martes, 16 de mayo de 2017

Bolsa de Colmar. Perspectiva general.

Bolsa de Colmar


Mapa de operaciones. Bolsa de Colmar

En el otoño de 1944, el 6º Grupo de Ejércitos aliado bajo el mando del general estadounidense Jacob L. Devers seguía en su misión de avance continuo hasta llegar al Rin, su principal objetivo. Para conseguir este propósito, Devers debía atacar a las fuerzas germanas situadas en la región montañosa de los Vosgos  para posteriormente entrar en la llanura de Alsacia. Con el 7º Ejército norteamericano del general Alexander Patch y el 1º Ejército francés bajo el mando del general Jean de Lattre de Tassigny, Devers comenzó el ataque el 14 de noviembre de 1944. Las tropas americanas atacarían desde el flanco norte a través de la brecha de Saverne mientras los franceses del 1º Ejercito avanzarían por el sur atravesando la brecha de Belfort para así intentar rodear el macizo montañoso de los Vosgos y poder entrar en la planicie de Alsacia dirigiéndose hacia el este, concretamente hacia el Rin. El 19 de noviembre el ataque del flanco sur penetró con relativa facilidad a través de la brecha de Belfort alcanzando las afueras de Mulhouse y el área del alto Rin. El 3º Mando de Combate de De Lattre fue la primera unidad aliada en llegar a las orillas del Rin. Tras la captura de Belfort el 22 de noviembre, las tropas francesas giraron el eje de avance hacia el norte en dirección a la ciudad de Colmar.

En el norte, el 7º Ejército norteamericano comenzó a moverse a través de la brecha de Saverne el 21 de noviembre. Gracias el éxito francés en el flanco sur, los ataques en dirección Estrasburgo se vieron favorecidos y así, el 23 de noviembre tropas pertenecientes a la 2ª División Blindada francesa del general Leclerc entraban en la capital alsaciana. La 2ª División Blindada francesa había sido transferida del 12º Grupo de Ejércitos al 6º grupo como parte del XV Cuerpo americano. El éxito del 7º Ejército de Patch dividió en dos el frente germano dejando al norte de Estrasburgo al 1º Ejército alemán y al sur el 9º Ejército. A continuación Devers ordenó al XV Cuerpo norteamericano limpiar el norte de Alsacia y enlazar con el 3º Ejército del general George S. Patton situado enfrente de la región del Saar.


Tropas francesas liberando Colmar

A principios de diciembre, Devers desplazó el VI Cuerpo más al norte, al Saar. El jefe del 6º Grupo de Ejércitos y su estado mayor de inteligencia estaban convencidos que el 9º Ejercito alemán, que se hallaba situado al oeste del Rin alrededor de Colmar se estaba preparando para su retirada hacia Alemania cruzando el gran rio fronterizo. Debido a esta creencia, Devers pensó que el 1º Ejercito francés se bastaba en solitario para limpiar de enemigos la zona entre el macizo de los Vosgos y el Rin, aproximadamente el área circundante a Colmar. Devers aseguró al general Dwight D. Eisenhower que " El 9º alemán ha dejado de existir como fuerza táctica". Para que el 1º Ejército francés pudiese cumplir con esa tarea fue reforzado con la 2ª División Blindada francesa y la 36ª División de infantería norteamericana "Texas".

Sin embargo, el 9º Ejército germano no estaba preparándose para su retirada a través del Rin. El 23 de noviembre Adolf Hitler había ordenado al general Friedrich Wiese mantener todo el tiempo posible la región de Colmar. Hitler también situó el 9º Ejército dentro del orden de batalla del Armeegruppe Oberrhein bajo el mando del Reichführer-SS Heinrich Himmler. La bolsa de Colmar no fue evacuada sino todo lo contrario, los alemanes construyeron un sector defensivo en torno a la ciudad alsaciana.

Durante diciembre, los franceses intentaron doblegar la resistencia en la bolsa de Colmar mediante un ataque en pinza. El II Cuerpo francés atacaría desde el norte mientras el I Cuerpo francés asaltaría la bolsa desde el sur. Las tropas defensoras compuestas por el LXIII Cuerpo y el LXIV Cuerpo beneficiadas por el terreno accidentado y la meteorología invernal apenas cedieron terreno.

A finales de 1944, el saliente de Colmar, denominacion mas correcta que bolsa ya que el ataque en pinza con esa intención ni empezó ni acabó con éxito, medía más de 90 km, desde Mulhouse en el sur hasta algunos kilómetros por debajo de Estrasburgo. Hasta que dicha región no estuviese libre de tropas enemigas, el 7º Ejército no podría apoyar a Patton en su ataque sobre el Saar. Cuando la región fuera liberada seria el 1º Ejercito francés quien debería mantener todo el frente existente entre la frontera franco-germana separada por el Rin que iba desde Suiza hasta la región del Saar. Esa futura y previsible situación dejaba manos libres al 7º Ejército en su apoyo a Patton, en el norte.


