Masacre de Kalavryta
El 13 de diciembre de 1943 fue el
día en que se cometió la atrocidad más sangrienta llevada a cabo por las
fuerzas de ocupación alemanas en Grecia durante la Segunda Guerra Mundial. Más
de mil varones griegos fueron asesinados en la ciudad de Kalavryta y
alrededores por tropas alemanas que finalmente redujeron a cenizas la pequeña población
griega.
La denominada Masacre de
Kalavryta o también Holocausto de Kalavryta fue perpetrada por tropas de la
117ª División Jäger del Ejercito Alemán bajo el mando del general Karl von Le
Suire. Irónicamente, el conocido como "Carnicero de Peloponeso" era
nieto del Teniente General Wilhelm von Le Suire, quien desempeñó funciones de
Ministro de Guerra en 1833 bajo el reinado del rey Otón I de Grecia. El
asesinato de la población masculina de Kalavryta fue un acto de represalia a
consecuencia de la ejecución de 68 soldados alemanes capturados por miembros de
la resistencia griega presentes en la zona.
La "Operación
Kalavryta", o "Unternehmen Kalavryta", fue el típico acto de represalia alemana llevado a cabo en
áreas donde existía una fuerte actividad de guerra de guerrilla y de forma habitual
fue dirigida contra la población civil de la región. Esta operación en
particular fue uno de los más cruentas realizadas por la Wehrmacht, no sólo en
Grecia, sino en Europa en general.
Desde principios de 1943, en el área
de Kalavryta y en general en la región de Acaya, se había detectado una intensa y creciente
actividad de resistencia. El ejército alemán comenzó a preocuparse por las dichas
actividades insurgentes y era primordial eliminarlas o bien limitar su acción
por medio de operación de contrainsurgencia empleando todos los medios posibles
incluyendo bombardeos, incendios de edificios y ejecuciones.
La orden de activación de esta
operación fue emitida por la destrucción del grupo de soldados alemanes bajo el
mando del Hauptmann Hans Schober por las fuerzas de resistencia, durante la acción
librada el 17 de octubre de 1943 en Kerpini, tras la cual 86 soldados alemanes
fueron capturados y ejecutados.
Partisanos griegos
Las tropas alemanas comenzaron la
operación atacando en un primer momento las tres ciudades griegas de Trípoli,
Aegio, y Patras para finalmente llegar a Kalavryta. Durante el trayecto, fueron
quemando, saqueando y destruyendo todo aquello que se hallaba en su camino;
como los pueblos de Rogi, Kerpini, Zachlorou, Souvardos, Vrachni, Kalanos,
Vlasia, Manesi, Saradi, Massi así como, el Sagrado Monasterio de la Cueva
Grande y el Monasterio de Omlou; al sur de Patras.
El 9 de diciembre, los soldados
entraron en Kalavryta. Como muchos de sus habitantes habían abandonado el
pueblo por temor a las represalias, los alemanes instaron su regreso
prometiendo que no se causaría daño alguno. De hecho, el comandante alemán
Ebersberger dio su palabra de honor en este respecto para apaciguar a los
vecinos inquietos y asustados. El 12 de diciembre, después de registrar e
incendiar las casas de los rebeldes, los alemanes comenzaron a preparar su
partida del pueblo. Sin embargo, el 13 de diciembre, temprano por la mañana una
fuerza del ejército alemán llegó a la ciudad, encabezada por altos oficiales.
Los alemanes hicieron sonarlas campanas de la iglesia y ordenaron a todas las
personas que se reunieran en la escuela primaria de la ciudad, llevando consigo
una manta y comida para un día. Allí, fueron separados los hombres de las
mujeres y los niños. Las mujeres y los niños debían permanecer en las
instalaciones de la escuela, mientras que todos los varones de más de 14 años
fueron conducidos apelotonados hacia Kapi Rake, un lugar inclinado en forma de
un anfiteatro, que daba una vista completa de la ciudad y del que nadie podía
escapar. Los alemanes comenzaron a quemar la escuela de tal forma que pudiera
ser observado por los hombres.
Acto seguido, los soldados
comenzaron a ametrallar a todos los
hombres. Según el historiador alemán Hermann Frank Meyer, el jefe de las
fuerzas alemanas, General, había dado órdenes claras para anotar con exactitud
todas las víctimas de las ejecuciones. En total, 499 personas fueron ejecutadas
ese día, en Kalavryta. Doce de ellos lograron sobrevivir sin que los alemanes
se dieran cuenta al hacerse pasar por muertos y estar cubiertos por vecinos suyos asesinados.
Las mujeres y los niños que
quedaron atrapados en la escuela primaria estuvieron muy cerca de ser consumido
por las llamas, hasta que finalmente escaparon rompiendo las ventanas y
puertas. Existe un rumor de que un soldado austriaco, encargado de vigilar la
escuela, dejó una puerta abierta por la que pudieron huir. Las mujeres y los
niños que quedaron atrapados en la escuela primaria estuvieron muy cerca de ser
consumido por las llamas, hasta que finalmente escaparon rompiendo las ventanas
y puertas. Existe un rumor de que un soldado austriaco, encargado de vigilar la
escuela, dejó una puerta abierta por la que pudieron huir. Pero lo pagó con su
vida después de que fue sentenciado a muerte y ejecutado. La masacre se
completó con la quema de casi todas las casas de Kalavryta. En general, durante
la "Operación Kalavryta", los alemanes mataron a 1.101 personas,
destruido y saqueado más de 1.000 casas, tomaron 2.000 cabras y recibieron
260.000.000 dracmas.
Hombres ejecutados en Kalavryta
Ninguno de los autores de la masacre
acabó en manos de la justicia. El General Karl von Le Suire murió prisionero en
un campo soviético en 1954, Ebersberger falleció en el frente oriental y el teniente
coronel Wilmbad Ackbumber como jefe ejecutivo, su jefe directo, murió en
Austria en 1972, a la edad de 67 años. Sólo el gobernador militar ocupación de
Grecia, el general Hellmuth Felmy (1885-1965), fue condenado en 1948 a 15 años de
prisión por el Tribunal de Nuremberg por todos los crímenes de guerra del
Tercer Reich en Grecia, pero tras tres años de cautiverio fue liberado. El 18
de abril de 2000, el entonces Presidente de la República Federal de Alemania,
Johannes Rau (1931-2006), visitó Kalavryta y expresó su profundo pesar por la
tragedia. Sin embargo, no asumió la responsabilidad en nombre del estado alemán
y no se refirió a la cuestión de los daños y perjuicios.
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