Videos explicativos del sistema de punteria y tiro de las piezas de 381 mm. de los acorazados italianos de la clase Littorio.
Aspectos varios relacionados con el mayor conflicto bélico de todos los tiempos
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miércoles, 28 de marzo de 2018
martes, 23 de mayo de 2017
El papel de los acorazados y su doctrina en la estrategia naval italiana
En el periodo de entreguerras la
Regia Marina consideró a la armada francesa como su más probable oponente en el
caso de guerra, sin embargo tal y como avanzaba la década de los años 30 y tal
como iba convirtiéndose en expansionista la política exterior italiana, el
conflicto con Gran Bretaña también se observaba con inevitable. En el momento
que Italia entró en conflicto en junio de 1940 declarando la guerra a Francia y
Gran Bretaña, la Regia Marina no estaba preparada para la guerra. Esta
circunstancia de poco le importó al dictador italiano Benito Mussolini, quien
juzgó que la entrada en el conflicto se producía en las etapas finales de un
breve conflicto en el Italia debía posicionarse en el bando ganador y así
conseguir algún rédito. Dada esta percepción, los italianos estaban reacios a
arriesgar su flota. Los estrategas navales italianos generalmente cautelosos,
estaban muy preocupados por las posibles pérdidas de la flota de guerra,
especialmente en referencia a los acorazados, pues eran consciente que
cualquier baja no se podría substituir fácilmente debido a la exigua capacidad
de la industria naval italiana. Así, en esencia, el Alto Mando naval italiano
no deseaba bajo ningún motivo arriesgar su flota en una guerra supuestamente
corta.
Con el comienzo de la guerra,
a la Regia Marina se ele encomendaron
varias misiones principales. En primer lugar debía mantener abiertas las
comunicaciones entre la metrópoli y sus posesiones de ultramar tanto en África
del Norte concretamente Libia como con
los Balcanes mediante el flujo asegurado de convoyes regulares a esas áreas.
Otra tarea importante era el control del Mediterráneo Central, negando por
contrapartida su uso a los británicos. Este fue un factor estratégico clave
durante la guerra, ya que drásticamente obligaba a los británicos a aumentar
los requisitos de envío necesario para mantener sus fuerzas en Oriente Medio.
Incapaces de utilizar las rutas marítimas a través del Mediterráneo, los
británicos se vieron forzados a utilizar la ruta del Cabo de Buena Esperanza en
Sudáfrica, trayecto total de 12.000 millas. Esta circunstancia cuadriplicaba la
distancia del trayecto con respecto a la ruta mediterránea y el tiempo
necesario para cubrir esa distancia y por consiguiente también creaba
implicaciones estratégicas importantes para los planes aliados por todo el
mundo. Por esta razón, la flota de guerra italiana debía mantener bajo a toda
costa el Mediterráneo cerrado a la navegación aliada.
Formación de acorazados italianos
Formación de acorazados italianos
Sin embargo, incluso dentro de
esta estrategia defensiva, la Regia Marina se anticipó en el uso de la flota de
superficie antes de sus oponentes británicos. Incluso en una guerra corta, esta
circunstancia debía producirse lo antes posible, pero sólo si fuese cerca de
las bases italianas en el Mediterráneo central. Los italianos no previeron
operaciones para sus unidades pesadas en el Mediterráneo oriental u occidental.
A medida que la guerra se alargaba, la Regia Marina nunca abandonó estas
primeras e intenciones genéricas, a excepción de una única incursión en el
Mediterráneo oriental con resultados desastrosos. Mientras que estratégicamente
la armada naval italiana actuaba esencialmente a la defensiva, paradójicamente
emplearon sus acorazados a nivel operacional de forma agresiva para alcanzar sus objetivos antes de que la
previsible escasez de combustible imposibilitase operaciones para este tipo de
grandes navíos. Sin embargo, esa intención bastante agresiva por parte de los
acorazados a nivel operativo no se tradujo en una visión ofensiva comparable a
nivel táctico, pero en general no se puede decirse que la Regia Marina se
quedase acobardada en los puertos durante la guerra.
La Regia Marina pretendía llevar
a cabo las batallas navales desde largas distancias; de hecho, la mayoría de
las batallas en el Mediterráneo se libraron a la luz del día con buena
visibilidad, circunstancia que facilitaba esa doctrina. Varios factores
indujeron el deseo italiano de combatir desde grandes distancias. En primer
lugar se hallaba el superior alcance de los cañones italianos con la lógica
consecuencia. Otro factor clave era la superior velocidad de todos los acorazados italianos sobre sus
homólogos británicos. Teóricamente, este hecho permitía a los italianos
mantener el combate a su favor desde largas distancias. También permitía la
capacidad de elegir retirarse o no del combate y sobre todo cuándo. Finalmente,
con excepción de sus naves más modernas, los acorazados italianos reconstruidos
disponían de un blindaje inferior en comparación con los acorazados británicos
por lo que es compresible que la Regia Marina fuese renuente en disminuir la
distancia de tiro ya que era más probable que las pesadas unidades pudiesen
ocasionar daños considerables.