 Soldados franceses y norteamericanos tras cerrar la bolsa de Colmar

El día de Nochevieja de 1944, los alemanes lanzaron la Operación Nordwind a través de la parte más septentrional de Alsacia, en los Vosgos Bajos. Al día siguiente, Día de Año Nuevo, Eisenhower ordenó a Devers retirar todo el 6º Grupo de Ejércitos hacia posiciones defensivas en los Altos Vosgos. Sin embargo, dicha retirada implicaba abandonar Estrasburgo a los alemanes, situación que Francia no estaba dispuestos a conceder. El general De Gaulle objetó y ordenó a De Lattre mantener la ciudad que en esos momentos se hallaba dentro del sector operacional del 7º Ejército norteamericano y no del 1º Ejército francés. La situación rápidamente se convirtió en una confrontación política a gran escala implicando al Primer Ministro británico Winston Churchill y al Presidente Franklin D. Roosevelt. De Gaulle y Eisenhower se reunieron el 3 de enero y acordaron finalmente mantener Estrasburgo y cambiar las delimitaciones de cada ejército para así dejar la capital de Alsacia bajo el control de De Lattre.

La Operación Nordwind fue intensa al principio pero rápidamente perdió empuje. El 5 de enero los alemanes atacaron a través del Rin con una división pero fracasaron en el intento de tomar Estrasburgo. El 7 de enero intentaron desde la parte norte del saliente de Colmar avanzar hacia Estrasburgo pero fueron detenidos a 45 km del objetivo. Tras varios días de duros combates, los alemanes abandonaron toda esperanza de conseguir la rotura del frente. Era de esperar el contraataque aliado que comenzó el 20 de enero en el flanco sur de la bolsa de Colmar y tres días más tarde desde el norte. El 27 de enero Hitler permitió a las fuerzas alemanas presentes en la bolsa de Colmar su retirada. Un día mas tarde De Lattre recibía la incorporación del XXI Cuerpo norteamericano en su formación, llegando a la cifra de 12 divisiones bajo su mando. A finales  de enero los alemanes comenzaron su repliegue cruzando el Rin pero sufriendo graves bajas en dicho proceso.

El 9 de febrero, la totalidad de la bolsa de Colmar se hallaba bajo control aliado. En total, 425.000 soldados aliados se vieron involucrados en la batalla sufriendo aproximadamente 18.000 bajas. Se tomaron alrededor de 22.000 prisioneros alemanes pero más de 50.000 soldados del 9º Ejército fueron capaces de llegar a suelo patrio atravesando el Rin.

jueves, 11 de mayo de 2017

La epopeya de la Fuerza Z III

La epopeya de la Fuerza Z III

Proviene de La epopeya de la Fuerza Z II


 Postal  japonesa conmemorativa del hundimiento de la Fuerza Z


El segundo ataque fue llevado a cabo por 17 Nell equipados con torpedos del grupo Genzan. Ocho aviones lanzaros sus torpedos a 600-1500 metros del Prince of  Wales. Los japoneses afirmaron tres impactos, pero sólo dos fueron confirmados por los británicos. Pero esas dos explosiones, ambas a las 11:44 h. condenaron al "insumergible" Prince of  Wales. Los torpedos explotaron por el lado de babor por detrás de la torreta trasera de 14 in, dañando el eje de la hélice exterior e inundando varios compartimientos. La inundación ocasiono una escora de 11,5 grados, una disminución de la velocidad hasta los 15 nudos y dejo fuera de acción a los principales cañones antiaéreos. Mientras tanto, nueve aviones torpederos atacaron al Repulse, pero según los británicos ninguno explotó, a pesar de la reclamación japonesa de cuatro impactos. En ese preciso momento, seis aviones del Grupo Aéreo Mihoro también estaban atacando el Repulse con bombas pero ninguna explotó sobre el crucero de batalla.

El tercer ataque duró desde las 11:57h. hasta las12:02 h. fue realizado por con ocho torpederos Nell del Grupo Mihoro, que lanzó sus torpedos contra el Repulse. Las perfectas maniobras evasivas del crucero de batalla impidieron cualquier impacto. La siguiente oleada, llevado a cabo por  26 Betty del Grupo Aéreo Kanoya, ocurrió desde las 12:20 hasta las 12:32 h. Seis aviones atacaron al maltrecho Prince of Wales lisiado y 20 al aún ágil Repulse. El acorazado, incapaz de maniobrar  fue alcanzado por cuatro torpedos por su costado de estribor. Un bien ejecutado ataque de pinza sobre el Repulse presentó a su capitán una situación imposible de salvar. Cinco torpedos explotaron en los costados del crucero de batalla escorándose de forma muy acusada y rápidamente. El barco se hundió a las 12:32 h.



Hundimiento del HMS Repulse

La siguiente oleada de aviones japoneses compuesta por nueve bombarderos de nivel del Grupo Aéreo Mihoro se centró en atacar los destructores de escolta. Ninguna bomba alcanzó objetivo alguno. El ataque final de los Nell del Grupo Mihoro tuvo al Prince of Wales como blanco. Siete aviones lanzaron bombas de 1100 lb. Una alcanzó al acorazado en la cubierta superior de la catapulta, penetrando sobre la cubierta principal donde estalló provocando graves bajas.

