Carta antisemita de una alemana
Carta, en este caso de amor remitida a Adolf Hitler
¡Estimado señor Hitler!
Como miembro del NSDAP, me preocupa mucho lo siguiente: para que
nuestros trabajos puedan verse realmente libres de judíos, deberíamos
comprometer a nuestros miembros a sellar un pacto para no comprarles a los judíos,
de manera que podamos ir sacándolos gradualmente del comercio al por menor. Con
ello volveríamos a asegurar la posición de la clase media. Esto será mas difícil
de efectuar en el comercio al por mayor, ya que en la confección y la venta de
zapatos se trabaja mayoritariamente con capital judío, pero localmente nuestro
movimiento recibiría un gran estimulo mediante estas medidas decisivas.
En la mayoría de los casos, esto se debe a la mera estupidez de las
personas, ¡¡ y el judío goza silenciosamente por los tontos compradores
alemanes !! Y él, claro, les compra únicamente a sus correligionarios.
Con un Heil combativo y lealmente alemán.
Su atenta servidora
Frau von Ponief
Esta es la carta que fue enviada
un 28 de febrero de 1930 desde Peenemünde a Adolf Hitler. La respuesta por
parte de la secretaría de Hitler fechada el 6 de marzo, probablemente escrita
por Rudolf Hess, es la siguiente:
Estimada señora
El señor Hitler le transmite su agradecimiento por la carta del 28 de
febrero y las sugerencias que expone usted en ella. De cualquier forma, ya se
prevé motivar a los camaradas del partido, mediante las debidas invitaciones en
nuestra prensa, para que, en el futuro y en la medida de lo posible, compren
donde sus copartidarios.
Por desgracia, la invitación a no comprar donde los judíos sería
considerada como un prejuicio comercial y, por ende, sancionable, al menos en
tanto se haga referencia a éstos por su nombre.
Con un saludo alemán
Su atento servidor.
Diversas reflexiones puedan
aparecer tras la lectura de sendas cartas escritas en la Alemania pre nazi. El
sentimiento antisemita ya se observa perfectamente arraigado dentro de parte de
la sociedad alemana, e incluso focalizado en aquel punto donde más daño puede
realizarse por lo menos de forma encubierta; la microeconomía particular del
individuo, en este caso el comerciante judío al por menor. La respuesta
ofrecida por el partido nazi es acorde con la fecha de la carta. En 1930 ya se había
mostrado claramente el carácter antisemita de la ideología nacionalsocialista
pero el no haber alcanzado el poder político, se les impedía de forma evidente
atentar de forma abierta contra los intereses judíos por medio a las sanciones pertinentes
sin embargo ya se dejaba traslucir las intenciones veladas del partido nazi con
la frase final de la respuesta; al menos
en tanto se haga referencia a éstos por su nombre.
Estas dos cartas estas referidas
en el libro "Cartas a Hitler" del autor Henrik Eberle y editorial
Tempus. Libro muy recomendable ya que es una colección de cartas enviadas al máximo
dirigente nazi, desde 1924 hasta 1945, por personajes anónimos como Frau von
Ponief que dan mucho que pensar y debatir.
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