Código de transmisión navajo
Pareja de codificadores navajo
La utilización de la lengua
utilizado por los indios navajos durante la Segunda Guerra Mundial es desde el
año 2002, año de estreno de la película Windtalkers, un aspecto bastante conocido y popular dentro
de foros, publicaciones, blogs y demás informaciones sobre la ultima confrontación
mundial. Sin embargo, una visión generalizada sobre el tema no es nunca mal
recibida.
Guadalcanal, Tarawa, Peleliu, Iwo
Jima son nombres conocidos de islas del Pacífico donde los codificadores en
idioma navajo tuvieron un papel destacado dentro de sus competencias. Los
nativos de la tribu navajo participaron en cada desembarco anfibio donde el
Cuerpo de Marines de los Estados Unidos intervino desde 1942 a 1945. Las seis
divisiones de infantería así como los batallones raider y las unidades paracaidistas del USMC, tuvieron dentro de
sus filas codificadores navajo que transmitieron mensajes por teléfono y radio
en su lengua materna utilizando un código cifrado que los japoneses nunca
pudieron violar.
La idea de usar a nativos navajos
para transmitir comunicaciones de forma segura provino de Philip Johnston, el
hijo de un misionero que evangelizaba la tribu navaja y por ello uno de los
pocos estadounidenses que sin ser de la
tribu hablaba su idioma con fluidez. Johnston, criado en la reserva Navajo, era
un veterano de la Primera Guerra Mundial que estaba al tanto que las
autoridades militares buscaban un código de cifrado capaz de evitar cualquier
intento por descífralo. También conocía que las
lenguas nativas americanas en particular el Choctaw había sido utilizada
en el anterior conflicto para codificar mensajes.
Johnston creyó que el idioma
navajo respondería a la necesidad militar de un código indescifrable ya que el
navajo es una lengua no escrita de extrema complejidad. Su sintaxis y
cualidades tonales, sin mencionar los dialectos, lo hacían ininteligible a
nadie sin formación y amplia exposición a dicha lengua. No tiene alfabeto o
símbolos y solamente se habla en las tierras de la reserva navaja situada en el
Suroeste de los Estados Unidos. Se estimaba que menos de treinta personas no
pertenecientes a la tribu navaja y de ellos ningún japonés podían entender el
idioma al inicio de la Segunda Guerra Mundial.
A principios de 1942, Johnston se
reunió con el general de división Clayton B. Vogel, comandante general del cuerpo anfibio de la
flota del Pacífico y con su estado mayor para convencerles del valor de la
lengua navajo como código. Johnston efectuó pruebas bajo condiciones de combate
simuladas, demostrando que los navajos podrían codificar, transmitir y
decodificar un mensaje en inglés tres líneas en 20 segundos. Las máquinas
descifradoras de aquel entonces requieran 30 minutos para realizar el mismo
trabajo. Convencido, Vogel recomendó al comandante de los Marines que reclutasen
a 200 nativos navajos.
Carta de recomendación del reclutamiento de navajos para tareas de cifrado
En mayo de 1942, los primeros 29
reclutas navajo asistieron al campo de entrenamiento. Posteriormente, ya en
Camp Pendleton, Oceanside, California, este primer grupo creó y perfeccionó el
código navajo. Desarrollaron numerosas palabras y un diccionario de términos
militares. El diccionario y todas las palabras del código tuvieron que
memorizadas durante el entrenamiento.
Cada vez que un codificador navajo completaba su adiestramiento
con éxito, era enviado a una unidad de marines desplegada en el teatro del
Pacífico. La principal tarea de los
codificadores era hablar, transmitir información sobre los movimientos de
tropas y tácticas, órdenes y otras comunicaciones vitales durante el combate
por medio de teléfonos y radios. También operaron como mensajeros y llevando a cabo otras
tareas propias del servicio dentro de los Marines.
El sistema de cifrado y
descifrado utilizando el idioma navajo fue elogiado por su capacidad, velocidad
y precisión a lo largo de la guerra. En Iwo Jima, el comandante Howard Connor,
oficial de transmisiones de la 5ª División de Marines declaró, "Si no llega a ser por los navajos, los
Marines nunca habrían tomado Iwo Jima". Connor tuvo bajo sus órdenes
seis codificadores navajo trabajando día y noche durante los dos primeros días
de la batalla. Esos seis hombres enviaron y recibieron más de 800 mensajes,
todo ello sin error alguno.
Los japoneses, expertos en tareas
de descifrar y violar códigos de transmisión, permanecieron desconcertados ante
el idioma navajo. El jefe japonés de inteligencia, Teniente General Seizo Arisue, comentó que
mientras sí que eran capaces de descifrar los códigos utilizados por el
ejército de Estados Unidos y el cuerpo aéreo del ejército, nunca pudieron descifrar el código utilizado
por los Marines. Los codificadores en idioma Navajo incluso impidieron a un
soldado navajo tomado prisionero en Bataan, en 1942 habían mas o menos 20
nativos navajos en el ejercito de los Estados Unidos presente en
Filipinas, comprender los mensajes
utilizados. El soldado navajo, obligado a escuchar las palabras entremezcladas
y revueltas , dijo a un codificador después de la guerra, "Nunca podía
imaginar lo que estaban comentando los muchachos debido a tanto desorden".
Esta anécdota indica claramente que el propio código navajo estaba codificado.
Nativos navajo en el Pacífico
En 1942, la población total de la
tribu navaja ascendía a unos 50.000 miembros. Cuando la guerra finalizó, unos 540 Navajos
sirvieron dentro del Cuerpo de Marines. De ellos, entre 375 y 420 pertenecieron
al equipo de transmisión de mensajes cifrados, el resto fue destinado a otros
empleos.
El idioma navajo siguió siendo
considerado como código de cifrado valido incluso después de la guerra. Por esa
razón, los codificadores, cuya habilidad y coraje salvaron tanta vidas
estadounidenses, recibieron tardíamente el
reconocimiento del gobierno y de la población
Monumento Honorifico a los codificadores navajos
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