lunes, 5 de febrero de 2024

Tácticas de los aviones torpederos británicos

 

Tácticas de los aviones torpederos británicos

 

Fairey Swordfish en acción

Lanzar un torpedo con éxito contra un buque en movimiento era una habilidad muy difícil de dominar incluso en el caso hipotético de atacar un objetivo que no dispusiera de defensa antiaérea alguna.

Los aviones armados con torpedos debían realizar sus vuelos de patrulla a altitudes de varios miles pies para aumentar el alcance en el que podían detectar sus objetivos; Sólo una vez iniciado el ataque bajarían a límites de altitud cercanos al del nivel del mar. La altura a la que se lanzaba un torpedo dependía del tipo de avión, pero estaba invariablemente por debajo de los 100 pies - Pilotos de Swordfish lanzaban sus “peces' en un rango comprendido entre los 50 y 70 pies. Esta calculada altura ocasionaba que el torpedo entrara en el agua en un ángulo de entre 14 y 24 grados; Si lo hiciera fuera de estos parámetros, el torpedo también podría sumergirse de forma pronunciada, rebotar en la superficie del agua, o incluso dar un giro inverso.

El Swordfish y el Albacores estaban equipados con una mira de torpedo que consistía en una barra metálica con una fila de luces delante del parabrisas, espaciadas de modo que indicaran una sucesión de ángulos de 4 grados. Una vez que el piloto tuvo seleccionó su mejor estimación para la velocidad de su objetivo, una lámpara iluminaba la barra; y cuando la proa del barco se alineaba con esta lámpara, el piloto soltaba su torpedo. De forma ideal, el piloto debía intentar alinearse a 60 grados de la proa de su objetivo. Un torpedo en solitario que recorría 2.000 yardas, o en casos extremos 4.000 yardas, a una velocidad de hasta 40 nudos no sería demasiado difícil de evadir para un barco; por lo que los varios aviones torpederos debían atacar simultáneamente al objetivo, combinando tres aviones en formación que lanzarían sus torpedos paralelos uno a cada lado del otro. Los buques enemigos podían intentar evadirlos girando y navegando directamente hacia ellos, esforzándose por abrirse camino entre las estelas. Una contramedida contra esta maniobra de evasión fue intentar atacar simultáneamente el barco desde diferentes direcciones, pero era una maniobra compleja y difícil de coordinar. No hace falta añadir que la necesidad de volar en línea recta y nivelada durante El ataque ocasionaba que el avión fuera muy vulnerable al fuego enemigo.


Fairey Barracuda

El torpedo británico de 18 pulgadas estaba equipado con una "cola de aire" que proporcionaba estabilidad mientras se lanzaba desde la aeronave para desprenderse una vez que el torpedo impactaba sobre la superficie del agua, y hundirse a su mejor profundidad operativa, nominalmente alrededor de 40 pies. A continuación, el torpedo desaceleraría hasta el ajuste de velocidad preseleccionada y su cabeza de combate se armaría después de haber recorrido su 'distancia de armado'. El rango de armado, sumado a la cantidad de tiempo en el aire, daría el «alcance mínimo de lanzamiento» del torpedo, por debajo del cual no se armaría a tiempo.

Una vez que el torpedo fuese lanzado, la prioridad del piloto era poner lo máxima distancia entre su avión y el enemigo y lo más rápidamente posible. Si giraba para apartare de la nave enemiga, debería hacerlo enlenteciendo su avión y presentando un perfil más grande en el punto de mira de los artilleros antiaéreos enemigos. Por esta razón, algunos pilotos optaron por seguir volando directamente hacia el buque y sobrevolarlo para minimizar el tiempo que los artilleros tenían para dispararles, Sin embargo, otros pilotos argumentaron que esta táctica proporcionaba un disparo limpio,  sin desviación, y que virar el avión en cambio ocasionaba que el avión se convirtiera en un  objetivo más difícil.


El crucero Bolzano bajo un ataque aéreo

Contrarrestar cualquier avión de caza enemigo presente en la zona era mucho más que una heroicidad ya que los bombarderos torpederos eran extremadamente vulnerables si actuaban sin escolta. Las tripulaciones de los Swordfish podían, hasta cierto punto, confiar en la lenta velocidad de sustentación de la aeronave, lo que significaba que los cazas enemigos de diseño más moderno y mucho más rápidos cuando se acercaran al avión torpedero sólo tendrían un breve espacio de tiempo para disparar antes de que lo sobrepasaran y tuvieran que dar una vuelta para alinearse y realizar otra pasada. Algunos pilotos de caza enemigos se acercaron a los Swordfish con los flaps y el tren de aterrizaje bajados para reducir su velocidad y así poder atacar de forma más precisa. En este caso, el Swordfish solo tenía su única ametralladora trasera y maniobras evasivas para protegerse. Sin embargo y por difícil que parezca, Charles Lamb se las arregló para pilotar su Swordfish de tal manera que dos pilotos de caza italianos perdieron el control de sus aviones mientras trataban de alinearse con él y ambos cayeron en el mar.

Fuente The British Fleet Air Arm in World War II Ed. Osprey

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