Tal y como se ha comentado la doctrina
italiana hacia la flota de superficie se basaba en intentar que las acciones de
combate se llevasen a cabo desde largas distancias. Deliberadamente todo lo
referente al fuego de artillería giraba en torno a este concepto Tras cada
salva se ajustaba el tiro y una vez que se encontraba el rango apropiado, se
atacaba el objetivo con fuego rápido para infligir el máximo daño. Después de
que la fuerza enemiga hubiera sido bloqueada, se produciría el decisivo combate
a corta distancia. Obviamente esta doctrina se basaba en la precisión a larga
distancia. En la época anterior al radar, era difícil para cualquier armada de
la Segunda Guerra Mundial mostrar una precisión adecuada a largas distancias,
no obstante la Regia Marina era tan buena como cualquier otra armada a este
respecto.
viernes, 24 de junio de 2016
Portaaviones alemanes e italianos.II
Proviene de Portaaviones alemanes e italianos I.
El Aquila ya estaba preparado para sus pruebas en alta mar cuando
Italia firmó el armisticio en septiembre de 1943 y su componente aéreo lo
hubiese estado nueve meses más tarde. El Falco,
rebautizado como Sparviero, apenas
había progresado su construcción mas allá de los trabajos de las etapas
iniciales cuando se firmó el armisticio. Los alemanes tomaron el control de
ambos buques pero la falta de combustible y de tripulación impidió su uso
activo en operación alguna.
Mientras, Hitler ordenó a la
Kriegsmarine retomar los trabajos sobre el Graf Zeppelin en agosto de 1942. Aparte
de esto, se propuso la construcción de dos nuevos portaaviones y un crucero que
ya estaba en los astilleros también paso a estudio de reconversión en
portaaviones. Como los italianos, los alemanes consideraron la opción de
transformar dos buques de pasajeros en portaaviones, mientras, la Luftwaffe
retomaba el diseño de una versión naval del Ju-87 y se preparaba para la
producción del Messerschmidt Bf-109 embarcado. Ninguno de estos planes alcanzó
la luz ya que las prioridades del tejido productivo de Alemania estaban
encaminadas a hacer frente a las consecuencias que el bombardeo estratégico
aliado estaba produciendo, es decir, la mayoría de la producción industrial fue
para la construcción de cazas que defendieran los cielos de Alemania y para
reponer las perdidas en material que sufría el ejercito en el frente del este.
Planos y fotografía del Ju-87 adaptado para ser embarcado.
También existían problemas más
focalizados sobre la misma construcción de los portaaviones alemanes. El diseño
de construcción del Graf Zeppelin estaba basado en un balance defectuoso y
debía ser reconstruido añadiendo 9000 tn. de desplazamiento extra y por ello se
retrasaría su finalización aun más en el tiempo. La fecha límite se demoró
incluso a finales de 1943. Esta circunstancia y la escasez de combustible
fueron un obstáculo tan grande que se dieron muy pocas probabilidades a que el
buque fuese algún día operativo, incluso contado que el componente aéreo
pudiese estar en condiciones de uso. El plan alemán de construcción y empleo de
portaaviones fue cancelado de nuevo con la misma rapidez con la que fue
retomado.
Es interesante reseñar la intensa
cooperación existente entre Alemania e Italia en referencia al diseño,
construcción y equipamiento de sus respectivos portaaviones. Los ascensores,
las catapultas y las técnicas de apontaje eran de diseño alemán. Así tanto el
Graf Zeppelin como el Aquila fueron equipados con dos elevadores y dos
catapultas. La catapulta estaba diseñada para ser accionada mediante aire
comprimido y podía lanzar un avión de cinco toneladas cada treinta segundos.
Sin embargo los depósitos de aire necesitaban recargarse, operación que duraba
50 minutos, necesariamente tras solo nueve lanzamientos. Aun peor, los buques
carecían de radar y además los cañones estaban emplazados a lo largo de los
laterales de los hangares, reduciendo el número de aviones que el portaaviones
podía transportar y mantener al mismo tiempo. Ante esta circunstancia, que fue
vista como un fallo de estabilidad por
parte italiana, se aligeró el peso de los montajes de artillería
mientras que los alemanes decidieron expandir el volumen del casco para así conservar
la batería de cañones. Sin embargo, ningún diseño fue optimizado buscando un
rendimiento alto para las operaciones
aéreas y por ello es acertado pensar que los dos portaaviones hubiesen
estado muy limitados si alguna vez hubiesen entrado en combate, tanto
defensivamente como en tareas ofensivas.
Ju-87 catapultado.
De todas formas, es justo indicar
que aun con portaaviones bien diseñados el resultado para alemanes e italianos también
hubiese sido negativo. En 1943, la situación en el Atlántico y en el Mediterráneo
donde los aliados disfrutaban de la ventaja proporcionada por el conocimiento
de los códigos navales enemigos mas la escasez de combustible aseguraban de antemano
la casi total destrucción de cualquier portaaviones que hubiese podido
salir a alta mar. Los portaaviones del
Eje hubiesen podido realizar un impacto significativo en la guerra en 1941 pero
su uso en fechas posteriores más que beneficios es casi seguro que hubiese sido
perjudicial, debido ala pérdida tanto en recursos humanos, materiales y tecnológicos.
