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sábado, 16 de diciembre de 2023

La caída de Francia y la formación del régimen de Vichy

 

La caída de Francia y la formación del régimen de Vichy

El 10 de mayo de 1940, las fuerzas armadas alemanas iniciaron el asalto a Europa Occidental. A los pocos días los Países Bajos y Bélgica habían capitulado y el 4 de junio la Fuerza Expedicionaria Británica (BEF) había sido expulsada de Francia. Con la eliminación de la BEF en su flanco derecho, los alemanes comenzaron la segunda etapa de su campaña contra el ejército francés que aun disponía unas 60 divisiones en el campo de batalla. El 14 de junio los alemanes entraron en París, dos días después el primer ministro francés, Paul Reynaud, entregó el poder a un grupo de militares dirigido por el jefe del estado mayor, el general Maxime Weygand, incluyendo al mariscal Philippe Pétain, de 84 años que se hallaba retirado desde hacía tiempo, una figura heroica de la Gran Guerra. Al día siguiente, el 17 de junio, Pétain transmitió al pueblo francés que había aceptado liderar un nuevo gobierno y que tenía la intención de pedir a Alemania un armisticio. El armisticio fue firmado el 22 de junio y al cabo de tres días después la mayor parte de Francia estaba formalmente bajo ocupación alemana.



Mariscal Philippe Petain

La zona ocupada cubría el norte y gran parte del centro del país, así como toda la costa atlántica. En el este, Alsacia y Lorena fueron incorporadas al Reich alemán, mientras que partes del norte de Francia fueron gobernadas desde Bélgica, país ocupado por los alemanes. Además, Italia (que había declarado de forma oportunista la guerra a Francia el 10 de junio) ocuparía posteriormente zonas en la frontera franco-italiana. El resto de la Francia metropolitana quedaría bajo el control del nuevo gobierno de Vichy, quedando este territorio conocido como "Zona Libre" o desocupada. Además, la mayoría de las colonias francesas de ultramar quedaron bajo jurisdicción del régimen de Vichy.

lunes, 19 de octubre de 2020

Masacre de Gardelegen

 

Masacre de Gardelegen

Tropas norteamericanas encuentran los cadáveres dentro del granero de Gardelegen

En 1945, cuando las tropas aliadas penetraron en la Alemania nazi, las tropas SS comenzaron a evacuar a los prisioneros de los campos de concentración hacia áreas de retaguardia en el interior del Reich mediante las denominadas marchas de la muerte. Era parte de un esfuerzo desesperado en mantener el esfuerzo bélico y evitar que los reclusos cayeran en manos enemigas, donde podrían testificar contra sus perseguidores.

Después de que el Ejército de los Estados Unidos cruzara el río Rin y se adentrara en Alemania, la administración del campamento de las SS en Dora-Mittelbau ordenó la evacuación de los prisioneros del campo principal y varios de sus subcampos satélite los días 3 y 4 de abril. El objetivo era trasladar a los reclusos en tren o a pie a los campos de concentración de Bergen-Belsen, Sachsenhausen o Neuengamme. En cuestión de días, 4.000 internos de Dora-Mittelbau, sus campamentos satélites y el subcampo Neuengamme llegaron a la zona de Gardelegen, a 145 km al oeste de Berlín. Allí tuvieron que bajar de los vagones de carga porque los trenes no podían avanzar más debido a los daños en las líneas ferroviarias producidos por diversos ataques aéreos.

Ampliamente superados en número por los prisioneros, los guardias de las SS comenzaron a reclutar fuerzas auxiliares del departamento local de bomberos, la fuerza aérea, el Volkssturm, las Juventudes Hitlerianas y otras organizaciones con el fin de vigilar a los reclusos. El 13 de abril, menos de un mes del final de la Segunda Guerra Mundial, más de mil prisioneros, muchos de ellos enfermos y demasiado débiles para marchar más lejos, fueron trasladados de la ciudad de Gardelegen a un gran granero situado en la finca Isenschnibbe y obligados a entrar dentro del edificio. Los guardias cerraron las puertas y prendieron fuego a la paja previamente empapada de gasolina.

lunes, 25 de mayo de 2020

La Marcha de la Muerte de Bataan.


La Marcha de la Muerte de Bataan.



Soldado japones vigilando a un grupo de prisioneros

La conocida como Marcha de la Muerte de Bataan fue la brutal marcha de prisioneros de guerra estadounidenses y filipinos durante la Segunda Guerra Mundial que se produjo en Filipinas de forma forzada tras la rendición aliada ante los japoneses. La marcha de 100 kilómetros comenzó el 9 de abril de 1942, con al menos 72,000 prisioneros de guerra desde el extremo sur de la península de Bataan en Filipinas. Algunas fuentes dicen que 75,000 soldados fueron hechos prisioneros después de la rendición en Bataan, desglosados en 12,000 estadounidenses y 63,000 filipinos. Las horribles condiciones y el trato duro de los prisioneros durante la Marcha de la Muerte de Bataan dieron como resultado una cifra aproximada de entre 7.000 a 10.000 muertos.

Rendición en Bataan

Solo unas horas después del ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, los japoneses atacaron las bases aéreas en las Filipinas controladas por los estadounidenses. En un ataque aéreo por sorpresa llevado a cabo alrededor del mediodía del 8 de diciembre, la mayoría de los aviones militares en el archipiélago fueron destruidos.


jueves, 6 de junio de 2019

Liberación de París


Tras reducir la bolsa de Falaise en Normandía el 19 de agosto de 1944, los ejércitos aliados avanzaron rápidamente hacia Rouen y Mantes, donde se estableció una cabeza de puente en el Sena. Mientras tanto, el 18 de agosto, París había tomado las armas. El general De Gaulle había planeado que la 2ª División Acorazada francesa del General Leclerc liberara la capital.




París no era un objetivo militar.

De acuerdo con los planes aliados, París no era un objetivo militar y la ciudad debería ser evitada en el avance de las tropas. Pero el general de Gaulle, jefe del gobierno provisional de la República Francesa, vio la liberación de la capital como un acto simbólico y, por lo tanto, la consideró un objetivo político; y además París debería ser liberada por soldados franceses. De Gaulle quería pasar a la historia como el líder de un país que se liberó a sí mismo con sus propios esfuerzos. Además, debido al bombardeo de cruces ferroviarios estratégicos en el norte y oeste de Francia, París seguía siendo uno de los pocos nudos de comunicación que permanecía intacto, y por lo tanto era crucial para la retirada de las fuerzas alemanas hacia el este, y por la misma razón fundamental para el progreso del avance aliado persiguiendo al enemigo.


Las barricadas parisienses.

El 10 de agosto, el comité militar nacional de Francs-Tireurs et Partisans (FTP), francotiradores y partisanos, emitió una orden de alzamiento. El 11 de agosto, los trabajadores ferroviarios en el área de París organizaron una huelga, que se extendió rápidamente, mientras que el alto mando de las Fuerzas Francesas del Interior (FFI) en París, bajo el mando del coronel Rol-Tanguy, se trasladó a las salas subterráneas bajo la Plaza Denfert Rochereau. El 15 de agosto, el sindicato de la CGT convocó una huelga general. La policía se sumó a la acción subversiva, contribuyendo con un gran contingente de hombres armados, y sobre todo muy disciplinados. A su vez, los trabajadores de correos se declararon tambien en huelga, seguidos de los trabajadores de la prensa y los empleados del metro. Mientras París comenzaba a levantarse por la fiebre de la liberación, un último tren nocturno salió de la estación de Pantin, llevando a unos 2 400 deportados.