A partir de ese momento, simplemente era cuestión de tiempo que se hundiera el acorazado. Su velocidad se había reducido a tan solo 6 nudos, y el ángulo  de escora del barco aumentaba rápidamente. La orden de abandonar el barco fue dada a las 13:15 h. Cinco minutos después, el Prince of Wales se hundía. Tan solo quedaban los tres destructores cuya misión pasó a ser la de rescatar a los supervivientes del agua; acción que realizaron sin ser atacados por aviones enemigos. Del Repulse se perdieron 513 marineros siendo rescatados 796, las cifras fueron mejores en el caso del Prince of Wales ya que se rescataron 1285 marineros y perdieron la vida 327. Los japoneses tan solo perdieron 21 aviadores, tres aviones derribados y 27 dañados.

El hundimiento del Prince of Wales y del Repulse marcó no sólo el final de la era del acorazado  Dreadnought sino también el fin de la hegemonía británica como potencia marítima en el Lejano Oriente. Como la Royal Air Force también fue rápidamente puesta fuera de combate, el destino de Singapur recayó únicamente sobre el ejército británico.



La pérdida de la fuerza Z fue recibida en Gran Bretaña con gran consternación. ¿Pero era inevitable? Antes de zarpar Phillips se hallaba ante tres opciones: permanecer en Singapur y ser bombardeado, trasladarse a una posición más segura y mantener su flota para posteriormente llevar a cabo alguna acción o atacar la invasión japonesa, sabiendo que sólo la potencia marítima  podría derrotar a los japoneses. No en vano, eligió esta última. Cuando su plan fue discutido con su estado mayor el 8 de diciembre, nadie disintió. Phillips era consciente de los riesgos, pero confiaba en que podría ocuparse de cualquier flota de superficie japonesa que se encontrara en la zona, era sabedor de la solitaria presencia de un crucero de batalla de la clase Kongo y de varios cruceros y más que nada no sopeso la amenaza que suponía un ataque aéreo. Con el elemento sorpresa a su favor, pensaba que podía asestar un serio golpe a la fuerza de invasión japonesa en la mañana del 10 de diciembre. Con la base más cercana de bombarderos de la Armada Imperial japonesa a 400 millas de Singora y a 370 millas de Kota Bharu, Phillips minimizó el peligro de un ataque con aviones torpederos.  El bombardeo de la flota a alta cota ni llego a plantearse.




Después de la tragedia, parece ser que se dio un sentimiento generalizado acerca de la inevitable e inútil perdida del Prince of Wales y del Repulse. La fuerza enviada a Extremo Oriente era insuficiente para actuar como elemento de disuasión, e igualmente inadecuada como flota equilibrada con la potencia necesaria para interrumpir la invasión japonesa. No hay duda que Phillips o cualquier otro almirante de la Royal Navy habría decidido correr un riesgo calculado al atacar la fuerza de invasión japonesa. También es indudable que ningún almirante británico era consciente del poder y del alcance de los grupos aéreos de la armada nipona basados en tierra. Así mismo, el factor de la falta de protección aérea sobre la Fuerza Z también en cierta manera es despreciable pues  aunque un escuadrón de mal armados y poco resistencia cazas Buffalo hubiesen estado presente, el resultado no habría cambiado, solo hubiese variado el coste  para los japoneses.

En un análisis final, la decisión de enviar una fuerza totalmente inadecuada y desequilibrada a una base insegura fue desde un principio errónea. La premisa para toda la operación, que una fuerza de dos acorazados podría actuar como elemento disuasorio para los japoneses, que ciertamente iban a la guerra por su supervivencia nacional, no tenía ninguna base en realidad. Realmente, la responsabilidad por la pérdida de la Fuerza Z fue solo de Churchill.

miércoles, 10 de mayo de 2017

La epopeya de la Fuerza Z II

La epopeya de la Fuerza Z II

Proviene de La epopeya de la Fuerza Z I


El Prince of Wales y el Repulse, escoltados por un mera formación de cuatro destructores partieron de la base naval de Singapur después del anochecer del 8 de diciembre. Pronto se hizo evidente que las perspectivas de encubrimiento de la flota por las condiciones meteorológicas serian casi nulas, así que el factor sorpresa tal vez no se produciría. El objetivo en el lugar del desembarco de las tropas enemigas en Kota Bharu disminuía el tiempo bajo amenaza de ataque aéreo desde las bases aéreas niponas en Indochina, al estar más al sur que Singora. Sin embargo, a las 04:00 h. del 9 de diciembre, Phillips cambió el rumbo hacia el norte bajo condiciones meteorológicas complicadas buscando el amparo de la no detección por parte enemiga.



HMS Repulse y HMS Prince of Wales

Sin que lo supieran los británicos, la Fuerza Z fue descubierta por el submarino Japonés I-65 a las 13:45 h. Posteriormente, una hora antes del atardecer, el cielo se abrió y a las 17:40 h. se avistó el primero de una formación de tres aviones enemigos. En ese momento Phillips que llevaba rumbo norte cambió viró hacia el noroeste a las 18:55 h. y a las 19:30 h. volvió a variar el rumbo dirección oeste como si se dirigiese a Singora. En este punto la fuerza británica se hallaba a tan sólo 22 millas del área donde se encontraba la fuerza naval de la Armada Imperial Japonesa en misión de búsqueda e interceptación.

