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lunes, 1 de mayo de 2017

El Ejercito Rojo durante y tras la Guerra de Invierno

 El Ejercito Rojo durante y tras la Guerra de Invierno


Columna sovietica destruida por los finlandeses

La ofensiva soviética contra Finlandia fue llevada a cabo desde el Distrito Militar de Leningrado bajo el mando de Meretskov, un antiguo trabajador de una fabrica y comisario político que se había distinguido por su servicio en el contingente soviético que ayudo a la República durante la guerra civil española. Esta fuerza, compuesta por 25 divisiones con un contingente blindado considerable, sobrepasaba numérica y materialmente a las fuerzas finlandesas desplegadas en contra. La Fuerza Aérea Soviética también disfrutaba de una notable superioridad.

La ofensiva del Ejército Rojo no solo se desarrolló en el área de Leningrado y el lago Ladoga sino que también se produjeron combates en Uktha, Finlandia Central y en el zona de Petsamo, en el Ártico. Las tropas finesas, a pesar de hallarse en inferioridad numérica y con escaso apoyo de artillería y acorazado, estaban mejor entrenadas y de lejos mejor dirigidas que el enemigo soviético. Las jornadas con pocas horas de luz diurna y las amplías y espesas zonas boscosas restringieron y privaron al Ejército Rojo del beneficio de su apoyo aéreo, artillero y acorazado. Las condiciones climáticas fueron particularmente más duras de lo normal y las columnas soviéticas realizaron exiguos progresos, sufriendo derrotas que casi llegaron a la aniquilación por parte de un número insignificante de soldados finlandeses. El pobre rendimiento del Ejército Rojo no paso desapercibido en Berlín.

A finales de diciembre de 1939, el Alto Mando del Ejército Rojo fue reorganizado en un intento de remediar la situación desastrosa que se avecinaba. Meretskov fue "degradado" a un destino inferior como jefe de ejército. Una nueva unidad denominada Frente Noroccidental fue creada para el control operacional y bajo el mando global de Timoshenko. Se desplazaron más tropas a la frontera finesa hasta llegar a la suma de un millón de hombres aproximadamente.

Tras un periodo de reorganización y entrenamiento, se reanudo la ofensiva a principios de febrero con intensos y bien coordinados apoyos de artillería. Después de un mes de duros combates las exhaustas tropas finesas, provenientes de un país de tan solo cuatro millones de habitantes, se vieron obligadas a entablar negociaciones para la firma de un armisticio.


 Semion Timoshenko, el gran beneficiado de la Guerra Ruso-Finesa

Las derrotas iniciales del Ejército Rojo en Finlandia fueron ampliamente malinterpretadas en el extranjero. Las duras condiciones del terreno y climáticas no fueron correctamente consideradas, ni su efecto sobre las tropas ucranianas, la mayoría no acostumbradas a los bosques ni montañas. El liderazgo militar del Ejército Rojo, aprisionado por su propia escasa experiencia de la Guerra Civil, fue admitido como poco efectivo. Sin embargo muy pocos observadores extranjeros fueron conscientes del excelente entrenamiento y las altas cualidades de combate y moral de las tropas finlandesas. Operando en sus propios bosques, montañas y pantanos, fueron muy superiores a los rusos y también, como se demostró en acciones posteriores, a los mismos alemanes.

Sin embargo, en Moscú las lecciones no fueron ignoradas. Se llevo a cabo una investigación tras la finalización de la guerra de invierno para determinar las deficiencias mostradas y un número de importantes reformas fueron introducidas. Voroshilov perdió el puesto de Comisario de Defensa, destino ocupado durante más de cinco años sin gran distinción, a favor de Timoshenko. Se hizo un intento de aumentar el estatus, y presumiblemente la moral de los altos comandantes del Ejército Rojo y de la Armada restaurando los rangos zaristas del generalato y almirantazgo. Hubo posteriores mejoras en el sueldo y las condiciones de los comandantes de alta graduación y los comisarios políticos fueron degradados a posiciones subordinadas a los comandantes militares. Timoshenko, junto con Shaposhnikov, Jefe de Estado Mayor, y Kulik, un viejo revolucionario, mediocre oficial de artillería y antiguo miembro del grupo de Tsaritsyn y por lo tanto de máxima confianza de Stalin, fueron ascendidos a Mariscales de la Unión Soviética ocupando los huecos de los "desaparecidos" Tukhachevsky, Egorov y Blukher.

La consecuencia directa de la guerra ruso-finesa fue una reorganización, en algunos casos positiva y en otros no, de oficiales de alto mando que mantuvieron sus destinos hasta el inicio de la guerra con Alemania. Meretskov reemplazó a Shaposhnikov como Jefe de Estado Mayor cuando la salud de este ultimo empeoró; Vatutin fue nombrado Vicejefe de Estado Mayor y Golikov al mando de la GRU, la inteligencia militar. Zhukov reemplazó a Timoshenko como Comandante del Distrito Militar de Kiev. Dos oficiales que se distinguieron en la guerra contra Finlandia, Kirponos y Pavlov, ascendieron rápidamente; el primero al mando del Distrito de Leningrado y Pavlov al Distrito Militar Occidental de Bielorrusia.  Si bien Meretskov fue reemplazado como Jefe de Estado Mayor en febrero de 1941 tras probar su ineficacia en dicho puesto, por Zhukov que dejó su destino a Kirponos. Algunos de estos oficiales alcanzarían posteriormente fama y fortuna, otros en cambio morirían en el campo de batalla o serían "eliminados" por la NKVD tras caer en desgracia a los ojos de Stalin.




jueves, 3 de diciembre de 2015

Perspectiva táctica de la campaña de Túnez; 2ª Parte

Perspectiva táctica de la campaña de Túnez; 2ª Parte

Otra innovación táctica fue el concepto del “Destructor de Tanques” usado por el ejército americano. Al igual que británicos con los tanques de infantería y los alemanes con el Panzer IV, los americanos con razón vieron que sus tanques más pesados, técnicamente eran tanques medios, tenían un comportamiento apropiado en funciones de apoyo a la infantería. Sin embargo, cuando debían de enfrentarse  en combate tanque contra tanque, introdujeron una nueva clase de vehículo llamado tank destroyer, incluidos en batallones. A principios de 1943 estos especializados batallones todavía estaban  en transición entre tres tipos de vehículos, dos de ellos inadecuados; el camión no acorazado M6 que llevaba un cañón de 37 mm acoplado; el vehículo semioruga ligeramente blindado M3 con el viejo cañón de campaña de 75mm; y el vehículo construido expreso para esta función, el M10, basado en un chasis del Sherman, sin la parte superior de la torreta y armado con el eficaz cañón antitanque de 3 pulgadas, 76 mm. Estos vehículos tenían un aspecto común, su blindaje era relativamente exiguo, porque se suponía que la potencia de fuego podía contrarrestar por si sola  los tanques enemigos.


