lunes, 18 de diciembre de 2023

Defensas antiaéreas alemanas. 2ª parte

 Proviene de Defensas antiaéreas alemans. 1ª parte

A pesar del rendimiento algo mejorado de los cañones de 105 mm, la Luftwaffe inició en 1936 el desarrollo para la Flakartillerie de un arma aún más potente en forma del cañón FlaK 40 de 128 mm. Con un peso de más de 26 toneladas, el nuevo cañón Rheinmetall-Borsig de 128 mm consumió gran cantidad de materias primas en su construcción. Sin embargo, el rendimiento del FlaK 40 fue notable, el cañón conseguía una velocidad de salida de 880 m/s y un techo efectivo de más de 10.0680 metros. Debido a su tamaño y peso, la nueva arma de 128 mm se limitó a disparar desde emplazamientos fijos o vagones de ferrocarril. Tras el inicio de la producción a gran escala en 1942, el FlaK 40 se convirtió en el Flakzwilling 40/2 de 128 mm. Compuesto por dos cañones situados uno al lado del otro en el mismo montaje, la configuración de doble cañón ofrecía una potencia de fuego excepcional. Los Flakzwilling 40/2 fueron principalmente emplazados en torres FlaK.

Cañón FlaK 40 de 128 mm

Aparte de los principales cañones antiaéreos alemanes, las fuerzas del Eje en Europa también emplearon el cañón italiano Cannone da 90/53 de 90mm. Diseñado y construido por Ansaldo, su diseño estaba basado en un cañón creada originalmente para buques de guerra de la Regia Marina. En servicio desde 1939, el Cannone da 90/53 era comparable a los mejores cañones británicos y alemanes de la época. De hecho, la pieza fue tan valorada por la Flakartillerie que muchas unidades capturadas después de la rendición italiana en septiembre de 1943 fueron enviadas de vuelta a Alemania y designados como 9cm FlaK 41(i)s o FlaK 309/1(i).


No eran sólo los pesados cañones pesados de la FlaK los que atacarían a los bombarderos aliados. Piezas de artillería ligera y mediana también desempeñarían un papel eficaz, especialmente contra las formaciones de bombarderos pesados que llevaron a cabo misiones de precisión como la incursión sobre las presas del Rhurh del 16 al 17 de mayo 1943 y la campaña de Ploesti. Los principales cañones ligeros y medianos de la Luftwaffe consistían en los FlaK 30/38/39 de 20 mm y FlaK 18/36/37 de 37 mm.

En el verano de 1937, Rüdel se interesó aún más en ampliar el desarrollo tecnológico tanto de los cañones FlaK como de sus sistemas de rastreo y precisión de fuego. Su apreciación en la necesidad de defensas nocturnas efectivas fue premonitoria, y declaró en ese momento que "el combate contra los ataques nocturnos de bombarderos es la tarea más importante de la defensa aérea". El principal dispositivo de la Luftwaffe para detectar bombarderos y apuntar los reflectores por la noche era el detector de sonido Ringtrichter Richtungshorer (RRH). Limitado en su eficiencia, la fiabilidad y precisión de la RRH podría verse afectada negativamente por las condiciones climáticas, incluyendo la humedad, los aviones que volaran a altitudes más altas y los niveles de ruido ambiental asociados con el combate.


Receptor direccional Ringtrichter Richtungshorer (RRH) para la instruccion de fuego antiaerreo pesado.

Se dio prioridad al desarrollo de sistemas de detección por infrarrojos y radares. Al comienzo de la guerra, la Kriegsmarine alemana tenía ocho estaciones de radar Freya que operaba a lo largo de la costa norte de Alemania. Aunque el Freya era capaz de identificar aeronaves que se acercaban a una distancia de casi 200 km, no podía proporcionar con precisión valores de altitud o posición para permitir que dichos contactos tuvieran respuesta precisa de las baterías de FlaK. Con el comienzo de las incursiones nocturnas del Mando de Bombardeos británico contra objetivos industriales alemanes a finales del verano de 1940, la   necesitaba desesperadamente una manera efectiva que permitiera a que sus artilleros atacar a los bombarderos por la noche. Esta carencia aceleró la creación de dos nuevos sistemas de radar en forma del Lorenz FuMG 40L y del Telefunken Würzburg.

El sistema Lorenz tenía un alcance de 24 – 40 Km y una precisión en condiciones ideales de más o menos 11 – 14 metros. El radar de Würzburg tenía casi el doble de alcance, pero era menos preciso. Con este último sistema más fácilmente disponible, Telefunken ganó el contrato. Los primeros radares de guía de tiro FuMG 39T(C) Würzburg finalmente entraron en servicio en el verano de 1941. La falta de previsión con respecto a la importancia de esta tecnología costaría cara a la Luftwaffe, ya que una continua escasez de radares de dirección de tiro significaba que los detectores de sonido RRH nunca desaparecieron por completo: en 1944 todavía había 5.560 de ellos en servicio.

Radar Telefunken Würzburg D

Entre 1933 y 1938 las fuerzas de FlaK de la Luftwaffe experimentaron una expansión sin precedentes, dando como resultado más de 70.000 hombres sirviendo en la Flakartillerie y baterías de reflectores y globos de barrera en 1939. su trabajo era proteger a los 2.359 importantes objetivos relacionados con armamentos (plantas de ensamblaje de aeronaves y tanques, fábricas de municiones e instalaciones militares) dentro del Tercer Reich que la Luftwaffe había identificado como posibles objetivos para los bombarderos enemigos al estallar la guerra. Con tantos sitios por proteger, la Luftwaffe se encontró con una gran disparidad entre la fuerza planificada y proyectada de cañones antiaéreos. Hasta ahora, la producción previa a la guerra no había logrado satisfacer la creciente demanda de la Flakartillerie, lo que llevó en julio de 1939 al propio Hitler a ordenar un aumento en la producción del cañón de 88 mm y todos los demás equipos auxiliares.

Cuando las tropas alemanas entraron en Polonia en la mañana del 1 de septiembre de 1939, la fuerza antiaérea de la Luftwaffe había aumentado a 657 baterías de FlaK pesadas (2.628 cañones de 88 mm y 105 mm), 560 baterías ligeras (6.700 piezas FlaK de 20 mm y 37 mm) y 188 baterías de reflectores (2.052 reflectores de 60 cm). En estas cifras estaban incluidos tres batallones de cañones FlaK ferroviarios controlados por la Wehrmacht y siete batallones FlaK navales de la Kriegsmarine.

En vísperas de la guerra, Alemania disponía de las mejores y más formidables defensas aéreas del mundo. Günther Rüdel, que ya había alcanzado el rango de General der Flakartillerie, estaba tan optimista que proclamó que "la artillería FlaK será el factor decisivo en la guerra del futuro".

 

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