El componente aéreo de un portaaviones requiere constante práctica para ser
efectivo y ninguna nación europea del Eje disponía de suministro de fuel
suficiente para mantener dicha efectividad. Más aun, ninguna fuerza aérea tenia
los recursos o la disposición necesaria para proporcionar aviones de reemplazo
o modernizar su flota aérea naval tal y como avanzaba la contienda y las
propias armadas situaban el desarrollo aéreo naval al final de la cola de
prioridades. Los portaaviones son una amalgama de tecnología naval y aérea que
requiere una fuente de recursos constante y comprometida. Ni Alemania ni Italia
disfrutaron en ningún momento de ese compromiso en referencia a la aviación
embarcada.
miércoles, 22 de junio de 2016
Portaaviones alemanes e italianos.I
Portaaviones alemanes e
italianos.
Las dos naciones europeas del
Eje, Alemania e Italia, fueron incapaces de proporcionar durante toda la guerra
cobertura aérea embarcada a sus flotas simplemente por el hecho de no tener
portaaviones. Esta circunstancia originó una merma táctica importante que
supuso tanto la imposibilidad de usar la flota a plena capacidad como la
perdida de buques de guerra. Irónicamente, ambas Marinas de Guerra reconocieron
la necesidad de portaaviones antes de la guerra pero tal exigencia fue relegada
a un segundo término a favor de la construcción de acorazados que gozaban de
mayor prioridad.
La Luftwaffe realmente desarrolló aviones específicos para su
uso desde portaaviones mientras la fuerza aérea italiana rehusó desarrollar
cualquier proyecto de aviación embarcada hasta que en 1941 Mussolini dio
órdenes para ello. Demasiado tarde y por esta causa ni portaaviones ni sus
dotaciones aéreas estuvieron preparados antes de que Italia firmase el armisticio
con los aliados en septiembre de 1943. Por parte alemana, fue el propio estado
mayor naval quien pospuso y después canceló la puesta en servicio de
portaaviones.
Los alemanes comenzaron la
construcción de portaaviones en primer lugar. El programa de construcción naval
de 1934 incluía tres buques de este tipo. A los dos primeros, denominados
Portaaviones A y B, se pusieron en quilla respectivamente el 28 de diciembre de 1935 y 30 de septiembre de 1936. Se programaron para su entrada en servicio
como muy tarde en 1939 pero retrasos en la entrega del equipamiento y otros
programas de construcción naval dificultaron desde un principio todo el
proceso. En 1938, a once meses de la
entrega prevista, ambos buques estaban retrasados y la carestía de soldadura
amenazaba con adicionales periodos de retraso. La limitada mano de obra fue
asignada a los prioritarios programas de construcción de acorazados y
submarinos. Como consecuencia, el Portaaviones A, posteriormente denominado Graf Zeppelin, no fue botado hasta
diciembre de 1938 y su fecha de entrega llevada hasta mayo de 1940, trece meses
más tarde. La fecha del Portaaviones B, cuyo nombre previsto seria Peter Strasser fue retrasada a julio de
1940.
El estallido de la guerra
exacerbó aun más el gran problema de la escasez de mano de obra de tal forma
que los trabajadores disponibles en los astilleros fueron concentrados en la
construcción del Bismark, Prinz Eugen,
Seydlitz y los submarinos cuya construcción ya estaba comenzada para en un
esfuerzo completarla lo más pronto posible. El rechazo de Adolf Hitler en
reducir la distribución de acero al sector civil implicaba el racionamiento del
acero restante entre los distintos servicios de la Wehrmacht. En mayo de 1940,
el almirante Erich Raeder decidió desguazar el Portaaviones B y suspender la
construcción del Graf Zeppelin. Este
último se hallaba completado al 85% y con el componente aéreo creado y
asignado. Sin embargo, Raeder distribuyó el "acero naval" entre
submarinos, acorazados de la nueva clase H, cruceros y destructores. De todos,
solo submarinos y destructores acabaron construyéndose. Mientras la flota aérea
de la Luftwaffe dirigida a ser utilizada en los portaaviones cambió de destino
y fue utilizada en la campaña contra Francia.
La Marina de Guerra italiana ya
consideró convertir dos buques de pasajeros oceánicos en portaaviones a
principios de los años 30 pero se encontró de cara con la resistencia por parte
de la Regia Aeronautica. En 1923 un real decreto asignó todos los aviones a las
fuerzas Aéreas y Mussolini apoyó en un primer momento el rechazo de las
autoridades aéreas a desarrollar aviones destinados a ser embarcados. La armada
utilizo el presupuesto "extra" en modernizar los viejos acorazados.
Ante esta situación ni Alemania ni Italia disponían de portaaviones ni en
servicio ni en construcción en el segundo año de guerra. Sin embargo, los
acontecimientos harían cambiar rápidamente esta situación, al menos en teoría.