 M3 GMC, Gun Motor Carriage

El concepto de destructor de tanques se basaba en la idea bastante rara de que en la batalla el comandante del carro tendría el tiempo y medios disponibles para seleccionar el perfecto objetivo, el de mayor amenaza. Además, para poner más hierro al asunto,  durante los dos años anteriores, los británicos habían echado pestes sobre sus propios tanques, incluido el M3 Stuart fabricado en América, y habían percibido que, tener una delgada protección blindada, así como aquellos experimentos con cañones antitanque acoplados a vehículos habían resultado ineficaces. En realidad, ningún tipo de vehículo había sido capaz de aguantar el tipo en las “batallas tanques versus tanques” y los británicos se quedaron muy sorprendidos y dudosos que sus nuevos aliados tuviesen la esperanza de luchar en similares batallas con incluso vehículos ligeramente mas acorazados. Sin embargo, las condiciones del terreno también eran un factor a tener en cuenta; en Egipto y Libia a menudo existían grandes extensiones llanas que proporcionaban abiertos campo de tiro, donde vehículos pobres en blindaje podían ser alcanzados y destruidos a distancias de más de 1000 yardas, mientras que las colinas cubiertas de vegetación de Túnez ofrecían más oportunidades a los TD para emboscar a los vehículos de combate desde la cobertura y a distancias más cortas. La Historia Oficial del US Army indica de forma tangencial en las pag. 672-673; “La experiencia demostró que los TDs no podían ser usados como “caza tanques”, ya que una vez comenzado el duelo artillero pronto sucumbían. Su movilidad era muy útil para evitar el fuego hostil o para buscar una mejor posición de tiro”. Esta consideración parece indicar que los TDs tenían un mejor rendimiento cuando eran utilizados en posiciones semienterradas o explotando la cobertura natural. Por lo tanto, de forma excepcional, el concepto de “tank destroyer” en realidad pasó el test de la batalla en las colinas de Túnez, hasta incluso fue visto como un éxito en la acción bélica de El Guettar. El M10 Wolverine no era tan rápido como el 37 mm acoplado a un camión o la semioruga el cañón de 75 mm pero estaba mejor acorazado y mucho mejor armado, continuó en servicio en los ejércitos aliados hasta el final de la guerra con varias versiones, aunque la doctrina para su cometido debió ser definida de forma menos rígida.



La Historia Oficial del US Ejercito proporciona una lista de otras lecciones tácticas que los americanos aprendieron en Túnez. Esencialmente eran parecidas a las que surgieron de la Gran Guerra y que habían sido revisadas por los británicos en las campañas del desierto de 1940-42. En realidad, se podría retroceder un poco más lejos, a las campañas victorianas de la Frontera Noroeste o a la guerra de los Boers, con principios atemporales como asegurar el terreno elevado y la necesidad de la infantería para el reconocimiento, patrulla y la lectura de mapas. Detrás de estas matizaciones existían algunos axiomas básicos, algunos no habían sido tan obvios para Fuller y Hobart en los años 30, tales como la necesidad de coordinar todas las armas y el uso de la infantería en proximidad cercana al uso de los tanques. También era necesario conseguir una concentración de medios acorazados en un estrecho frente más que la dispersión o “penny-paqueting”, táctica por supuesto empleada con  mucha diferencia entre alemanes y británicos en 1941. Era necesario también, una defensa en profundidad, para que la infantería pudiese evitar en el ataque una posible concentración de fuego y también para preparar el tiempo suficiente antes de lanzar cualquier contraataque.

La Historia Oficial norteamericana propone el punto fundamental que consiste en que los oficiales deben ser competentes, quizás toca de refilón la actuación individual no muy positiva de algunos comandantes ante los alemanes en Kasserine. Obviamente es inevitable que a principios de cualquier guerra, los ejércitos tuviesen una proporción alta de oficiales que lo eran en tiempos de paz en  la línea del frente, al lado de otros pocos que irían escalando en el escalafón en tiempos posteriores. Sin embargo,se produjo un grave error al ignorar un aspecto de la doctrina y era, la localización de los cuarteles generales demasiado lejos del frente, dificultando de esta manera el control de la batalla.


Tanques Valentine transportando infantería escocesa al norte de Gabes, 1 de marzo de 1943.  Aparentemente corresponde a una sección (platoon) formada por cuatro tanques. No se aprecia que los tanques remolquen cañones antitanque sin embargo todo parece indicar que se trata de una fuerza con "todas las armas". Todo esta tan claro que indica que es una fotografía preparada. Los tanques se encuentran muy cerca unos de otros, la infantería presenta blancos fáciles para las ametralladoras enemigas, y es ridículo remolcar antitanques por los propios carros ya que siempre es necesario que los cañones actúen por separado y con el apoyo de sus propios vehículos con su propias dotaciones y munición.


