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lunes, 30 de enero de 2023

Frank Knox

 Frank Knox



Verdadero producto del idealismo estadounidense, Frank Knox emergió de sus humildes comienzos hasta convertirse en un hombre de mundo: de aprendiz de periodista en un pequeño pueblo a editor de periódico de gran tamaño; de jefe de campaña de gobernador a candidato a la vicepresidencia; de soldado a Secretario de Marina. Incluso cuando era joven, ejemplificó el pragmatismo y el espíritu emprendedor del "hombre hecho a sí mismo".

Nacido en Boston, Massachusetts en 1874, se mudó con su familia a los 7 años a Grand Rapids, Michigan, donde su padre tenía una tienda de comestibles. A los 11 años, vendía periódicos para ayudar con los gastos familiares. Antes de terminar la escuela secundaria, dejó Michigan y se estableció como vendedor. Cuando la crisis de 1893 le costó su trabajo y le obligó a regresar a Michigan, se inscribió en Alma College. Para sufragar sus estudios realizó varios trabajos de toda índole, mientras obtenía altas calificaciones y se distinguía como buen jugador de fútbol.

Con el estallido de la guerra hispanoamericana, Knox, un estudiante de último año de la universidad, se alistó en el ejército e ingresó en los famosos Rough Riders de Theodore Roosevelt. Desde entonces fue un fiel discípulo del fornido militar y futuro presidente. Catorce años después, Knox demostraría ser fundamental en atraer a Roosevelt a la histórica campaña "Bull Moose".

domingo, 27 de noviembre de 2022

Almirante William Halsey

 

Almirante William Halsey


William "Bull" Halsey fue un contundente almirante estadounidense que jugó un papel importante en el desarrollo de la estrategia de "salto de isla" en el Pacífico en 1943-45 que vio a los Estados Unidos eludir una serie de islas japonesas durante su avance a través del Pacífico sur y central.

Halsey nació en Elizabeth, Nueva Jersey en 1882, hijo de un capitán de barco. Participe de la clase de 1904 en la academia de Annapolis, graduándose en el puesto 43 de 62. Cuando los Estados Unidos entraron en la Primera Guerra Mundial, Halsey estaba al mando de Primer Grupo de Torpederos de la Flota del Atlántico Norte, destino donde al final fue galardonado con la Cruz de la Marina. Después de la guerra comandó el USS Wickes (DD-75) y sirvió como agregado naval estadounidense en Alemania, Noruega, Dinamarca y Suecia, antes de que en 1935 se trasladara a la aviación naval, calificándose como piloto en ese año.

Halsey ascendió rápidamente en su nueva rama, ostentando el mando del portaaviones USS Saratoga de 1935 a 1937 y de la Estación Aérea Naval de Pensacola de 1937 a 1938, antes de ser nombrado jefe de la 2ª División de Portaaviones en junio de 1938. Su primera tarea fue prepararse para la entrada en servicio de los nuevos portaaviones USS Enterprise y USS Yorktown. El 3 de junio de 1940 fue ascendido a vicealmirante, y en 1941 se convirtió en comandante de las Fuerzas Aéreas de la Flota del Pacífico.

jueves, 18 de junio de 2020

Doctrina aeronaval norteamericana en 1942.


Doctrina aeronaval norteamericana en 1942.


USS Enterprise, único superviviente de los portaaviones iniciales de la US Navy

Después de la Primera Guerra Mundial, contienda en la que la Royal Navy británica había demostrado la utilidad de embarcar aviones en buques, incluyendo portaaviones, la Marina de los Estados Unidos se dio cuenta de que la aviación naval era una parte instrumental de las operaciones navales modernas sobre todo en un futuro no muy lejano. Temiendo quedarse por detrás de los británicos, la US Navy recibió en julio de 1919 fondos para la conversión de un barco carbonero en un portaaviones. Este primer portaaviones en cierta manera experimental fue seguido por la construcción en 1927 de los primeros portaaviones de flota. Al entrar en servicio por primera vez, la tarea principal de los portaaviones de la Armada de los Estados Unidos era apoyar a la flota de batalla. Los aviones de este tipo de buques proporcionarían reconocimiento y detección de la flota de batalla enemiga, al tiempo que impedían esa misma ventaja al adversario. Descubrir el enemigo fue tomado en consideración como un factor especialmente importante, ya que los aviones podían observar la evolución de las correcciones de fuego y transmitir los resultados por radio. También se esperaba que los portaaviones protegieran el espacio aéreo sobre su propia flota, negando así al enemigo las ventajas de la detección y exploración de largo alcance.


jueves, 7 de junio de 2018

Tácticas antiaéreas en la guerra del Pacífico.

Tácticas antiaéreas en la guerra del Pacífico.



Una de las imágenes mas icónicas de la guerra naval en el Pacifico tal vez pueda ser la de un enjambre de aviones aproximándose entre toda una barrera de explosiones producida por los cañones antiaéreos de la flota objetivo del ataque aéreo. La táctica de defensa antiaérea utilizada por las marinas de guerra japonesa y norteamericano tuvo gran importancia en el frente del Pacifico donde al guerra aeronaval llego a su máximo exponente.