Aquila
Hitler y Mussolini cambiaron su
criterio ante los éxitos de la aviación embarcada de los aliados y japoneses en
los años 1940 y 1941. Los italianos retomaron sus planes de preguerra y
requisaron los buques de pasajeros, SS
Roma y SS Augustus, para su reconversión renombrándolos respectivamente Aquila y
Falco. Desafortunadamente, copiaron casi al pie de la letra a los alemanes
y adoptaron la idea de emplazar en pesadas torretas acorazadas una batería de 8
cañones de superficie de 150 mm. Este hecho aumentaba de forma considerable el
peso del buque por lo que fueron instalados en su lugar cañones de 130 mm. en
montajes abiertos. En relación a la estabilidad y la protección interna también
se produjeron modificaciones como la adición de un cinturón de 60 cm. en la
línea de flotación. Este adicional aumento de peso y manga redujo la velocidad
de los barcos en dos nudos pero en contraposición se ganó en estabilidad y
supervivencia. También se añadió blindaje en otras áreas al añadir una cubierta
blindada de 8 cm. sobre los depósitos de combustible y las bodegas. El
componente aéreo previsto para estos
barcos estaba compuesto por un numero entre 36 y 51 cazas Re.2001, dependiendo
si el mecanismo de pliegue de las alas de los aviones pudiese ser desarrollado
o no. En su última configuración, los portaviones de la Regia Marina tendrían
un desplazamiento cercano a las 32.000 tn. y una velocidad máxima de 29-30
nudos.
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martes, 26 de mayo de 2015
El día de gloria del "Sagittario".
El día de gloria del
"Sagittario".
Torpediniera "Sagittario"
La batalla de Creta estaba en
pleno apogeo y para ayudar a los paracaidistas alemanes en dificultades, el
alto mando decidió desembarcar elementos de la 5ª Division Gebirgsjäger en
distintos puntos de la isla y de esta manera confundir a los fuerzas defensoras
y posteriormente reunirse con los paracaidistas. El primer convoy, formado por
caiques y barcos de pesca escoltados por el torpedero "Lupo" fue atacado en la noche del 21 de mayo y
dispersado. Otro convoy zarpó el 22 de mayo desde la isla de Millo, constituido
por 38 pequeños barcos que transportaban un total de 4.000 Gebirgsjäger de la
5ª Division de Montaña bajo la protección del torpedero "Sagittario".
El torpedero no tenía la orden de
dirigir y mantener compacto el convoy a Creta, más que nada porque el alto
mando alemán confiaba en la Luftwaffe que ya había echado a pique todas las
naves enemigas presentes cerca de la isla, sabiendo muy bien que ante una
formación naval de la Royal Navy un pequeño y solitario torpedero poco podía
hacer.
A pesar de las palabras de los
mandos de la Luftwaffe, una formación británica, la Fuerza C, si se encontraba
en dichas aguas bajo el mando del almirante E. L. S. King. La sola presencia
del torpedero "Sagittario" de ningún modo podía compararse ante esta
flota formada por los cruceros Naiad, Perth, Carlisle, Calcutta y los
destructores Kandahar, Nubian y Kingston.
A las 08:35 h. el comandante del
torpedero italiano, Giuseppe Cigala della Fulgosi avistó la formación
británica, aún estaba por debajo de la linea del horizonte pero traicionada por
el fuego antiaéreo del HMS Naiad, buque insignia de la fuerza C. Sin siquiera
esperar para identificar el tamaño global de la fuerza enemiga remontó el
convoy por estribor levantando una densa de niebla con la finalidad de proteger
las naves, dio media vuelta y volvió sobre su rumbo para seguir la misma deriva
y volver a lanzar humo para conseguir una cortina más densa y también para
aumentar la velocidad de su propia nave: a las 08:55 h. cuando los buques
británicos estaban a 18.000 m. y habiendo alcanzado una velocidad de más de 30
nudos puso proa al enemigo. Los ingleses, en ese momento, enfrascados por los
ataques aéreos y con la luz del sol desfavorable para ellos, se percataron del
convoy enemigo y del torpedero que avanzaba hacia ellos; en ese instante, los
dos pequeños y viejos cruceros antiaéreos Calcuta y Carlisle, que no estaban
participando en la batalla, abrieron fuego a las 09:01 h. a una distancia de aproximadamente
12.500 metros, el torpedero italiano respondió con la pieza de artillería de
100 mm.
A las 09:07 h., cuando la
distancia era menos de 7200 metros el "Sagittario" lanzó, rodeado de
columnas de agua levantadas por los proyectiles enemigos, sus dos torpedos de
estribor e inmediatamente tomo un rumbo evasivo para escapar del enemigo; Pero
el comandante Fulgosi considerando que el enemigo no había sufrido ningún daño
con el lanzamiento de los torpedos, dio marcha atrás otra vez mas,
anteponiéndose entre el convoy y los buques británicos, atrayendo de esta
manera sobre si todo el fuego de las naves enemigas.
A las 09:14 h., hubo un estallido
de júbilo a bordo del torpedero: algunos hombres vieron elevarse dos altas columnas en un costado de un
crucero, unos minutos más tarde la formación naval británica viraba hacia el
sur y se alejaba. A las 09:22 h. fue descubierto un tercer destructor que atacó
al torpedero italiano, un minuto después el HMS
Kingston disparaba dos veces alcanzando el puente y la chimenea.
Inmediatamente después comunicaba la presencia del convoy italiano, que hasta
ese momento no había sido visto por los británicos. Pero el almirante King,
preocupado por el consumo de munición y temeroso de los ataques aéreos, al
navegar lentamente por los dos viejos cruceros decidió no atacar el convoy y
continuar hacia el sur. A las 09:25 h. finalizó el choque.