En esta etapa del conflicto, los alemanes habían llegado a comprender que no solo eran superados en número y equipamiento sino que la mayoría de las supuestas viejas tácticas estaban obsoletas. Ya en El Alamein, en octubre de 1942, el peso del poder aéreo y la artillería de Montgomery les dejaban muy poco espacio para la maniobra; no vendrían nuevas “carreras hacia la alambrada“ tal y como Rommel había utilizado en noviembre de 1941 en la operación “Crusader”. En 1943 y en Túnez se enfrentaron dos nuevos ejércitos que se aproximaban desde el oeste, incluyendo a los americanos que podían desplegar aparentemente ilimitadas cantidades de equipamiento. 

El peso de apoyo aéreo y artillero era particularmente poderoso, especialmente desde queala Luftwaffe había sido desastrosamente eliminada. En estas circunstancias, los analistas germanos vieron con resentimiento que las tácticas americanas eran “inflexibles”, basadas en la total superioridad materia, exactamente como los principios tácticos deseados pro Montgomery. Eran tácticas burdas pero que impedían a los alemanes conseguir el triunfo en ninguna batalla.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Perspectiva táctica de la campaña de Túnez. 1ª Parte

Perspectiva táctica de la campaña de Túnez




A mitad de febrero de 1943, las tropas del Eje lanzaron una serie de contraataques siendo la primera vez desde la batalla de Alam Halfa que llevaban la iniciativa.  Dirección este oeste, von Arnim empujó a los aliados a través de Faid, Sidi Bou Zid, Sbeitla y Kasserine, mientras Rommel atacaba desde el sureste por El Guettar, Cafsa y Feriana. Tenían la esperanza de alcanzar Tebessa o Le Kef, preferiblemente ambas ciudades. Lograron algunos éxitos iniciales ante tropas estadounidenses novatas, sin embargo, el 22 de febrero fue detenido el avance justo al norte de Kasserine por las defensas aliadas que disfrutaban de superioridad numérica.

Usando la ventaja de las líneas interiores, Rommel se retirò rápidamente de sus posiciones en el  suroeste para ir a enfrentarse a Montgomery una vez más, lanzando un ataque importante en Medenine el 6 de marzo. Pero al igual que en la posición “Snipe” durante la batalla del el Alamein, los cañones antitanque del 8º Ejercito, incluyendo ahora el potente 17-pdr “Pheasant”, se las arreglaron para rechazar el ataque sin la participación de la infantería o de los carros de combate. Era la confirmación de que no solo los antitanques eran el arma realmente decisiva en la guerra del desierto sino además por fin los británicos habían comprendido como usarlos apropiadamente, al menos en su papel defensivo, ya que nunca copiaron la táctica de los alemanes de llevar los cañones antitanque en la vanguardia de cada ataque acorazado.

Tras Mededine, Montgomery continuó su ataque, flanqueando la Línea Mareth el 20 de marzo, asaltando la posición de Wadi Akarit el 6 de abril y llevando la persecución hasta Enfidaville. Mientras tanto, las tropas de Eisenhower presionaron desde el oeste, desde Kasserine a través de Gafsa hacia El Guettar, y desde la estación de Sened hasta Maknassy. En abril, los aliados lanzaron otra nueva ofensiva en el norte hacia Bizerta, con efectos devastadores. Las fuerzas del Eje fueron reducidas poco a poco y arrinconadas en el perímetro alrededor de la propia Túnez, ciudad que de forma progresiva también fue aislada por aire de su base logística en Sicilia. El final de la campaña en el Norte de África llegó el 13 de mayo cuando las tropas del Eje por fin se rindieron.




En términos tácticos, la campaña tunecina representa una sorprendente mezcla de viejas y ultramodernas tácticas. Debido a que el terreno era accidentado y montañoso, donde pocos vehículos motorizados podían aventurarse lejos de los llanos valles, se usó de nuevo el transporte animal, por medio de mulas; hasta incluso las tropas francesas utilizaron alguna unidad de caballería en el campo de batalla. En cambio, al mismo tiempo y en la misma campaña, apareció en combate el temible PzKpfw VI Tiger, concretamente el 28 de noviembre de 1942. Carro pesado sumamente blindado y equipado esencialmente con el mismo cañón antitanque de 8,8 cm que en su versión remolcada ya había demostrado su letal efectividad contra las fuerzas blindadas aliadas. Sin embargo el 28 de noviembre solo cuatro Tigers fueron destinados al combate y su comportamiento no fue particularmente bueno. Posteriormente llegaron solamente otros 22 tanque y esta cantidad fue reducida a ocho en abril de 1943. Eran carros mecánicamente poco fiables y su punto débil eran sus cadenas y su motor que si eran dañados por minas o por fuego artillero, solo podían ser reparados si los alemanes conservaban el campo de batalla por la noche, una situación que hacía mucho tiempo que no solía darse. Los nuevos y pesados cañones antitanque aliados podían dañar al Tiger con disparos laterales o posteriores, circunstancia que se daba a menudo en Túnez, cuando se disparaban desde posiciones enemigas preparadas.





El 14 de febrero de 1943, a los Tigers se les sumo un nuevo acompañante, El lanzacohetes de seis tubos, Nebelwefer, denominado “Screaming Meemie o Moaning Minnie” por los soldados aliados. Hasta 1944 estas dos armas fueron un azote de los ejércitos aliados, pero a principios de 1943 su número y uso no era lo suficientemente elevado para afectar significativamente el resultado de una batalla.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Sitio de Leningrado, Lecciones.

Sitio de Leningrado; lecciones.


Tropas sovieticas al asalto en Leningrado

Cuando Hitler puso como objetivo Leningrado tenía la intención de demoler dicha ciudad como símbolo y centro del poder soviético, como es sabido dicha circunstancia no se produjo. Así en términos estratégicos, el esfuerzo alemán contra Leningrado fue un fracaso. Sin embargo en términos operativos, el asedio alemán de la ciudad báltica efectivamente consiguió aislar hasta tres ejércitos soviéticos durante más de dos años y obligó a otros seis ejércitos llevar a cabo repetidos y costosos ataques frontales para tratar de acabar con el asedio. En enero de 1944, el Ejército Rojo tenía en conjunto, el equivalente de más de 60 divisiones en el área Leningrado-Volkhov con la misión de desalojar de sus posiciones a 20 divisiones alemanas e intentar cercarlas en el posterior avance, hecho que no se produjo en ningún caso. El total bajas militares soviéticas en los frentes de Leningrado y Volkhov durante el asedio ascendió a  por lo menos 1,5 millones, incluyendo 620.000 soldados muertos o capturados. Además, el sitio costó la vida de aproximadamente 1 millón de civiles soviética en Leningrado e impidió que las industrias de la ciudad participasen plenamente en el esfuerzo de guerra soviético hasta mediados de 1944. Tal vez la victoria estratégica fuese al final para los soviéticos pero el precio que pagaron fue enorme.


