Tras
la retirada de los destructores norteamericanos se produjo el silencio sobre
Balikpapan. Los únicos sonidos que denotaban actividad bélica eran los procedentes
de los incendios de los depósitos de petróleo situados cerca de los muelles así
como los disparos que se produjeron cerca de la antigua fortaleza de Klandasan,
cuando fueron fusilados alrededor de 80 prisioneros holandeses. Sakaguchi había
alcanzado los objetivos de su misión en Borneo. Realmente había aplastado la
mínima fuerza militar holandesa que permanecía en la zona con la intención de
detener la conquista japonesa de Balikpapan por lo que a fecha 26 de enero tan solo quedaba Bandjarmasin,
situada en el extremo sur de Borneo, como único centro importante de población de Borneo que todavía
no estaba bajo japonés control y más aún siendo la capital administrativa de la
isla.
Ocupación final de Balikpapan
El
área alrededor Bandjarmasin era estratégicamente importante para los japoneses
debido a la presencia de los campos de aviación de Martapura y Kotawaringin,
que debían de servir como significativas bases de operaciones aéreas. Desde allí
grupos de bombarderos y aviones de reconocimiento patrullarían y controlarían grandes
extensiones de mar, circunstancia necesaria para las futuras operaciones se llevaron a cabo contra el
resto de las Indias Orientales Holandesas. Para este siguiente paso, la táctica
japonesa cambió significativamente. En gran parte porque las capacidades
navales niponas estaban desviándose hacia las operaciones en Java y Sumatra, y porque el destacamento
Sakaguchi había perdido la mayor parte de sus naves de transporte por la esplendida
actuación de los destructores de la US Navy, por consiguiente no podría
realizarse una operación anfibia como las precedentes. Se tendría que recurrir
a un movimiento de pinza que dependía principalmente de una aproximación terrestre
a través de la punta sur de Borneo.
En
lugar de involucrar a la mayor parte de su fuerza, como lo había hecho después
de Tarakan, Sakaguchi estableció su forma permanente el cuartel general del 56º
Grupo de infantería en Balikpapan y envió un batallón para capturar
Bandjarmasin. El 27 de enero, una reforzada compañía de infantería bajo el
capitán Yoshibumi Okamoto abandonó Balikpapan a bordo de pequeñas embarcaciones,
con la intención de seguir la costa hasta Bandjarmasin.
Cuatro
días más adelante, el 3º Batallón del 146º Regimiento bajo el mando del coronel
Kyohei Yamamoto, desembarcó en la bahía de Adang, unas 160 km. de Balikpapan.
Marcharon hacia el oeste con provisiones para nueve días en bicicletas que
resultaron inútiles en los quebrados senderos de la selva por lo que fueron
descartadas. El terreno montañoso demostró ser que un obstáculo mucho mayor que
las escasas tropas del KNIL con las que s encontraron y de esta manera muchos
de los soldados japoneses cayeron enfermos de malaria u otras enfermedades
tropicales. Sin embargo, estas vicisitudes no quitan en absoluto ver la aproximación
como un triunfo y así los hizo saber el propio Yamamoto elogiando a sus
soldados.
Al
final de la primera semana de febrero, el contingente de Okamoto desembarcó al
sur de Bandjarmasin, y al unirse a la
otra pinza formada por las tropas de Yamamoto las dos puntas cerraron la
ciudad. Antes ya habían ocupado dos grandes centros petrolíferos menores que Balikpapan
peor mejores que l de Tarakan. El 10 de febrero, fue capturado el campo de
aviación en Martapura, y los japoneses marcharon sin oposición hacia
Bandjarmasin. La mayoría de la población europea que vivía allí había sido
evacuada a Java a principios de mes. Mientras el Coronel Halkema había abandonado
la ciudad con sus últimos 75 hombres retirándose hacia el interior de Borneo,
donde se le ordenó llevar a cabo la imposible tarea de defender el campo de
aviación de Kotawaringin.
Al
mismo tiempo, un número de civiles y personal del KNIL separado de sus unidades
lograron escapar del sur de Borneo en pequeñas embarcaciones. Algunos de ellos
llegaron a Java, donde los residentes seguían negando la posibilidad, en lugar
de temerla, de una posible invasión japonesa de la isla más poblada de la
colonia.
El Ejército
Imperial Japonés, que había derrotado claramente a una superior fuerza británica
en Malasia, había asegurado la parte holandesa de Borneo en un corto periodo de
tan solo 30 días y sin ninguna batalla significativa terrestre. Con esta última
victoria, de este último –
instintivamente no reflejada en los medios de comunicación mundiales de 1942 y
pasada por alto en gran parte de los libros de historia – Japón había asegurado
el petróleo que alimentaría su máquina de guerra triunfante indefinidamente. Tan solo en el haber de las fuerzas aliadas cabe destacar el éxito logrado durante la batalla naval de Balikpapan
Comandante P H Talbot recibiendo la Cruz Naval de manos del Secretario de Marina Frank Knox
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