Barnes Wallis
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Sir Barnes Neville Wallis (1887–1979) fue uno de los ingenieros británicos más innovadores del siglo XX, un hombre cuya imaginación y rigor técnico transformaron el diseño aeronáutico y las tácticas de bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial. Nacido en Derby, Inglaterra, el 26 de septiembre de 1887, creció en un ambiente modesto, pero desde niño mostró una extraordinaria inclinación por la mecánica y la resolución de problemas. Su curiosidad natural lo llevó a estudiar ingeniería en el University College de Nottingham, aunque su verdadera formación se forjó en los talleres y laboratorios donde la teoría debía enfrentarse a la realidad material.
Su carrera comenzó en los astilleros y fábricas de la compañía Vickers, donde trabajó inicialmente en el diseño de dirigibles. Este campo —en plena expansión en las primeras décadas del siglo XX— le permitió adquirir una comprensión única de la relación entre peso, estructura y resistencia. Durante la Primera Guerra Mundial participó en el desarrollo de dirigibles de combate y patrulla, y aunque estos aparatos pronto serían superados por los aviones, la experiencia dejó en Wallis una enseñanza decisiva: la importancia de la ligereza estructural y la distribución eficiente de las cargas.
Esa lección se convertiría en el núcleo de sus trabajos posteriores. En la década de 1930, cuando la aviación militar evolucionaba con rapidez, Wallis diseñó un sistema estructural revolucionario: la estructura geodésica. Inspirada en los principios geométricos de las cúpulas y los entramados reticulares, esta estructura empleaba una red de vigas ligeras entrecruzadas en forma de espiral para distribuir las tensiones. En lugar de confiar en una serie de largueros y costillas convencionales, el fuselaje se convertía en una malla continua de triángulos y rombos metálicos, que ofrecía una resistencia excepcional frente a impactos y daños.