Escuadra de soldados alemanes descansando

Aún a pesar de causar masivas muertes y  sufrimientos, los alemanes fracasaron en sus esfuerzos de llevar a los defensores de Leningrado hacia el punto de ruptura y posterior victoria. De hecho, no parece que el 18º Ejército y la 1ª Luftflotte hicieran un esfuerzo serio para aplastar la resistencia en Leningrado cuando tuvieron la oportunidad. A excepción de períodos de breves oleadas de asalto, los bombardeos aéreos y artilleros eran más de carácter acosador que un intento serio de "nivelar" la ciudad; de hecho, ni un solo objetivo principal en la ciudad fue destruido. En comparación con los ataques a Stalingrado en agosto de 1942, donde la Luftwaffe llegó hasta las 600 incursiones de bombardeo sobre la ciudad en un solo dia, la 1ª Luftflotte raramente atacó Leningrado con formaciones compuestas por más de un par de docenas de bombarderos. Del mismo modo, también el bombardeo de la artillería se realizó de forma como mínimo sorprendente al utilizar con obsoletas piezas franceses que disparar proyectiles de calibre demasiado pequeños para destruir grandes edificios. Tanto el OKH como Küchler demostraron una total falta de imaginación al no implementar las medidas necesarias ya sea para acelerar el sitio o para eliminar objetivos críticos en el área de Leningrado. Cuando se produjo el brote natural de tifus y cólera dentro de Leningrado en 1942, los alemanes podrían haber considerado contaminar el río  Neva - la única fuente de agua potable para la población atrapada dentro del asedio - y poder de esta forma casi inhumana pero altamente eficaz producir un efecto catastrófico que tal vez hubiera colapsado la ciudad entera en pocas semanas.

El Grupo de Ejércitos Norte también fracasó completamente en los esfuerzos para aislar Leningrado cortando los vínculos logísticos con el resto de la Unión Soviética a través del lago Ladoga. Los ataques de la Luftwaffe y de la artillería hostigaron las operaciones de suministros soviéticas, pero nunca estuvieron cerca de cerrar completamente el cerco e impedir el tráfico de mercancías. Durante el invierno, el 18º Ejército no quiso enviar su batallón de esquí a través del helado lago Ladoga y cortar la carretera de hielo, a pesar de que al principio los convoyes de suministro estaban pobremente guarnecidos. Finalmente, el fracaso alemán en aplastar la débil cabeza de puente de Oranienbaum fijo todo un cuerpo de ejército completo durante dos años de guerra estática sin sentido y luego dejar a los soviéticos un importante trampolín de lanzamiento para futuras operaciones ofensivas. A pesar de la escasez de tropas, Küchler tenía las fuerzas preparadas en julio de 1942 para montar un rápido ataque con tres divisiones en Oranienbaum que podría destruir la cabeza de puente.

A pesar de estos errores operacionales que costaron la victoria en Leningrado, el funcionamiento táctico alemán en defensa fue impresionante - quizás uno de los mejores de la guerra por parte de cualquier ejército. En las colinas de Siniavino de 50m de altura, las tropas alemanas mantuvieron a raya a un pico máximo de 250.000 soldados soviéticos durante días 384 días e infligieron a más de 400.000 bajas. En comparación, las fuerzas alemanas que defendieron la cima del macizo de Montecassino a 516m de altura contra 100.000 soldados durante 123 días causaron 20.000 bajas aproximadas.



El rendimiento operacional soviético en Leningrado fue obstaculizado gravemente en 1941/42 por la constante interferencia política de Stalin y sus camaradas del Kremlin. Stalin quería ver esta simbólica ciudad relevada del cerco tan rápidamente como fuese posible y ante esta premisa prestó poca atención a los argumentos profesionales de Meretskov que señalaban la importancia de preparativos logísticos apropiados como fundamentales para el éxito. Una vez que comenzó la ofensiva, a menudo Meretskov fue demasiado pronto forzado a comprometer sus reservas y a sentir presión en conseguir objetivos territoriales, en lugar de ampliar metódicamente la brecha eliminando las posiciones  fortificadas alemanas. Tácticamente en 1942, las fuerzas soviéticas sufrieron graves reveses debidos a la falta de operaciones combinadas entre las distintas armas, particularmente en el uso incorrecto o mejor dicho no coordinado de ingenieros y artillería para superar las defensas alemanas plagadas de fortines y bunkers.


 Tropas soviéticas en Leningrado


Sin embargo, los dirigentes soviéticos aprendieron rápidamente las lecciones tácticas en Leningrado y su paulatinamente fue aumentando la eficacia a lo largo del asedio. Pero incluso durante la ofensiva victoriosa en enero de 1944, los soviéticos todavía sufrieron una tasa de bajas cercana al 40% y una escalofriante proporción de 7.5 soldados muertos por cada soldado alemán muerto o capturado. De hecho, fue fundamental la capacidad soviética de regenerar rápidamente las bajas de combate para su eventual éxito, particularmente en la rápida y doble reconstrucción del 2º Ejército de Choque. Meretskov y Govorov aprendieron de sus fracasos anteriores y esperaron el tiempo y los recursos necesarios para preparar las potentes ofensivas parciales que proporcionaron que los días del asedio sobre Leningrado fueron contados.

martes, 15 de octubre de 2013

Transporte y suministro a nivel divisional en el Ejercito Alemán

Transporte y suministro a nivel divisional en el Ejercito Alemán

En general, los sistemas de suministro y administración del Ejército alemán durante la Segunda Guerra mundial fueron considerados como muy eficientes. Hasta incluso en los últimos meses de guerra, los informes de inteligencia por parte de los aliados admitían con gran sorpresa como un ejército tan maltrecho y hasta incluso caótico en determinadas situaciones, podía aun sostener, por ejemplo, durante las ofensiva de las Ardenas  de diciembre de 1944 una organización tan notable en aspectos de transporte y logística cuando todo podía indicar la situación contraria. El secreto del éxito estribaba en una administración simple con pocas y claras esferas de responsabilidad, una estructura básica que podía extenderse o contraerse según la situación militar requería y uan habilidad llevada al máximo para utilizar los recursos locales. Particularmente, las dos funciones de transporte y manipulación de los suministros estaban separadas de forma evidente, es decir, el transporte a gran escala y a pequeña escala.