Por toda la ciudad, los partisanos de la Resistencia construyeron barricadas. La policía convirtió la sede de la policía de París en una fortaleza. Hubo violentos enfrentamientos entre los alemanes y la Resistencia, integrados en la FFI. El 20 de agosto se entablaron conversaciones para emitir un alto el fuego, gracias al cónsul sueco, Raoul Nordling. Pero al día siguiente, por decisión del comité parisino de liberación, se rompió la tregua y se reanudaron los combates callejeros. Los guerrilleros de la Resistencia, mal armados, se enfrentaron a 20 000 soldados alemanes equipados con tanques y apoyados por aviones, bajo el mando del general von Choltitz, nombrado jefe de Groß-París. Para Hitler, "París no debe caer en manos del enemigo, excepto si es como un campo de ruinas".

La 2ª División Blindada.

Ante el temor de que los alemanes superaran la resistencia parisina, el general De Gaulle insistió ante los estadounidenses que permitieran el avance de la 2ª División Blindada sobre París. El 21 de agosto, un enviado de Rol-Tanguy logró cruzar las líneas alemanas y advertir a Leclerc sobre la necesidad inmediata de la intervención de los aliados, de lo contrario, la revuelta parisina terminaría en un baño de sangre. Mientras los hombres del general von Choltitz intentaron recuperar el control de la ciudad, el 22 de agosto, el general Eisenhower estuvo de acuerdo en que la 2ª División Blindada, junto con la 4ª División de Infantería norteamericana avanzara rápidamente hacia París. A última hora de la tarde, un avión ligero Piper, pilotado por el Capitán Callet de la 2ª División Blindada, sobrevoló la ciudad y su observador, el Teniente Mantoux, lanzó octavillas en el patio de la sede central de la policía con un mensaje de Leclerc que decia; "Permaneced firmes, vamos en camino".

Por la mañana del 23 de agosto, la 2ª Division Blindada, apoyada en su flanco derecho por la 4ª División de los Estados Unidos, se puso en movimiento. Los alemanes habían formado una sólida línea de defensa desde Trappes hasta Fresnes, al sur de París. Se produjeron violentos combates en Palaiseau, Champlan, Toussus-le-Noble, Jouy-en-Josas, Clamart, Longjumeau, Wissous, Fresnes y Antony. El 24 de agosto, toda la división fue detenida a las afueras de París por la presencia de "erizos", posiciones fortificadas interrelacionadas.

En el cruce de Croix-de-Berny, congestionado por los vehículos de la división, Leclerc apremió el avance de sus unidades y, a las 7.30 pm, decidió enviar un destacamento a París bajo el mando del Capitán Dronne, con tres tanques, semiorugas y 150 hombres.

Así, al caer la noche del 24 de agosto de 1944, los primeros soldados de la 2ª Division Blindada entraron en París, concretamente por la Porte d'Italie. Eran componentes de la 9ª Compañía del Regimiento de Infantería del Chad, más conocida como la “Nueve”, al estar compuesta por 146 republicanos españoles u hombres de origen hispano, de un total de 160. Tras ellos les seguían tres tanques Sherman del 501º Regimiento de Tanques de Combate. Dronne llegó al ayuntamiento a las 8.45 hs. Allí se reunió con Bidault, Luizet y Chaban-Delmas y la radio francesa anunció la llegada de la 2ª Division Blindada además de la gran campana de Notre-Dame.



Semioruga de La Nueve durante la liberación de París

¿Arde París o no? 

Al amanecer del día 25, el resto de la 2ª División entró en París por la Porte de Saint-Cloud, Porte d'Orléans, Porte de Gentilly y Porte d'Italie. Leclerc cruzó la Porte d'Orléans, reuniéndose con Chaban-Delmas en Place Denfert-Rochereau, luego se dirigió por la Avenue du Maine hasta la estación de Montparnasse, donde estableció su puesto de mando. Mientras tanto, la 4ª División de Infantería de los Estados Unidos entró en París por la Porte d'Italie.

Los parisinos se sorprendieron al ver soldados franceses antes de proporcionarles una entusiasta bienvenida. Los soldados ​​alemanes comenzaron a refugiarse en algunos edificios donde se fortificaron y comenzaron a disparar. Los combates fueron difíciles y sangrientos en la Place de la Concorde, la Place de l'Étoile, la Place de la République, en la Bastilla y en el Boulevard Saint-Germain. El edificio de mayor tamaño ocupado por los alemanes en la orilla izquierda del Sena fue el Palais du Luxembourg, donde residía el Senado, rodeado por pequeños blocaos y custodiado por tanques. Los feroces combates enfrentaron a los alemanes contra integrantes de la Resistencia en el Jardin du Luxembourg y el Palais.



Resistentes franceses en París


El hotel Meurice fue atacado y Von Choltitz y sus comandantes superiores capturados. Alrededor de las 4 de la tarde, en el despacho del jefe de policía Luizet, el general alemán firmó el acta de rendición. Posteriormente se trasladó a la estación de Montparnasse, donde firmó la orden de alto el fuego, que se distribuyó a los 20 puntos de la ciudad donde los  alemanes aún seguían combatiendo. El coronel Rol-Tanguy firmó conjuntamente el acto de capitulación.

Poco después, Leclerc explicó la situación al general De Gaulle, que acababa de llegar hacia un instante. Mientras los miembros del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR) y el Comité de Liberación de París (CPL) le esperaban en el ayuntamiento, De Gaulle se dirigió al ministerio de guerra, en la Rue Saint-Dominique, para asumir el control y dar a conocer el establecimiento de la autoridad del Estado. No fue hasta las 7 pm cuando tras dirigirse al ayuntamiento, pronuncio el famoso discurso de la liberación de París.

París liberada

París fue liberada con un coste de mas de mil víctimas de FFI, 582 civiles muertos y 2 000 heridos, así como 156 soldados de la 2ª Division Blindada muertos y 225 heridos. El enemigo sufrió 3.200 muertos, cifra a la que hay que añadir 12.800 prisioneros.

El 26 de agosto, el General de Gaulle visitó el Arco de Triunfo, donde depositó una ofrenda floral sobre la Tumba del Soldado Desconocido. A continuación desfiló por los Campos Elíseos con miembros del gobierno, CNR y altos líderes militares franceses. Multitudes de parisinos exaltados se reunieron a lo largo de la ruta tomada por De Gaulle hasta la catedral de Notre-Dame, animándolo y legitimándolo como líder.