No se sabe ciertamente si los
torpedos del "Sagittario" dieron en el blanco tal y como reclamaron
sus vigías ya que el crucero ingles como el resto de la Fuerza C sufrió diversos ataques aéreos y cuando regresaron a Alejandría, dos torretas estaban
inutilizadas y la velocidad se había reducido hasta los 16 nudos. Lamentablemente para la tripulación del torpedero, los daños fueron registrados
pero no se hizo ninguna mención a la posible causa de dichos desperfectos. El
hecho demostrado fue que un pequeño y solitario torpedero logró bloquear e
impedir la acción de una potente formación naval enemiga, salvando de esta
manera el convoy.
Postal conmemorativa de la accion del "Sagittario"
Por esta acción, el teniente de navío
Giuseppe Cigala Fulgosiosi fue condecorado con la Medalla de Oro al Valor Militar
mientras que el almirante King fue destituido de su mando por orden directa de
Churchill.
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lunes, 1 de diciembre de 2014
Submarinos italianos en el Atlántico.
Submarinos italianos en el Atlántico.
Submarino italiano "Barbarigo" engalanado
Al mes siguiente de la entrada de
Italia en la guerra, la Regia Marina que disponía de más de treinta submarinos oceánicos,
se dio cuenta que en el Mediterráneo esta clase de sumergibles entrarían
en acción de forma inadecuada y desaprovechando las características propias de
su diseño, ya que las distancias cortas, las aguas claras y la presunta actividad
de combate intensa motivado todo por el escaso tamaño del propio Mediterráneo,
no eran a priori, las mejores condiciones para este tipo de embarcaciones. A
estos submarinos, lentos a la hora de sumergirse, fáciles de avistar y sobre
todo diseñados para largas travesías en grandes espacios donde la navegación en
superficie era no solo normal sino necesaria, se les fue ordenado alcanzar el Océano
Atlántico y allí operar junto a los alemanes.
De esta forma, ya en las primeras
semanas de guerra y tras el paso por el estrecho de Gibraltar, burlando tanto
las defensas britanicas como las fuertes corrientes submarinas entre las aguas
atlánticas y mediterráneas, algunos submarinos italianos llegaron al océano. La
Regia Marina ofreció estas naves al mando de los U-Boote para que actuasen
todos conjuntamente. El BdU aceptó la oferta y se creó en Burdeos, la base
atlántica de submarinos italianos, que recibió el nombre de
"Betasom".
El primer sumergible transalpino
llegó a la base atlántica el 4 de septiembre de 1940, concretamente fue el Malaspina seguido por los submarinos Barbarigo y Dandolo. Desde esas fechas
hasta final de año, se llegó a una cifra de 27 sumergibles, llegando hasta el
numero de 32 unidades las que operaron desde Betasom en la denominada Batalla
del Atlántico.
Se efectuaron 189 misiones,
durante las cuales se hundieron 101 naves mercantes enemigas alcanzando una
cifra final de 568.573 toneladas, algunos buques de guerra pequeños y 200.000
toneladas más de daños sobre la flota mercante antagonista. Por contrapartida
se perdieron 16 sumergibles italianos. El record de hundimientos entre
sumergibles transalpinos en el Atlántico lo ostenta el Leonardo da Vinci con la nada desdeñable cifra de 16 barcos echados
a pique y un total de 116.686 toneladas. Es fácil pensar que la nave que tiene
el 20% de toneladas hundidas también tenga en su diario de a bordo, la carrera más
exitosa y así es. El Leonardo da Vinci, en una sola misión y al mando de
Gianfranco Gazzana-Priaroggia, hundió 6 naves enemigas que sumaron un total de
58.973 toneladas. Sin embargo y a diferencia tal vez de este último caso, los
resultados de los submarinos italianos eran inferiores a sus compañeros de cacería
alemanes.
Leonardo da Vinci
Esa diferencia de eficacia en lo
resultados, enseguida se observó que era debida a dos factores; a la misma construcción
y equipamiento de las embarcaciones así como al propio adiestramiento de las
tripulaciones. Por estas dos razones, los submarinos fueron modificados
intentando reducir la superestructura, mejorando la toma de aire para los
motores diesel, aumentar la rapidez en inmersión y también el envío de los
comandantes italianos a las escuelas alemanas de instrucción de submarinos para
un mejor aprendizaje y entrenamiento en las más modernas tácticas de guerra
submarina. A pesar de estas dos positivas mejoras, el BdU decidió enviar los submarinos
italianos a operar en zonas de trafico aislado para así aprovecharse mejor de
sus características y aumentar el rendimiento operativo. Pocas veces, los
sumergibles transalpinos se hallaron en áreas del Atlántico Norte junto a las
manadas de lobos constituidas por submarinos alemanes. Sus características no permitían
un rendimiento acorde con el de sus "compañeros" contra el sistema de
convoyes escoltados.
Las áreas de operaciones donde
los sumergibles italianos actuaron durante la guerra fueron las del Atlántico
nororiental y central, las costas atlánticas de los Estados Unidos y de América
Central y al final de la contienda en aguas de África Central y del Sur así
como en el Océano Indico, es decir, zonas bélicas de trafico menor e
individual.