La doctrina antiaérea de la US Navy estaba basada en el uso de pesados cañones antiaéreos para poder proporcionar defensa tanto contra objetivos individuales por medio del "fuego continuo acentuado" o "disparo e impacto" como el uso de barreras de fuego contra formaciones enemigas aproximándose. Esta última opción quedo superada con la introducción de proyectiles equipados con espoletas de proximidad. Los cañones pesados por lo general no abrían fuego hasta que los objetivos estaban en un rango de inclinación de alrededor de 9000 metros. En estas distancias, los cercanos buques en misión de pantalla realizarían una importante contribución a la defensa de los principales objetivos. La artillería ligera antiaérea era eficaz solamente en distancias inferiores a 1.800 m., por lo que tan solo la antiaérea ligera del buque que es atacado tendría posibilidad real de impactar el avión que ataca. Además, esos 1800 m eran la distancia aproximada a la que los bombarderos en picado y los torpederos lanzaban su mortal carga, por lo que la mayoría de aviones derribados por la artillería ligera antiaérea eran "derribos de venganza" hacia aviones  que ya habían realizado sus ataques.

Los japoneses, con su falta de proyectiles con espoletas de proximidad y un control de fuego generalmente inferior, casi siempre empleaban barreras de fuego con sus cañones antiaéreos pesados. Esta táctica resultó tan ineficaz para los japoneses como lo había sido para los americanos y sumándose a la insuficiencia de las armas antiaéreas ligeras de calibre inferior a 25 mm, dio lugar a que la artillería antiaérea naval japonesa fuera convirtiéndose en más inadecuada tal y como los aviones norteamericanos fueron tornándose más rápidos y más resistentes.

Una diferencia importante e irónica en la doctrina entre la armada japonesa y la estadounidense fue el uso de la maniobra para evitar el ataque aéreo. En las flotas norteamericanas con portaaviones, los buques de escolta sabían que su función principal era proteger a toda costa a los portaviones sin moverse de su posición, confiando en sus armas antiaéreas para la defensa. En cambio, los buques de escolta japoneses tendían a maniobrar independientemente de sus portaviones bajo los ataques aéreos, rompiendo la formación, complicando el control de incendios y dejando los portaviones en una posición vulnerable. La amenaza de un ataque aéreo llevaba a modificar las propias tácticas de la flota. Los estadounidenses adoptaron una formación circular para sus Task Force que maximizaba la eficacia de sus baterías antiaéreas, y los japoneses siguieron la misma táctica. Tal y como las flotas estadounidenses fueron incrementándose en el número de barcos, las doctrinas de control de fuego se establecieron con la premisa de asegurar que los mismos buques fueran capaces de  que barcos de concentrar su fuego sin impactar a aviones propios.  En 1944, la combinación de Hellcats y mejoradas tácticas de defensa antiaérea hicieron a las Task Forces inexpugnables ante un convencional ataque aéreo.

 Formación circular de la Task Force

Una respuesta japonesa a la optimización de las tácticas antiaéreas aliadas fue la introducción de ataques nocturnos mediante torpedos realizados por aviones de largo alcance basados en tierra como el G4M "Betty". Esta táctica resultó eficaz en la batalla de la isla Rennell y siguió siendo una amenaza casi hasta el final de la guerra. La respuesta fue enviar avanzadillas equipadas con radares lo suficientemente lejos de la Task Force y dar aviso en tiempo y forma adecuado.

Los ataques Kamikaze fueron un tema completamente distinto de tratar. Los radares avanzados situados lejos del corazón de la flota no podrían contribuir con su fuego antiaéreo contra ataques en picado o en planeo y eran altamente vulnerables por si mismos a los ataques. Además, un ataque kamikaze solo podría ser rechazado cuando el avión recibía tal cantidad de daño que era forzado a variar de trayectoria, muy a su pesar, es decir, solo cuando el avión era literalmente destrozado. El cañón Oerlikon demostró ser inadecuado para esta tarea, e incluso el Bofors no siempre llegaba a desintegrar el avión a tiempo. La marina de guerra de os Estados Unidos comenzó a desarrollar un cañón antiaéreo de 76.2 mm auto recargable y con una cadencia de tiro de 50 disparos  por minuto y cuya granada era lo suficientemente grande como para usar una espoleta de proximidad  de radiofrecuencia, pero la guerra terminó antes de que entrara en producción.

Una táctica ideada para contrarrestar los ataques de kamikazes fue usar conjuntamente un destructor avanzado junto con los cazas de las patrullas de combate aéreo. Un solo destructor equipado con un moderno radar se desplegaba a lo largo de un probable eje de amenaza a cierta distancia de la flota principal, y dos o más cazas fueron asignados a sobrevolar en continua patrulla dicho destructor. En teoría, el destructor daba la alerta temprana de la presencia de aviones enemigos en formación de ataque mientras los cazas protegían al destructor. En la práctica, la alerta temprana resultó muy útil, pero los kamikazes comenzaron a atacar al destructor avanzado en lugar de los objetivos más valiosos más lejanos y la cobertura aérea de los cazas mas la defensa antiaérea del propio destructor a menudo resultaba insuficiente. Como resultado, estos destructores avanzados sufrieron terribles bajas y hubo claros indicios de la disminución de la moral entre las tripulaciones de destructores por ejemplo en la batalla de Okinawa, ampliamente castigada por el uso de ataques kamikaze.


Ataque Kamikaze

Una alternativa al uso de destructores avanzados fue la utilización del radar aéreo que debía ser lo suficientemente potente como para tener un rango de detección adecuado y ligero para poder ser equipado  en un avión. Por desgracia el desarrollo de dicho radar se alargo en el tiempo y tan solo fue utilizado casi al final del conflicto por medio de TBF Avengers equipados con el sistema de radar CADILLAC.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Batalla de Tassafaronga 2ª parte.

Batalla de Tassafaronga 2ª parte.

Proviene de Batalla de Tassafaronga 1ª parte.

