El 16
de enero, dos holandeses y tres oficiales japoneses partieron de Tarakan a
bordo de la motora capturada Parsifal. Cuatro días más tarde, un
hidroavión holandés Dornier Do 24 vio el barco en el mar, amerizó y llevó a los
pasajeros a bordo. Tras volar a Balikpapan, se presentó la propuesta de
Sakaguchi al comandante de la guarnición, teniente coronel van den Hoogenband.
A
pesar de la amenaza de que cualquier sabotaje hecho en Balikpapan daría lugar a
la ejecución de todas las tropas holandesas capturadas si atacaran a los
japoneses, van den Hoogenband rechazó el ultimátum. De hecho, el 18 de enero ya
había ordenado la demolición limitada de las instalaciones situadas en la zona del puerto.
La destrucción de los pozos y otras instalaciones más al interior no entraba,
sin embargo, en esa orden en concreto. Tal vez imaginaba que los japoneses
pudieran ser de alguna manera derrotados y por ello aún debían conservarse los
yacimientos de petróleo.
Cuando
los tres oficiales japoneses regresaron a Tarakan el 23 de enero con la
negativa holandesa, Sakaguchi ya había iniciado su Plan B y se hallaba en
camino hacia Balikpapan. Como era más que obvio para los holandeses presentes en
Balikpapan la llegada de la flota de invasión, Sakaguchi era consciente de la
perdida de la sorpresa táctica que el 10 de enero había disfrutado en Tarakan.
Sin embargo, surgió una oportunidad de lograr un modesto elemento de sorpresa
dentro de la ejecución de la operación, específicamente con la captura del
importante campo de aviación de Balikpapan. La forma de conseguir este propósito
era utilizar el mismo ataque principal como distracción, desviando la atención
de una operación encubierta contra el campo de aviación.
Durante
los interrogatorios a las tropas de nativas del KNIL capturadas en Tarakan, se
produjeron algunos cambios de bando entre estas filas, parece ser que inducidos
por las simpatías hacia los mensajes de propaganda incluidos en el concepto de
Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental. Utilizando como guías dos de
estos hombres que habían vivido en Balikpapan, Sakaguchi envió con canoas un
pequeño contingente de tropas, primero navegando cerca de la muy arbolada línea
de costa, para después remontar un río que atravesaba la selva y por ultimo
mediante un ataque sorpresa capturar el campo de aviación
de Balikpapan. Dicho grupo partió el 20 de enero.
Aunque
descubiertos en el mar por un avión holandés, los botes eludieron con éxito la
detección y se abrieron camino hacia el interior. Mientras tanto, no se produjo
como era de esperar ningún elemento de sorpresa en referencia al convoy
principal. Detectado el 22 de enero por un avión de reconocimiento holandés
cuando entraba en el estrecho de Makassar que separa Borneo de Célebes, fue
atacado al día siguiente por nueve bombarderos Martin escoltados por 20 cazas
Buffalo. En el ataque resulto hundida una nave de transporte y otra dañada.
Brewster B339C Buffalo del ML-KNIL
Mientras
tanto por debajo de la superficie el submarino holandés K XVIII,
perteneciente a la Divisie Onderseeboten
III, y que había atacado con éxito la flota de invasión japonesa de Borneo
septentrional un mes antes, se hallaba en busca y captura del enemigo. Cuando
la flota nipona se acercaba a Balikpapan el 23 de enero, el submarino atacó
hundiendo un buque japonés. Inicialmente se creyó que el barco hundido fuera un
destructor, pero posteriores comparaciones con los registros japoneses demostraron
que el barco perdido era un transporte de tropas.
La
flota de invasión llegó a las aguas de Balikpapan ese mismo día más tarde,
comenzando el desembarco de las tropas al caer la noche, como era práctica
habitual en las operaciones anfibias japonesas. Alrededor de las 21:30 h, la
mayoría de la fuerza estaba en tierra, tras superar una ligera oposición.