En 1943, observando las
deficiencias de diseño de los submarinos italianos se decidió transformarlos en
sumergibles de transporte para ser destinados a trayectos entre Japón y
Alemania. Para solventar esta eventualidad, Alemania entregaría a los mandos
navales italianos 9 U-boote del tipo VII C y de esta manera continuar la lucha
submarina salvando también los componentes políticos de la ayuda italiana.
Base naval "Betasom"
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lunes, 24 de noviembre de 2014
La Regia Marina en 1940
La Regia Marina en 1940
Emblema de la Regia Marina
El 10 de junio de 1940, fecha de
entrada de Italia en la guerra mundial, la Marina italiana, la rama de las
fuerzas armadas transalpinas menos politizada, disponía de 576 unidades de
todos los tipos excepto uno; los portaaviones. Esta circunstancia tendría una
consecuencia fundamental durante el transcurso del conflicto.
El desplazamiento total de la
flota llegaba a las 620.000 toneladas lo que representaba ser la 5ª flota en el
computo mundial por detrás de Gran Bretaña con 2.100.000 toneladas, EEUU con
1.700.000 tn, Japón 1.150.00 toneladas y la vecina Francia que llegaba a las
800.000 toneladas, siendo esta ultima junto con la flota británica del Mediterráneo
a priori el enemigo a batir. Sin embargo, la derrota francesa a manos de los
clamorosos éxitos alemanes que indujeron a Mussolini participar en el conflicto
supuso la retirada, al menos nominalmente de la flota gala como posible
amenaza, quedando tan solo la Mediterranean Fleet como única antagonista.
Esta circunstancia planteaba una posición
equilibrada entre ambas flotas, con la matización importante de la concentración
de fuerzas. En el Mediterráneo, la Royal Navy debía dividirse entre las dos
imponentes bases navales ubicadas en
ambos extremos marítimos, Gibraltar y Alejandría, mientras que la flota
italiana podría siempre estar concentrada en un único punto, aumentando de esta
manera la potencia de fuego.
Compensando esta deficiencia por
parte Británica, dos aspectos interrelacionados se tienen que tener en cuenta.
Ambos se refieren al apoyo aeronaval y se concretan el primero, en la presencia
casi ininterrumpida de portaaviones en el Mediterráneo y el segundo, en la posición
estratégica de la isla de Malta , justo en el centro del Mediterráneo y que fue
durante la guerra un escollo difícil de superar por la Marina Italiana.
La Regio Marina como ya se ha
comentado disponía de 576 unidades, pero lógicamente no todas operitas ni tan
siquiera de primera linea. Así 226 de estos navíos se podrían clasificar como
auxiliares, es decir, barcos de apoyo,
barcos escuela, cisternas, remolcadores... y 55 unidades más si bien eran de
combate, apenas podrían considerarse como tales al ser navíos muy anticuados.
Dentro de este último grupo cabe destacar el vetusto crucero San Giorgio, botado
en 1905 y que estaba destinado en África como batería flotante; dos cruceros
ligeros, Bari y Tarento; además de 16 cañoneros y 33 torpederos de la Primera
Guerra Mundial.
Descontando las unidades no
operativas, existían pues al inicio de la Segunda Guerra Mundial 295 navíos en
condiciones de prestar batalla con un total de 388.000 tn de desplazamiento. La
distribución es la siguiente, Dos acorazados, el Cesare y el Cavour de
25.000 tn y botados en 1910 pero modernizados por completo antes del inicio de
las hostilidades con un armamento considerable; 10 cañones de 320 mm y una
velocidad de 27 nudos. Dos acorazados mas también modernizados el Andrea Doria y el Duilio y si bien el 10 de mayo aun no estaban listos para entrar en
combate sí que lo hicieron el septiembre del mismo año, las dos joyas de la
Regia Marina, los acorazados Littorio
y Vittorio Veneto; naves de bella
factura con un armamento impresionante de 9 piezas de 381 mm, desplazamiento de
35.000 tn y sobretodo la nada despreciable velocidad de 30 nudos.
Acorazda Vittorio Véneto en accion.
Entraron también en liza, 7
cruceros pesados, Zara, Fiume, Pola,
Gorizia, Trieste, Trento y Bolzano, siendo los cuatro primeros de la Clase Zara y considerados como los mejores cruceros pesados de la época, en relación,
armamento / blindaje / velocidad e incluso presencia visual. Desplazaban 11.000
tn, 33 nudos de velocidad y estaban armados con 8 cañones de 203 mm. Aparte, 12
cruceros ligeros mas, con desplazamientos entre las 8.000 tn y las 5.000, con 8
o 10 cañones de 152 mm y velocidad altas, propias de la clase a la que
pertenecen.
Como unidades de escolta se podría considerar la cifra de
94 navíos, entre destructores y torpederos, los primeros con 4 piezas de 120 mm
y 1.600 tn y los segundos desplazando 700 tn y cañones de menor calibre;
100-102 mm.
117 submarinos estaban en
condiciones de actuar el día de la
entrada de Italia en la guerra, 75 costeros y 42 oceánicos. Algunos de estos últimos
si pudieron atravesar el estrecho de Gibraltar llegando al Atlántico, donde al
unirse a los U-boote alemanes disfrutaron de una mayor libertad de acción.