En ese preciso momento se perdió lo que pudo haber sido un primer golpe devastador por parte de Wright. Cuando el comandante del destructor líder de la formación pidió permiso para lanzar un ataque con torpedo contra la fuerza principal de Tanaka a las 23:16 h. Wright lo denegó hasta que el objetivo presentase un ángulo apropiado. El posterior ataque americano realizado a las 23:20 h. con un total de 15 torpedos procedentes de tres destructores fue ineficaz.

Conforme los torpedos fueron lanzados, Wright desató un torrente de fuego contra los japoneses desde sus piezas de 8 y 5 pulgadas. El objetivo de la mayor parte de este bombardeo era el destructor Takanami, que tras varios impactos y su posterior incendio aun atrajo más la atención. Antes de ser puesto fuera de combate por una avalancha de más de 400 proyectiles de 5 pulgadas, 6 pulgadas y 8 pulgadas el Takanami pudo lanzar su salva completa de ocho torpedos tipo 93. A pesar de ser no más que un casco de hierro en llamas la andanada lanzada resulto ser eficaz. Dos torpedos impactaron sobre el USS Minneapolis a las 23:27 h. uno cerca de la proa y otro en el centro del caso. Otro torpedo impactó sobre el siguiente crucero en línea, el USS New Orleans. La potencia explosiva del torpedo, combinada con la explosión del material de la bodega destrozó la proa del barco hasta la altura del segunda torreta de 8 pulgadas.


Batalla de Tassafaronga

El próximo crucero en línea era el USS Pensacola, que se convirtió en un atrayente objetivo conforme su silueta se divisaba la pasar entre los restos ardientes de los dos cruceros torpedeados con anterioridad. Varios destructores japoneses aprovecharon la oportunidad para dar rienda suelta a sus armas sobre el Pensacola. De los 26 torpedos lanzados por el Naganami, Kawakaze y Oyashio, Kuroshio, uno golpeó en el centro del casco a las  23:38 h. y puso al crucero norteamericano fuera de combate inmediatamente. Diez minutos después, dos torpedos más, posiblemente de esta misma salva, explotaron sobre el USS Northampton cuando la nave se acercaba a la isla de Savo. Estos impactos causaron grandes inundaciones e incendios, efectos que produjeron el hundimiento del crucero a las 03:04 h.


El USS Northampton recibiendo el impacto del torpedo en su costado

Muchos observadores americanos comentaron sobre la efectividad o no de la dirección de tiro artillera controlada por el radar. De hecho, a excepción del desafortunado destructor Takanami, el único éxito logrado fue dañar levemente el destructor insignia Naganami. Cierto es que es difícil impactar sobre un destructor maniobrando a toda velocidad, y en esta ocasión los estadounidenses se vieron obligados a depender principalmente del radar; y el problema del impacto de los proyectiles sobre el agua y la posterior columna de agua que se produce y que confunde el radar  probablemente ayuda en mucho a la ineficacia de la artillería. Una evidencia de la confusión general existente en el combate se muestra claramente por el hecho de que los dos destructores estadounidenses situados en la parte posterior de la formación ambos atacados por fuego amigo procedente de las piezas de los cruceros, aunque por suerte ninguno sufrió daño. Como en ocasiones parecidas la confusión produce exageraciones de cálculo y así Wright afirmó que estaban presentes 17 barcos japoneses en la zona y que nueve de ellos fueron hundidos.

Esta última acción de la campaña confirmó que la Armada Imperial Japonesa  conservaba su ventaja en el combate naval nocturno. Tanaka logró una victoria brillante aunque fue sorprendido y sus naves estaban en desventaja al estar sobrecargadas en sus cubiertas. Sus muy bien entrenadas tripulaciones y con el concurso incomparable del torpedo Tipo 93, se anotaron una señalada victoria. Eso si la única nave perdida, Takanami, tuvo 211 muertos y 26 marineros capturados y solo 33 tripulantes lograron sobrevivir al alcanzar la orilla.


Torpedo Tipo 93, el gran triunfador de la batalla.


Wright asistió a la rápida respuesta de Tanaka por medio de ataques con manteniendo un rumbo fijo durante gran parte de la acción, haciendo de sus naves objetivos excelentes. Incluso en esta última etapa de la campaña naval en Guadalcanal, los americanos aun no tenían idea exacta de las verdaderas capacidades del torpedo Tipo 93. Además del USS Northampton, que fue hundido con la pérdida de 50 hombres, los torpedos que explotaron sobre los otros tres cruceros ocasionaron la puesta fuera de combate de dichas naves durante largos períodos. El USS Nueva Orleans no volvería a entrar en acción durante nueve meses, aparte de la perdida de183 marineros. El USS Minneapolis tuvo 37 bajas fatales y 10 meses de inactividad. El USS Pensacola no regresaría a la acción durante un año entero, y se perdieron 125 hombres de su tripulación.

Batalla de Tassafaronga. 1º parte

Batalla de Tassafaronga. 1º parte.


Combate nocturno en aguas de  Guadalcanal

La última batalla naval de la campaña de Guadalcanal que se produjo la noche del 29 de noviembre de 1942 tuvo un desenlace decepcionante para ambos bandos ya que si bien fue una victoria para los japoneses, ésta podría considerare como pírrica por las ganancias obtenidas, pero aun fue peor el comportamiento de los americanos, ya que partían con ventaja tanto numérica como de posición táctica.

Con la destrucción de su gran convoy y los estadounidenses dispuestos a presentar batalla nocturna en las aguas de Guadalcanal, los japoneses se encontraban en una posición cada vez más difícil para proporcionar los suministros y refuerzos necesarios para su guarnición en la isla. El ultimo método empleado para reducir la vulnerabilidad de los destructores del Tokio Express fue colocar los suministros en contenedores herméticos, que serían lanzados desde las cubiertas de los destructores cerca de la costa para que posteriormente pequeñas embarcaciones procedentes de la isla pudiesen recogerlos y remolcarlos hacia tierra adentro.