Aproximadamente a las 20:00 h. Phillips se reunió con los oficiales de su estado mayor par decidir si continuar la operación o no. Rápidamente se decidió abortarla y dirigirse al sur a Singapur, a 275 millas de distancia. Entonces, a las 23:55 h., el destino intervino. Al Prince of Wales llego un informe avisando que se estaba produciendo un desembarco enemigo en Kuantan, a tan solo 120 millas de la posición actual de la Fuerza Z en esos momentos y bastante más al sur que Kota Bharu, por lo tanto más alejada de las bases aéreas en Indochina. El informe era completamente falso, pero, como Kuantan era un punto clave de la defensa de Malasia, Phillips decidió que debía ser evaluada la situación. En consecuencia, al Fuerza Z cambió de rumbo a las 00:25 h. del 10 de diciembre hacia el suroeste. Desgraciadamente, el almirante Phillips no solicitó apoyo aéreo para este cambio de planes, pensando que su jefe de estado  mayor en Singapur, con la recepción del mismo informe, intuiría que la flota cambiaria de rumbo y ya ordenaría la consecuente defensa aérea.  Además, Kuantan estaba a 450 kilómetros de la base aérea de la Armada Imperial Japonesa más cercana y por lo tanto probablemente más allá del alcance de cualquier ataque aéreo eficaz.




A las 08:00 h.de la mañana siguiente, la Fuerza Z estaba situada frente a Kuantan. Se envió un destructor y un avión desde el Prince of Wales a investigar la situación en la costa. Como era de esperar no se halló ninguna actividad enemiga, sin embargo, en lugar de dirigirse directamente a Singapur, Phillips persistió en quedarse en esa posición durante 90 minutos más para indagar sobre un informe anterior que avisaba de la presencia de algunas barcazas y un remolcador. Este retraso resultó fatal. Alrededor de las 10:15 h., un avión de reconocimiento del Prince of  Wales divisó un avión japonés. Incluso en ese momento, Phillips no envió  transmisión alguna solicitando cobertura aérea. Justo después de las 11:00 h. la primera oleada de aviones nipones fue descubierta empezando en esos momentos el ataque aéreo.

Tras el fracaso de las fuerzas de superficie japonesas en contactar con la Fuerza Z durante la noche del 9 al 10 de diciembre, esta tarea le fue encomendada a las fuerzas aéreas basadas en tierra de la Armada Imperial. A las 04.55 h., nueve bombarderos del Cuerpo Aéreo Genzan despegaron, seguidos por dos aviones de reconocimiento que despegaron a las 05:30 h. con la misión de encontrar los barcos enemigos. A los aviones previstos para el ataque global procedentes de los Cuerpos Aéreos Genzan, Mihoro y Kanoya  se les ordenó despegar tan pronto como estuviesen preparados. Un total de 85 bimotores, 26  G3M "Nell" y 85 G4M "Betty" despegaron entre las 06:25 h. y las 08:00h. Entre la formación de bombarderos, los 26 Betty mas 25 Nell iban armados con torpedos, el resto con bombas.



Mitsubishi G4M "Betty"

El avión líder voló hacia el sur, hasta un punto a 80 millas al norte de Singapur sin encontrar los buques británicos. Acto seguido viraron hacia el norte para continuar la búsqueda. A la 10:13 h. avistaron el destructor Tenedos, que se había separado de la Fuerza Z debido a problemas de combustible. Nueve Nell lo atacaron con bombas, pero ninguna dio en el blanco. En el mismo momento que el nivel de combustible de los aviones japoneses comenzaba a ser preocupante, uno de los aviones de reconocimiento detectó la Fuerza Z frente a Kuantan a las 10:15 h. A las 11:00 h., la fuerza aérea atacante ya estaba sobre los acorazados británicos e iniciaba el ataque. Debido a que los aviones japoneses no despegaron todos a la vez y también porque se separaron en distintas las líneas de búsqueda, la batalla aeronaval se desarrolló mediante una serie de ataques por oleadas.


Los buques británicos abrieron fuego contra los bombarderos japoneses a las 11:13 h. El primer grupo bombarderos compuesto por ocho Nell del Grupo Aéreo Mihoro atacó al Repulse a las 11:15 h. Cada avión lanzó dos bombas de 550lb justo por debajo de los 10.000 pies. Todos los lanzamientos cayeron cerca de la nave británica pero solamente una bomba impactó de lleno sobre un hangar, destruyendo un hidroavión y provocando un incendio que fue extinguido rápidamente. El pesado fuego antiaéreo británico contra bombarderos que volaban a nivel, rumbo y velocidad constante fue bastante eficaz. Cinco de los ocho aviones fueron dañados.

martes, 9 de mayo de 2017

La epopeya de la Fuerza Z I

La epopeya de la Fuerza Z I

A medida que se hacía más evidente el pronto estallido de las hostilidades en el Lejano Oriente, la Royal Navy hizo planes para enviar una gran y equilibrada flota a Singapur. En agosto de 1941, el Almirantazgo propuso trasladar siete acorazados, si bien no los mas modernos, un portaaviones, diez cruceros y 24 destructores al Lejano Oriente. Sin embargo, dicha flota no estaría disponible para su envío hasta marzo de 1942. También en agosto, el gobierno australiano pidió la presencia urgente de varios acorazados que pudieran actuar como freno a las ambiciones japonesas. Esta situación llevó a Churchill a considerar el envío en octubre a Singapur de una fuerza menor en torno a un moderno acorazado, un crucero y un portaaviones. Esta disparidad de opiniones dio lugar a un enfrentamiento entre Churchill y el Ministerio de Marina que estaba a favor de enviar una flota más grande y sobre todo equilibrada. No se llegó a compromiso alguno hasta el 20 de octubre cuando en una reunión se acordó que el acorazado Prince of Wales  comenzaría un tránsito a Ciudad del Cabo,  a la espera de tomar con una decisión final para cuando atracase en la ciudad sudafricana.



Acorazado HMS Prince of Wales 

El Prince of Wales partió desde el Clyde el 25 de octubre con tres destructores. El 16 de noviembre, llegó a Ciudad del Cabo. Este alto en el trayecto fue anunciado en prensa y el Almirantazgo no hizo ninguna maniobra para cambiar su destino. El acorazado reanudó su periplo hasta Colombo, en Ceilán, donde le esperaba el crucero de batalla Repulse y dos destructores mas. En la tarde del 2 de diciembre, la denominada Fuerza Z formada por los dos grandes buques y cuatro destructores llegaba a Singapur.

El ambiente preguerra se notaba perfectamente en la base naval británica y el avistamiento el 6 de diciembre de tres grandes convoyes de transporte japoneses al sur de Indochina sugirió que la Fuerza Z pronto entraría en acción. El día 8, ya con la guerra declarada, llegaron informes del desembarco de tropas japonesas en tres puntos diferentes de Tailandia y Malasia. Ese mismo día, aviones de la Armada Imperial Japonesa bombardearon Singapur donde se hallaba fondeado el Prince  of Wales.



Almirante Sir Tom Phillips, comandante naval de la flota en Extremo Oriente

Por la mañana del 8 de diciembre, cuando la magnitud de los ataques japoneses en el Pacífico se había convertido en evidente, y el Almirantazgo había dado órdenes para iniciar las hostilidades, no se podía negar que la misión principal de la Fuerza Z, actuar como un elemento disuasivo ante los nipones, había fracasado. Ante esta situación, Londres reflexionaba sobre la misión a realizar por la Fuerza Z. Antes de tomar cualquier decisión, el almirante Sir Tom Phillips, comandante naval de la flota en Extremo Oriente, ya había actuado. Tras regresar  a Singapur en la mañana del 7 de diciembre de una conferencia con los americanos en Manila y después de otra reunión al día siguiente temprano con los comandantes británicos en la base naval, Phillips determinó que tendría que actuar con rapidez con su pequeña pero potente fuerza para poder albergar alguna esperanza de derrotar a los japoneses e impedir la invasión. La operación dependía en gran medida del factor sorpresa, sin embargo las posibilidades de alcanzar Singora, objetivo del desembarco japonés, sin ser descubiertos gracias al tiempo encapotado por las nubes en época de monzones era del 50%. Tal vez por esta razón, durante la mañana, se cambió su objetivo a Kota Bharu con la intención de llegar a destino en la mañana del 10 de diciembre.

El Prince of Wales era el segundo acorazado de la clase King George V, la clase más moderna de acorazados británicos que entraron en combate durante la guerra. La nave estaba fuertemente blindada, equipada con un impresionante armamento principal de diez cañones de 356 mm o 14 pulgadas y una velocidad máxima de 28,5 nudos. Su debilidad principal se hallaba en su limitada capacidad para enfrentarse contra modernos y rápidos aviones, especialmente si volaban a baja altura. El crucero de batalla Repulse no había sido modernizado desde su finalización en 1916. Como cabría esperar de un crucero de batalla, la nave disfrutaba de una gran velocidad y de un considerable armamento principal de 6 cañones de 381 mm. o 15 pulgadas, sin embargo no poseía un blindaje acorde con los tiempos sobre todo contra bombas aéreas o torpedos. Su batería antiaérea era totalmente inadecuada. A pesar de estas deficiencias, las dos naves capitales constituían una amenaza real para las comunicaciones marítimas japonesas a través del Mar de la China Meridional, y por supuesto los convoyes de tropas.



Crucero de batalla HMS Repulse

La verdadera naturaleza de la táctica de combate aéreo japonés era desconocida por Phillips y en general por al Royal Navy. Las capacidades de ataque de los aviones y aviadores japoneses a los ojos de los británicos no parecían ser nada extraordinarias y probablemente se creía que no estaban tan desarrolladas como las amenazas con las que la Royal Navy se había enfrentado en el Atlántico Norte y en el Mediterráneo. Justo antes de que partiera para Extremo Oriente, el Prince of Wales había sido atacado desde el aire por aviones italianos, ataques que fueron rechazados, aunque otro acorazado, el Nelson, recibió un impacto de un torpedo y sufrió daños considerables. A esta falsa percepción habría que añadir que usando como referencia la autonomía de los torpederos británicos en servicio, existía la creencia general que las 400 millas que separaban la Fuerza Z de las bases aéreas japonesas en el sur de Indochina suponían una mínima amenaza a la flota.

lunes, 8 de mayo de 2017

1º Batalla de Montecassino. Operaciones en el norte y en el sur.

1º Batalla de Montecassino. Operaciones en el norte y en el sur.