Cabe destacar, más que nada , por
su eficaz y productivo rendimiento, las 65 lanchas torpederas MAS de 20
toneladas y una velocidad que rondaba los 50 nudos, así como, muchos y distintos
tipos de embarcaciones destinadas a violar de forma furtiva la seguridad d
puertos enemigos, con el fin de conseguir la máxima destrucción posible con el mínimo
de medios empleados.
Motoscafo Armato Silurante.MAS
Se podría concluir que en 1940,
la Regia Marina, con un espacio de acción reducido como era el Mediterráneo,
y con una flota modernizada, al menos en
sus unidades de mayor tonelaje, estaba en condiciones de enfrentarse a la flota
británica, aunque tuviese superioridad numérica, ya que esta ultima debía
repartir sus navíos en todos los océanos. Otras cuestiones son cómo se llevo a
cabo la guerra naval en el Mediterráneo por parte del estado mayor de la
marina; puntos importantes como la descoordinación entre la Marina y las
fuerzas aéreas, aspectos logísticos como la falta de combustible a partir de
1942 y la no presencia de portaviones en la flota, llevaron a que la flota
italiana en combate, casi siempre, fuese superada por la británica.
Acorazados
|
Clase / nombre
|
Desplazamiento
|
Armamento principal
|
Cavour
|
25.000 tn
|
10 x 320 mm
|
|
Cesare
|
25.000 tn
|
10 x 320 mm
|
|
Duilio
|
25.000 tn
|
||
Andrea Doria
|
25.000 tn
|
||
Littorio
|
35.000 tn
|
9 x 381 mm
|
|
Vittorio Véneto
|
35.000 tn
|
9 x 381 mm
|
|
Cruceros
|
4 Clase Zara
|
11.000 tn
|
8 x 203 mm
|
2 Clase Trento
|
13.000 tn
|
8 x 203 mm
|
|
1 Clase Bolzano
|
10.000 tn
|
8 x 203 mm
|
|
1 Clase San Giorgio
|
9.232 tn
|
||
12 Clase Condottieri
|
Entre 9.000 - 5.008 tn
|
||
1 Clase Bari
|
4.600 tn
|
||
1 Clase Tarento
|
5.100 tn
|
||
Destructores
|
59 unidades
|
Entre 2.283 - 935 tn
|
|
Torpederos
|
69 unidades
|
Entre 1.076 tn - 182 tn
|
|
Submarinos oceánicos
|
42 unidades
|
+/- 1.300 tn
|
|
Submarinos costeros
|
75 unidades
|
+/- 350 tn
|
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1940,
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Italia,
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lunes, 2 de junio de 2014
Junio Valerio Borghese
Junio Valerio Borghese
El príncipe Junio Valerio
Scipione Borghese, conocido como el Príncipe Negro fue un comandante naval italiano
durante la Segunda Guerra Mundial y un prominente líder político neofascista en
la postguerra.
Junio Valerio Borghese nació el 6
de junio de 1906 en Artena, provincia de Roma dentro del seno de una familia de
antecedentes ilustres; la casa Borghese, con el Papa Pablo V como uno de sus
miembros más notables. Junio Borghese recibió una educación esmerada, en primer
lugar en Londres y, desde 1923, asistiendo a la Academia Real de Marina de
Guerra italiana en Livorno.
La carrera naval de Borghese
comenzó en 1929 y en 1933 ya era comandante de un submarino. Borghese participó
en la segunda guerra Ítalo-Abisinia. y durante la intervención italiana en la
Guerra Civil española estuvo al mando
del submarino Iride, donde presuntamente perdió dos marineros de su tripulación
después de que su unidad fuese atacada con cargas de profundidad lanzadas por el destructor británico HMS Havock.
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jueves, 7 de noviembre de 2013
Cruceros de la clase “Zara”.
Cruceros de la clase “Zara”.
Los cruceros pesados de la clase
Zara fueron buques de guerra de la Regia
Marina italiana diseñados durante la década de los años 30. Esta clase de naves
fue considerada por muchos expertos como uno de los mejores diseños de crucero
pesado de la Segunda Guerra Mundial. Se completaron cuatro naves; Zara, Fiume,
Pola y Gorizia, todas estas naves realizaron amplio servicio durante la guerra.
Diseño
Los cruceros de la clase Zara
eran esencialmente una mejora de la anterior clase Trento diseñados con la
finalidad de competir con los últimos cruceros franceses.
La clase Trento ya fue diseñada
dentro de las limitaciones del Tratado Naval de Washington, que establecía un
peso máximo para los cruceros de 10.000 toneladas o menor y armados como mucho
con cañones de 8 pulgadas (200 mm) o por supuesto menor calibre. La limitación
de peso hizo imposible diseñar una nave con ese armamento y blindaje capaz de
absorber proyectiles del mismo calibre. Un típico crucero diseñado bajo los
parámetros del Tratado de Washington disponía de 76 mm de blindaje en el
cinturón y menos en otras áreas de la nave. Estos espesores eran razonablemente
correctos contra el fuego de cañones emplazados en cruceros ligeros,
normalmente entre calibres de 5 pulgadas (127 mm) y 6 pulgadas (150 mm) y por
supuesto el fuego de destructores, pero insuficientes contra los proyectiles de
120 kg de los cañones de 203 mm, capaces de perforar hasta 150 mm en un alcance
medio. En general, para ser eficaz, la coraza debía ser aproximadamente del
mismo grosor que el diámetro de los proyectiles disparado en contra.