Mediante este procedimiento, los japoneses planearon cinco convoyes de suministro, comenzando el primero ellos la noche del 29 de noviembre. La misión fue confiada al contraalmirante Tanaka, veterano de muchas correrías del Tokio Express a la isla. Para esta primera misión disponía de dos destructores asignados como escolta y seis más actuando como transportes, con un número total entre 200 y 240 contenedores a bordo. Las naves de transporte tenían sus torpedos de repuesto fuera de cubierta para compensar el peso de los recipientes de suministro en la superestructura.


Contraalmirante Carleton Wright


Contralmirante Raizo Tanaka


Los americanos estaban dispuestos a denegar los japoneses la oportunidad de proveer suministros a la guarnición asediada. Para ello, Halsey creó una nueva fuerza de superficie, la Task Force 67, con buques de guerra recién llegados y varios cruceros liberados de las tareas de exploración y detección de naves enemigas. El 28 de noviembre, al contraalmirante Carleton Wright le fue entregado el mando de dicha fuerza, que ascendía a un total de cuatro cruceros pesados, un crucero ligero y cuatro destructores. Wright heredó un plan de batalla que trataba de tomar ventaja utilizando las lecciones aprendidas de anteriores batallas nocturnas. Entre ellas, el uso prominente del fiable y eficaz radar SG así como la utilización de destructores por delante de los cruceros como exploradores. Con estos dos  su radar para lanzar un ataque por sorpresa con torpedos.

Wright sabía de múltiples fuentes que el Tokio Express estaría en marcha la noche del 29 al 30 de noviembre de 1942. Desplegó cuatro destructores en fila con el USS Fletcher equipado con el radar SG en cabeza y tras esta formación los cinco cruceros a 4.000 yardas detrás. Más lejos estaban los dos destructores que Halsey había ordenado que se unieran ala TF 67 tras escoltar un convoy que salía de Guadalcanal.


ORDEN DE BATALLA


Armada de los Estados Unidos


Armada Imperial Japonesa
Task Force 67
2º Escuadron de destructores
Contralmirante Carleton Wright
Contralmirante Tanaka Razio
Task Group 67.2.2.
31ª Division Destructores (Pantalla)
buque insignia USS Minneapolis CA-35
buque insignia Naganami  
USS New Orleans CA-32
Takanami
USS Pensacola CA-24

Task Group 67.2.3.
15ª Division Destructores 1ª Unidad de transporte
USS Northampton CA-26
Kagero
USS Honolulu CL-48
Kuroshio

Makinami

Oyashio
Task Group 67.2.4.
24ª Division Destructores 2ª Unidad de transporte
Fletcher DD-445
Kawakaze
Drayton DD-336
Suzukaze
Maury DD-401

Perkins DD-377

9ª Division destructores

Lamson DD-367

Lardner DD.487


Tanaka entró en el Iron Bottom Sound al sur de la isla de Savo y se acercó con gran cautela a la costa de Guadalcanal. 10 millas por delante se desplegó el destructor Takanami en misión de exploración. El resto de la fuerza principal navegaba en formación de columna, Entre las 23:00 h. y la medianoche del 29 de noviembre los japoneses llegaron a la altura del cabo Esperanza y empezaron a situarse sobre los distintos lugares de lanzamiento de los contenedores de suministros.


En esta ocasión, el radar dio ventaja a los norteamericanos. La primera nave en contactar con el enemigo fue el crucero pesado Minneapolis, cuando a las 23:06 h. su radar SG localizó la presencia de naves al oeste y a una distancia de 23.000 yardas. Los puestos de observación del Takanami visualizaron los buques norteamericanos a las 23:12 h. lógicamente al este de su posición. Con esta información Tanaka fue rápido en reaccionar y en pocos minutos se canceló la operación de reabastecimiento y las tripulaciones se preparasen para el combate.

Continúa Batalla de Tassafaronga 2ª parte.

jueves, 24 de septiembre de 2015

El desastre de Port Chicago

El desastre de Port Chicago, 17 de julio de 1944.

 Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados afroamericanos sirvieron la mayoría de ellos en unidades segregadas del resto de las fuerzas armadas y en tareas secundarias. Hubo muy pocos ejemplos de casos donde soldados de raza negra sirvieron en el frente y aun menos en unidades mixtas, al lado de sus compatriotas blancos. Sus puestos de trabajo solían estar en el sector servicios de las propias fuerzas armadas y dentro de ellos concretamente en tareas de transporte y logística, como es el caso del suceso que tuvo lugar el 17 de julio de 1944 en la base naval de Port Chicago, California.




Tal y como la guerra del pacifico iba ganando en magnitud, Port Chicago, California, situado a 35 millas al norte de San Francisco, se fue convirtiendo en  un importante centro de municiones de la armada. En 1944, la ampliación y mejoras del muelle en Port Chicago permitieron la carga simultanea de dos buques. La mayor parte de los trabajos más peligrosos, entre los que destaca, la carga y descarga de las municiones, fueron realizados marineros africanos americanos. Por desgracia, ni los marineros ni sus oficiales blancos al mando habían recibido cualquier formación específica en referencia a la carga y descarga de municiones, aunque hay que reseñar que alguno sí que habían recibido cierta instrucción en el manejo de carga en general. La mayoría de esta escasa experiencia del manejo de municiones provenía del propio trabajo, es decir, del día a día. La carga de buques ocupaba todo el día, y por ello los mismos equipos de trabajo desarrollaron un sentido de competencia interna con respecto a la carga de trabajo que podía desarrollarse de más en un turno de ocho horas. Ya que esta carrera ayudaba a aumentar la velocidad de carga, los oficiales animaron y potenciaron lo que consideraban como una saludable rivalidad.

