miércoles, 18 de junio de 2014

El incidente del "Altmark".

El incidente del "Altmark".



El Altmark era un petrolero de la flota alemana y la nave nodriza utilizada en el apoyo logístico al acorazado de bolsillo  Admiral Graf Spee en su incursión corsaria sobre los mercantes aliados en el Atlántico Sur en 1939, en las primeras semanas de guerra. Antes de la batalla del Río de la Plata, el capitán del Graf Spee transbordó 299 prisioneros de guerra británicos al propio Altmark. Tras la batalla con los cruceros ingleses, el Graf Spee se refugió en Montevideo, donde liberó el resto de prisioneros. A través de ellos, el gobierno británico supo que el destino de las anteriores tripulaciones hechas prisioneras y por esta razón comenzó a buscar el Altmark. La búsqueda inicial fracasó ya que  el Altmark permaneció en el Atlántico Sur durante dos meses después de la destrucción del Graf Spee, y tan sólo comienza su viaje de regreso a puerto amigo el 22 de enero.

Sin contratiempos, el Altmark cruza el Atlántico Norte y pasa entre las Islas Feroe e Islandia sin ser descubierto. Sin embargo, el 15 de febrero los británicos fueron informados que el Altmark acababa de dejar atrás Bergen, en la costa oeste de Noruega. Según la ley internacional, los marineros británicos a bordo  del Altmark deberían haber sido liberados e internados bajo custodia noruega cuando el buque alemán se detuvo en Bergen. En cambio, dichos marineros estaban escondidos bajo de la cubierta, en compartimentos de almacenamiento y incluso en el interior de un tanque de aceite vacío, mientras los noruegos inspeccionaron por dos veces pero de forma limitada la nave.

Afortunadamente, los británicos tenían un pequeño escuadrón de buques de guerra patrullando las costas noruegas, bajo el mando del capitán P. L. Vian a bordo del destructor Cossack.  Se le ordenó, como primera prioridad  realizar la interceptación del Altmark. El día 16 de febrero de 1940, justo después de las 13:00 h., el Altmark fue avistado por dos aviones Hudson del Mando Costero RAF. Una hora más tarde, el capitán Vian, a la cabeza de una pequeña flotilla de destructores interceptó la nave alemana. El Altmark se encontraba en compañía de dos destructores noruegos, pero a pesar de esta circunstancia, Vian ordenó a los destructores Ivanhoe y Intrepid  abordar el Altmark. Este primer intento fracasó, y el Altmark pudo escaparse y refugiarse con éxito en el fiordo de Jössing, un fiordo de milla y media  de longitud.

A las 16:10 h. el capitán Vian siguió al Altmark dentro del fiordo. Allí se encontró con el torpedero noruego Kjell y exigió a las autoridades noruegas que ordenasen a los alemanes la entrega de los prisioneros. La respuesta por parte de los noruegos  fue que el Altmark había registrado dos veces en Bergen y se había encontrado un barco desarmado. Por lo tanto, se le permitía usar las aguas territoriales noruegas, sin ningún impedimento. Vian se retiró fuera de las aguas territoriales y realizó una consulta al Ministerio de Marina. En este momento, Winston Churchill, como primer Lord del Almirantazgo intervino. Churchill le comentó a  Vian que si los noruegos en una primera instancia no aceptaban obligar al Altmark volver a dirigirse a Bergen bajo una escolta anglo-noruega, tendría manos libres para llevar a cabo el asalto del barco alemán, esa misma noche, concretamente a partir de la 22:00 h. Los noruegos rechazaron la petición británica, y de esta forma, el capitán Vian fue diseñando el plan de ataque.

El Altmark intentó escaparse de la trampa que se iba cerrando pero en su huida encalló. Vian puso el Cossack al lado del Altmark que fue abordado  de una manera tal que hubiera enorgullecido al propio Nelson. Después de una breve pelea, en la que murieron ocho marineros alemanes, algunos de ellos ahogados, la tripulación germana se rindió o bien huyó a tierra firme. Los británicos entonces ya dueños del Altmark, buscaron y encontraron escondidos a los 299 prisioneros británicos  debajo de las cubiertas, así como seis ametralladoras, dos pesadas y cuatro ligeras. Algún componente de la tripulación del destructor británico en el momento del asalto  gritó "The Navy’s Here!” ("La Armada está aquí!") y dicho grito pronto se hizo famoso en toda Gran Bretaña.

Inevitablemente la acción británica provocó una protesta diplomática de Noruega debido a la violación de la neutralidad de sus aguas territoriales noruegas, si bien también Alemania había violado la neutralidad de Noruega. La actitud británica en general era que ante la imposibilidad de actuar se había establecido un precedente peligroso, lo que sugiere que los alemanes podían utilizar aguas neutrales para fines bélicos. En Alemania el incidente ocasionó un gran clamor en la prensa y en la radio. Hitler estaba furioso y puso fin a su vacilación en todo aquello respecto a la invasión de Noruega que se produjo tan solo unas semanas más tarde.

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