Transporte a gran escala.

A nivel divisional el transporte era responsabilidad de Oficial de Suministro del Ejército que tenía a su disposición unidades estandarizadas de transporte que recibían el nombre de columnas o “Kolonne”- Por tipo y capacidad de transporte se clasificaban en:


Las columnas de transporte sufrían continuos ataque aéreos.

  1. Fahrkolonne.- unidad de caballería capaz de transportar 30 toneladas de suministros.
  2. Leichte Fharkolonne.- unidad de caballería con capacidad para 17 toneladas.
  3. Leichte Kraftwagen Kolonne.- columna motorizada con 30 toneladas de capacidad de transporte.
  4. Schweres Kraftwagen Kolonne.- Columna motorizada capaz de transportar 60 toneladas de suministros.
  5. Leichte Kraftwagen Kolonne fur Betriebstoff.- columna de vehículos capaz de transporte 5.500 litros de combustible.
  6. Schweres Kraftwagen Kolonne fur Betriebstoff:- unidad motorizada con capacidad para 11.000 litros de combustible.


Oficial encabezando una Fharkolonne 

Salvo la Schweres Kraftwagen Kolonne, las restantes unidades fueron comúnmente distribuidas dentro de la organización orgánica de las divisiones alemanas en un número variable de  ocho o nueve columnas dependiendo del tipo de cada división. Cabe reseñar que el Cuerpo de Ejército como tal, desempeñó un papel pequeño en las tareas de suministro sobre todo al principio de la guerra para de una forma paulatina hacerse cargo de los propios depósitos de suministro y abastecimiento. El transporte dentro de las distintas subunidades divisionales se fue dividiendo en las unidades de suministro correspondientes, por ejemplo equipaje, raciones etc... y que era proporcionado por columnas ligeras así como las unidades de transporte de combate o Gefechtstross que llevaban suministros y equipo, particularmente municiones y combustible, a nivel de  compañía. Era muy común, sobre todo al final de la contienda cuando se aligero la organización que las unidades de transporte recayesen sobre control regimental pasando a nivel divisional solo cuando fuese necesario.

Transporte a pequeña escala.

Las formaciones a nivel de regimiento tenían sus propias unidades especiales conocidas como compañías de suministro – Nachschubkompanien o a nivel de de Ejercito como batallones de suministro – Nachschubabteilungen. Estas unidades proporcionaban realmente la carga y descarga de los suministros que se necesitaban y estaban bajo control de secciones especiales de los servicios de administración. La mayor y más notoria excepción a este sistema se hallaba en el caso del suministro de combustible ya que recaía la responsabilidad en su mayor parte sobre grupo de hombres entrenados para esta tarea y que pertenecían a las columnas de transporte. Existía una norma básica que consideraba que los suministros debían ser transportados lo más cerca de las unidades del frente a ser posible sin ninguna manipulación previa.

Reparación y reemplazo del equipamiento.

Todas las grandes unidades disponían en primera línea de subunidades de reparación y mantenimiento para hacer frente a las averías que iban produciéndose sobretodo en los vehículos, así como la presencia de compañías especializadas con talleres a nivel divisional para trabajos de mecánica más específicos. Si una reparación era demasiado complicada se trasladaba la situación a un escalón superior existente a nivel del Ejército donde existían talleres mejor equipados y aun más especializados capaces de realizar reconstrucciones completas de vehículos  así como la existencia de “parques” o unidades que actuaban a modo de recepción y distribución de armas y equipamiento para reemplazar el existente. El Ejército debía devolver el armamento y los vehículos al depósito del OKH para transmitir a los fabricantes los problemas e incidencias referentes para en un futuro mejorar el equipamiento en general.


Unidad de ereparacion

Otros servicios


Aparte del sistema de transporte, cada división disponía de diversos servicios auxiliares que podría decirse que “suministraban” el trabajo propio de cada organización, así por ejemplo existían los servicios médicos y veterinarios; estos últimos no solo para las divisiones de caballería sino para todas las divisiones en general. En estos casos el sistema organizativo solía ser el mismo que el sistema de transporte e iba desde la subunidad, a la Division y posteriormente al Ejército e incluso al distrito militar o Wehrkreis. Todos se caracterizaban por la simplicidad y flexibilidad de su organización, permitiendo si la situación táctica lo exigía, evitar fases intermedias de suministro a estos servicios aumentado de esta forma la eficacia de las unidades.

martes, 11 de diciembre de 2012

Befehls Staffel en el Afrika Korps


Befehls Staffel en el Afrika Korps


Befehls Staffel de Rommel con su vehiculo "Mammoth"

Una de las grandes diferencias y a la vez ventaja de la doctrina militar alemana sobre la de los aliados fue la adopción y utilización del  sistema de mando conocido como Auftragstaktik que podría traducirse como misión táctica cuando mas correctamente podría denominarse misión de mando. El Auftragstaktik era un principio doctrinal por el cual el mando en combate recaía principalmente en los comandantes de las unidades directamente involucradas en la batalla, de esta forma el oficial al mando de un ejército, un cuerpo de ejércitos, una división… solo emitía un objetivo, una misión  a realizar; la forma como se lograba tal objetivo era responsabilidad y a la vez habilidad del comandante de la unidad implicada en la lucha. Este sistema ofrecía ventajas e inconvenientes, la ventaja primordial era que el responsable directo del objetivo a cumplir era el oficial que mejor conocía la situación previa al combate, ya sea por conocimiento del terreno como el estado de sus propias tropas; el inconveniente  estribaba en que esta forma de operar requería un gran trabajo por parte de los estados mayores y su misión de coordinar el mando, el control de las unidades, sus comunicaciones y sus informes de inteligencia.