martes, 9 de junio de 2015

Torpedo Junction

Torpedo Junction




Torpedo Junction o Torpedo Alley, es la denominacion que se dio durante la Segunda Guerra Mundial a una zona marítima situada enfrente de las costas del estado norteamericano de Carolina del norte. La razón del nombre se debe al alto número de ataques que allí se produjeron por parte de submarinos alemanes, circunstancia por lo que dicha zona se ha convertido en un verdadero cementerio de barcos dentro del océano Atlántico. Casi 400 naves fueron hundidas, sobre todo  en 1942 durante el denominado "segundo tiempo feliz" y más de 5.000 marineros perecieron, muchos de los cuales eran civiles y marinos mercantes. El período de ataques comenzó en enero de 1942 y enseguida el área fue conocida por los tripulantes de los U-Boote como el "tiro al pavo de Norteamérica" o "Great American Turkey Shoot" por la facilidad de hundir barcos enemigos. Torpedo Alley abarcaba la zona que rodea Outer Banks, incluyendo el cabo Lookout y el cabo Hatteras.

El 7 de diciembre de 1941, el ataque sorpresa japonés a Pearl Harbor empujó a los Estados Unidos inesperadamente a entrar en la guerra. De forma similar, obligó al dictador de Alemania, Adolf Hitler,  declarar la guerra a los Estados Unidos. Esta circunstancia dio lugar a la puesta en práctica de un plan secreto, cuyo nombre en código era operación Paukenschlag - o "redoble". Una campaña de ataques submarinos rápida y decisiva en la costa este americana. La estrategia, concebida por el almirante Karl Dönitz, el brillante comandante de los U-boote alemanes, era conseguir tomar ventaja ante los todavía débiles preparativos de guerra estadounidense y atacar sus vulnerables y valiosas rutas marítimas, justo enfrente de la costa atlántica. Inicialmente, sólo cinco submarinos fueron asignados a dicha operación, y como comenzaron su furtivo viaje de aproximación al área de operación través del Atlántico a finales de diciembre, ni siquiera el almirante Dönitz podría prever el éxito que estos pocos U-Boote.


Zona de "Torpedo Junction", entre el cabo Hatteras y cabo Lookout.

Decir que Estados Unidos estaba mal preparado para la guerra a la que se dirigía a era no faltar a la verdad, incluso esta consideración podía quedarse corta. Los barcos de patrulla naval asignados al Atlántico eran lastimosamente pocos en número, y los que estaban disponibles eran obsoletos, lentos, no aptos para navegar o totalmente inadecuados para el uso antisubmarino. Sólo una nave, el cutter1 de 165 pies Dione, patrullaba el crucial Distrito Naval nº 5 - una sección enorme del océano que incluía las aguas de cabo Hatteras. Diseñado durante la prohibición para perseguir a los contrabandistas de ron, el Dione era un buen buque guardacostas. Sin embargo, sólo y contra experimentados U-Boote alemanes, estaba simplemente superado.

Mientras tanto, los buques mercantes iban y venían a lo largo de la costa sin precaución alguna, uno tras otro, con sus luces encendidas y a menudo sin un rumbo zigzagueante, una maniobra defensiva que hacía más difícil los ataques de torpedo. En tierra la situación estaba igual de mal. No existía restricción alguna sobre el apagón de las luces de las ciudades, de tal forma que la silueta de los barcos se distinguía claramente facilitando enormemente la precisión de los ataques submarinos, los faros y boyas de navegación permanecían encendidas, no existían aviones de patrulla marítima adecuados para tal misión y, a pesar de las advertencias de los subordinados afectados ante esta situación así como de sus inflexibles aliados británicos que incluso habían violado el código naval alemán y conocían los planes enemigos, el mando naval americano parecía ajeno a las posibilidades de un  inminente  desastre.

Como era de esperar, la tragedia llegó puntualmente. Los U-boote, con sus tripulaciones aderezadas por dos años de guerra y sin oposición defensiva norteamericana, navegaron a voluntad y atacaron sus presas con precisión depredadora. Como resultado, la cifra de buques mercantes aliados hundidos alcanzó niveles sorprendentes: de enero a junio de 1942, un total de 397 buques fueron hundidos en las aguas territoriales de América. Frente a la costa de Carolina del Norte, más concretamente donde el cabo Hatteras sirvió como punto focal de navegación, tal y como los comandantes de U-Boote pronto se dieron cuenta, fueron hundidos  muchos buques mercantes llegando el área a ser referida como "Torpedo Junction". Los petroleros en llamas resplandecían tan brillantemente en Outer Banks que desde tierra, se dijo, que por la noche se podía leer un periódico gracias el resplandor, mientras los desalentadores restos de los naufragios de guerra, - aceite, desperdicios y cadáveres - llegaban a las playas.

Los mismos alemanes estaban sorprendidos por la facilidad del dominio de la batalla. Sin embargo, continuaron operando con poco temor a  represalias, porque a pesar del rastro de destrucción masiva que iban dejando a lo largo de la costa, la respuesta por parte de la armada de los Estados Unidos fue tardía El almirante Ernest J. King, comandante en jefe de la flota de los Estados Unidos, no pareció reconocer la gravedad de lo que estaba sucediendo e ignoró las protestas de sus comandantes de primera línea. Los destructores, buques esenciales para la lucha antisubmarina, fueron desplegados en otros lugares o anclados en puerto. Cuando se pudo disponer de aviones de patrulla, fueron enviados a otras áreas. Los británicos, que eran muy conscientes de la grave situación, ofrecieron recomendaciones y naves y en ambos casos fueron rechazados. Indiscutiblemente, los alemanes intensificaron sua ataques, y el número de hundimientos seguía creciendo.


