Emblema de la 1ª División SS Leibstandarte Adolf Hitler
Captura de los pasos de Klidi y
Klissura
La entrada en Grecia pasaba inexorablemente
por el llamado Paso de Klidi, defendido por tropas de la Commonwealth. El 10 de
abril la 1º División SS Leibstandarte inicio el asalto. Las carreteras que
atravesaban el paso estaban fuertemente minadas por lo que se descartaba un
ataque blindado. El 1º Batallón de la Leibstandarte bajo el mando del
SS-Obersturmführer Gerd Pleiss se hallaba preparado para la acción como batallón
de montaña, y así, comenzaron a escalar las rocosas pendientes del paso con el
fuego de apoyo de los cañones de 88 mm del regimiento. Al mismo tiempo que los
infantes atacaban entre las rocas, apoyados por fuego de artillería, cañones de
asalto comenzaron a avanzar por la carretera, precedidos de un grupo de
ingenieros que frenéticamente y bajo el fuego enemigo iban despejando el camino
de minas. Los defensores fueron superados de momento por el ataque alemán y el
paso cayó rápidamente, consiguiendo captura a 100 prisioneros aliados.
A principios de la mañana siguiente,
la parte más distante del paso fue alcanzada. Los británicos lanzaron un contraataque
apoyado por carros en un intento de contener el avance alemán e incluso hacerles
retroceder. De nuevo, los cañones de 88 mm del SS-Obersturmführer Dr. Naumann
fueron emplazados y rápidamente abrieron fuego sobre los tanques enemigos obligándoles
a retirarse.
El siguiente objetivo de la
División Leibstandarte era Koritza, el cuartel general del III Cuerpo de Ejército
griego. Antes de alcanzar esta posición, existía un hueso duro de roer, el
fuertemente defendido Paso de Klissura, resguardado en ambos lados por picos
que alcanzaban los 1400 metros de altitud. Las tropas griegas se hallaban bien
atrincheradas y apoyadas por su propia artillería de montaña. La ruta de la
Leibstandarte hacia el paso a menudo estaba bloqueada y tenazmente defendida
por elementos de la 21ª División de Infantería griega. Si bien las defensas
griegas no fueron rival para las tropas de las Waffen-SS e inevitablemente
fueron sobrepasadas, el tiempo utilizado en despejar el camino retrasó
considerablemente el progreso alemán.
Por la tarde del 11 de abril, tal
y como anochecía, las unidades avanzadas de la Leibstandarte alcanzaron las estribaciones del paso. El avance
inicial fue rápido y los primeros riscos cayeron en manos alemanas en 30
minutos. Les siguieron los vehículos que circulaban por la serpenteante
carretera sin encontrar serios obstáculos hasta que se vieron obligados a
detenerse ante un poco profundo barranco porque el puente que lo cruzaba había
sido volado con anterioridad. Cuando la columna se detuvo, comenzó a caer sobre
las tropas alemanas un intenso fuego de ametralladoras y de granadas procedente
de las defensoras fuerzas griegas situadas más arriba, entre las rocas seguido inmediatamente
por intenso fuego de mortero. Los alemanes se hallaron clavados en sus
posiciones al no poder ni avanzar ni retroceder. Los vehículos tampoco podían
girar debido a la estrechez de la carretera.
Tropas de la Leibstandarte Adolf Hitler encontrando dificultades en Grecia
La caída de la noche dio un
respiro a las tropas de las Waffen-SS. Ingenieros de las SS demolieron grandes
rocas de la montaña para que cayeran en el barranco sobre los restos del puente
derruido. Sobre estos cimientos, poco a
poco el barranco fue rellenado con escombros depositados en una larga cadena
humana. A pesar de no ser la solución ideal, se pudo rellenar una estrecha sección
del barranco lo suficiente para permitir el paso de los vehículos.
El plan alemán consistía en que
dos grupos de infantes de las SS escalaran los muros del paso bajo la cobertura
de la oscuridad de la noche, se infiltraran detrás de las posiciones defensivas
de los griegos y estuvieran preparados para atacar con las primeras luces del día.
Mientras un tercer grupo liderado por el SS-Sturmbannführer
Kurt Meyer con alrededor de 30 hombres acompañado por unos pocas
autoametralladoras, algún cañón antitanque (88 mm) avanzara acto seguido por la
carretera.
Tal y como Meyer se acercó a la
cresta del paso detuvo su pequeña fuerza y desplegó su artillería. Con un
verdadero muro de roca en un lado y el vacio en el otro, era muy difícil
separar los afustes de los cañones y anclarlos con suficiente fuerza para poder
ser utilizados con normalidad. Cada vez que se disparaba, existía el riego de
que el cañón pudiera desanclarse y rodar montaña abajo. No obstante, los
cañones abrieron fuego y esta fue la señal para que la infantería infiltrada durante
la noche se uniera al ataque desde la retaguardia de las posiciones enemigas.
Mapa de la batalla del Paso de Klissura
La misión de las tropas griegas
era mantener el paso para así proteger la retirada del III Cuerpo desde la
frontera con Albania, donde habían combatido a los italianos. Esta acción era
esencial para que al escapar pudieran unirse con otras fuerzas griegas,
britanicas y de la Commonwealth en la defensa de la parte sur del país. Las
tropas de defensa del Paso de Klissura estaban por lo tanto muy determinadas a
no dejarse desalojar de sus posiciones, justo la misión contraria de las tropas
de la División SS-Leibstandarte Adolf
Hitler.
Nada más iniciar el avance el
grupo de Meyer, un proyectil de artillería exploto en frente abriendo un gran cráter.
El fuego de ametralladora rebotaba en las rocas obligando a Meyer y a sus
hombres a tirarse al suelo buscando cobertura. Meyer gritó a sus hombres que
avanzara pero con las balas silbando a través del aire sobre todos, creyeron
que Meyer tal vez se había vuelto loco. Sabedor que el punto muerto de la situación
debía romperse, Meyer de forma serena cogió una granada, mirando a sus hombres
y asegurado que ellos le observaban, quitó la anilla y lanzo la granada detrás del
hombre más retrasado. Se rompió la tensión y los soldados de las SS corrieron
hacia adelante alejándose de la explosión de la granada buscando nuevos refugios,
sonriendo a pesar de las muecas burlonas y casi dementes de su comandante.
SS-Sturmbannführer Kurt Meyer
Meyer y sus hombres atacaron
hacia la cima donde el fuego concentrado de los 88 mm junto con el de las
ametralladoras y las granadas de las tropas de las SS finalmente acabaron con
el último espíritu de combate de los griegos, quienes en esos momentos emergían
de sus posiciones con las manos en alto y en actitud de rendirse. El Paso de
Klissura estaba en manos germanas al igual que alrededor de 1000 prisioneros,
incluyendo un comandante regimental y tres de batallón.
Continúa en Waffen-SS en los Balcanes. 3ª Parte
No hay comentarios:
Publicar un comentario