jueves, 3 de diciembre de 2015

Perspectiva táctica de la campaña de Túnez; 2ª Parte

Perspectiva táctica de la campaña de Túnez; 2ª Parte

Otra innovación táctica fue el concepto del “Destructor de Tanques” usado por el ejército americano. Al igual que británicos con los tanques de infantería y los alemanes con el Panzer IV, los americanos con razón vieron que sus tanques más pesados, técnicamente eran tanques medios, tenían un comportamiento apropiado en funciones de apoyo a la infantería. Sin embargo, cuando debían de enfrentarse  en combate tanque contra tanque, introdujeron una nueva clase de vehículo llamado tank destroyer, incluidos en batallones. A principios de 1943 estos especializados batallones todavía estaban  en transición entre tres tipos de vehículos, dos de ellos inadecuados; el camión no acorazado M6 que llevaba un cañón de 37 mm acoplado; el vehículo semioruga ligeramente blindado M3 con el viejo cañón de campaña de 75mm; y el vehículo construido expreso para esta función, el M10, basado en un chasis del Sherman, sin la parte superior de la torreta y armado con el eficaz cañón antitanque de 3 pulgadas, 76 mm. Estos vehículos tenían un aspecto común, su blindaje era relativamente exiguo, porque se suponía que la potencia de fuego podía contrarrestar por si sola  los tanques enemigos.


 M3 GMC, Gun Motor Carriage

El concepto de destructor de tanques se basaba en la idea bastante rara de que en la batalla el comandante del carro tendría el tiempo y medios disponibles para seleccionar el perfecto objetivo, el de mayor amenaza. Además, para poner más hierro al asunto,  durante los dos años anteriores, los británicos habían echado pestes sobre sus propios tanques, incluido el M3 Stuart fabricado en América, y habían percibido que, tener una delgada protección blindada, así como aquellos experimentos con cañones antitanque acoplados a vehículos habían resultado ineficaces. En realidad, ningún tipo de vehículo había sido capaz de aguantar el tipo en las “batallas tanques versus tanques” y los británicos se quedaron muy sorprendidos y dudosos que sus nuevos aliados tuviesen la esperanza de luchar en similares batallas con incluso vehículos ligeramente mas acorazados. Sin embargo, las condiciones del terreno también eran un factor a tener en cuenta; en Egipto y Libia a menudo existían grandes extensiones llanas que proporcionaban abiertos campo de tiro, donde vehículos pobres en blindaje podían ser alcanzados y destruidos a distancias de más de 1000 yardas, mientras que las colinas cubiertas de vegetación de Túnez ofrecían más oportunidades a los TD para emboscar a los vehículos de combate desde la cobertura y a distancias más cortas. La Historia Oficial del US Army indica de forma tangencial en las pag. 672-673; “La experiencia demostró que los TDs no podían ser usados como “caza tanques”, ya que una vez comenzado el duelo artillero pronto sucumbían. Su movilidad era muy útil para evitar el fuego hostil o para buscar una mejor posición de tiro”. Esta consideración parece indicar que los TDs tenían un mejor rendimiento cuando eran utilizados en posiciones semienterradas o explotando la cobertura natural. Por lo tanto, de forma excepcional, el concepto de “tank destroyer” en realidad pasó el test de la batalla en las colinas de Túnez, hasta incluso fue visto como un éxito en la acción bélica de El Guettar. El M10 Wolverine no era tan rápido como el 37 mm acoplado a un camión o la semioruga el cañón de 75 mm pero estaba mejor acorazado y mucho mejor armado, continuó en servicio en los ejércitos aliados hasta el final de la guerra con varias versiones, aunque la doctrina para su cometido debió ser definida de forma menos rígida.



La Historia Oficial del US Ejercito proporciona una lista de otras lecciones tácticas que los americanos aprendieron en Túnez. Esencialmente eran parecidas a las que surgieron de la Gran Guerra y que habían sido revisadas por los británicos en las campañas del desierto de 1940-42. En realidad, se podría retroceder un poco más lejos, a las campañas victorianas de la Frontera Noroeste o a la guerra de los Boers, con principios atemporales como asegurar el terreno elevado y la necesidad de la infantería para el reconocimiento, patrulla y la lectura de mapas. Detrás de estas matizaciones existían algunos axiomas básicos, algunos no habían sido tan obvios para Fuller y Hobart en los años 30, tales como la necesidad de coordinar todas las armas y el uso de la infantería en proximidad cercana al uso de los tanques. También era necesario conseguir una concentración de medios acorazados en un estrecho frente más que la dispersión o “penny-paqueting”, táctica por supuesto empleada con  mucha diferencia entre alemanes y británicos en 1941. Era necesario también, una defensa en profundidad, para que la infantería pudiese evitar en el ataque una posible concentración de fuego y también para preparar el tiempo suficiente antes de lanzar cualquier contraataque.

La Historia Oficial norteamericana propone el punto fundamental que consiste en que los oficiales deben ser competentes, quizás toca de refilón la actuación individual no muy positiva de algunos comandantes ante los alemanes en Kasserine. Obviamente es inevitable que a principios de cualquier guerra, los ejércitos tuviesen una proporción alta de oficiales que lo eran en tiempos de paz en  la línea del frente, al lado de otros pocos que irían escalando en el escalafón en tiempos posteriores. Sin embargo,se produjo un grave error al ignorar un aspecto de la doctrina y era, la localización de los cuarteles generales demasiado lejos del frente, dificultando de esta manera el control de la batalla.


Tanques Valentine transportando infantería escocesa al norte de Gabes, 1 de marzo de 1943.  Aparentemente corresponde a una sección (platoon) formada por cuatro tanques. No se aprecia que los tanques remolquen cañones antitanque sin embargo todo parece indicar que se trata de una fuerza con "todas las armas". Todo esta tan claro que indica que es una fotografía preparada. Los tanques se encuentran muy cerca unos de otros, la infantería presenta blancos fáciles para las ametralladoras enemigas, y es ridículo remolcar antitanques por los propios carros ya que siempre es necesario que los cañones actúen por separado y con el apoyo de sus propios vehículos con su propias dotaciones y munición.


En esta etapa del conflicto, los alemanes habían llegado a comprender que no solo eran superados en número y equipamiento sino que la mayoría de las supuestas viejas tácticas estaban obsoletas. Ya en El Alamein, en octubre de 1942, el peso del poder aéreo y la artillería de Montgomery les dejaban muy poco espacio para la maniobra; no vendrían nuevas “carreras hacia la alambrada“ tal y como Rommel había utilizado en noviembre de 1941 en la operación “Crusader”. En 1943 y en Túnez se enfrentaron dos nuevos ejércitos que se aproximaban desde el oeste, incluyendo a los americanos que podían desplegar aparentemente ilimitadas cantidades de equipamiento. 

El peso de apoyo aéreo y artillero era particularmente poderoso, especialmente desde queala Luftwaffe había sido desastrosamente eliminada. En estas circunstancias, los analistas germanos vieron con resentimiento que las tácticas americanas eran “inflexibles”, basadas en la total superioridad materia, exactamente como los principios tácticos deseados pro Montgomery. Eran tácticas burdas pero que impedían a los alemanes conseguir el triunfo en ninguna batalla.

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