lunes, 22 de octubre de 2012

Tácticas de los cazacarros alemanes


Tácticas de los cazacarros alemanes


Jagdpanzer IV

Al contrario de lo que puede indicar su nombre, la finalidad de los  cazacarros alemanes no era buscar los tanques enemigo y “cazarlos” en terreno abierto, sino intentar sorprenderles desde posiciones perfectamente escogidas a modo de emboscada. La función del jagdpanzer era meramente defensiva y cuanto mayor fuese la habilidad del comandante de la unidad en escoger las mejores posiciones, mayor seria el éxito de la “caza”. De forma preferencial, estas posiciones solían situarse en los flancos del avance de las formaciones acorazadas enemigas, con una buena cobertura y con obstáculos naturales o artificiales delante de las disposiciones de los cazacarros, tales como ríos, pantanos o campos de minas,  para de esta manera impedir que fuesen atacados, bien por infantería enemiga o por los mismos tanques que debían ser cazados.

Al igual que con los cañones de asalto, los cazacarros aumentaban su efectividad cuando estaban concentrados perdiéndola cuando por diversas razones actuaban en grupos aislados  o incluso individualmente.

Las unidades de cazacarros que acompañaban a la infantería en el avance, solían quedarse en un objetivo ya capturado a la espera de un posible contraataque, si éste no se producía se retiraban a la línea de reserva hasta un próximo avance. Si las tropas de a pie eran atacadas por el enemigo, los cazacarros principalmente se enfrentaban en posiciones defensivas contras las fuerzas acorazadas sumándose su potencia de fuego a la de los cañones anticarro emplazados. En una retirada, la movilidad era esencial, saltando de posición a posición defensiva ayudando al repliegue ordenado de la infantería hasta llegar a una nueva línea de frente.

Si los cazacarros actuaban conjuntamente con unidades panzer, existían diversas tácticas según las distintas situaciones. En un avance de las tropas acorazadas, los cazacarros constituían una muy buena base de fuego de apoyo, a la vez que protegían los flancos del avance. Si los panzer salían victoriosos del primer encuentro, los cazacarros avanzaban y formaban una nueva línea de fuego. Si los tanques no conseguían éxito inicial y debían replegarse, podía producirse dos situaciones distintas con un mismo fin desde el punto de vista táctico de las unidades de cazacarros. Si era cierto que los panzer tenían problemas, los cazacarros desde posiciones defensivas se encargarían de asegurar una buena retirada de sus “hermanos” acorazados con fuego sobre los tanques enemigos. Si la retirada era fingida  como parte de una estratagema, la destrucción de las unidades acorazadas enemigas estaba casi asegurada por la potencia de  fuego de los cazacarros. Este tipo de táctica fue muy utilizada contra británicos en África del Norte y contra los soviéticos en las estepas rusas donde la persecución de un enemigo en apariencia derrotado traía graves y desastrosas consecuencias para los carros de combate aliados.



Jagdpanther 

La principal característica armamentística de los cazacarros era su supremacía general en el propio cañón, así panzer versus jagdpanzer, era una relación siempre favorable al cazacarros por lo que siempre intentaban atacar a los tanques con la mayor distancia posible, de esta manera podían alcanzar a los carros enemigos antes que estos pudiesen hacer fuego efectivo desde sus cañones. En las estepas rusas y en el desierto africano, los espacios abiertos y su consecuente falta de posiciones de tiro estáticas con buena cobertura, “obligaban” a los cazacarros a utilizar su movilidad para mantener la distancia necesaria para aprovecharse de su generalmente mayor potencia de fuego.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cañón antiaéreo de 94mm como antitanque.


Cañón antiaéreo de 94mm como anticarro



Cañón antiaéreo de 3,7-in (94mm)

Hasta mayo de 1942 con la introducción del cañón anticarro de 6 libras (57 mm) y sobretodo hasta marzo del año siguiente con el cañón de 17 libras (76 mm), los británicos solo tenían en su arsenal como cañón antitanque principal, el cañón de 2 libras (40 mm). Este antitanque demostró ser ineficaz a distancias superiores a 1.000 yardas. En cambio, los alemanes si disponían de un arsenal anticarro más variado y eficaz. El principal cañón con dicha finalidad era el PaK 38 de 50 mm, sin embargo, no fue el más famoso ni el más temido, ya que ese honor recayó en el célebre cañón antiaéreo de 88 mm.

Si bien la finalidad con la que fue diseñada el “88” era la de derribar aviones, ya en la guerra civil española demostró con excelentes resultados, la posibilidad de utilizarlo como arma antitanque. La razón estribaba en las propias características de los cañones antiaéreos, que habían de tener; elevada cadencia de tiro, largo alcance, trayectoria recta y grandes velocidad de salida del proyectil. Estas propiedades resultaron aprovechables como anticarro sobre todo en terrenos abiertos, como los propios del desierto africano, aunque hay que reseñar los distintos inconvenientes presente en un diseño no realizado en expreso para tal función. El cañón de 88 era enorme y fácilmente visible, no era fácil de mover ni de cambiarlo de emplazamiento, se montaba en una plataforma en forma de cruz muy pasada., no obstante, incluso con estas desventajas el cañón alemán de 88 mm fue, tal vez, uno de los mejores antitanque de la guerra.

Ante la falta de un cañón anticarro con garantías y ante el uso por parte de los alemanes del antiaéreo de 88 como cañón anticarro, aparece una cuestión casi de forma ineludible ¿Disponían los británicos de un cañón de características similares al “88” alemán, para poder ser utilizado como antitanque? La respuesta es sencilla, el cañón antiaéreo de 94 mm.

