Kindertransport
Proviene de Kindertransport I
Niños austriacos llegando a Londres
Gente de diversas de creencias,
cristianos de distintas corrientes, incluyendo cuáqueros, junto con judíos, colaboraron en este esfuerzo para rescatar
del horror nazi todos los niños posibles
niños principalmente judíos. En este esfuerzo cabe destacar a Lola
Hahn-Warburg, miembro de una prominente familia de banqueros judíos de origen
alemán que estableció el marco para la evacuación de judíos en fecha tan
temprana como en 1933 mucho antes que se estableciese del programa de
Kindertransport a Inglaterra; Wilfrid Israel otro empresario judío alemán,
quien utilizó su extensa red de contactos personales para garantizar el pasaje
de innumerables judíos; el ex primer ministro británico Stanley Baldwin, que
apeló en diciembre de 1938 a la conciencia británica a través de una emisión de
la BBC en apoyo del Fondo Lord Baldwin para los Refugiados; Vizconde Walter
Horacio Samuel; Sir Wyndham Deedes; Rebecca Sieff; el rabino Solomon Schoenfeld
cuyos esfuerzos fueron responsables del rescate de casi 1.000 niños judíos
ortodoxos; posteriormente Sir Nicholas Winton, quien trabajando con Trevor
Chadwick, Doreen Warriner y Bill Barazetti, salvó a 669 niños checoslovacos; el
académico Norman Bentwich; los cuáqueros Bertha Bracey y Jean Hoare, primo de
Sir Samuel Hoare, quien sirvió de guía en un avión lleno de niños procedentes de
Praga; trabajadores sociales en las comunidades judías de Viena, como Franzi
Danneberg-Löw que más tarde se convirtió en el protector de los niños judíos
que se quedaron en Viena después de
último Kindertransport; y líderes del movimiento de juventud alemán en Berlín,
como Norbert Wollheim que viajo como acompañante de los niños y que rechazó una
plaza en el último viaje por no abandonar en Berlín a su esposa e hijo en
Berlín, en 1943 fue deportado a Auschwitz.
Cabe destacar de forma individual
a Geertruida (Truus) Wijsmuller-Meijer, una cristiana holandesa, que se atrevió
a apelar directamente al oficial de las SS, Adolf Eichmann en Viena antes de
dirigir la evacuación de 600 niños en un solo tren. Ella también ayudó a pasar
de niños de "contrabando"
en barco desde Marsella a Palestina.
Aceleró la evacuación desde una Ámsterdam incendiada del carguero Bodegraven, que zarpó desde IJmuiden,
Países Bajos, hasta Dover, Inglaterra, el 14 de mayo de 1940, el día que
Rotterdam fue bombardeado y los Países Bajos se rindieron a los alemanes. La
nave fue ametrallada por disparos procedentes de aviones de combate alemanes.
- SS Bodegraven
Una vez en Gran Bretaña los niños
que ya tenían de antemano asignadas las familias de acogida fueron llevados a
Londres y de ahí a sus destinos; aquellos que no tenían un destino
predeterminado se quedaban en campamentos de verano hasta que se les asignase
la familia de acogida, el albergue o las escuelas correspondientes. Entre las
organizaciones que facilitaron el alojamiento de los niños cabe resaltar a la
B'nai B'rith, una organización judía, el Movimiento para los Niños Refugiados,
la YMCA o Asociación Cristiana de Jóvenes, la Sociedad de Amigos, el Consejo De
Emergencia Religiosa del Gran Rabino y diversas organizaciones judías y no
judías. Donaciones privadas tanto de dinero y ropa a las casas de acogida,
también desempeñaron un papel importante en el devenir del programa de acogida.
Los niños, pocos de ellos sabían
el idioma inglés, se dispersaron a través de todo el territorio del Reino
Unido. Existieron dos situaciones claramente diferenciadas en referencia a la estancia
de los niños y jóvenes en Gran Bretaña, entre aquellos que fueron
individualmente acogidos en casas particulares y aquellos que permanecieron
agrupados en albergues. Entre estos últimos los mayores de 14 años realizaron
un corto cursillo de integración y pasaron a formar parte de la población
activa de Gran Bretaña realizando generalmente tareas en el servicio domestico
y en el sector agrícola. La mayoría de las familias de acogida, judías y no
judías, trataron a los niños de forma correcta desarrollando fuertes lazos de unión
entre ambas partes. Sin embargo se dieron casos aislados de maltrato y abuso.
Al llegar a los 18 años, algunos jóvenes procedentes de Alemania ingresaron de
forma voluntaria en las fuerzas armadas britanicas y australianas para combatir
al enemigo nazi.
En la primavera de 1940 se instaló
en Gran Bretaña un sentimiento colectivo de la presencia de una "Quinta
Columna" de simpatizantes nazis dentro del país, por lo que para impedir
esa posible colaboración, refugiados judíos, alemanes y austriacos no judíos,
italianos y demás personas sospechosas de ser posibles espías alemanes fueron
internados por el Gobierno británico. Más de 1.000 chicos y chicas del
Kindertransport mayores de 16 años fueron internados en la isla de Man y otros
asentamientos. Por otra parte, jóvenes varones procedentes del Kindertransport
fueron enviados a Canadá en los mismos barcos donde se trasladaban al
cautiverio prisioneros de guerra alemanes, otros fueron trasladados a Australia
a bordo del tristemente famoso navío Dunera,
denominado como el "barco del
infierno" debido a las condiciones de hacinamiento y el trato terrible
a los extranjeros impuesto por los guardianes británicos. Ante estos casos de
internamiento y falta de humanidad se produjeron en la vida pública británica muestras
de oposición, sobre todo tras el hundimiento en julio de 1940 del Arandora Star por parte de un submarino alemán,
donde viajaban de 1.200 personas, llevándose al fondo del mar aproximadamente
800 vidas, incluyendo refugiados alemanes
y austríacos. Es por esta razón por la cual un gran número de todos aquellos
que habían sido deportados fueron devueltos a Gran Bretaña.
Después de la guerra, muchos niños y jóvenes del programa de transporte de niños se convirtieron en ciudadanos de Gran Bretaña, o emigraron a Israel, Estados Unidos, Canadá y Australia. La mayoría de estos niños nunca más volverían a ver a sus padres, desaparecidos durante el Holocausto.
Memorial Kindertransport en Berlín
Después de la guerra, muchos niños y jóvenes del programa de transporte de niños se convirtieron en ciudadanos de Gran Bretaña, o emigraron a Israel, Estados Unidos, Canadá y Australia. La mayoría de estos niños nunca más volverían a ver a sus padres, desaparecidos durante el Holocausto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario