El bombardeo de Londres del 7 de septiembre de 1940.II
Los registros de ataques del 7 de
septiembre indican que el primer contacto con el grupo aéreo enemigo se produjo
a las 15:54 h. seguido en apenas minutos por incontables puntos que
representaban centenares de aviones. Göring virtualmente había enviado la
totalidad de muchas de sus Geschwader, así dirigió los bombarderos de las KG 1,
KG 2, KG 3, KG 26 Y KG 76, junto con los cazas pesados Bf 110 de la ZG 2 y los
cazas monomotores Bf 109 de JG 2, JG 3, JG 51, JG 52, JG 54, I./JG 77 y I./ Y
II./ LG 2. Esta colosal flota aérea estaba compuesta por 965 aviones, volando
entre los 4268 m. y los 7010 m de altitud sobre un frente de 32.2 Km. Dowding y
Park coincidieron en pensar que solo Londres podría ser el objetivo de esta
vasta enorme armada y por ello a las 16:17 h. se ordeno el despegue de 11
escuadrones de caza, elevándose el número de unidades a 21 a las 16:30h. Todos
los aviones disponibles estaban volando hacia la capital sin pensar en dejar
una unidad de protección de los aeródromos.
Los cazas de la RAF se vieron sobrepasados numéricamente por sus
homólogos de la Luftwaffe, así y todo se batieron con ferocidad. Los
bombarderos alemanes atacaron los muelles de la capital pero sus bombas cayeron
sobre una amplia zona, dese Kensington en el oeste hasta el East End donde se concentró el
ataque, produciendo grandes daños sobre densas manzanas de hogares de
trabajadores así como sobre los muelles, plantas de gas y estaciones eléctricas
que también sufrieron bombardeadas. Acto seguido, los bombarderos alemanes
giraron y regresaron a sus bases a las 17:45 h., eso sí con grandes huecos en
sus cerradas formaciones.
Una vez desparecieron los aviones
enemigos de los cielos de Londres, comenzó la lucha de los bomberos con el
fuego con gran determinación. Se tuvo que apagar los incendios presentes
en casas, en las calles e incluso en el
mismo río Támesis donde ardían grandes superficies de líquidos inflamables al
mismo tiempo que se producían explosiones en almacenes de pintura, aceite y por
supuesto explosivos y municiones que ocasionaban mas y mas incendios Pero no
solo eran los materiales obviamente peligrosos los que explosionaban, además la
conflagración amenazada con convertirse en autosuficiente y retroalimentarse
tal y como el fuego aspiraba el oxígeno
desde las calles circundantes. Se elevaron en el aire espirales de pavesas
ardiendo, produciéndose nuevos incendios allí donde caían. El cuerpo de
bomberos de Londres clasificaba los incendios según el número de autobombas
necesarias para sofocarlos, así un " gran incendio" necesitaba 30
bombas, sin embargo, en el día 7 de septiembre de 1940 los bomberos londinenses
actuaron en nueve incendios considerados como "conflagraciones" donde
eran necesario el concurso de más de 100 autobombas. El más grande de todos se
produjo en los muelles de Surrey, donde
el fuego era de tal magnitud que se necesitaron 300 bombas para sofocarlo.
A las 20:10 h., la siguiente
próxima ola de bombarderos alemanes 318 comenzó a verter toneladas de bombas
incendiarias. 306 civiles murieron en el bombardeo, y 1337 personas más
resultaron gravemente heridas en la City, junto con 142 fallecidos más en los
suburbios. Una enorme chimenea de humo se cernía sobre la capital, mientras los
incendios seguían ardiendo.
El 7 de septiembre se perdieron
15 Spitfires y cuatro pilotos y 17 Hurricanes y siete pilotos por parte del
Mando de Caza mientras que se derribaron 38 aviones de la Luftwaffe, incluyendo
14 Bf 109. El balance de pérdidas
realmente no difería en gran medida con el de días anteriores, aunque
esta situación fue cambiando conforme fue avanzando la campaña, y así los
ataques sobre Londres pronto se convirtieron en mucho más costosos para los
atacantes que para los defensores. El Blitz sobre la capital británica siguió
incluso después de dar como finalizada la Batalla de Inglaterra ya que los
bombarderos continuaron durante 76 noches consecutivas con una solo única
excepción, el 2 de noviembre, por impedimentos meteorológicos la Luftwaffe no
bombardeó Londres.
Obviando la destrucción material y las pérdidas humanas, el
cambio de objetivos dio un inestimable respiro al Mando de Caza ya que tanto
aeródromos como las estaciones de radar apenas si sufrieron ataques con esta decisión.
Los pilotos tuvieron tiempo extra de descanso incluso los nuevos pilotos
disponían de tiempo extra para tareas de entrenamiento y familiarización con
los aviones, un lujo impensable anteriormente.
Fue en el cambio de prioridades cuando Dowding fue relevado del mando
comentando " la cercanía de Londres
a los aeródromos alemanes les hará perder la guerra" e incluso Churchill puso de moda una exagerada
cita " Londres es como un enorme
animal prehistórico, capaz de soportar
terrible lesiones, destrozados y sangrando por numerosas heridas y aún
así preservar su vida y movimiento".
No hay comentarios:
Publicar un comentario