Tácticas de los cazacarros
alemanes
Jagdpanzer IV
Al contrario de lo que puede
indicar su nombre, la finalidad de los cazacarros alemanes no era buscar los tanques
enemigo y “cazarlos” en terreno abierto, sino intentar sorprenderles desde
posiciones perfectamente escogidas a modo de emboscada. La función del
jagdpanzer era meramente defensiva y cuanto mayor fuese la habilidad del comandante
de la unidad en escoger las mejores posiciones, mayor seria el éxito de la “caza”.
De forma preferencial, estas posiciones solían situarse en los flancos del
avance de las formaciones acorazadas enemigas, con una buena cobertura y con obstáculos
naturales o artificiales delante de las disposiciones de los cazacarros, tales
como ríos, pantanos o campos de minas, para de esta manera impedir que fuesen
atacados, bien por infantería enemiga o por los mismos tanques que debían ser
cazados.
Al igual que con los cañones de
asalto, los cazacarros aumentaban su efectividad cuando estaban concentrados perdiéndola
cuando por diversas razones actuaban en grupos aislados o incluso individualmente.
Las unidades de cazacarros que acompañaban
a la infantería en el avance, solían quedarse en un objetivo ya capturado a la
espera de un posible contraataque, si éste no se producía se retiraban a la línea
de reserva hasta un próximo avance. Si las tropas de a pie eran atacadas por el
enemigo, los cazacarros principalmente se enfrentaban en posiciones defensivas
contras las fuerzas acorazadas sumándose su potencia de fuego a la de los
cañones anticarro emplazados. En una retirada, la movilidad era esencial,
saltando de posición a posición defensiva ayudando al repliegue ordenado de la infantería
hasta llegar a una nueva línea de frente.
Si los cazacarros actuaban
conjuntamente con unidades panzer, existían diversas tácticas según las
distintas situaciones. En un avance de las tropas acorazadas, los cazacarros constituían
una muy buena base de fuego de apoyo, a la vez que protegían los flancos del
avance. Si los panzer salían victoriosos del primer encuentro, los cazacarros
avanzaban y formaban una nueva línea de fuego. Si los tanques no conseguían éxito
inicial y debían replegarse, podía producirse dos situaciones distintas con un
mismo fin desde el punto de vista táctico de las unidades de cazacarros. Si era
cierto que los panzer tenían problemas, los cazacarros desde posiciones
defensivas se encargarían de asegurar una buena retirada de sus “hermanos”
acorazados con fuego sobre los tanques enemigos. Si la retirada era
fingida como parte de una estratagema,
la destrucción de las unidades acorazadas enemigas estaba casi asegurada por la
potencia de fuego de los cazacarros. Este
tipo de táctica fue muy utilizada contra británicos en África del Norte y
contra los soviéticos en las estepas rusas donde la persecución de un enemigo
en apariencia derrotado traía graves y desastrosas consecuencias para los
carros de combate aliados.
Jagdpanther
La principal característica armamentística
de los cazacarros era su supremacía general en el propio cañón, así panzer
versus jagdpanzer, era una relación siempre favorable al cazacarros por lo que
siempre intentaban atacar a los tanques con la mayor distancia posible, de esta
manera podían alcanzar a los carros enemigos antes que estos pudiesen hacer
fuego efectivo desde sus cañones. En las estepas rusas y en el desierto
africano, los espacios abiertos y su consecuente falta de posiciones de tiro estáticas
con buena cobertura, “obligaban” a los cazacarros a utilizar su movilidad para
mantener la distancia necesaria para aprovecharse de su generalmente mayor
potencia de fuego.
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