La clase Trento había sacrificado
blindaje por velocidad, permitiéndoles navegar a altas velocidades a lo largo
de la costa italiana durante mucho tiempo, ya que de otro modo sería difícil de defender desde
bases navales ampliamente separadas de Italia. Aunque equipados con armamento
potente, probablemente cualquier impacto contra su estructura podría penetrar la coraza y dejar fuera de combate
las propias naves. Incluso ganado una posible batalla podría quedar mermada la
fuerza naval italiana, algo que la Regia Marina no estaba preparada para
abordar de forma absoluta.
Blindaje
Los cruceros de la clase Zara
casi duplicaban el blindaje en el cinturón de la nave que sus antecesores de la
clase Trento, con 150 mm en el cinturón principal. La cubierta principal
también estañaba muy protegida con 70 mm
de espesor, mientras que torretas y barquetas también fueron protegidas por
blindajes de más de 100 mm. Además del diseño de la coraza principal, existía un blindaje secundario: la
cubierta superior tenía 20 mm de espesor, y el casco de flanco por encima del
cinturón principal 30 mm. Casi se puede asegurar que no hubo otros cruceros equipados con dos cubiertas y
dos cinturones blindados. Este esquema seguido, de hecho, no era un diseño de
crucero, sino de un pequeño acorazado hizo de los cruceros “Zaras”, los mejores
cruceros blindados hasta la introducción de la clase Des Moines. La
introducción de la coraza adicional habría hecho las naves decididamente más
pesadas en la proa, así que para compensar este aumento de peso, la parte
trasera de la nave fue elevada por una cubierta. El resultado ofreció excelente
integridad hermética y protección.
Armamento
Los cruceros “Zara” compartían su
armamento principal con el último de los tres buques de la clase Trento, el
crucero Bolzano. Todos iban equipados con cañones de 203/L53 mm. (8 pulgadas) de 25 toneladas cada uno y montados
en torretas dobles Ansaldo. Estos cañones disparaban un proyectil AP de 125 kg.
con una alta velocidad inicial de 939 m/s, prestación que permitía un
formidable alcance máximo de 31.500 m a una elevación de 45°. Los cruceros
Trento y Trieste llevaban un modelo no tan avanzado, disparando un proyectil de
110 kg a 29.000 m. La desventaja de la esta nueva arma se manifestaba
considerablemente con una mayor
dispersión de impactos y un desgaste de cañón más alto de lo normal.
El armamento secundario también era
superior, en comparación con el estándar de aquellos tiempos: dieciséis cañones
Škoda modelo 1910 de 100 mm/L50 fueron situadas en ocho torretas dobles, cuatro
en cada lado, otra vez siguiendo un esquema similar de un pequeño acorazado.
Posteriormente, fueron substituidos por cañones OTO L/47, además de dos
montajes simples de cañones lanzabengalas de 100 mm. En 1937, los cañones de
100 mm de la popa fueron reemplazados por cañones Breda de 37 mm/calibre 54, más útil para la defensa cercana y en 1940,
los Vickers de 40 mm también fueron reemplazados por Bredas de37 mm. Todas esas
armas eran más o menos modernas, especialmente en su momento. Sin embargo, el rendimiento
general como artillería antiaérea no era satisfactorio, debido al proceso de alimentación
lento y un sistema de control de fuego inadecuado, aunque las piezas antiaéreas
eran en sí aceptables.
Una extraña característica de los
cruceros de la clase Zara fue la situación de la catapulta en la proa del
buque, que hacía imposible el lanzamiento de los hidroaviones de observación al
mismo tiempo que se disparaba. Tal vez esta sea una circunstancia que rara vez
se daba pero no deja de ser un aspecto negativo del diseño de este tipo de
naves. El hidroavión original Piaggio P.6bis fue sustituido más tarde por
aviones M.41s, CANT 25ARs, MF6s y en 1938, por Ro.43s.
Características generales
Tipo
|
Crucero Pesado
|
Periodo construcción
|
1929-32
|
Periodo de servicio
|
1931-44
|
Desplazamiento
|
11.800 tn aprox./ A plena carga 14.530 tn
|
Eslora
|
180 m
|
Manga
|
20,6 m
|
Calado
|
7,2 m
|
Propulsión
|
8 caldera Thornycroft
2 turbinas Parsons
2 hélices
|
Potencia
|
95.000 Cv
|
Velocidad máxima
|
33 nudos
|
Autonomía
|
5.361 millas náuticas a 16 nudos
|
Tripulación
|
30 oficiales y 810 marineros de tropa
|
Blindaje
|
Vertical max.- 150mm
Horizontal max.- 70 mm
Artillería max.-150 mm
Puesto de mando max.- 150mm
|
Armamento
|
8 cañones de 203/53 mm
16 cañones de 100/47 mm bivalentes
4-6 cañones de 40/39 mm
En 1941
En 1941:
8 cañones de 203/53 mm
12 cañones de 100/47 mm bivalentes
8 cañones de 37/54 mm AA
8 cañones de 13,2 mm AA
|
Aviones
|
2 hidroaviones Ro-43 x una catapulta
|
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