El ataque aliado comenzó la noche del 11 al 12 de enero cuando las tropas del general Juin avanzaron hacia las alturas al norte de Cassino. El II Cuerpo francés atacaría desde el flanco derecha de la línea aliada y su misión era avanzar 5 km. antes de la Línea Gustav en dirección Belmonte-Castello para después atravesar las defensas alemanas y girar al sur penetrando en el valle del Liri, muy por detrás de las posiciones de Cassino. El ataque estaría encabezado por soldados de las tribus bereberes de la 2ª División de infantería de Marruecos; unidad bajo el mando del general Dody que gozaba de excelente reputación entre los mandos norteamericanos ya que en diciembre del año anterior, encuadrada dentro del IV Cuerpo tuvo un excelente comportamiento en el área del monte Pantano.


Goumiers, tropas marroquíes de la 2ª División recibiendo instrucciones.

La división atacó con sus tres regimientos en línea consiguiendo  la mayor sorpresa posible gracias a la oscuridad y la inexistencia de bombardeo previo. El progreso inicial se produjo rápidamente   mientras a su izquierda se hallaba la inexperta 3ª División argelina del general Monsabert cuya acción no fue tan positiva. Cuando atacó se encontró con una fuerte resistencia y su objetivo principal, Monna Casale, cambió de manos al día siguiente al menos cuatro veces tras intensos combates. Frente al ataque francés se hallaba la 5ª División de Gebirgsjäger bajo el mando del general Julius Ringel, Si bien en un principio cedió posesiones pronto se estabilizó la linea al reorganizarse los Gebirgsjäger tras las defensas de la Línea Gustav. La lucha en terreno montañoso comenzó a encrudecerse y alargarse; los dos combatientes se hallaban en su estado natural, las tropas alpinas germanas formadas por cazadores bávaros y los tirailleurs norteafricanos demostraron estar a la altura unos de otros y por ello el 17 de enero los ataques finalizaron con las posiciones estabilizadas. Juin en ese momento creía que la adición de una nueva división acabaría por romper la línea Gustav, sin embargo el jefe del 5º Ejército, el general Clark, no estaba dispuesto a comprometer ninguna unidad norteamericana en el sector de los franceses. Tenía otros planes.

El ataque de los franceses preocupó de forma clara al comandante del XXIV Cuerpo Panzer, general Von Senger, ya que detrás de la 5ª División de Ringel no disponía de unidad alguna para frenar a las tropas de Juin si lograran romper la línea Gustav, sin embargo el saber que el esfuerzo galo no tuvo continuación fue un gran alivio que le permitió concentrar sus fuerzas en el sector del frente donde estaban comenzando a producirse combates, justo en el río Garigliano.

El 17 de enero, el X Cuerpo británico del teniente general McCreery, reforzado con la 5ª División, atacó en el Garigliano con la 56ª División bajo el mando del general Templer en el centro de la línea. Dos brigadas cruzaron el rio cerca de Castellforte y aseguraron una cabeza de playa. Más al sur, junto al mar, la 5ª División lanzó un ataque también con dos de sus brigadas, una desde el mar por medio de lanchas de desembarco pero campos de minas terrestres bloquearon el paso y retrasaron el avance, confinando a los británicos en una exigua área próxima a la orilla.


Mapa de operaciones dela 1ª Batalla de Montecassino

La unidad germana que se enfrentó a los británicos en el sector sur de la línea fue la 94ª División de infantería por medio de intenso fuego de artillería y mortero, sobre todo contra la 56ª División y su cabeza de playa. Durante dos días cualquier ataque fue rechazado por contraataques alemanes, incluso al final apoyados por unos pocos tanques de la Hermann Göring procedentes de Roma. Sin embargo la constante afluencia de tropas a la cabeza de playa y la posibilidad real de romper la resistencia y avanzar hacia los montes Aurunci para posteriormente abrir el valle del Liri desde el sur, mantuvo en alerta, al igual que días antes en el ataque francés, al general en ejefe Von Senger que solicitó al alto mando liberar las reservas. Kesserling viendo el peligro en el sur ordenó a Vietinghoff, jefe del Ejercito, el envío de la 29ª División y la 90ª División, ambas unidades de elite y de panzergranaderos, al Garigliano, así como el refuerzo de un regimiento de la 15ª Panzergrenadier que se hallaba cubriendo el frente al norte de la posición de la 94ª de infantería. Con estos refuerzos, el ataque británico fue detenido, como era de esperar y previsible, ya que este movimiento entraba dentro de los planes del Clark pues atraería las reservas del ejército alemán y así no podrían utilizarse cuando el VI Cuerpo desembarcara en Anzio, previsiblemente el 22 de enero.

La tercera división británica en acción, la 46ª División, debía lanzar el 19 de enero el tercer asalto rio arriba, en el flanco derecho del Cuerpo frente a Sant Ambrogio distrayendo la atención enemiga y así facilitar el asalto más al norte por parte de los americanos en el Rapido frente a  Sant Angelo. El ataque británico fue un completo fracaso. La fuerza de la corriente del rio Garigliano desbarató el cruce por medio de botes y el intento de construcción de un puente por los ingenieros. Dos batallones pudieron cruzar el rio pero los refuerzos posteriores no lograron llegar debido al impetuoso torrente. Catorce intentos de reforzar la débil cabeza de playa fracasaron. La acción fue cancelada y los valientes de la otra orilla abandonados a su suerte.