El cañón de 94 mm, o mejor dicho, cañón de ordenanza QF 3,7-in fue introducido en el ejército británico en 1937 para sustituir al cañón antiaéreo QF 3-in 20-cwt que databa de la Primera Guerra Mundial. Aun siendo un cañón de calibre superior al “88” alemán y balísticamente también con mejores prestaciones, tan solo  fue utilizado como anticarro en ocasiones aisladas por los británicos, seguramente por diversas razones que se deben matizar.

En primer lugar, razones de índole estratégicas; el cañón de 3,7 pulgadas siempre tuvo como principal fin el ser antiaéreo, además a principio de los 40 existía en Inglaterra gran psicosis generalizada hacia los bombardeos y tras el desastre de Dunkerque, donde muchos cañones de 94 mm fueron abandonados, el resto de material antiaéreo fue destinado sin discusión a la protección del espacio aéreo británico.

Dentro de la doctrina de guerra acorazada británica, no se consideraba al cañón antitanque cono el arma principal de destrucción de los carros de combate enemigos; esa función recaía en los propios tanques, sin contar que los alemanes utilizaban los cañones anticarro como un medio ofensivo y por supuesto defensivo mientras que los aliados solo los utilizaban como armas defensivas.

Conseguir entrenar las dotaciones de los cañones de 3,7-in para el fin anticarro costaría un esfuerzo adicional que en tales  circunstancias el Ejercito no se podía permitir, así como el suministro de munición adecuada para tal fin.

También existían presiones por parte de la RAF para que se utilizasen los cañones para defender los aeródromos de los ataques aéreos del enemigo así como las bases del Ejercito.

Desde el punto de vista técnico, también y de forma casi parecida al caso del “88” alemán existían inconvenientes que dificultaban en gran medida el uso del antiaéreo de 94 mm como arma antitanque.

Los apuntadores del cañón se sentaban de espaldas al objetivo, pues esa era la posición diseñada para el fuego antiaéreo, cambiarla ocasionaría impedir su uso primario. Necesitaba también una superficie muy grande de terreno perfectamente nivelado, además se requería aproximadamente 10 minutos para retirar las ruedas, desplegar las patas y dejar el cañón en pleno funcionamiento.

Era más grande que su “compañero” alemán, circunstancia que se agravaba cuando disparaba y levantaba una nube de polvo enrome, facilitando así su localización. Acto seguido entraba en juego una gran desventaja ya que el cañón británico a diferencia del “88” carecía de escudo protector para los artilleros.

Todos estos factores, políticos, estratégicos o técnicos, impidieron el uso del cañón antiaéreo de 94 mm como arma antitanque, circunstancia que tal vez hubiese significado un resultado diferente en la lucha acorazada entre las fuerzas británicas y las fuerzas del Eje, como de forma esporádica y con éxito realizó Percy Calvert, paradójicamente comandante de la Brigada Antiaérea en África del Norte.

martes, 11 de septiembre de 2012

Principios tácticos alemanes de la guerra acorazada en el desierto


Principios tácticos alemanes de la guerra acorazada en el desierto

Los alemanes desarrollaron en el desierto de África del Norte una serie de principios tácticos referentes al uso de fuerzas acorazadas de una forma mucho mas novedosa y avanzada que sus rivales.

Rommel y miembros de su estado mayor

Estos son algunos de esos principios tácticos

  • La fuerza mecanizada de ataque debería siempre operar con todas las armas en grupos cerrados. Una gran dispersion de tropas no ayudaba a aumentar la moral. Este principio cobraba aun mas valor  especialmente cuando la Luftwaffe disfrutaba de superioridad sobre la RAF.
  • En todos los grupos inter armas, la velocidad predominante del propio grupo la marcaba necesariamente lavelocidad del vehículo más lento. De esta forma los tanques tenían prohibido avanzar  dejando al resto de tropas atrás, tampoco debían aventurarse a entrar en terreno impracticable para el resto de vehículos, excepto en ocasiones muy locales. En cualquier caso, la alta velocidad no era particularmente una cualidad deseable para los tanques, si bien una fiabilidad mecánica si fue definida como alta prioridad para todos los vehículos.
  • Era esencial recuperar todo vehículo averiado y repararlo sin demora. Las reparaciones mecánicas eran un elemento primordial de la movilidad, especialmente cuando (como en la mayoría de los casos de la guerra del desierto) los tanques alemanes eran superados en numero por los aliados. Logicamente,  ganar y conservar el campo de batalla al final del día de batalla, favorecia y permitia que los vehículos dañados pudiesen ser recuperados.
  • La reparación de los vehículos durante la oscuridad nocturna sin usar focos era ridículamente complicada y necesaria para preservar la posición.  Pero si se utilizaba luz artificial, al menos dejaban en servicio los vehículos a punto para ser utilizados a la mañana siguiente cuando el enemigo atacase.
  • La cohesión de un grupo inter-armas dependía en gran proporción de una buena comunicación por radio. Todos los recursos invertidos en este concepto no serian mal utilizados, esta circunstancia se observó de forma evidente en la 1ª batalla de El Alamein donde el DAK disfruto de una marcada superioridad sobre el 8º Ejército en la interceptación e interpretación de las transmisiones del enemigo.
  • De todo los conceptos quizás, la potencia de fuego sea el punto clave de cualquier batalla, tal y como Rommel ya había dejado bien claro en la campaña de Francia de 1940. Antes de realizar cualquier acción, era imprescindible determinar y bombardear las posiciones del enemigo, en especial sus cañones antitanque con granadas HE: solo después podría decidirse si el enemigo estaba lo suficientemente debilitado para lanzar un ataque. Las granadas HE debían ser disparadas por Panzer IV desde una distancia de 2.000 m. así como por la artillería de campaña desde  posiciones más retrasadas.
  • En cada etapa debería existir un alto nivel de reconocimiento; en primer lugar identificar las posiciones del enemigo y su fuerza y a continuación determinar exactamente como había sido suprimido por el fuego artillero. El ataque inicial debería convertirse en un avance a “tumba abierta” solo si el comandante estaba convencido que los cañones antitanque estaban fuera de combate. Si esta circunstancia no se producía, los alemanes normalmente. se retiraban y cancelaban el ataque. Solo en casos muy excepcionales las decisiones puramente tácticas del comandante in situ fueron anuladas por órdenes de más alto nivel operacional.
  • No está claro del todo, si en este concepto de reconocimiento estaba incluida la participación de la infantería que patrullaba a pie, particularmente muy importante en la tradición militar británica y aun más acusada en la doctrina australiana. El concepto germánico de reconocimiento afectaba sobre todo a los vehículos motorizados.