De Gaulle desfilando por los Campos Elíseos tras la liberación de París

La presencia de reporteros de radio y prensa anglosajona significó una cobertura considerable del evento en todo el mundo. Escenas de euforia tuvieron lugar en Nueva York, Canadá, en las calles de Montevideo y Buenos Aires. La liberación de la "Ciudad de la Luz" simbolizó la inminente derrota de Alemania y el nazismo.

lunes, 3 de junio de 2019

Organización Todt

Organización Todt



Fritz Todt

La Organización Todt (OT), llamada asi en honor al nombre de su director y fundador Fritz Todt, fue una de las organizaciones especializadas más importantes del Tercer Reich. Se principal actividad fue la construcción de edificios militares y/o infraestructuras relacionadas con la defensa del territorio, especialmente en la Europa ocupada. Los "voluntarios” del servicio laboral y las empresas privadas de construcción fueron utilizados por primera vez por la OT en la construcción de la Línea Sigfrido en 1938–1939. Durante la guerra, cientos de miles de trabajadores civiles extranjeros deportados, prisioneros de guerra, y en lugares cercanos a los campos de concentración, judíos y otros trabajadores casi en régimen de esclavitud procedentes de dichos campos fueron utilizados para reparar los daños de la guerra y construir proyectos relacionados con el ejército. Fue una de las pocas organizaciones en el Reich de Hitler que disfrutó de una amplia autonomía administrativa y, como resultado de esta circunstancia, se caracterizó por su gran eficiencia.

La Organización Todt (OT), gestionó proyectos de construcción en todo el territorio ocupado por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Creada en 1933 por Todt, entonces jefe de tecnología y construcción de carreteras, en un principio se identificó principalmente con la construcción del gran sistema de autopistas en Alemania, red de comunicaciones orgullo del Tercer Reich. En 1938, el líder alemán Adolf Hitler asignó a la Organización Todt la tarea de completar rápidamente el Muro Occidental (también conocido como la Línea Sigfrido), el sistema defensivo situado en la frontera occidental de Alemania con Holanda, Bélgica y Francia diseñado para contener un posible ataque del ejército galo y de esta manera permitir que la Wehrmacht concentrara sus recursos militares en el este. Todt era un gerente hábil, y en un tiempo récord, unos 500.000 trabajadores construyeron aproximadamente 5.000 bunkers de hormigón.

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la OT proporcionó al ejército alemán, ingenieros y especialistas en construcción que fueron hábilmente utilizados en la construcción y reparación de puentes, presas hidráulicas, aeródromos y fortificaciones, así como fábricas. En marzo de 1940, Todt se convirtió en Ministro de Armamento y Municiones del Reich. De hecho, la Organización Todt fue la única organización en el Tercer Reich, aparte de las Juventudes Hitlerianas, que llevaron  el nombre de un miembro de la élite gobernante.



Trabajadores de la Organización Todt

Tras la invasión alemana de los Balcanes en la primavera de 1941, la Organización Todt se encargó de llevar a cabo la extracción de los minerales del país y enviarlos al Reich. Con la invasión de la Unión Soviética, asumió la gran responsabilidad de reconstruir y mantener la red de transporte soviética, caracterizada por ser bastante deficiente. La Organización Todt también hizo uso de un gran número de levas de trabajadores forzados en toda la Europa ocupada por los alemanes. En total, movilizó a unos 1,4 millones de personas, el 80 por ciento de los cuales no eran alemanes, muchos eran prisioneros de guerra sobre todo soviéticos.

A finales de 1944, el número total de reclusos en los campos de concentración era de unos 600.000. De estos, 480,000 eran aptos para su utilización como mano de obra: 140,000 estaban en el programa de diseño y construcción de  fábricas y líneas de producción de cohetes V-2 y reactores Me 262 del SS-Obergruppenführer Hans Kammler, 130,000 desplegados bajo la Organización Todt, y 230,000 se hallaban en la industria privada.

La tarea más ambiciosa de la Organización Todt fue la construcción del Muro del Atlántico, las defensas alemanas contra la más previsible invasión de Francia por parte de los aliados occidentales; desde Noruega hasta el Golfo de Vizcaya. En este esfuerzo, la Organización utilizó aproximadamente 13.3 millones de toneladas de hormigón y 1.2 millones de toneladas de acero en 3.000 puntos fortificados. Las ruinas de muchos de estos todavía se pueden ver hoy en las costas atlánticas. La Organización Todt también construyó en Francia los bunkers submarinos, que resultaron tan difíciles de destruir para los aviones aliados.



Batterie todt, una de las fortificaciones de la Muralla del Atlántico.

Tras la muerte de Todt en un accidente de avión en febrero de 1942, su asistente, Albert Speer, se hizo cargo de la organización y, bajo él, llegó a su punto máximo de eficiencia. Cada vez más, la Organización Todt estaba involucrada en la limpieza del daño de la bomba de los ataques aéreos aliados en Alemania. En otoño de 1944, la organización pasó a llamarse Front-OT, cuando fue armada y plenamente involucrada en la defensa del territorio alemán.

La Organización Todt fue responsable de la esclavitud de millones de prisioneros de guerra, trabajadores deportados de países ocupados y reclusos de campos de concentración. El uso inhumano de dichas personas no está en desacuerdo con los fundamentos de la Organización Todt basados en los principios nazis de la superioridad de la raza aria, como se corrobora en el siguiente párrafo de un ex-integrante de la Organización Todt o el discurso de Himmler sobre el uso de la mano de obra extranjera:

"Trabajamos semana tras semana, de quinientos a seiscientos hombres, en un terreno que podría labrarse en cuatro días con dos tractores. El denominado "trabajo productivo", nosotros lo llamábamos "trabajo esclavo". Nos destacamos en el páramo durante meses, a menudo hundiéndonos hasta las rodillas en el pantano. Con frecuencia, nuestras herramientas no podían cortar las gigantescas raíces y los troncos de los árboles hundidos en este páramo. . . . A menudo, uno de nosotros se derrumbaba y era llevado al hospital de campaña por dos compañeros de prisión y un centinela. Existía presión constante para trabajar, presionando una y otra vez, los insultos humillantes, la sensación atormentadora de que ya no eres humano. Sólo un animal".


"Lo que le ocurra a un ruso o a un checo no me interés lo mas mínimo… que las naciones vivan en prosperidad o mueran de hambre solo me importan en la medida que nosotros los necesitemos como esclavas de nuestra cultura; si no es así no me interesan en absoluto. Si 10.000 mujeres soviéticas caen agotadas al cavar una fosa antitanque, el hecho solo me importa en cuanto la fosa antitanque ha sido terminada para uso de Alemania".

miércoles, 23 de mayo de 2018

La huida de los judíos daneses y el papel de G. F. Duckwitz.

La huida de los judíos daneses y el papel de G. F. Duckwitz.


George Ferdinand Duckwitz

George Ferdinand Duckwitz nació el 29 de septiembre en Bremen, Alemania. Tras su paso por la Universidad comenzó a trabajar en el comercio internacional de café siendo destinado a Escandinavia durante los años 30. Ingresó en el partido nazi en 1932 y ocupó el cargo de agregado naval durante la ocupación alemana de Dinamarca.

En 1940, cuando Alemania atacó Dinamarca, el gobierno danés viendo que toda resistencia armada sería inútil, se rindió al invasor sin apenas lucha En contrapartida, las autoridades nazis de ocupación permitieron al gobierno permanecer en el poder y seguir gobernando a cambio de enviar equipamiento industrial y sobre todo suministro de productos cárnicos a Alemania. En un principio, la población judía de Dinamarca recibió amenazas moderadas a cambio de seguir la política de colaboración. Sin embargo, con el tiempo y en igual medida que el resto de la población la situación fue empeorando debido a un aumento constante de la resistencia. En 1942, en respuesta a esta creciente agitación, el administrador civil de Dinamarca fue reemplazado por Werner Best, conocido por su brutalidad como hombre perteneciente a la Gestapo. Best continuó la política de moderación durante unos pocos meses apoyándose en la figura de G. F. Duckwitz con quien durante este periodo, comenzó a trabajar estrechamente y a confiar sus proyectos.

