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miércoles, 4 de junio de 2014

Las amapolas rojas de Montecassino

Las amapolas rojas de Montecassino



Czerwone maki na Monte Cassino, traducido como "las amapolas rojas de Montecassino" fue una de las canciones militares polacas más conocidas de la II guerra mundial.

 Compuesto en mayo de 1944 en Italia, durante la batalla de Montecassino, en vísperas de la captura del ejército polaco de la fortaleza alemana.

La melodía de la canción fue compuesta durante la noche del 17 al 18 de mayo de 1944 por Alfred Schütz, compositor y actor de la compañía de teatro que ofrecía sus funciones a los soldados polacos acuartelados en Campobasso, a la sombra del Monte Cassino.

Las dos estrofas de apertura fueron escritas en aquel momento por Feliks Konarski, poeta y letrista a la vez que soldado polaco del II Cuerpo Polaco bajo el mando del general Wladyslaw Anders. La tercera estrofa se escribiría unos días más tarde y la cuarta y última estrofa se escribiría un cuarto de siglo más tarde, en 1969, para celebrar el 25 aniversario de la batalla, esta estrofa final es la menos conocida y a veces se omite.

El 18 de mayo de 1944, el día siguiente de la creación de la canción, los polacos capturaron el recinto del monasterio de Monte Cassino. Ese mismo día, la canción fue estrenada en el cuartel general del general Anders para celebrar la victoria polaca. Las amapolas rojas de Monte Cassino enseguida consiguieron ganó popularidad entre las tropas y pronto fue publicadas por un periódico polaco-americano en Nueva York. Más tarde se publicarían en Polonia donde sin embargo fue durante la época estalinista, cuando el gobierno comunista intentó minimizar e incluso borrar toda reminiscencia relativa al papel de las fuerzas armadas polacas en el frente occidental.


Reseñar que Irina Sanders, esposa del general Anders, fue una de las primeras cantantes en interpretar "las amapolas rojas de Montecassino"

domingo, 17 de noviembre de 2013

Jüdischer Kulturbund

Jüdischer Kulturbund


Concierto en la sinagoga Herzog-Max-Straße, Munich, 18 mayo 1938

La Jüdischer Kulturbund, o mejor dicho Der Jüdische Kulturbund fue una federación cultural alemana formada por judíos. Fundada en 1933 llegó a contratar a más de 1300 hombres y 700 mujeres entre artistas, músicos y actores que habían sido despedidos de instituciones alemanas. Dicha federación llego a tener hasta 70.000 miembro según algunos autores, incluso, Saúl Friedländer habla de por lo menos 180.000 asociados. En dos etapas claramente diferenciadas se subdivide la acción cultural de la Jüdischer Kulturbund en Alemania durante el periodo gobernado por el partido nazi.

1933-1937

La organización fue originalmente llamada en 1933, Kulturbund Deutscher Juden  o Federación Cultural de los judíos alemanes, pero en abril de 1935 las autoridades nazis – obligando a la organización la eliminación del término alemán del propio nombre – impusieron el  cambio hacia la nomenclatura final de Jüdischer Kulturbund, es decir, la Federación Cultural judía, que pronto fue conocida como el Kubu. Dicha institución fue creada por artistas judíos parados con el consentimiento de los Nazis pero solo "para" la población judía. Los Nazis permitieron esta asociación para ocultar su opresión de los judíos. La Kulturbund fue uno de los ejemplos más famosos de la creatividad judía en respuesta a su exclusión cultural. Proporcionó una oportunidad  de ocio a sus 70.000 miembros en cuarenta y nueve diferentes locales diseminados por la geografía alemana.

Después de la exclusión de alemanes judíos y gentiles alemanes de  ascendencia judía de la pertenencia  en casi todas las organizaciones y eventos públicos, la Kulturbund Deutscher Juden intentó proporcionar algún tipo de compensación hacia este maltratado segmento de población, como intentó la organización Israelitisches Familienblatt.

La Kulturbund estuvo presente en representaciones teatrales, conciertos, exposiciones, óperas y conferencias por toda Alemania, realizadas por artistas judíos, artistas, escritores, científicos, etc. Cuyo permiso  para aparecer ante el público había sido negado por el régimen del partido Nazi. Así los artistas judíos podrían ganarse otra vez su escaso salario. Las actuaciones se llevaron a cabo en lugares autorizados con la particularidad de existir segregación racial pues, “solo judíos” podían asistir, acotando la presencia a judíos alemanes y alemanes de ascendencia judía y sus eventuales cónyuges, judías o no.


Programa de la Kulturbund Deutscher Juden

1938 – 1941

Tras los pogromos de la Kristallnacht de la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938,a  la Kulturbund aun se le permitió continuar con sus actividades, sin embargo, la discriminación y la persecución de los judíos condujo a muchos de sus integrantes hacia unas altas tasas de empobrecimiento. Por esta razón se redujo el número de sedes y de miembros.

