Submarinos italianos en el Atlántico.
Submarino italiano "Barbarigo" engalanado
Al mes siguiente de la entrada de
Italia en la guerra, la Regia Marina que disponía de más de treinta submarinos oceánicos,
se dio cuenta que en el Mediterráneo esta clase de sumergibles entrarían
en acción de forma inadecuada y desaprovechando las características propias de
su diseño, ya que las distancias cortas, las aguas claras y la presunta actividad
de combate intensa motivado todo por el escaso tamaño del propio Mediterráneo,
no eran a priori, las mejores condiciones para este tipo de embarcaciones. A
estos submarinos, lentos a la hora de sumergirse, fáciles de avistar y sobre
todo diseñados para largas travesías en grandes espacios donde la navegación en
superficie era no solo normal sino necesaria, se les fue ordenado alcanzar el Océano
Atlántico y allí operar junto a los alemanes.
De esta forma, ya en las primeras
semanas de guerra y tras el paso por el estrecho de Gibraltar, burlando tanto
las defensas britanicas como las fuertes corrientes submarinas entre las aguas
atlánticas y mediterráneas, algunos submarinos italianos llegaron al océano. La
Regia Marina ofreció estas naves al mando de los U-Boote para que actuasen
todos conjuntamente. El BdU aceptó la oferta y se creó en Burdeos, la base
atlántica de submarinos italianos, que recibió el nombre de
"Betasom".
El primer sumergible transalpino
llegó a la base atlántica el 4 de septiembre de 1940, concretamente fue el Malaspina seguido por los submarinos Barbarigo y Dandolo. Desde esas fechas
hasta final de año, se llegó a una cifra de 27 sumergibles, llegando hasta el
numero de 32 unidades las que operaron desde Betasom en la denominada Batalla
del Atlántico.
Se efectuaron 189 misiones,
durante las cuales se hundieron 101 naves mercantes enemigas alcanzando una
cifra final de 568.573 toneladas, algunos buques de guerra pequeños y 200.000
toneladas más de daños sobre la flota mercante antagonista. Por contrapartida
se perdieron 16 sumergibles italianos. El record de hundimientos entre
sumergibles transalpinos en el Atlántico lo ostenta el Leonardo da Vinci con la nada desdeñable cifra de 16 barcos echados
a pique y un total de 116.686 toneladas. Es fácil pensar que la nave que tiene
el 20% de toneladas hundidas también tenga en su diario de a bordo, la carrera más
exitosa y así es. El Leonardo da Vinci, en una sola misión y al mando de
Gianfranco Gazzana-Priaroggia, hundió 6 naves enemigas que sumaron un total de
58.973 toneladas. Sin embargo y a diferencia tal vez de este último caso, los
resultados de los submarinos italianos eran inferiores a sus compañeros de cacería
alemanes.
Leonardo da Vinci
Esa diferencia de eficacia en lo
resultados, enseguida se observó que era debida a dos factores; a la misma construcción
y equipamiento de las embarcaciones así como al propio adiestramiento de las
tripulaciones. Por estas dos razones, los submarinos fueron modificados
intentando reducir la superestructura, mejorando la toma de aire para los
motores diesel, aumentar la rapidez en inmersión y también el envío de los
comandantes italianos a las escuelas alemanas de instrucción de submarinos para
un mejor aprendizaje y entrenamiento en las más modernas tácticas de guerra
submarina. A pesar de estas dos positivas mejoras, el BdU decidió enviar los submarinos
italianos a operar en zonas de trafico aislado para así aprovecharse mejor de
sus características y aumentar el rendimiento operativo. Pocas veces, los
sumergibles transalpinos se hallaron en áreas del Atlántico Norte junto a las
manadas de lobos constituidas por submarinos alemanes. Sus características no permitían
un rendimiento acorde con el de sus "compañeros" contra el sistema de
convoyes escoltados.
Las áreas de operaciones donde
los sumergibles italianos actuaron durante la guerra fueron las del Atlántico
nororiental y central, las costas atlánticas de los Estados Unidos y de América
Central y al final de la contienda en aguas de África Central y del Sur así
como en el Océano Indico, es decir, zonas bélicas de trafico menor e
individual.
En 1943, observando las
deficiencias de diseño de los submarinos italianos se decidió transformarlos en
sumergibles de transporte para ser destinados a trayectos entre Japón y
Alemania. Para solventar esta eventualidad, Alemania entregaría a los mandos
navales italianos 9 U-boote del tipo VII C y de esta manera continuar la lucha
submarina salvando también los componentes políticos de la ayuda italiana.
Base naval "Betasom"
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