Victima del ataque submarino frente a las costas americanas.

La continua debacle marítima no pasó desapercibida para el alto mando estadounidense. De este " Pearl Harbor Atlántico " el jefe de Estado Mayor del Ejercito George Marshall escribió el 19 de junio de 1942, al Almirante King:

"Las pérdidas por submarinos en nuestra costa atlántica y en el Caribe amenazan ahora nuestro global esfuerzo de guerra ... Tengo miedo que otro mes o dos como este pueda perjudicar tanto nuestros medios de transporte que nos será imposible llevar suficientes hombres y aviones contra el enemigo en críticos teatros donde poder ejercer una determinante influencia en la guerra".

Por último, la urgencia de la amenaza de los U-Boote comenzó a dar sus frutos. Las masivas pérdidas de buques, la oportuna ayuda británica que finalmente fue aceptada y las duras lecciones aprendidas provocaron una reacción eficaz de la marina de Estados Unidos. Se implementaron patrullas marítimas de aviones de largo alcance, se instauró un sistema de convoy costero y se desplegaron más barcos de guerra antisubmarina. Incluso unos pocos submarinos enemigos fueron hundidos. Ya en el verano de 1942, los días de espectacular éxito alemán habían pasado y el almirante Dönitz sabiamente retiró sus submarinos hacia otros teatros operativos. Aunque durante el resto de la guerra se seguían perdiendo esporádicamente buques mercantes frente a la costa, la situación en nada se parecía a la masacre de principio de1942. Terminó el terror de "Torpedo Junction", pero su atroz peaje final incluyó demasiados barcos hundidos y cientos de vidas perdidas en las aguas de Carolina del Norte.


1.- Cutter, denominacion de un tipo de barco de guerra de pequeña o mediana envergadura, utilizado por servicios como la Guardia Costera de los Estados Unidos.

jueves, 4 de junio de 2015

Bases por Destructores

Bases por Destructores


Marineros americanos y británicos inspeccionando cargas de profundidad. Al fondo tres destructores de la clase Wickes entregados en el acuerdo de bases por destructores

El Tratado de Bases por Destructores fue un acuerdo firmado el 2 de septiembre de 1940, entre Estados Unidos y el Reino Unido por el que se realizó una transferencia de 50 destructores de la armada de los Estados Unidos a cambio de los derechos de propiedad sobre diversas posesiones británicas repartidas por todo el mundo. Los destructores, todos pertenecientes a las clases Caldwell, Wickes y Clemson, si bien no estaban totalmente obsoletos sí que podrían definirse como anticuados.

La Segunda Guerra Mundial comenzó en septiembre de 1939 y si bien en el frente occidental se desarrolló la denominada drôle de Guerre o guerra falsa, con las hostilidades terrestres entre Francia y Reino Unido y la Alemania de Hitler reducidas a la mínima expresión, se observó desde un primer momento que la principal actividad enemiga contra los intereses de Gran Bretaña se libraría en el mar, y más concretamente mediante la guerra submarina. Tras la Batalla de Francia en mayo-junio de 1940 y la posterior derrota total del país galo, Gran Bretaña y con ella su insularidad se halló completamente sola ante Alemania.

Desde principios de junio, tras la evacuación de Dunquerque, Francia, dentro de la operación Dynamo, la Royal Navy se encontró en una situación clara de necesidad inmediata de naves  y más ante el deber de proporcionar escolta a los convoyes que estaban o estarían abasteciendo todos los suministros necesarios para el país. Los submarinos alemanes comenzaban a ejercer mayor presión creciente sobre dicho suministro de recursos esenciales en el esfuerzo de guerra británico.

A pesar de la existencia de un cierto sentimiento de simpatía ante la difícil situación del Reino Unido, el plebiscito público sobre el aislacionismo americano impidió que el país se involucrase en “another European war” - otra guerra europea.  Reflejando esa realidad, el Congreso firmó el decreto de neutralidad tres años antes del comienzo del conflicto. Por último, el presidente Franklin Delano Roosevelt se hallaba mediatizado por la cercanía de las próximas elecciones presidenciales en otoño de 1940, cuando sus detractores le acusaban día tras día de tener una actitud a favor de la posible entrada de América en la guerra.

Con tropas alemanas progresando rápidamente en Francia, muchos políticos en el gobierno de los Estados Unidos, se convencieron de la derrota inminente de Francia y del Reino Unido. Estados Unidos, a través del embajador británico Philip Kerr, realizó una propuesta de arrendamiento al Reino Unido por los aeródromos existentes en posesiones de ultramar britanicas como Trinidad, Bermudas y Terranova. El Primer Ministro Winston Churchill inicialmente rechazó  la oferta el 27 de mayo, sobre todo porque el Reino Unido no recibía ninguna contraprestación por un posible intercambio. El 1 de junio, mientras la derrota de Francia era casi segura, el Presidente Roosevelt pasa por alto la ley de neutralidad de su país al  proponer la autorización y el envío  al Reino Unido " de varios millones de armas y municiones que se encontraban en "superávit", sin embargo Roosevelt rechazó las peticiones de Churchill hacia los destructores.