martes, 4 de septiembre de 2012

Claves del fracaso de la Operación “Taifun”


Claves del fracaso de la Operación “Taifun”

A finales de 1941 el ejército alemán intentó tomar Moscú en la llamada Operación “Taifun”. Si bien al principio se consiguió éxito al poder envolver y aniquilar a diversos ejércitos soviéticos, la propia magnitud de lo operación con sus grandes dificultades logísticas dio lugar a  la paralización de la ofensiva y el posterior contraataque ruso supuso el primer revés importante sufrido por las hasta entonces victoriosas tropas de Hitler.
Estas son las posibles razones del fracaso de la operación “Taifun”:

  • Hitler y el Oberkommando des Heeres quisieron mantener ofensivas simultaneas en todo el frente oriental, privando de esta manera refuerzos y suministros imprescindibles al Grupo de Ejércitos Centro.
  • Guderian no supo sellar completamente las bolsas de Bryansk y de Trubchevsk creadas en la primera fase de la operación, por lo que miles de soldados soviéticos escaparon y fueron a engrosar las fuerzas que posteriormente se opondrían y frenaría al propio Guderian en Tula.
  • El 9º Ejército de infanteria y el 3ª ejercito Panzer se dirigieron en la ultima fase de la operación hacia Kalinin, sin apenas valor estratégico, al igual que el 2ª Ejercito que se dirigió hacia Kursk, desviándose una cantidad enorme de tropas del objetivo primordial que era Moscú.
  • La actuación de desobediencia de Von Kluge de no apoyar la ultima fase de "Taifun".
  • La retirada de todas las divisiones de infantería del 3ª Ejército Panzer en Kalinin
  • La negligencia de Reinhardt de no mantener una reserva móvil que asegurase el expuesto flanco izquierdo.
  • La retirada de algunas unidades de la Luftwaffe hacia otros frentes dejando al Grupo de Ejércitos Centro con menor apoyo areo justo en el momento álgido de la operación.
  • Sobre todo el propio plan de Von Bock que no tuvo en cuenta las dificultades logísticas en el  abastecimiento de  carburante y suministros varios, así como, la magnitud de las distancias, el terreno y las condiciones metereologicas.



miércoles, 9 de mayo de 2012

Orden de batalla Operacion Brevity

FUERZAS ALIADAS


Mando de Oriente Medio
General  Archibald  Wavell



Western Desert Force
Teniente general Noel Beresford-Peirse

Mando operacional
Brigadier William Gott

Grupo de costa
2º Batallón (- una compañia)                                                                         The Rifle Brigade
Soporte de morteros                                                                3ºBatallon Coldstream Guards
5ª Batería australiana antitanque (2-pdr)                 2º bon/2ª Regimiento australiano anti-tanque
8º Regimiento de campaña (25 pdr)                                                                      Real Artillería

Grupo  22ª Guards Brigade
1º Batallón                                                                                            Durham Light Infantry
2º Batallon                                                                                                           Scots Guards
3º Batallon                                                                                                 Coldstream Guards
4ª Royal Tank Regiment (RTR)                                                                                 24 Matilda
Seccion de 12ª Bateria anti-tanque  (2 pdr)             2º bon/3º Regimiento australiano anti-tanque

Grupo  7ª Armoured Brigade
Cia A                                                                                                     2º bon/ Rifle Brigade
2º Royal Tank Regiment (RTR)                                                                   29 tanques Cruiser
6º Division CAballeria austaliana                                                    28 tanques ligeros Mk VIB
Elementos 7º Grupo de apoyo
11ª Husares                                                                  Coches blindados Marmon-Herrington
Seccion 12ª Bateria anti-tanque  (2pdr)                2º bon/3º Regimiento australiano anti-tanque


FUERZAS ITALO-GERMANAS

Comandante supremo
General  Italo Gariboldi


Afrika Korps
General de división Erwin Rommel

Kampfgruppe von Herf
Coronel Maximilien von Herff
3º Batallón de reconocimiento
2º Batallón                                                                                                5º Regimiento Panzer
15º Batallon de motocicletas
33º Batallón de reconocimiento
Batallon de ingfanteria motorizado                                       102ª Division motorizada “Trento”
Una batería antiaérea  (88 mm)
Dos secciones antiaéreas (20 mm)
Dos obuses IeFH de 105 mm


Fuerzas italianas                                                                                 zona del paso de Halfaya
Dos compañías                                                              5º batallón de infantería motorizado
Batería artillería de montaña (cannone de 75/27)
Batería antitanque (cannone de 47/32 M35)
Grupo 2º                                                                                      24º Regimiento de artillería
Batería artillería de campaña (12 Cañones de 105/28)


Fuerzas italianas                                                                                                zona de Bardia
2º batallón 62º Regimiento infantería
Batería antitanque (cannone de 47/32 M35)
Batería antiaérea (20 mm)


                      Teniente Coronel Hans Cramer
1º batallón                                                                                                 8º Regimiento Panzer
Batería AA

Kampfgruppe von Esebeck
      Teniente coronel Hans-Karl von Esebeck
Un batallón                                                                                       200º Regimiento infantería
Compañía tanque medios                                                               1º bon/5º Regimiento Panzer
Una compañía Pazerjäger
Un batallón de artilleria