Soldados británicos atravesando el Garigliano.


El fracaso de la 46ª División hizo considerar el cruce del Rapido por los americanos previsto para el día siguiente, sin embargo, Clark necesitaba presionar las líneas alemanas en Cassino para que no pudieran reforzar de ninguna manera a las tropas que se enfrentarían al VI Cuerpo en Anzio. La coordinación debía ser fundamental.

jueves, 4 de mayo de 2017

Tanques BT en la Gran Guerra Patriótica, 1941-45. II

Tanques BT en la Gran Guerra Patriótica, 1941-45. II

Proviene de Tanques BT en la Gran Guerra Patriótica, 1941-45. I


Destino muy comun entre los tanques BT

La invasión alemana del 22 de junio de 1941 colocó a las fuerzas  armadas soviéticas ante una prueba severa y enseguida se clarificó la falta de preparación del nuevo cuerpo mecanizado. Las purgas políticas de la década de 1930 paralizaron la correcta evolución de los cuadros de oficiales y, los procesos de entrenamiento estándares de las tripulaciones y tropas de las unidades acorazadas soviéticas eran inferiores en comparación con los de sus rivales alemanes. Las batallas iniciales en el Báltico, Bielorrusia y Ucrania fueron grotescamente desproporcionadas a favor de los alemanes. Este hecho fue muy paradójico teniendo en cuenta la enorme ventaja cuantitativa por parte de los soviéticos. La fuerza acorazada germana en ese momento ascendía a 5162 tanques de los cuales 3412 tomaron parte en la fase de apertura de la Operación Barbarossa. En comparación, el conjunto de blindados soviéticos llegaba hasta las 22702 unidades, un numero cuatro veces mayor. De la fuerza alemana atacante, 1415 unidades pertenecían a los modelos PzKpfw III y PzKpfw IV, que eran técnicamente superiores al carro BT-7. Sin embargo, entraron en acción 1810 tanques ligeros en cierto modo equivalentes o inferiores al carro BT-7. El PzKpfw 38(t) era técnicamente el más similar al BT-7. Sin embargo, no fue ni el equilibrio cuantitativo ni técnico el factor importante en 1941, sino más bien la enorme disparidad en el entrenamiento de las unidades y la aplicación de las tácticas de combate. Las divisiones acorazadas soviéticas fueron barridas por divisiones panzer mucho más pequeñas pero mucho más experimentadas. El Ejército Rojo perdió la asombrosa cifra de 11703 tanques en las primeras tres semanas de lucha; en contrapartida las pérdidas alemanas durante el mismo período fueron de menos de 500 panzers.

Algunos ejemplos concretos proporcionan una verdadera imagen del desastre. La 12ª División Acorazada integrada dentro del 12º Cuerpo Mecanizado inició  la campaña en el Báltico con 236 tanques BT quedando solo 9 carros útiles el 7 de julio de 1941, tan solo tras dos semanas de lucha. De las pérdidas, 133 fueron por acciones de combate y el resto por averías mecánicas o accidentes. El 7º Cuerpo Mecanizado desplegado en el área de Smolensk tenía 229 tanques BT al comienzo de la campaña, esta cifra se redujo a 171 en las primeras dos semanas de combates. Durante las batallas posteriores, del 6 al 19 de julio, 143 carros BT fueron destruidos, 22 sufrieron daños, y sólo 6 permanecían en servicio activo al finalizar los combates. El Frente Occidental, que contaba con 656 tanques BT al inicio de la invasión, disponía el 1 de octubre  de solamente 101  y el 28 del mismo mes octubre  esa cifra se había reducido a sólo 43 carros. La 24ª División de Tanques comenzó la guerra con 141 carros BT y el 1 de agosto tan tenía sólo 34 en servicio tras cinco semanas de combates en el frente de Leningrado. El mismo Distrito Militar de Leningrado comenzó las hostilidades con 863 tanques BT disponiendo el 27 de septiembre de 58 carros operacionales más 7 unidades en proceso de reparación.



Como consecuencia lógica de las pérdidas catastróficas de 1941, durante 1942 hubo una presencia menor de tanques BT en las unidades acorazadas soviéticas. Durante los combates alrededor de Kharkov el 9 de mayo de 1942, el 22º Cuerpo de Tanques disponía 25 tanques BT de sus 105 tanques totales; las unidades blindadas colindantes no tenían ningún carro BT. El 1 de julio de 1942, en el Frente Sur 29 de los 214 tanques disponibles eran del tipo BT y de estos 18 fueron enterrados y utilizados cono fortines. En el Frente Suroeste en ese momento, no había ninguno. En el Frente de Briansk en junio y julio de 1942, tan solo 2 BT-5 y 7 BT-7 estaban encuadrados en las dos brigadas de tanques del frente; quedando esa cifra reducida a una única unidad el 12 de julio de 1942. Durante las batallas de Stalingrado en el otoño e invierno de 1942-43, apenas existían carros BT en servicio en las unidades blindadas soviéticas. De los 73 tanques en uso en el Frente de Stalingrado el 1 de octubre de 1942, ninguno era del tipo BT. De los 225 tanques del Grupo del Mar Negro en el Frente Cáucaso a finales de enero de 1943, sólo dos eran tanques BT-7. El último uso conocido de los carros BT en el teatro europeo fue en la aislada región de Leningrado donde algunas escasas unidades seguían en servicio en 1944. Tras la guerra, en junio 1945, sólo existían 299 BT de todos los modelos en los territorios europeos de la URSS, y de ellos 43 estaban en servicio y el resto en las plantas de reparación.