En agosto, mientras el Reino Unido se encuentra sólo frente a Alemania, el embajador de los Estados Unidos en Londres, Joseph Patrick Kennedy, informó que una derrota británica es "inevitable". Tratando de convencer a Roosevelt la cesión de los  destructores, Churchill advirtió al presidente norteamericano que si el Reino Unido era derrotado, sus islas coloniales situadas cerca de las costas de Estados Unidos podrían convertirse en una amenaza directa si cayeran en manos de los alemanes.



Un mes más tarde, el 2 de septiembre de 1940, mientras se intensifica la batalla de Inglaterra, el Secretario de Estado estadounidense Cordell Hull firma un acuerdo para la transferencia de los 50 destructores a la Royal Navy con fecha  en vigor para al día siguiente. A cambio, a los Estados Unidos se les otorgó la facultad del establecimiento de bases navales o aéreas en diversas posesiones británicas por medio de contratos de arrendamiento establecidos por un período de 99 años y con condiciones de pago gratuitas.

Bases.

Las bases utilizadas por los Estados Unidos estaban localizadas en:
  • Costa este de Bahamas.
  • Costa sur de Jamaica
  • Costa occidental de la isla de santa Lucía.
  • Costa oeste de Trinidad
  • Antigua
  • Guayana británica


Cabe reseñar el caso concreto de los derechos establecidos sobre las bases aéreas y navales en Bermudas y Terranova. Estas dos localizaciones no estaban dentro de acuerdo de destructores por bases, sin embargo, los dos territorios eran vitales para el transporte de mercancías través del Atlántico ya que estas bases permitían la partida segura de los convoyes. si bien un ataque enemigo resultaba muy poco probable, esta posibilidad no podía descartarse y Gran Bretaña por tanto debía destinar guarniciones en sendas localizaciones. El acuerdo permitió al Reino Unido traspasar parte de esa responsabilidad a los Estados Unidos liberando de esta forma tropas que serian desplegados en otros lugares donde su presencia era más necesaria.

Destructores


El USS 184 Abbot posteriormente HMS Charlestown. 
Un destructor de "cuatro chimeneas".

 Los 50 destructores entregados en el acuerdo se les cambió el nombre una vez fueron comisionados dentro de la Royal Navy. Como todos recibieron nombres de ciudades tanto del Reino Unido como de los Estados Unidos, se renombró la clase como Clase Town. También fue conocida como los destructores de 1200 toneladas,  así como de cubierta nivelada o los cuatro gaiteros debido a ser destructores de cuatro chimeneas.


MAyoritariamente estas 50 naves fueron destinadas a la protección de convoyes ante los ataques submarinos. Siete de ello no fueron directamente a engrosar la lista de navíos de la Royal Navy sino que tuvieron como destino la armada canadiense. Posteriormente, con la entra de la URSS en la guerra, alguno de ellos fue transferido a la armada soviética, concretamente nueve unidades. Respecto a su destino, la mayoría sobrevivieron a la guerra pero por supuesto siendo su misión primordial la escolta antisubmarina algunos, seis de ellos exactamente, fueron hundidos por torpedos lanzados por sus adversarios. Sin embargo, el destructor más famoso de la clase tuvo un destino singular. Participó en una de las acciones de comando con mayor notoriedad de la Segunda Guerra Mundial; la incursión sobre el puerto de Saint Nazaire y la posterior destrucción del dique seco gracias al sacrificio del propio destructor, concretamente el HMS Campbeltown, anteriormente denominado USS Buchanan.

viernes, 29 de mayo de 2015

Portaaviones de la clase Yorktown

Portaaviones de la clase Yorktown



El USS Yorktown  (CV-5)

Los portaaviones de flota de la clase Yorktown completados entre 1937-1941 fueron la segunda generación de portaaviones creada ex profeso en la Marina de los Estados Unidos e incorporaban  modificaciones que intentaban suplir las deficiencias evidenciadas en los anteriores portaaviones; el USS Ranger y USS Lexington. En algunos aspectos fueron un diseño contrapuesto al USS Ranger, donde se sacrificaron todas las cualidades que debía tener un portaaviones a favor de llevar el mayor número posible de aviones con el mínimo desplazamiento posible. El resultado fue un buque gravemente desequilibrado. Este hecho se evidenció incluso antes de que el Ranger fuese completado, y la Marina comenzó a calibrar la idea de cumplir con las normas del Tratado en cuanto al límite del tonelaje con tres portaaviones más rápidos y mejor protegidos en lugar de cinco débiles naves con prestaciones mínimas. Los Yorktowns también eliminaron las chimeneas plegables y tenían menos contraída la disposición de la sala de maquinas. Sin embargo, el diseño de Yorktown se asemejaba al Ranger al tener una cubierta de vuelo construida como una ligera superestructura en lugar de ser una parte integral del casco.

Los portaaviones de la clase Yorktown eran mas rápidos que los Rangers en tres nudos y medio y podían llevar al menos veinte aviones más. El grupo aéreo autorizado el 7 de diciembre de 1941 era un escuadrón de cazas de 18 aparatos, un escuadrón de  reconocimiento y un escuadrón de bombardeo con 21 bombarderos en picado por cada escuadrón y un escuadrón de torpederos de 12 aviones. Junto con el bombardero en picado de la comandante del grupo aéreo, totalizando 7 aviones. El escuadrón de cazas ideal debería haber sido de 27 aviones, pero la escasez de cazas significó que ese número no estuviese disponible hasta meses más tarde, con la guerra más que iniciada. El USS Enterprise se diferenciaba de sus hermanos en tener un componente aéreo con más torpederos y menos bombarderos en picado, disponía de 18 aviones de cada escuadrón. Posteriormente en combate, el USS Enterprise llegó a operar  con  87 aviones.

