Jüdischer Kulturbund
Concierto en la sinagoga
Herzog-Max-Straße, Munich, 18 mayo 1938
La Jüdischer Kulturbund, o mejor dicho Der Jüdische Kulturbund fue una federación cultural alemana formada
por judíos. Fundada en 1933 llegó a contratar a más de 1300 hombres y 700
mujeres entre artistas, músicos y actores que habían sido despedidos de
instituciones alemanas. Dicha federación llego a tener hasta 70.000 miembro
según algunos autores, incluso, Saúl Friedländer habla de por lo menos 180.000
asociados. En dos etapas claramente diferenciadas se subdivide la acción
cultural de la Jüdischer Kulturbund en Alemania durante el periodo gobernado por
el partido nazi.
1933-1937
La organización fue originalmente
llamada en 1933, Kulturbund Deutscher Juden
o Federación Cultural de los judíos alemanes, pero en abril de 1935 las
autoridades nazis – obligando a la organización la eliminación del término
alemán del propio nombre – impusieron el
cambio hacia la nomenclatura final de Jüdischer Kulturbund, es decir, la
Federación Cultural judía, que pronto fue conocida como el Kubu. Dicha institución
fue creada por artistas judíos parados con el consentimiento de los Nazis pero
solo "para" la población judía. Los Nazis permitieron esta asociación
para ocultar su opresión de los judíos. La Kulturbund fue uno de los ejemplos
más famosos de la creatividad judía en respuesta a su exclusión cultural.
Proporcionó una oportunidad de ocio a
sus 70.000 miembros en cuarenta y nueve diferentes locales diseminados por la
geografía alemana.
Después de la exclusión de
alemanes judíos y gentiles alemanes de
ascendencia judía de la pertenencia
en casi todas las organizaciones y eventos públicos, la Kulturbund
Deutscher Juden intentó proporcionar algún tipo de compensación hacia este
maltratado segmento de población, como intentó la organización Israelitisches Familienblatt.
La Kulturbund estuvo presente en
representaciones teatrales, conciertos, exposiciones, óperas y conferencias por
toda Alemania, realizadas por artistas judíos, artistas, escritores,
científicos, etc. Cuyo permiso para
aparecer ante el público había sido negado por el régimen del partido Nazi. Así
los artistas judíos podrían ganarse otra vez su escaso salario. Las actuaciones
se llevaron a cabo en lugares autorizados con la particularidad de existir
segregación racial pues, “solo judíos” podían asistir, acotando la presencia a
judíos alemanes y alemanes de ascendencia judía y sus eventuales cónyuges,
judías o no.
Programa de la Kulturbund Deutscher Juden
1938 – 1941
Tras los pogromos de la
Kristallnacht de la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938,a la Kulturbund aun se le permitió continuar
con sus actividades, sin embargo, la discriminación y la persecución de los
judíos condujo a muchos de sus integrantes hacia unas altas tasas de
empobrecimiento. Por esta razón se redujo el número de sedes y de miembros.
El 16 de diciembre Hans Hinkel,
comisionado de asuntos teatrales del Estado de Prusia donde estaba incluida la Kulturbund, dentro
el Ministerio de Propaganda del Reich de Goebbels, declaró ante el Dr. Werner
Levie (1903–1945), holandés y por lo
tanto, uno de los pocos miembros disponibles – ya que estaba ni en la
clandestinidad ni detenido – del Consejo Ejecutivo de la Kulturbund, que hasta
finales de diciembre todos las setenta y seis editoriales judías todavía
existentes o bien fuesen cerradas o bien traspasadas a propietarios arios. Las
pocas editoriales, que todavía aun pudieron permanecer abiertas, debían ser
dirigidas por un departamento editorial que se formó en la propias Kulturbund.
En enero de 1939 ese departamento editorial comenzó sus actividades en las
antiguas oficinas utilizadas por la organización sionista Jüdische Rundschau,
que había sido cerrado justo después de la fatídica Noche de los Cristales
Rotos, con su ex director, Erich Liepmann, como máximo responsable del
departamento editorial. La Kulturbund logró salvar una gran cantidad de las
existencias de libros de las mismas editoriales antes de ser destruidos. Levie
alcanzó la concesión, aunque los editores judíos fueron obligados a liquidar
sus empresas, podría exportar sus existencias de libros por cuenta propia hasta
abril de 1939 si los respectivos compradores pagaban en divisas por el
Reichsbank. Sin embargo, los editores solo podían pagar con los inconvertibles
Reichsmarks.
El departamento editorial de la Kulturbund
compró os restantes stocks de libros a
sus antiguos propietarios con un descuento de 80% a 95% del precio original y
sólo pagaría, una vez se materializasen los beneficios de las ventas en el
extranjero o a judíos alemanes o austriacos así como a alemanes de ascendencia
judía. También en Austria, anexionada a Alemania en marzo de 1938, el
departamento editorial de la Kulturbund realizó el mismo tipo de actuación que
en Alemania. El departamento editorial de la Kulturbund pudo, de esta manera, vender
libros de sus stocks a los judíos alemanes y austriacos y así crear un
superávit, que fue destinado para cubrir en parte las pérdidas en el
Departamento de ejecución. Una suma considerable fue transferida a la oficina
central para la emigración judía, pagar tasas las de emigración impuestas a los
afortunados receptores de visados extranjeros, que por desgracia eran demasiado
pobres para pagárselos.
El Ministerio de la Propaganda
sólo permitió que la Kulturbund siguiese existiendo, si cambiaría sus estatutos
para que el ministro, en este caso Goebbels pudiese, en cualquier momento,
interferir en los asuntos de la Junta Ejecutiva, incluso disolver la propia
Kulturbund y disponer de sus bienes. Los estatutos modificados entraron en
vigor el 4 de marzo de 1939.
El secretario ejecutivo de la
Kulturbund, Levie regresó a Holanda a finales de agosto de 1939. Fue sucedido
en primer lugar por Johanna Marcus, que pronto también emigró y luego por Willy
Pless. No obstante, las actividades de la Kulturbund siguieron siendo aceptadas
por la población judía que previamente habían sido eliminados de cualquier acto
cultural o de entretenimiento.
El 11 de septiembre de 1941, la
Gestapo ordenó el cierre de la Kulturbund, salvo su departamento editorial, que
debía ser traspasado a la Reichsvereinigung
der Juden in Deutschland.
Irónicamente, los mismos
observadores estatales de los judíos admitieron que fue mediante la Kulturbund
cuando se produjeron en la Alemania Nazi las mejores obras de teatro, cabaret,
conciertos opera… por ejemplo, el 14 de noviembre de 1933, se estrenó la
primera ópera producida, “Las bodas de Fígaro” con Joseph Rosentock como
director, un judío perteneciente a la Kulturbund.
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