Mientras tanto, van den Hoogenband había ordenado la retirada hacia el interior
de sus fuerzas y el abandono de la ciudad de Balikpapan, pero se encontraron en
sentido contrario con el contingente nipón que tras realizar el ataque por
sorpresa y capturar el aeródromo, se dirigía hacia la ciudad para reunirse con
el resto de las tropas japonesas. Atrapados entre dos fuegos, la mayor parte de
las tropas holandesas se vieron obligadas a rendirse. Aunque la batalla por la
ciudad de Balikpapan continuaría por otros dos días, el aeródromo había sido
asegurado, y las operaciones procedían según el plan ideado.
En
alta mar, sin embargo, la situación era diferente, el submarino que K XVIII
continuó acechando a la flota de invasión japonesa. A medianoche, sus torpedos
alcanzaron y hundieron otro de los transportes. En la madrugada del 24 de
enero, otro torpedo lanzado desde el sumergible impactó en uno de los tres
barcos patrulla japoneses, dañándolo irremediablemente.
Submarino holandés K XVIII
En
ese punto, un enojado Almirante Nishimura ordenó a los destructores que
escoltaban los transportes, cazar y hundir al escurridizo submarino y acabar
con cualquier amenaza. Tal vez la última cosa en la mente del almirante japonés
era un ataque superficial contra su flotilla, pero esto es exactamente lo que
sucedió.
Nada más
tener evidencias de la inminente invasión japonesas sobre Balikpapan, cuatro
destructores norteamericanos de la clase Clemson pertenecientes a la 59ª
Division de Destructores, junto con los cruceros USS Marblehead y USS Boise,
habían sido enviados por el recién formado Mando ABDA, creado el 7 de enero y
que conjuntaba las fuerzas armadas
americanas-británicas-holandesas-australianas, a interceptar a los japoneses.
Los cruceros tuvieron que abandonar la búsqueda, pero los destructores, bajo el
mando del comandante Paul Hopkins Talbot, continuaron hacia el norte, hacia
Balikpapan.
Los
destructores USS John D. Ford, USS Parrott, USS Paul Jones y USS Pope llegaron
a la zona de fondeo aproximadamente a las 2:45 h. divisando claramente las
siluetas de los barcos enemigos perfectamente perfiladas gracias a los
resplandores de los incendios que se estaban produciendo tierra adentro. Con
los destructores japoneses enfrascados en la búsqueda del submarino holandés,
tan solo quedaban las dos patrulleras restantes de la clase Nº31 para defender
a los barcos transportes. Construidas dos décadas antes, en un primer
lugar como destructores, habían sido
reconvertidas a lanchas de desembarco de tropas del Ejército Imperial sufriendo
la eliminación de la gran mayoría de su armamento, incluido sus tubos
lanzatorpedos.
Los
cuatro destructores americanos atacaron, navegando directamente hacia el
interior de la formación de naves japonesas y disparando durante varias horas,
usando tanto sus torpedos como sus cañones de 4 pulgadas (102 mm). Los
estadounidenses hundieron uno de los dos barcos patrulleros, junto con cuatro
transportes de tropa, dañando dos transportes mas. El número de víctimas pudo
haber sido mayor, pero los torpedos Mark 15 demostraron fallos en su aproximación
hacia el objetivo pues tendían a navegar a demasiada profundidad. Sin efectivo
fuego de respuesta, los cuatro
destructores escaparon de la zona sin apenas daños.
Mapa resumen de la batalla naval de Balikpapan
Para la Marina de los EEUU esta fue la primera gran acción de superficie de la
Segunda Guerra Mundial y la primera desde la guerra hispanoamericana casi medio
siglo antes. Para la Armada Imperial Japonesa, marcó el punto culminante de 48
horas donde sufrieron las más graves pérdidas hasta la fecha dentro de la
campaña del sureste asiático. Sin embargo, si los destructores hubieran llegado
ocho horas antes, momentos antes de que las tropas de invasión desembarcaran de
los transportes, las consecuencias habrían sido mucho peores para el
destacamento Sakaguchi.
Continúa en La conquista del Borneo holandés 5ª Parte
Continúa en La conquista del Borneo holandés 5ª Parte
Desde luego los holandeses por mar eran mucho mejores que en tierra.
ResponderEliminarLos holandeses poco podían hacer frente a una potencia militar en alza como era Japón a principios de 1942
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