El 16 de diciembre Hans Hinkel, comisionado de asuntos teatrales del Estado de Prusia  donde estaba incluida la Kulturbund, dentro el Ministerio de Propaganda del Reich de Goebbels, declaró ante el Dr. Werner Levie (1903–1945),  holandés y por lo tanto, uno de los pocos miembros disponibles – ya que estaba ni en la clandestinidad ni detenido – del Consejo Ejecutivo de la Kulturbund, que hasta finales de diciembre todos las setenta y seis editoriales judías todavía existentes o bien fuesen cerradas o bien traspasadas a propietarios arios. Las pocas editoriales, que todavía aun pudieron permanecer abiertas, debían ser dirigidas por un departamento editorial que se formó en la propias Kulturbund. En enero de 1939 ese departamento editorial comenzó sus actividades en las antiguas oficinas utilizadas por la organización sionista Jüdische Rundschau, que había sido cerrado justo después de la fatídica Noche de los Cristales Rotos, con su ex director, Erich Liepmann, como máximo responsable del departamento editorial. La Kulturbund logró salvar una gran cantidad de las existencias de libros de las mismas editoriales antes de ser destruidos. Levie alcanzó la concesión, aunque los editores judíos fueron obligados a liquidar sus empresas, podría exportar sus existencias de libros por cuenta propia hasta abril de 1939 si los respectivos compradores pagaban en divisas por el Reichsbank. Sin embargo, los editores solo podían pagar con los inconvertibles Reichsmarks.

El  departamento editorial de la Kulturbund compró os restantes stocks  de libros a sus antiguos propietarios con un descuento de 80% a 95% del precio original y sólo pagaría, una vez se materializasen los beneficios de las ventas en el extranjero o a judíos alemanes o austriacos así como a alemanes de ascendencia judía. También en Austria, anexionada a Alemania en marzo de 1938, el departamento editorial de la Kulturbund realizó el mismo tipo de actuación que en Alemania. El departamento editorial de la Kulturbund pudo, de esta manera, vender libros de sus stocks a los judíos alemanes y austriacos y así crear un superávit, que fue destinado para cubrir en parte las pérdidas en el Departamento de ejecución. Una suma considerable fue transferida a la oficina central para la emigración judía, pagar tasas las de emigración impuestas a los afortunados receptores de visados extranjeros, que por desgracia eran demasiado pobres para pagárselos.

El Ministerio de la Propaganda sólo permitió que la Kulturbund siguiese existiendo, si cambiaría sus estatutos para que el ministro, en este caso Goebbels pudiese, en cualquier momento, interferir en los asuntos de la Junta Ejecutiva, incluso disolver la propia Kulturbund y disponer de sus bienes. Los estatutos modificados entraron en vigor el 4 de marzo de 1939.

El secretario ejecutivo de la Kulturbund, Levie regresó a Holanda a finales de agosto de 1939. Fue sucedido en primer lugar por Johanna Marcus, que pronto también emigró y luego por Willy Pless. No obstante, las actividades de la Kulturbund siguieron siendo aceptadas por la población judía que previamente habían sido eliminados de cualquier acto cultural o de entretenimiento.

El 11 de septiembre de 1941, la Gestapo ordenó el cierre de la Kulturbund, salvo su departamento editorial, que debía ser traspasado a la Reichsvereinigung der Juden in Deutschland.


Irónicamente, los mismos observadores estatales de los judíos admitieron que fue mediante la Kulturbund cuando se produjeron en la Alemania Nazi las mejores obras de teatro, cabaret, conciertos opera… por ejemplo, el 14 de noviembre de 1933, se estrenó la primera ópera producida, “Las bodas de Fígaro” con Joseph Rosentock como director, un judío perteneciente a la Kulturbund.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Vera Lynn


Vera Lynn “la novia de los soldados”


 Vera Lynn en uno de sus conciertos. 

Vera Lynn es una cantante inglesa que se hizo famosa durante la segunda guerra mundial por ser la voz que ayudo a levantar la moral del pueblo británico.

Nacida en 1917 en el East Ham, hoy en día East London. Demostró gran inquietud e interés desde pequeña hacia todo lo relacionado con los espectáculos. Así en 1935 realizó su primera emisión en la radio y un año más tarde saca su primer disco en el sello Crown, casa absorbida en 1938 por Decca. Al comienzo de las hostilidades, concretamente en la “drôle de guerre”, el periódico londinense Daily Express realizó una encuesta entre sus lectores para elegir su cantante favorita. Salió Vera Lynn y de forma rápida fue lanzada a la fama entre la población civil y sobre todo entre los soldados que representando a su país formaban la BEF, British Expeditionary Force, en el vecino país de Francia. Debido a la gran popularidad alcanzada entre las tropas recibió el sobrenombre de “The Force’ Sweetheart”, más o menos, la novia de la Fuerza, haciendo referencia a la BEF.

En 1940 comienza la emisión por radio de su programa “Sincerely Yours” desde donde se enviaban mensajes personales a los soldados británicos destinados en los territorios de ultramar. También al comenzar los años mas difíciles de la guerra para el pueblo británico en su propia nación, Vera Lynn empezó a realizar una gran labor de apoyo moral al visitar hospitales, orfanatos y asistir a actos sociales solidarios. También estuvo de gira por Egipto, India y Birmania, lugares donde se hallaban miles de soldados británicos a los que ofreció innumerables conciertos.