A finales de 1943, los nazis empezaron a planificar la deportación de los judíos. El plan preveía tomarlos por sorpresa durante la celebración de la fiesta del Rosh Hashanah. De los 7.500 judíos de Dinamarca que se esperaba detener, 5.000 serian deportados a Alemania por medio de dos barcos anclados en el puerto de Copenhague y los 2500 restantes por medios de transporte terrestres.

El 1 de octubre de 1943, Werner Best le habló a G. F. Duckwitz de los planes de deportación. Duckwitz viajo inmediatamente a Berlín para intentar detener el proceso mediante canales oficiales. Cuando vio que fracasaba, viajó hasta Suecia para crear allí red de acogida que sirviese como una especie de santuario para los judíos daneses. Duckwitz volvió a Dinamarca y filtró de la noticia de la deportación a la comunidad judía y al movimiento de Resistencia.


Judíos daneses embarcados hacia Suecia

Cuando los judíos de Copenhague  celebraban la Rosh Hashanah fueron avisados por el rabino de no regresar a sus casas ya que la redada estaba prevista para esa noche. La noticia se extendió rápidamente entre la comunidad judía, al mismo tiempo que la comunidad cristina preparaba apresuradamente refugios para los judíos. Algunos funcionarios llegaron incluso a avisar del peligro a todos los abonados del listín telefónico que tuviera apellidos judíos. Incluso llegaron a esconderse centenares de judíos en los hospitales, concretamente en lugares tan insospechados como en las morgues y en las salas psiquiátricas. Cuando los alemanes fueron a realizar las detenciones, se encontraron con que la mayoría de los judíos de Dinamarca había desaparecido.

Durante las siguientes semanas los ciudadanos judíos llegaron a escondidas a la costa y de allí mediante barcos pesqueros y otros tipos de pequeñas naves fueron transbordados a la neutral Suecia, donde se hallarían protegidos. Al principio, algunos patrones cobraron por el trayecto, sin embargo la propia Resistencia fue organizando la "huida" y previendo cuando eventualidad del transporte como el pago del viaje. Los alemanes al darse cuenta que los judíos estaban abandonando el país y que las autoridades danesas hacían la vista gorda ante este proceso, comenzaron a registrar los barcos mediante perros, en un intento de descubrir la "carga oculta". Desde la Resistencia, se contrarrestó esta técnica de búsqueda mediante una mezcla de sangre de conejo y cocaína que confundía las capacidades olfativas de los sabuesos. Pañuelos impregnados con esta mezcla se distribuyeron por todo el barco. La sangre de conejo atraía a los perros y la cocaína momentáneamente anestesiaba el sentido del olfato impidiendo localizar a los judíos escondidos en los barcos.


 Huida nocturna en un pequeño bote

De los 7.500 judíos que vivían en Dinamarca, menos de 500 fueron detenidos por los nazis.  Estos últimos fueron enviados al campo de concentración de Theresienstadt, pero no fueron abandonados por sus compatriotas. El Gobierno danés se encargó de enviar comida, medicina, ropa y otros suministros a sus ciudadanos internados en el campo de concentración. El gobierno también presionó a las autoridades nazis para que pudieran permitir la entrada de colaboradores de la Cruz Roja para inspeccionar regularmente las condiciones de vida.  Si bien, algunos de los judíos daneses murieron por enfermedad, al final de la guerra más de 400 volverían a sus hogares en Dinamarca.  Al mismo tiempo, un contingente significativo de los judíos que habían escapado a Suecia también regresaron.  A diferencia de los judíos en otros países que volvieron y encontraron sus hogares saqueados, los judíos daneses volvieron a encontrar sus plantas regadas, alimentadas sus mascotas y sus hogares atendidos por sus amigos y vecinos.

Tras la guerra G.F. Duckwitz fue embajador de Alemania en la misma Dinamarca y tanto él mismo como el  movimiento de Resistencia danesa recibieron el tratamiento honorifico de Justo entre la Naciones concedido por el Yad Vashem por su labor en la fuga de los judíos daneses.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Prisioneros de guerra en el Frente Oriental II

Prisioneros de guerra en el Frente Oriental II


Alemanes en la URSS



Miles de prisioneros alemanes desfilando en Moscú.

De igual manera, caer como cautivo en el frente oriental resultó ser altamente peligroso para los soldados alemanes. Aquí también, no se tuvieron en cuenta consideraciones jurídicas sobre el tratamiento a los prisioneros. A pesar de que la URSS no había firmado la Convención de Ginebra, sí debía observar y cumplir la Orden de la Haya y la 2ª Convención de Ginebra sobre la protección de los heridos. Con el comienzo de la Operación Barbarossa y el Ejército Rojo retirándose el número de ejecuciones de prisioneros de guerra alemanes no fue alto, pero hay que señalar de forma evidente que durante el avance inicial de la Wehrmacht en 1941 y 1942, el número de soldados alemanes que cayeron en manos soviéticas fue relativamente bajo. Hasta la batalla de Stalingrado, finalizada en enero de 1943, el número de prisioneros de guerra alemanes no excedió la cifra de 100.000. Tras Stalingrado, 93.000 prisioneros se sumaron a esa cantidad, de los cuales apenas 6.000 pudieron sobrevivir a su cautiverio. La tasa de mortalidad entre los prisioneros de guerra alemanes en esos momentos se elevó al 90 por ciento, cifra que nunca se alcanzó en los campos de internamiento permanentes. Pero a diferencia de sus homólogos soviéticos en 1941-1942, los prisioneros alemanes no fueron sometidos a una política de exterminio sistemático. Sí que fueron víctimas del estado de desorganización generalizada del sistema de campo de prisioneros de guerra soviéticos (GUPVI), de las condiciones caóticas de un país devastado por la guerra y de los actos individuales de represalia. Además, tras meses de lucha contra el enemigo y también contra las bajísimas temperaturas del invierno ruso, muchos soldados alemanes pasaron al cautiverio en un lamentable estado físico, por lo menos un tercio de ellos necesitaban atención médica, que los rusos generalmente no proporcionaron. Tras la derrota en Kursk en el verano de 1943, el ejército alemán comenzó su retirada final de Rusia.

El creciente número de prisioneros de guerra sobrepasó completamente las capacidades soviéticas. Se triplicó el número de campos base en la Unión Soviética pasando de  52 a 156 en 1944, sin embargo, las carencias fluían en todos los aspectos, especialmente en el suministro de alimentos, la ropa de invierno y los suministros médicos. Al final de la guerra, en mayo de 1945, los eventuales campos soviéticos de prisioneros fueron literalmente inundados por otro millón y medio de soldados alemanes que no pudieron rendirse a las fuerzas britanicas o norteamericanas. Una vez en los campos en la Unión Soviética, se pusieron a trabajar para reconstruir el país desgarrado por la guerra. De hecho, el primer plan económico quinquenal de la URSS después de la contienda dependía en gran medida del trabajo de los prisioneros de guerra. Por muchos años y bajo condiciones muchas veces terribles, los prisioneros alemanes y austríacos construyeron centrales eléctricas, vías de tren, el metro de Moscú, las industrias de defensa en los Montes Urales, minas de oro en Siberia oriental, etc. Incluso el programa de la bomba atómica rusa le debe mucho a la mano de obra y experiencia técnica de los prisioneros de guerra.