Contra los proyectiles de 152mm, los portaaviones de la clase Yorktown tenía una coraza de 64mm a 102 mm. en el cinturón, 102 mm. en los mamparos y 36 mm.  sobre los espacios vitales. Sin embargo, ni sus cubiertas de vuelo ni sus hangares estaban blindados,  situación no de extrañar ya que las vulnerables cubiertas de vuelo de madera eran características típicas de los portaaviones estadounidenses y japoneses, pero no así de los británicos. La compartimentación fue superior a la presente en el Lexington y Ranger, y se tuvo una considerable atención en proporcionar protección submarina contra torpedos y bombas que pudiesen estallar cerca del caso por debajo de la línea de flotación. Esto requirió las adopciones de una forma inusual del casco con ángulos y popas más acusadas y finas y aumentar la potencia de la maquinaria para compensar la forma del casco menos óptima. Los tres mamparos antitorpedos eran lo suficientemente resistentes al fuego de artillería para que la coraza del centurión pudiese ser rebajada hasta los 83 mm. sobre la proa y hasta los 70 mm.  en los espacios vitales a popa. El punto débil más reseñable del diseño estuvo en la localización  de las calderas delante de la sala de maquinas,, en lugar de la localización alterna, dejando a las naves vulnerables a la pérdida de energía si un torpedo estallaba en el mamparo situado entre la sala de maquinas y las calderas. Esto puede haber sido el destino fatal del  USS Hornet en la batalla de Santa Cruz.

El componente artillero de los portaaviones de la clase Yorktown fue relegado desde las piezas de 8 pulgadas – 203 mm. –  presentes en el USS Lexington hasta ser equipados en un primer momento con piezas de 6 pulgadas – 152 mm. Sin embargo, al final se dispuso que ni siquiera una batería de 152 mm.  era tan necesaria como para sacrificar parte del conjunto del grupo aéreo. Por lo tanto las naves estaban armadas con una batería de 5 pulgadas -127 mm. - cañones de doble uso, para su empleo contra bombarderos horizontales y contra buques de guerra ligeros, así como la utilización de armas automáticas ligeras para su uso contra bombarderos en picado.



Corte esquematico del USS Hornet.

Únicamente el USS Yorktown y USS Enterprise fueron incluidos en los planes de construcción iniciales. La construcción del USS Hornet fue autorizada tras el lapso de los tratados de limitación de armas navales en 1937 en un esfuerzo por ampliar la flota de portaaviones rápidos, sin esperar a que el diseño de la clase Essex estuviese finalizado. Se diferenciaba en algunos detalles con sus hermanos; tenía la cubierta de vuelo una poco más grande y un componente antiaéreo más potente. La última diferencia entre portaaviones no pudo llevarse a cabo por el estallido de la guerra en el Pacífico. Se había planteado situar de forma alterna la sala de calderas y la sala de máquinas pero esta propuesta fue rechazada debido a la urgencia con la que se estaba construyendo la nave; como se ha señalado anteriormente, esta circunstancia puede haber sido la perdición de la nave.

Eran naves robustas. El USS Yorktown sobrevivió a los daños producidos en la batalla del Mar de Coral y a los impactos de bomba y torpedo en Midway, sólo para sucumbir al impacto de torpedos lanzados desde un submarino cuando la nave  estaba siendo remolcada hacia el dique seco para posteriores reparaciones. El USS Hornet se incendió de proa a popa en Santa Cruz pero se negó a hundirse. Al final, los destructores japoneses pudieron acabar el trabajo gracias a la efectividad de sus torpedos Long Lance. El USS Enterprise sobrevivió a la guerra a pesar de sufrir impactos de bombas de aviación en varias ocasiones. El USS Enterprise terminó orgullosamente la guerra con tal vez el mayor record de combate que cualquier buque de guerra americano en la historia de la Marina. El almirante Halsey fracaso en el intento de conservar el buque como museo flotante fracasó, al final fue desguazado en 1958, un crimen contra la historia.

Clase Yorktown
Portaaviones de Flota
Nacionalidad
US Navy
Desplazamiento
20.000 toneladas
Dimensiones
246,74 m. x 25,43 m. x 6.60 m.
Tripulación
2.217
Propulsión
9 calderas Babcock & Wilcox.
4 Turbinas Parsons.
4 hélices.
Potencia
120.000 hp
Máxima velocidad
33,65 nudos
Armamento
8 cañones simples 152 mm /38
8 cañones de 28 mm/75 (4 × 4)
16 ametralladoras 12,7 mm
Autonomía
12 500 millas náuticas a 15 nudos
Componente aéreo
3 ascensores
2 catapultas hidráulicas en cubierta de vuelo
1 catapulta hidráulica en cubierta de hangar
244,45 m. longitud cubierta de vuelo
82 aviones
Radar
Radar CXAM desde 1940
Modificaciones

Junio 1942
Ametralladoras de 12,7 mm sustituidas por cañones de 20 mm Oerlikon, 24 Hornet y Yorktown, 32 Enterprise.
Julio 1942
Hornet equipado con radar CXAM
Agosto 1942
Equipado con mas cañones de 20mm. Hornet 32 Enterprise 38
Noviembre 1942
Enterprise es equipado con el radar SC-2, reemplaza sus cañones de 28 mm. pos piezas Bofors AA de 40 mm 4x4 e incrementa sus baterías de 20 mm hasta los 46 cañones.
Octubre 1943
Enterprise equipado con radar SK y SM. Batería AA ligera renovada a 6x4, 8x2 40mm y 48x1 cañones de 20mm.
1945
Enterprise equipado con radar SP. Batería  AA ligera de 11x4, 5x2 40mm y 16x2 20mm cañones.