Trineos en la nieve tirados por caballos panje
Si bien es cierto que los estrategas alemanes cuando las condiciones fueron favorables utilizaron la guerra móvil en
su máxima expresión, no por ello hay que olvidar la gran dependencia que sufrían
respecto a combustible y repuestos necesarios para llevar a cabo dicho tipo de
guerra. Estas dificultades se vieron magnificadas en el frente oriental debido
a muchos factores que podrían resumirse en uno; la enormidad del propio frente soviético
con los grandes problemas que atañe de forma innata, desde el ancho de vías de
los trenes, a las condiciones climáticas estacionales, a las peculiaridades del
terreno. Los alemanes no tuvieron otra opción de adaptarse a las circunstancias
por medio de la improvisación referente al problema del transporte y
suministro.
Hay que reseñar que incluso con
los depósitos llenos de combustible, las tropas mecanizadas se paralizan
durante dos temporadas al año coincidiendo en primavera con el deshielo y en
otoño con las primeras lluvias importantes; en ambos casos se forma la
rasputiza o barro en gran espesor que impide cualquier movimiento motorizado. Lógicamente
ante este problema los altos mandos alemanes improvisaron la solución de la
misma manera que cualquier persona con más experiencia que sabiduría haría, es
decir aplicar el refrán de “donde fueres haz lo que vieres”. Y lo que hacían los
campesinos y gentes del lugar, aunque fuesen “untermensch” era utilizar los
pequeños y robustos caballos panje para todo tipo de transporte.
El panje era un caballo de poca
estatura, más bien un pony de origen polaco, muy distribuido entre los
agricultores rusos debido a su gran capacidad de trabajo y resistencia a
temperaturas extremadamente bajas.
Aunque las divisiones alemanas seguían
siendo hipomóviles en su mayoría y la figura equina nunca estuvo
desprestigiada, más o menos una división de infantería tenía 5.000 caballos en
su “plantilla” y para la operación Barbarossa se utilizaron inicialmente 625.000
caballos, hay que reseñar que cuando las
temperaturas bajan a niveles extremos, los grandes caballos de tiro
centroeuropeos no pueden realizar el trabajo encomendado de la manera más
eficaz, incluso no pueden realizar ninguna tarea. Es en esos momentos cuando la
presencia del panje adquiere un valor incalculable.
Una correcta impresión del papel
desempeñado por el caballo panje o más bien las columnas de transporte panje ocurrió
en la zona de Vitebsk en enero de 1942, situación perfectamente comparable con
cualquier otra acaecida en cualquier otro lugar del frente oriental. Tras la
batalla de Moscú el 51º Regimiento Nebelwerfer había perdido la mayoría de sus vehículos
orgánico, solo unos pocos camiones estaban disponibles. Fue entonces cuando las tropas soviéticas
lanzaron un ataque sobre las posiciones de Vitebsk, Velizh y Velikiye Luki. Las
tormentas de nieves y viento con temperaturas de -30° C dejaron inservibles los
caminos al tráfico rodado. Ante esta situación tan complicada, dos baterías de
nebelwerfer fueron distribuidas en trineos. A cada batería con seis
lanzacohetes de 150 mm se le asignaron 75 caballos panje y tres trineos de munición
para cada lanzacohete. Tras atravesar el congelado rio Divna las dos baterías entraron
en acción y aliviaron la presión sobre sus compañeros. E trineo local tirado por panjes fue el único
medio de transporte efectivo, pues los grandes trineos que utilizaba el ejército
alemán en su funcionamiento normal eran demasiado anchos y puados para los
estrechos caminos diseñados para los trineos locales, así por ejemplo cuatro
obuses medios tirados por caballos alemanes no pudieron llegar a su destino.
Este es un ejemplo del comportamiento
del caballo panje en condiciones de extremo frio como también es excelente el
rendimiento sobre el barro. No es de extrañar que durante los primeros meses de
1942 algunas divisiones panzer llegaron a tener hasta 2.000 panjes por ningún vehículo
a motor disponible, es por eso que irónicamente llegaron a denominarse “Panje Division”
y el empleo más importante fuese el de veterinario.
Caballos panje en el barro
Resumiendo, ante dificultades
extremas los alemanes no dudaron en ningún momento en adaptarse e improvisar
soluciones aunque fuesen utilizar los pequeños y fiables ponis de esos
subhombres del este.
No hay comentarios:
Publicar un comentario