Teniendo en cuenta su sufrimiento, los prisioneros alemanes demostraron poca reacción positiva a los esfuerzos de la propaganda soviética para pasarse de bando. Intentos de organizar una oposición al régimen de Hitler en gran medida fueron desestimados, a pesar de pequeños grupos como el Comité Nacional por una Alemania Libre que sirvió como germen del  personal administrativo impuesto por la Unión Soviética utilizó en la zona de Alemania ocupada después de la guerra. La mayoría de los presos, sin embargo, experimentaron la influencia política soviética como opresiva. Más infames fueron las jerarquías establecidas en los campos por los comités antifascistas Antifa, prisioneros de guerra alemanes, principalmente comunistas, que habían sido elegidos por las autoridades soviéticas para controlar a sus compañeros. Generalmente, estos seleccionados presos ocupaban privilegiadas posiciones en los campos y se podían identificar fácilmente entre sus desnutridos camaradas por su aspecto sano y bien alimentado.



Soldados alemanes hacia el cautiverio

Las condiciones de vida en cautiverio soviético no mejoraron después de la guerra. El hambre constante, la mano de obra esclavizada y la falta de atención médica condujeron a los presos a desarrollar estrategias específicas de supervivencia. Los presos alemanes adoptaron un modo andar lentamente diseñado para conservar la energía corporal que pronto hizo de los prisioneros una masa de encorvadas figuras arrastrándose. El "invierno del hambre" de 1946-1947, seguido de malas cosechas, fue otra pesada carga que cayó sobre los prisioneros. Las autoridades soviéticas tuvieron que declarar el estado de emergencia para todo el sistema campo GUPVI para intentar aliviar la decreciente de mano de obra y la tasa de mortalidad creciente pero dada la importancia del trabajo realizado por los presos, las repatriaciones comenzaron a producirse tan solo de forma gradual. A mediados de 1947, cuando comenzaron las primeras repatriaciones masivas de presos austríacos y húngaros, aún había un millón de prisioneros de guerra alemanes en la Unión Soviética cuya repatriación no comenzó hasta un año después. Antes de 1950, su número descendió lentamente hasta los 30.000 prisioneros.


La historia de los últimos 30.000 prisioneros alemanes constituye el último capítulo de la triste historia de internamiento de prisioneros de guerra en el frente oriental. Despojados de su estatus como prisioneros de guerra y en cambio considerados como criminales de guerra convictos, estos internados se convirtieron en un grupo de presión utilizado por los soviéticos en la guerra fría, particularmente con referencia a la recién creada República Federal de Alemania. Sin duda, una parte significativa de estos ex soldados alemanes habían cometido crímenes de guerra, sin embargo muchos otros recibieron sus condenas, 25 años de trabajos forzados, por delitos menores o simplemente por mala suerte. Durante otros cinco años mas, los prisioneros alemanes trabajaron en la Unión Soviética hasta que las autoridades del país finalmente concedieron la repatrición en 1955-1956 a cambio del establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Federal. El último prisionero de guerra alemán no volviór a casa hasta 1956, más de 10 años después del final de la guerra.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Prisioneros de guerra en el Frente Oriental I

Prisioneros de guerra en el Frente Oriental.

Soviéticos en Alemania.



Improvisado campo de prisioneros soviéticos 


La guerra entre la Alemania nazi y la URSS (1941-45) fue de lejos la más atroz y brutal de todas las acaecidas durante el siglo XX. Alentada por un antagonismo ideológico irreconciliable, la enorme crueldad en el frente se trasladó sin paliativos al tratamiento que ambos bandos otorgaron a los prisioneros de guerra. De los 5,7 millones de soldados soviéticos capturados, alrededor de 3,3 millones murieron en los campos alemanes; una bárbara proporción de mortalidad del 57%. Comparando esta cifra con el ratio de mortalidad entre prisioneros de guerra británicos y americanos que se sitúa entre un 3,5 % y un 5,1% aún ofrece una visión más dramática. Por el otro bando, un tercio de los 3 millones de soldados alemanes y austriacos que pasaron al cautiverio también perecieron. A los aliados de Alemania, la situación no les fue en absoluto diferente, 2 millones de soldados principalmente rumanos, húngaros checoslovacos e italianos fueron hechos prisioneros sufriendo un ratio de mortalidad similar a sus compañeros germanos. En los campos de prisioneros soviéticos y alemanes, las condiciones de vida de aquellos que fueron obligados a años de duro trabajo fueron casi insoportables. Frente a esta perspectiva, muchos soldados de ambos bandos decidieron luchar hasta el final, en lugar de renunciar al combate, intensificando y prolongando de esta manera la que ya era una guerra salvaje.

A primeras horas del 22 de junio de 1941, las fuerzas armadas de Alemania y sus aliados invadieron la Unión Soviética. Tomado por sorpresa, el Ejército Rojo solo ofreció esporádica resistencia en las fases iniciales de la campaña. Así, solo durante la primera semana de julio, el ejército alemán cercó y capturó cerca de 320.000 soldados soviéticos en Minsk y Biasystok. Con el avance posterior hacia el este, continuó la captura de gran número de tropas enemigas, sobre todo en las bolsas de Smolensk, Kiev y Bryansk. Cuando en diciembre d e1941, la Wehrmacht detuvo su avance ante las afueras de Moscú, aproximadamente 3,2 millones de soldados soviéticos habian pasado a la cautividad; en febrero de 1942 dos millones  de ellos habian perecido. Esta masiva mortalidad fue premeditada. Antes del ataque alemán, en marzo de 1941, Hitler relevó a sus tropas de la lealtad al tradicional código de honor militar: "Los comunistas, del primero al último, no son camaradas. Esta va a ser una guerra de exterminio". Y a pesar de ocasionales críticas, la Wehrmacht generalmente acató con estas premisas genocidas.

Debido a esta circunstancia, muchos soldados soviéticos fueron asesinados inmediatamente después de su captura, ya que si se cumplían las ordenes, los comisarios políticos debían ser fusilados en el acto y otros, especialmente los soldados judíos, debían ser entregados a los escuadrones de ejecución de las SS. Desnutridos y susceptibles de ser fusilados si eran físicamente incapaces de continuar, decenas de miles de soldados capturados perecieron durante las interminables marchas desde el frente a los campos de prisioneros en Polonia y Alemania. Cuando al fin pudieron llegar a su lugar de destino, se encontraron en la mayoría de los casos en que los campos están prácticamente desprovistos de cualquier edificación salvo un campo estéril rodeado de alambradas. En muchísimos casos para dormir, los prisioneros debieron cavar hoyos en la tierra. Sin instalaciones sanitarias, estos "campamentos" pronto se convirtieron en caldo de cultivo para el tifus y la disentería. La llegada del invierno acentuó aún más las deplorables condiciones de los prisioneros en sus refugios improvisados. La causa más común de muerte entre los prisioneros de guerra en aquel momento, sin embargo, no fue la congelación sino el hambre. Para mantener el suministro de alimentos a sus propias tropas y a la población civil alemana, los dirigentes del Tercer Reich decidieron inducir una eliminación "natural" de los prisioneros rusos, considerados como "infrahumanos" y bocas inútiles de alimentar. Incluso algunos prisioneros de guerra soviéticos se convirtieron en las primeras víctimas de las cámaras de gas instaladas en campos de concentración, incluido Auschwitz. De forma notoria, el tratamiento hacia los prisioneros de guerra soviéticos en 1941 – 1942 estaba acorde con la línea argumental diseñada por los nazis  de una guerra de conquista y exterminio con matices racistas en la que no existían reglas, ni legales ni éticas.