El último reservorio de tanques BT fue en el Lejano Oriente. En marzo de 1944, la 203ª Brigada de Tanques  probó una versión mejorada del BT-7, aplicando paneles acorazados supletorios. Hay pocos detalles sobre el resultado de esta mejoría. Tres batallones de carros BT-7 fueron desplegados con el 6º Ejército del Tanques de la Guardias durante los ataques hacia Bolshoy Khingan en la breve guerra contra Japón en agosto de 1945. A finales de septiembre de 1945, todavía quedaban 190 BT-5 y 1030 BT-7 en servicio en el Lejano Oriente, de los cuales 898 eran operacionales y el resto en reparación. Todos estos tanques fueron retirados definitivamente en 1946.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Brasil y su contribución a la Batalla del Atlántico

Brasil y su contribución a la Batalla del Atlántico


Cartel propagandístico brasileño.

La entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial tras el ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941 fue seguida al mes siguiente por una conferencia de todos los estados americanos en Rio de Janeiro. Estados Unidos solicitó un compromiso garantizado a todos los países presentes de romper relaciones diplomáticas con Alemania, Italia y Japón, circunstancia acordada por todos menos Chile y Argentina. En referencia a la posición brasileña y  con intención de calmar a las fuerzas armadas estadounidenses, el Departamento de Estado norteamericano tras largas negociaciones diplomáticas consiguió de la delegación brasileña el consentimiento a crear bases militares en el norte y noreste del país, concretamente en Recife y Natal, y de este modo ponerlas a disposición de la Marina y de la Fuerza Aérea norteamericana. Al permitir la presencia aliada en el saliente atlántico de su región noreste, Brasil se vio implicado en una mayor contribución al esfuerzo aliado, ya que dicha posición era esencial para el control de las líneas marítimas del Atlántico Sur así como proporcionar acceso a la red de transporte global aliada. Cabe reseñar, que incluso antes del ataque a Pearl Harbor, los Estados Unidos ya habian desplegado fuerzas navales hacia Brasil y en uno de sus planes de contingencia se había contemplado la invasión y ocupación de los grandes puertos del saliente brasileño.

Finalmente la cuestión se resolvió de forma oficial con la entrada de Brasil en agosto de 1942, cuando el submarino alemán U-507, bajo el mando del Korvettenkapitän Harro Schacht, hundió seis buques de bandera brasileña entre el 16 y el 19 de agosto de 1942. Este hecho causó gran clamor popular contra el Eje que añadido la presión realizada por el ministro brasileño de relaciones exteriores, con tendencias pro-estadounidenses Oswaldo Aranha, condujo a Brasil a unirse al esfuerzo bélico aliado. Esta decisión fue oficialmente proclamada el 22 de agosto de 1942.

El factor más importante en el desarrollo de las intensas relaciones militares entre Brasil y los Estados Unidos fue la patrulla integral y las operaciones antisubmarinas llevadas a cabo conjuntamente entre las fuerzas aéreas y navales de los dos países desde mediados de 1942 y en adelante. Durante este periodo, las fuerzas armadas brasileñas vieron incrementado su potencial al ser equipadas con material suministrado por los acuerdos de Préstamo y Arriendo.

La Armada y la Fuerza Aérea disfruto de un trato prioritario frente al Ejército gracias a su pequeña pero eficaz contribución a la Batalla del Atlántico. La primera entrega de armamento consistió en naves especializadas en la lucha antisubmarina, corbetas y fragatas, para más adelante recibir ocho destructores de escolta, uno de los cuales el Bauru  se conserva como Buque Museo en Río de Janeiro. Brasil también construyó en Río de Janeiro tres grandes destructores de flota bajo diseño americano. La fuerza aérea brasileña comenzó a recibir aviones de modelos más modernos, incluyendo el Curtiss P-36A, Curtiss P-40 y el bombardero medio North American B-25 Mitchell y para satisfacer la urgente necesidad de aviones patrulla recibió unidades de Lockheed Hudson y Ventura así como el hidroavión de largo alcance Consolidated PBY Catalina.


Corbeta antisubmarina "Cananeia", precedente de la Marina norteamericana


Aún así, la principal carga de combate aéreo y guerra naval a lo largo de la costa brasileña fue llevada a cabo por unidades americanas. Esta circunstancia se relevo especialmente cierta en los meses de junio y julio de 1943, cuando se produjo un pequeño "Blitz" a cargo de una docena de submarinos alemanes que atacaron de forma intensa el trafico naval que navegaba por todo el litoral de América del Sur. Durante la guerra la Armada de Brasil perdió tres barcos y 486 hombres, 332 de ellos con la perdida al final de la guerra del crucero Bahia además 972 marineros mercantes y pasajeros también perdieron la vida a bordo de los 32 barcos mercantes brasileños que fueron atacados por los submarinos alemanes.