francia,
en el seno de una familia aristocrática donde creció con relativa comodidad,
aunque prontamente se acostumbró al dolor y a la pena, ya que su amado hermano
menor Francisco murió de fiebre reumática con sólo 15 años de edad, hecho que
marcó profundamente su vida. Antoine aún era estudiante cuando tuvo lugar la
Primera Guerra Mundial, ingresando en el ejército francés en 1921. Su primer
destino fue en la caballería, pero desde que voló en avión por primera vez en
1912 siempre había querido ser piloto. Asegurando el traslado a la Fuerza Aérea
Francesa, Saint-Exupéry pilotó solo por primera vez en un Sopwith triplano
obteniendo así las alas de piloto. De esta manera comenzó una historia de amor
con la aviación, que equivaldría a incluso ser una obsesión por volar que
duraría el resto de su vida.
Sopwith Triplano. De
un manual del gobierno británico publicado en 1918.
Después de un breve destino en
Marruecos, en el norte de África, Saint-Exupéry abandonó la fuerza aérea, pero
no dejó de volar. A principios de 1923 estrelló su avión y sufrió una fractura
de cráneo. Sin inmutarse, comenzó una carrera como piloto postal, volando por
toda Europa occidental y el norte de África. Su amor por el desierto y la gente
que vivía allí llevaron a Saint-Exupéry a convertirse en jefe de un aeródromo
en el Sáhara occidental. Desde allí operó por toda la región, realizando
diversas tareas entre ellas, el rescate de pilotos cuyos aviones habían caído
en tan inhóspita y dura región. Las habilidades que aprendió en este trabajo
serían muy útiles posteriormente.
Saint-Exupéry junto a
los restos de su avión Caudron Simoun en el Sahara, 1935. Cortesía de
Frankfurter Allgemeine Zeitung.
En 1929, Saint-Exupéry se
trasladó a Argentina, donde se convirtió en director de una línea aérea de
correo. También comenzó a escribir, publicando sus dos primeras novelas,
Southern Mail y Night Flight, basadas en sus propias aventuras. Su mayor
aventura, sin embargo, llegó en 1935 cuando intentó un vuelo de París a Saigón,
Indochina, colonia de Francia, en un intento de batir el récord de velocidad
aérea para esa distancia. Su avión, un monoplano Caudron Simoun touring, se
estrelló en el Sahara después de 20 horas de vuelo. Saint-Exupéry y su navegante
no tenían nada más que un poco de vino, un termo de café, un par de naranjas,
uvas y un poco de chocolate con unas galletas. Tras cuatro días de espera y
casi muertos, una tribu del desierto los rescató. La experiencia se convertiría
en el evento central en el libro de memorias de Saint-Exupéry publicado en
1939, Wind, Sand and Stars.
Un avión de
reconocimiento Bloch 174, 1940. Cortesía San Diego Air & Space Museum
Cuando comenzó la Segunda Guerra
Mundial en 1939, Saint-Exupéry se estaba recuperando de las graves lesiones que
tuvo tras otro accidente de avión en Guatemala el año anterior. Sin embargo,
cursó solicitud y fue aceptado como piloto de reconocimiento en la Fuerza Aérea
Francesa, utilizando un avión Bloch 174 bimotor. Después del colapso de Francia,
huyó a los Estados Unidos, pasando los siguientes dos años allí y en Canadá
abogando por la liberación de su país de la ocupación alemana y también
denunciando el estado de la grupa francesa de Vichy que colaboró con los nazis.
Fue durante su estancia en los Estados Unidos cuando Saint-Exupéry escribió El
Principito, que fue publicado allí en 1943.
Saint-Exupéry estaba desesperado
no sólo por volver a volar, sino por reincorporarse a la lucha activa por su
patria. Sin embargo, tenía 43 años, con una serie de lesiones que le
incapacitaban algunos movimientos como girar la cabeza hacia la izquierda o
incluso vestirse sin ayuda. Saint-Exupéry fue una figura de renombre
internacional, y por eso su participación en los esfuerzos militares de la
Francia Libre tendría un enorme valor publicitario; ante esta situación era
inevitable que se le concedieran sus repetidas solicitudes para volver al
servicio. Por lo tanto, en abril de 1943 regresó al servicio en el norte de
África como piloto de reconocimiento, volando en el F-5B, una variante de
reconocimiento del P-38 Lightning. Un accidente en su segunda misión fue un mal
presagio para el futuro de Saint-Exupéry, sin embargo, fue de nuevo activado
para el servicio después de recuperarse.
Un P-38 Lightning
en el norte de África, 1944. Cortesía Archivos Nacionales.
El 31 de julio de 1944, en
preparación para la inminente Operación Dragón, la invasión aliada del sur de
Francia, Saint-Exupéry despegó de un aeródromo en la isla de Córcega para tomar
fotografías de reconocimiento en la zona de Grenoble, Francia. Nunca regresó.
Ocho días más tarde Saint-Exupéry fue declarado oficialmente desaparecido en
acción, presuntamente derribado por el enemigo. La realidad exacta de lo que
pasó sigue siendo un misterio.
En 1998, un pescador francés
encontró el brazalete de identidad de Saint-Exupéry en el mar frente a
Marsella, y dos años más tarde los buzos encontraron los restos de su avión en
la misma zona. Esto llevó a reabrir el caso y revisar los informes de agosto de
1944, sobre todo descubrimiento de un cuerpo que no podía ser identificado pero
que llevaba uniforme francés cuando el mar lo devolvió a la costa en fechas
cercanas a la desaparición del escritor. Sin embargo, la ubicación estaba muy
lejos de la ruta de vuelo de Saint-Exupéry. Aunque hubo informes, nunca
confirmados, de que un piloto alemán había derribado un avión que podría ser un
escritor P-38 en la zona el 31 de julio, los arqueólogos subacuáticos no
pudieron encontrar ninguna evidencia de daños por acción enemiga en los restos
de la aeronave.
Independientemente de cuál fue su
destino final, el dedicado servicio de Antoine de Saint-Exupéry a su país
durante la Segunda Guerra Mundial fue un adecuado valor añadido al de su obra
literaria que sigue deleitando a jóvenes y mayores hasta el día de hoy.
Fuentes y fotografía:
https://www.nationalww2museum.org/war/articles/the-little-prince-antoine-de-saint-exupery
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