A principios de 1942, aumentó la presión por parte de las autoridades para hacer uso de los prisioneros de guerra como mano de obra en sectores industriales y agrícolas. En un principio y pensando en victorias rápidas y contundentes, la dirección de guerra alemana había planeado inicialmente desmovilizar a gran parte de la Wehrmacht con el fin de crear un fuerza de mano de obra encaminada a la industria bélica. Sin embargo cuando el avance se estancó, la desmovilización se convirtió en imposible. Por el contrario y con fines de suplir esa carencia, un primer contingente de 400.000 presos soviéticos fueron obligados a trabajar en áreas tales como la construcción de carreteras y la minería. Para cumplir con el trabajo físico se requería una fuerza de trabajo saludable, y esta circunstancia llevó a una gradual mejora de las condiciones de vida de los presos. En la primavera de 1942, la tasa de mortalidad en los campos de prisioneros de guerra comenzó a caer, si bien, esta situación no fue en su totalidad debida a la repentina benevolencia alemana: en esos momentos, muchos prisioneros ya habían muerto por lo que la asignación de alimentos llegó a ser suficiente para los supervivientes. De todas formas, no fue hasta julio de 1944 cuando el suministro de alimentos para los presos soviéticos alcanzó un nivel comparable al de los otros prisioneros de guerra cautivos en territorio nazi; británicos y norteamericanos.


Además de trabajo, para los presos soviéticos ingresar en las filas del ejército alemán fue otra forma de sobrevivir. En 1942, la SS y la Wehrmacht comenzaron a reclutar voluntarios entre los prisioneros de guerra. Apelando al sentimiento anticomunista y a la voluntad de sobrevivir entre los prisioneros, estos esfuerzos tuvieron éxito. Decenas de miles de antiguos soldados soviéticos sirvieron en batallones especiales bajo el mando de oficiales alemanes, así como dentro del ejército del Teniente General Andrei Vlasov, un ex comandante del Ejército Rojo que cambió de bando, y en batallones de trabajo alemanes. El número total de expresos soviéticos que formaron parte de las fuerzas armadas alemanas es desconocido, pero algunas estimaciones van desde los 250.000 hombres hasta aproximadamente 1 millón. Los restantes prisioneros de guerra formaron parte del gigantesco contingente de mano de obra forzada, diríase esclavizada, que sostuvo el sector industrial del Tercer Reich en los últimos años de la guerra. Sus condiciones de vida seguían siendo muy duras, por lo que 1,3 millones de prisioneros perecieron en cautiverio alemán entre 1942 y 1945. Paradójicamente y a pesar de la victoria aliada, las penurias de muchos presos soviéticos no acabaron con el fin de la guerra. De aproximadamente 1,8 millones de presos finalmente repatriados a la URSS, 150.000 fueron condenados a seis años de trabajos forzados por "ayudar al enemigo", y casi todos los demás experimentaron la hostilidad engendrada por la infame Orden 270 emitida por el líder soviético Josef Stalin, que señalaba a todos los soldados del Ejército Rojo capturados por el enemigo como "traidores a la patria".

Continúa en Prisioneros de guerra en el frente oriental II

martes, 13 de junio de 2017

Dinamarca en la Segunda Guerra Mundial.

Dinamarca en la Segunda Guerra Mundial.

Desde 1815, tras las guerras napoleónicas, la pequeña nación de Dinamarca con una población de alrededor 5 millones de personas siempre había buscado su seguridad en la neutralidad, y de hecho el país fue neutral durante la Primera Guerra Mundial. Como intento de aumentar dicha seguridad ante cualquier agresión, firmó un pacto de no agresión con Alemania en la primavera de 1939. Aunque el principal socio comercial de Dinamarca era Gran Bretaña, que recibía las exportaciones danesas de productos lácteos, estaba claro que Dinamarca se hallaba dentro de la esfera de influencia del Tercer Reich alemán. Su conquista en abril de 1940 por parte de Alemania fue una extensión natural de la operación Weserübung, el plan de Adolf para tomar Noruega. La ocupación de Dinamarca era esencial si Alemania quisiera tomar el control de Noruega.

En el momento de la invasión alemana, Dinamarca tenía un ejército de tan solo 14.000 hombres, de ellos 8.000 recién reclutados. La pequeña Marina de Guerra tenía sólo 3.000 marineros y 2 buques de defensa costera construidos en 1906 y 1918. La fuerza aérea, repartida entre el ejército y la marina de guerra, constaba de tan solo 50 aviones obsoletos. La invasión alemana, llevad a cabo antes del amanecer del 9 de abril de 1940, duró sólo 2 horas. El gobierno ordenó un alto el fuego tras la ocupación de Copenhague, dejando tiempo insuficiente para que el gabinete o el mismo rey Christian X y su heredero Frederik IX pudiesen abandonar el país y exiliarse al extranjero. Inicialmente las autoridades alemanas de ocupación interpusieron un suave trato con las instituciones danesas, así se alcanzó un acuerdo con el Gobierno danés para que la mayoría de las funciones gubernamentales siguiesen bajo control danés.


El Rey Christian X, muestra indudable del sentimiento patriota danés.

Dinamarca proporcionó importantes bases militares a Alemania así como la exportación de esenciales productos alimenticios, como productos lácteos y carne. De hecho, el aporte cárnico llegó a constituir hasta el 10% de los requisitos alemanes en este producto. Esta situación de colaboración más o menos pacifica duró aproximadamente tres años, durante el periodo 1940-1943, con la presencia casi esporádica de focos de resistencia.

La política oficial danesa fue colaborar con Alemania en la medida necesaria, una política apoyada por la mayoría de la población. Dicha colaboración se basaba en la suposición de que los alemanes honrar su promesa de no interferir en los asuntos internos daneses, pero una y otra vez las autoridades de ocupación violaron dicho el acuerdo, exigiendo equipamiento militar e insistiendo en el cese en sus funciones de determinados funcionarios públicos. Los alemanes también exigieron a Dinamarca una mayor contribución al esfuerzo bélico y por ello las autoridades danesas instaron a aproximadamente 100.000 ciudadanos de Dinamarca ir a trabajar en Alemania para evitar ser reclutados. Tras la invasión germana de la Unión Soviética, los alemanes obligaron al Gobierno danés a ilegalizar el partido comunista y aceptar el reclutamiento y formación de un Cuerpo Libre Danés destinado a combatir en el Frente Oriental. En noviembre de 1941, Alemania insistió que Dinamarca se uniese al Pacto Anti-Komintern.


