jueves, 3 de abril de 2025

La historia de Antoine de Saint-Exupéry

 La historia de Antoine de Saint-Exupéry

Antoine de Saint-Exupéry, autor de renombre mundial de El Principito y otras obras importantes de la literatura, también fue un pionero de la aviación que perdió la vida en circunstancias misteriosas durante la Segunda Guerra Mundial.

Nacido el 29 de junio de 1900 en Lyon, Francia, en el seno de una familia aristocrática donde creció con relativa comodidad, aunque prontamente se acostumbró al dolor y a la pena, ya que su amado hermano menor Francisco murió de fiebre reumática con sólo 15 años de edad, hecho que marcó profundamente su vida. Antoine aún era estudiante cuando tuvo lugar la Primera Guerra Mundial, ingresando en el ejército francés en 1921. Su primer destino fue en la caballería, pero desde que voló en avión por primera vez en 1912 siempre había querido ser piloto. Asegurando el traslado a la Fuerza Aérea Francesa, Saint-Exupéry pilotó solo por primera vez en un Sopwith triplano obteniendo así las alas de piloto. De esta manera comenzó una historia de amor con la aviación, que equivaldría a incluso ser una obsesión por volar que duraría el resto de su vida.

 

Sopwith Triplano. De un manual del gobierno británico publicado en 1918.


Después de un breve destino en Marruecos, en el norte de África, Saint-Exupéry abandonó la fuerza aérea, pero no dejó de volar. A principios de 1923 estrelló su avión y sufrió una fractura de cráneo. Sin inmutarse, comenzó una carrera como piloto postal, volando por toda Europa occidental y el norte de África. Su amor por el desierto y la gente que vivía allí llevaron a Saint-Exupéry a convertirse en jefe de un aeródromo en el Sáhara occidental. Desde allí operó por toda la región, realizando diversas tareas entre ellas, el rescate de pilotos cuyos aviones habían caído en tan inhóspita y dura región. Las habilidades que aprendió en este trabajo serían muy útiles posteriormente.



Saint-Exupéry junto a los restos de su avión Caudron Simoun en el Sahara, 1935. Cortesía de Frankfurter Allgemeine Zeitung.

En 1929, Saint-Exupéry se trasladó a Argentina, donde se convirtió en director de una línea aérea de correo. También comenzó a escribir, publicando sus dos primeras novelas, Southern Mail y Night Flight, basadas en sus propias aventuras. Su mayor aventura, sin embargo, llegó en 1935 cuando intentó un vuelo de París a Saigón, Indochina, colonia de Francia, en un intento de batir el récord de velocidad aérea para esa distancia. Su avión, un monoplano Caudron Simoun touring, se estrelló en el Sahara después de 20 horas de vuelo. Saint-Exupéry y su navegante no tenían nada más que un poco de vino, un termo de café, un par de naranjas, uvas y un poco de chocolate con unas galletas. Tras cuatro días de espera y casi muertos, una tribu del desierto los rescató. La experiencia se convertiría en el evento central en el libro de memorias de Saint-Exupéry publicado en 1939, Wind, Sand and Stars.

 


Un avión de reconocimiento Bloch 174, 1940. Cortesía San Diego Air & Space Museum

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939, Saint-Exupéry se estaba recuperando de las graves lesiones que tuvo tras otro accidente de avión en Guatemala el año anterior. Sin embargo, cursó solicitud y fue aceptado como piloto de reconocimiento en la Fuerza Aérea Francesa, utilizando un avión Bloch 174 bimotor. Después del colapso de Francia, huyó a los Estados Unidos, pasando los siguientes dos años allí y en Canadá abogando por la liberación de su país de la ocupación alemana y también denunciando el estado de la grupa francesa de Vichy que colaboró con los nazis. Fue durante su estancia en los Estados Unidos cuando Saint-Exupéry escribió El Principito, que fue publicado allí en 1943.

Saint-Exupéry estaba desesperado no sólo por volver a volar, sino por reincorporarse a la lucha activa por su patria. Sin embargo, tenía 43 años, con una serie de lesiones que le incapacitaban algunos movimientos como girar la cabeza hacia la izquierda o incluso vestirse sin ayuda. Saint-Exupéry fue una figura de renombre internacional, y por eso su participación en los esfuerzos militares de la Francia Libre tendría un enorme valor publicitario; ante esta situación era inevitable que se le concedieran sus repetidas solicitudes para volver al servicio. Por lo tanto, en abril de 1943 regresó al servicio en el norte de África como piloto de reconocimiento, volando en el F-5B, una variante de reconocimiento del P-38 Lightning. Un accidente en su segunda misión fue un mal presagio para el futuro de Saint-Exupéry, sin embargo, fue de nuevo activado para el servicio después de recuperarse.



Un P-38 Lightning en el norte de África, 1944. Cortesía Archivos Nacionales.

El 31 de julio de 1944, en preparación para la inminente Operación Dragón, la invasión aliada del sur de Francia, Saint-Exupéry despegó de un aeródromo en la isla de Córcega para tomar fotografías de reconocimiento en la zona de Grenoble, Francia. Nunca regresó. Ocho días más tarde Saint-Exupéry fue declarado oficialmente desaparecido en acción, presuntamente derribado por el enemigo. La realidad exacta de lo que pasó sigue siendo un misterio.

En 1998, un pescador francés encontró el brazalete de identidad de Saint-Exupéry en el mar frente a Marsella, y dos años más tarde los buzos encontraron los restos de su avión en la misma zona. Esto llevó a reabrir el caso y revisar los informes de agosto de 1944, sobre todo descubrimiento de un cuerpo que no podía ser identificado pero que llevaba uniforme francés cuando el mar lo devolvió a la costa en fechas cercanas a la desaparición del escritor. Sin embargo, la ubicación estaba muy lejos de la ruta de vuelo de Saint-Exupéry. Aunque hubo informes, nunca confirmados, de que un piloto alemán había derribado un avión que podría ser un escritor P-38 en la zona el 31 de julio, los arqueólogos subacuáticos no pudieron encontrar ninguna evidencia de daños por acción enemiga en los restos de la aeronave.

Independientemente de cuál fue su destino final, el dedicado servicio de Antoine de Saint-Exupéry a su país durante la Segunda Guerra Mundial fue un adecuado valor añadido al de su obra literaria que sigue deleitando a jóvenes y mayores hasta el día de hoy.

 

Fuentes y fotografía:

https://www.nationalww2museum.org/war/articles/the-little-prince-antoine-de-saint-exupery

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