martes, 11 de septiembre de 2012

Principios tácticos alemanes de la guerra acorazada en el desierto


Principios tácticos alemanes de la guerra acorazada en el desierto

Los alemanes desarrollaron en el desierto de África del Norte una serie de principios tácticos referentes al uso de fuerzas acorazadas de una forma mucho mas novedosa y avanzada que sus rivales.

Rommel y miembros de su estado mayor

Estos son algunos de esos principios tácticos

  • La fuerza mecanizada de ataque debería siempre operar con todas las armas en grupos cerrados. Una gran dispersion de tropas no ayudaba a aumentar la moral. Este principio cobraba aun mas valor  especialmente cuando la Luftwaffe disfrutaba de superioridad sobre la RAF.
  • En todos los grupos inter armas, la velocidad predominante del propio grupo la marcaba necesariamente lavelocidad del vehículo más lento. De esta forma los tanques tenían prohibido avanzar  dejando al resto de tropas atrás, tampoco debían aventurarse a entrar en terreno impracticable para el resto de vehículos, excepto en ocasiones muy locales. En cualquier caso, la alta velocidad no era particularmente una cualidad deseable para los tanques, si bien una fiabilidad mecánica si fue definida como alta prioridad para todos los vehículos.
  • Era esencial recuperar todo vehículo averiado y repararlo sin demora. Las reparaciones mecánicas eran un elemento primordial de la movilidad, especialmente cuando (como en la mayoría de los casos de la guerra del desierto) los tanques alemanes eran superados en numero por los aliados. Logicamente,  ganar y conservar el campo de batalla al final del día de batalla, favorecia y permitia que los vehículos dañados pudiesen ser recuperados.
  • La reparación de los vehículos durante la oscuridad nocturna sin usar focos era ridículamente complicada y necesaria para preservar la posición.  Pero si se utilizaba luz artificial, al menos dejaban en servicio los vehículos a punto para ser utilizados a la mañana siguiente cuando el enemigo atacase.
  • La cohesión de un grupo inter-armas dependía en gran proporción de una buena comunicación por radio. Todos los recursos invertidos en este concepto no serian mal utilizados, esta circunstancia se observó de forma evidente en la 1ª batalla de El Alamein donde el DAK disfruto de una marcada superioridad sobre el 8º Ejército en la interceptación e interpretación de las transmisiones del enemigo.
  • De todo los conceptos quizás, la potencia de fuego sea el punto clave de cualquier batalla, tal y como Rommel ya había dejado bien claro en la campaña de Francia de 1940. Antes de realizar cualquier acción, era imprescindible determinar y bombardear las posiciones del enemigo, en especial sus cañones antitanque con granadas HE: solo después podría decidirse si el enemigo estaba lo suficientemente debilitado para lanzar un ataque. Las granadas HE debían ser disparadas por Panzer IV desde una distancia de 2.000 m. así como por la artillería de campaña desde  posiciones más retrasadas.
  • En cada etapa debería existir un alto nivel de reconocimiento; en primer lugar identificar las posiciones del enemigo y su fuerza y a continuación determinar exactamente como había sido suprimido por el fuego artillero. El ataque inicial debería convertirse en un avance a “tumba abierta” solo si el comandante estaba convencido que los cañones antitanque estaban fuera de combate. Si esta circunstancia no se producía, los alemanes normalmente. se retiraban y cancelaban el ataque. Solo en casos muy excepcionales las decisiones puramente tácticas del comandante in situ fueron anuladas por órdenes de más alto nivel operacional.
  • No está claro del todo, si en este concepto de reconocimiento estaba incluida la participación de la infantería que patrullaba a pie, particularmente muy importante en la tradición militar británica y aun más acusada en la doctrina australiana. El concepto germánico de reconocimiento afectaba sobre todo a los vehículos motorizados.

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