Miembros del Cuerpo Libre Danes

Desde un principio hubo ciudadanos daneses que se opusieron a la ocupación alemana del país. En el momento de la conquista alemana de Dinamarca, 232 barcos mercantes junto con 6.000 marineros se hallaban en lata mas, esas naves no regresaron a sus puertos sino que fueron a engrosar la flota mercante aliada participando en los posteriores convoyes del Atlántico y Ártico. En última instancia, 1.500 de estos marineros perdieron la vida, y el 60% de la flota se perdió. En 1944, marineros daneses formaron las tripulaciones de dos dragaminas británicos y otros ocho mil ciudadanos daneses ingresaron en distintas fuerzas armadas aliadas para proseguir la lucha contra las potencias del Eje.

En 1940, se formó un Consejo Danés en Londres, que en 1942 se convirtió en el Movimiento Dinamarca Libre. Henrik Kauffmann, embajador danés en los Estados Unidos, se desvinculó del gobierno danés y firmó un tratado en 1941 en el que se otorgaba en concesión bases militares en Groenlandia para ser utilizadas por las fuerzas armadas estadounidenses. De forma similar, en abril de 1940 fuerzas británicas ocuparon las Islas Feroe, otra posesión danesa. En mayo de 1940, los aliados también ocuparon Islandia, que se declaró independiente en 1944. En la primavera de 1942, Berlín nombró a Werner Best comisionado del Reich para la ocupada Dinamarca y el duro y estricto Generalleutnant Hermann Hanneken se le otorgo el mando de las fuerzas germanas en el país con la orden de "gobernar con mano de hierro". Tales acciones enfurecieron a los daneses y condujeron a una sublevación en agosto de 1943.

El cambio de sentido del resultado de la guerra, los mensajes provenientes de la radio británica y la prensa ilegal danesa ayudó en buena medida a que la opinión pública cambiase desde la colaboración a la resistencia ante el invasor. Los alemanes no pudieron confiscar los aparatos de radio, y gracias a este hecho muchos daneses escuchaban diariamente a la British Broadcasting Corporation (BBC). La demostración de fuerza de al sublevación de agosto y diversas huelgas evidenciaron el fin a la colaboración. Intentos por parte de las autoridades danesas para aplastar las manifestaciones terminaron en fracasos. También hubo enfrentamientos violentos entre daneses y soldados alemanes en algunas ciudades de provincia. Tras estos hechos, los alemanes declararon el estado de emergencia el 29 de agosto, detuvieron a la mayoría de los miembros del ejército danés y en efecto asumieron el control del gobierno del país.


Huelgas  y sublevaciones en Dinamarca

En septiembre de 1943, la Gestapo llegó a Dinamarca e inició un reinado de terror que duró hasta el final de la guerra. Aproximadamente 6.000 daneses fueron enviados a campos de concentración, y cientos fueron ejecutados directamente. Muchos ciudadanos daneses buscaron refugio en Suecia. El Consejo por Dinamarca Libre se convirtió de facto en el gobierno clandestino, se formó un ejército insurgente, y se realizaron más de 2.000 actos de sabotaje, un 30 % de ellos en Copenhague. El Consejo Danés de la libertad dividió el país en seis regiones, ejerciendo la autoridad central a través de su Comité de Mando. Al final de la guerra, la resistencia danesa llegó hasta la cifra de 40.000 integrantes. Los actos de sabotaje tuvieron poco efecto en el esfuerzo de guerra alemán, aunque sí tuvieron un positivo impacto psicológico en la población danesa como prueba visible de la no colaboración de Dinamarca con Alemania.

Daneses de todas las profesiones resistieron activamente ante los esfuerzos alemanes de deportación de los judíos. Si bien Best ordenó la detención de todos los judíos en Dinamarca, más de 7.000 escaparon de la persecución; 5.500 fueron trasladados a Suecia en barco. Sólo 472 judíos fueron capturados y enviados a Theresienstadt. La población danesa no se olvidó de aquellos que habían sido enviados allí; y regularmente enviaron paquetes de alimentos y ropa, gracias a estas acciones sólo 52 de los judíos allí presentes perecieron. Los alemanes rindieron Dinamarca el 4 de mayo, y la resistencia danesa tomó el control del país al día siguiente. El 5 de mayo, una compañía del 13º Batallón Aerotransportado británico llegó a Copenhague junto con el General de División R. H. Dewing, al frente de la misión para Dinamarca del SHAEF. Tropas de infantería británica marcharon en Dinamarca el 7 de mayo.


Alegría desmedida el día de la liberación de Dinamarca

Al día siguiente, soldados de la 1ª brigada Paracaidista británica recibieron la rendición formal de todas las fuerzas alemanas. Cuando el Comandante alemán en la isla de Bornholm se negó a rendirse, aviones soviéticos bombardearon las ciudades de Ronne y Neks el 7 y 8 de mayo, causando grandes daños pero pocas muertes. El 9 de mayo, buques de guerra soviéticos llegaron a Ronne y los alemanes se entregaron. Sin embargo, las tropas soviéticas ocuparon la isla hasta abril de 1946. Tras la guerra, el Gobierno danés ordenó la detención y el castigo de aproximadamente 34.000 colaboradores con los nazis. Después de la guerra, los daneses prefirieron establecer una liga de neutralidad armada con Noruega y Suecia, pero a regañadientes siguieron a Noruega en la entrada de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En 1951, el gobierno danés firmo un acuerdo, eso sí sin gran entusiasmo, con los Estados Unidos para la concesión de bases navales y aéreas en Groenlandia.


miércoles, 7 de junio de 2017

Le Chant des Partisans

Le Chant des Partisans





Le Chant des Partisans o Chant de al Libération, traducido como Canción de los Partisanos fue el himno de la resistencia francesa utilizado durante la Segunda Guerra Mundial mientras Francia estuvo ocupada por la Alemania Nazi durante la segunda guerra mundial. La música, originalmente compuesta en 1941 sobre las bases de un tema de origen ruso, es de francesa Anna Marly, antigua emigrada rusa que en 1940 abandonó Francia para instalarse en Londres. La letra original en francés fue escrita en 1943 por Joseph Kessel, también originario de Rusia y su sobrino Maurice Druon. Los dos integrantes de las fuerzas francesas libres. El himno goza en el país galo de una gran popularidad y carga patriótica, incluso está considerado como el segundo himno de la nación por detrás de La Marsellesa.

Letra, entre paréntesis en castellano.

Ami, entends-tu le vol des corbeaux sur nos plaines,
(Amigo, ¿escuchas el vuelo de los cuervos sobre nuestras llanuras?)
Ami, entends-tu ces cris sourds du pays qu’on enchaîne,
(Amigo, ¿escuchas estos gritos sordos de un país que encadenan?)
Ohé, partisans, ouvriers et paysans, c’est l’alarme
(¡Eh! partisanos, obreros y campesinos, es la alarma)
Ce soir, l’ennemi connaîtra le prix du sang et des larmes.
(Esta tarde el enemigo conocerá el precio de la sangre y de las lágrimas.)

Montez de la mine, descendez des collines, camarades,
(Suban de la mina, bajad de las colinas, camaradas,)
Sortez de la paille les fusils, la mitraille, les grenades,
(Sacad del pajar los fusiles, la metralla, las granadas,)
Ohé les tueurs, à vos armes et vos couteaux, tuez vite.
(¡Eh! los que maten, a vuestras armas y a vuestros cuchillos, maten rápido.)
Ohé saboteur, attention à ton fardeau dynamite...
(¡Eh! saboteador, cuidado con tu carga de dinamita...)

