miércoles, 29 de mayo de 2019

Inicio de los Rangers de Darby en 1942

Los Rangers de Darby en 1942.


Insignia de hombro del 1º Bón Ranger (Rangers de Darby)

Inicios

Los primeros asaltos de cierta entidad contra la Fortaleza Europa no se produjeron en las costas de la Europa occidental, sino en el Mediterráneo. Nada mas entrar Norteamérica en guerra, los líderes estadounidenses comenzaron a presionar en dirección de llevar a cabo un asalto directo a través del Canal de la Mancha. Sin embargo, hasta 1942 y gran parte de 1943, cedieron a las no infundadas preocupaciones británicas sobre la preparación de las fuerzas aliadas en logar éxito ante una misión de tanta magnitud y aceptaron esfuerzos menos ambiciosos contra la denominada "blanda panza" de la Europa dominada por el Eje, es decir, el Mediterráneo. Sin embargo, dicho suave vientre demostró ser una cáscara dura, ya que los ejércitos aliados, después de expulsar a los alemanes e italianos del norte de África y Sicilia, avanzaron lentamente contra una tenaz defensa alemana desplegada en el terreno beneficiosos de las escarpadas montañas de la península italiana. En este teatro de playas arenosas y montañas pedregosas bordeadas por las plácidas aguas del Mediterráneo, las fuerzas norteamericanas descubrieron de igual forma la necesidad el uso por primera vez de fuerzas especiales como un entorno favorable para dicho despliegue.



Antes que los Rangers del Ejército pudieran realizar las diversas operaciones especiales en el curso de la guerra, es obvio reseñar sus orígenes. Estos provienen de una formación provisional creada ex profeso por el mismo Jefe de Estado Mayor para remediar la falta de experiencia de combate del Ejército presente durante los primeros meses de 1942. Cuando Marshall visitó Gran Bretaña en abril, para instar a una invasión a través del Canal, se reunió con el almirante Lord Louis Mountbatten, el carismático jefe de operaciones combinadas británicas para luego visitar el centro de entrenamiento de comandos en Escocia. En el programa de incursión de comandos de Mountbatten, Marshall percibió un medio útil para proporcionar a los soldados estadounidenses al menos algo de experiencia en combate. En esta direccion, el Coronel Lucian K. Truscott se reunió con militares británicos para determinar la mejor manera de cumplir este objetivo. Posteriormente, Truscott recomendó la formación de una unidad de comando estadounidense que llevaría la designación de Ranger. Bajo el concepto de Truscott, la mayoría de la fuerza nominal de esta unidad estaría formada por soldados agregados temporalmente a esta nueva fuerza para posteriormente regresar a las unidades de origen con la experiencia adquirida  después de varios meses de operaciones de campo. Marshall aprobó la propuesta y, el 19 de junio de 1942, Truscott activó oficialmente el 1º Batallón Ranger en Irlanda del Norte.

Como comandante de batallón, Truscott seleccionó al capitán William O. Darby para dicho puesto. En ese momento, Darby desempeñaba funciones de asistente del general de división Russell P. Hartle, el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irlanda del Norte. Cuando Hartle recomendó a Darby para el mando de la nueva unidad, Truscott se mostró receptivo, al encontrar al joven oficial como "destacado en apariencia, poseedor de una personalidad atractiva, ... aplicado, inteligente y lleno de entusiasmo".  Su juicio resultó acertado. Darby, con 31 años, graduado de West Point en 1933, pronto demostró una habilidad innata para ganarse la confianza de sus superiores y la profunda devoción de sus hombres.



Coronel Lucian K. Truscott (izda.) y Capitán William O. Darby (dcha.) 

Utilizando el modelo de los comandos británicos, Darby organizó enérgicamente su nueva unidad. Las circulares, demandando voluntarios, pronto aparecieron en los tablones de anuncios de la 34ª División de Infantería, la 1ª División Blindada y otras unidades estadounidenses que se entrenaban en Irlanda del Norte. Darby y un oficial del estado mayor de Hartle examinaron personalmente y seleccionaron a los oficiales, quienes, a su vez, entrevistaron a los voluntarios reclutados, buscando especialmente individuos en buena condición física. Los reclutas, de edades comprendidas entre los diecisiete y los treinta y cinco años, provenían de cualquier parte de los Estados Unidos; Incluían desde un antiguo domador de leones hasta un indio sioux de pura sangre. Aunque varias unidades intentaron deshacerse de los inadaptados y los alborotadores enviándolos a esta nueva unidad, la mayoría de los reclutas se unieron por un anhelo de aventura y el deseo de ser parte de una fuerza de élite.

El periodo de duro entrenamiento de los comandos duraba aproximadamente tres meses. Inmediatamente tras llegar a Fort William, en el norte de Escocia, los reclutas llevaban a cabo una agotadora marcha forzada hacia su campamento a la sombra del castillo de Achnacarry, una caminata que presagiaba un mes de entrenamiento riguroso. Los futuros rangers soportaban variados ejercicios como el levantamiento de troncos, carreras de obstáculos y marchas de velocidad sobre terreno montañoso y ríos helados bajo la atenta mirada de los instructores de comandos británicos. Además, recibían entrenamiento e instrucción en armas en combate cuerpo a cuerpo, peleas callejeras, patrullas, operaciones nocturnas y el manejo de pequeños botes. El entrenamiento hacía hincapié en el realismo, incluyendo como es logico el uso de munición real. En una ocasión, un ranger en estado de alerta recogió una granada que un comando había arrojado a un bote de rangers novatos y la arrojó sobre el lago antes de que explotara. A principios de agosto, el batallón se trasladó a Argyle, Escocia.


Reclutas ranger en periodo de instrucción.


Mientras avanzaba el entrenamiento de la unidad, cincuenta rangers participaron en el ataque a Dieppe el 19 de agosto de 1942. Aunque los aliados aparentemente esperaban que el ataque aliviara la presión alemana sobre los soviéticos, el objetivo real era probar las defensas del puerto y obligar a la Luftwaffe a presentar batalla. Para despejar el camino para el asalto principal en la ciudad por la 2ª División canadiense, dos batallones de comando británicos, acompañados por una pequeña fuerza de rangers estadounidenses, se apoderarían de un par de baterías costeras que flanqueaban la ciudad y el puerto. Si bien uno de los batallones desembarcó con éxito, destruyendo su batería asignada al oeste de Dieppe para posteriormente retirarse, la flotilla que transportaba el segundo batallón fue dispersada por lanchas torpederas enemigas lo que supuso que solo una fracción de la fuerza alcanzara la costa. Mediante preciso fuego de francotiradores, se impidió que la batería disparara a la principal flota aliada de desembarco, pero muchos de los rangers y comandos estadounidenses y británicos fueron capturados posteriormente. Mientras tanto, el asalto principal se convertía en un completo desastre, sufriendo 3.400 bajas entre los 5,000 soldados comprometidos. Por lo menos el alto mando aliado afirmó haber aprendido lecciones que resultaron invaluables para el éxito de los desembarcos en Normandía dos años después.

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