C’est nous qui brisons les barreaux des prisons pour nos frères
(Somos nosotros quienes rompemos los barrotes de las prisiones para nuestros hermanos)
La haine à nos trousses et le faim qui nous pousse, la misère.
(El odio nos persigue y el hambre que nos impulsa, la miseria.)
Il y a des pays où les gens aux creux des lits font des rêves.
(Existen países donde las personas en lo hondo de sus camas sueñan)
Ici, nous vois-tu, nous on marche et nous on tue... nous on crève...
(Aquí, tú nos ves, nosotros marchamos y matamos... nos revientan...)

Ici, chacun sait ce qu’il veut, ce qu’il fait, quand il passe.
(Aquí cada uno sabe lo que quiere, lo que hace, cuando pasa.)
Ami, si tu tombes, un ami sort de l’ombre à ta place.
(Amigo, si tú caes, un amigo sale de la sombra en tu lugar.)
Demain du sang noir sèchera au grand soleil sur les routes.
(Mañana la sangre negra se secará con el gran sol sobre las rutas)
Chantez compagnons, dans la nuit la liberté nous écoute...
(Canten, compañeros, en la noche la libertad nos escucha...)


miércoles, 24 de mayo de 2017

Kindertransport II

Kindertransport 

Proviene de Kindertransport I


Niños austriacos llegando a Londres

Gente de diversas de creencias, cristianos de distintas corrientes, incluyendo cuáqueros, junto con judíos,  colaboraron en este esfuerzo para rescatar del horror nazi todos los  niños posibles niños principalmente judíos. En este esfuerzo cabe destacar a Lola Hahn-Warburg, miembro de una prominente familia de banqueros judíos de origen alemán que estableció el marco para la evacuación de judíos en fecha tan temprana como en 1933 mucho antes que se estableciese del programa de Kindertransport a Inglaterra; Wilfrid Israel otro empresario judío alemán, quien utilizó su extensa red de contactos personales para garantizar el pasaje de innumerables judíos; el ex primer ministro británico Stanley Baldwin, que apeló en diciembre de 1938 a la conciencia británica a través de una emisión de la BBC en apoyo del Fondo Lord Baldwin para los Refugiados; Vizconde Walter Horacio Samuel; Sir Wyndham Deedes; Rebecca Sieff; el rabino Solomon Schoenfeld cuyos esfuerzos fueron responsables del rescate de casi 1.000 niños judíos ortodoxos; posteriormente Sir Nicholas Winton, quien trabajando con Trevor Chadwick, Doreen Warriner y Bill Barazetti, salvó a 669 niños checoslovacos; el académico Norman Bentwich; los cuáqueros Bertha Bracey y Jean Hoare, primo de Sir Samuel Hoare, quien sirvió de guía en un avión lleno de niños procedentes de Praga; trabajadores sociales en las comunidades judías de Viena, como Franzi Danneberg-Löw que más tarde se convirtió en el protector de los niños judíos que se quedaron  en Viena después de último Kindertransport; y líderes del movimiento de juventud alemán en Berlín, como Norbert Wollheim que viajo como acompañante de los niños y que rechazó una plaza en el último viaje por no abandonar en Berlín a su esposa e hijo en Berlín, en 1943 fue deportado a Auschwitz.

Cabe destacar de forma individual a Geertruida (Truus) Wijsmuller-Meijer, una cristiana holandesa, que se atrevió a apelar directamente al oficial de las SS, Adolf Eichmann en Viena antes de dirigir la evacuación de 600 niños en un solo tren. Ella también ayudó a pasar de niños de "contrabando" en barco desde  Marsella a Palestina. Aceleró la evacuación desde una Ámsterdam incendiada del carguero Bodegraven, que zarpó desde IJmuiden, Países Bajos, hasta Dover, Inglaterra, el 14 de mayo de 1940, el día que Rotterdam fue bombardeado y los Países Bajos se rindieron a los alemanes. La nave fue ametrallada por disparos procedentes de aviones de combate alemanes.


  1. SS Bodegraven
Una vez en Gran Bretaña los niños que ya tenían de antemano asignadas las familias de acogida fueron llevados a Londres y de ahí a sus destinos; aquellos que no tenían un destino predeterminado se quedaban en campamentos de verano hasta que se les asignase la familia de acogida, el albergue o las escuelas correspondientes. Entre las organizaciones que facilitaron el alojamiento de los niños cabe resaltar a la B'nai B'rith, una organización judía, el Movimiento para los Niños Refugiados, la YMCA o Asociación Cristiana de Jóvenes, la Sociedad de Amigos, el Consejo De Emergencia Religiosa del Gran Rabino y diversas organizaciones judías y no judías. Donaciones privadas tanto de dinero y ropa a las casas de acogida, también desempeñaron un papel importante en el devenir del programa de acogida.

Los niños, pocos de ellos sabían el idioma inglés, se dispersaron a través de todo el territorio del Reino Unido. Existieron dos situaciones claramente diferenciadas en referencia a la estancia de los niños y jóvenes en Gran Bretaña, entre aquellos que fueron individualmente acogidos en casas particulares y aquellos que permanecieron agrupados en albergues. Entre estos últimos los mayores de 14 años realizaron un corto cursillo de integración y pasaron a formar parte de la población activa de Gran Bretaña realizando generalmente tareas en el servicio domestico y en el sector agrícola. La mayoría de las familias de acogida, judías y no judías, trataron a los niños de forma correcta desarrollando fuertes lazos de unión entre ambas partes. Sin embargo se dieron casos aislados de maltrato y abuso. Al llegar a los 18 años, algunos jóvenes procedentes de Alemania ingresaron de forma voluntaria en las fuerzas armadas britanicas y australianas para combatir al enemigo nazi.

En la primavera de 1940 se instaló en Gran Bretaña un sentimiento colectivo de la presencia de una "Quinta Columna" de simpatizantes nazis dentro del país, por lo que para impedir esa posible colaboración, refugiados judíos, alemanes y austriacos no judíos, italianos y demás personas sospechosas de ser posibles espías alemanes fueron internados por el Gobierno británico. Más de 1.000 chicos y chicas del Kindertransport mayores de 16 años fueron internados en la isla de Man y otros asentamientos. Por otra parte, jóvenes varones procedentes del Kindertransport fueron enviados a Canadá en los mismos barcos donde se trasladaban al cautiverio prisioneros de guerra alemanes, otros fueron trasladados a Australia a bordo del tristemente famoso navío Dunera, denominado como el "barco del infierno" debido a las condiciones de hacinamiento y el trato terrible a los extranjeros impuesto por los guardianes británicos. Ante estos casos de internamiento y falta de humanidad se produjeron en la vida pública británica muestras de oposición, sobre todo tras el hundimiento en julio de 1940 del Arandora Star por parte de un submarino alemán, donde viajaban de 1.200 personas, llevándose al fondo del mar aproximadamente 800 vidas, incluyendo refugiados  alemanes y austríacos. Es por esta razón por la cual un gran número de todos aquellos que habían sido deportados fueron devueltos a Gran Bretaña.



Memorial Kindertransport en Berlín

Después de la guerra, muchos niños y jóvenes del programa de transporte de niños se convirtieron en ciudadanos de Gran Bretaña, o emigraron a Israel, Estados Unidos, Canadá y Australia. La mayoría de estos niños nunca más volverían a ver a sus padres, desaparecidos durante el Holocausto.